La centralita de la WGN fue repentinamente inundada de llamadas a mitad de un partido de los Cubs. Cada llamada era una queja y todas las quejas eran la misma. La emisión había sido tapada en el momento culminante de la tercera manga por alguien que estaba describiendo un partido de rugby. No se trataba tanto de verdaderas quejas como de preguntas llenas de curiosidad: ¿quién había oído hablar jamás de rugby profesional en agosto?