Un hombre llamado Dominic DeSota estaba sentado ante una pantalla, moviendo los dedos a toda velocidad sobre el teclado, registrando datos y analizándolos. Sin apartar los dedos de las teclas dijo, usando el pequeño micrófono que se curvaba siguiendo la línea de su mejilla: «¿Jefe? Éste es el más alejado de todos Parece que ni siquiera hay vertebrados en él».