Un granjero llamado Wayne Sochsteiffer se despertó oyendo en la radio el primer noticiario de la WGN, bostezó un poco y, después de estirarse, caminó lentamente hasta la ventana preguntándose si convendría regar la soja en el campo cuarenta del norte. Cuando llegó a la ventana lanzó un grito de sorpresa. El cuarenta norte no estaba. En su lugar había una valla de alambres, un aparcamiento que parecía contener mil coches y un edificio bajo y alargado con el letrero: MOTORES NISSAN - LOS MEJORES EN CALIDAD.
Wayne Sochsteijfer se quedó altamente sorprendido.
Pero ese Wayne Sochsteiffer no se sorprendió tanto como un granjero llamado Wayne Sochsteiffer que se despertó del mismo modo, miró por la misma ventana y vio sencillamente lo que esperaba ver: su campo cuarenta norte, reluciendo con un color verde oliva bajo la primera luz del alba. Su granja estaba donde debía, ahí. Su sorpresa vino cuando, al volverse hacia su cama de matrimonio, vio en ella, contemplándole con expresión soñolienta desde su lado del lecho, a una esposa distinta.