Mi agradecimiento a muchos que quizá ni siquiera saben que han contribuido. Como una «libélula que roza el agua», he cosechado todo tipo de cosas interesantes de Rabih Alameddine, Dave Barry, David Blaine, Lou DeMattei, Sandra Dijkstra, Ian Dunbar, Matthea Falco, Molly Giles, Stephen Jay Gould, Vicky Gray, Mike Hawley, Mike Hearn, Barry Humphries, Lucinda Jacobs, Anna Jardine, Ken Kamler, Stephen King, Karen Lundegaard, Terry McMillan, Mark Moffett, Ellen Moore, Pamela Nelson, Deborah Newell, Aldis Porietis, Emily Scott Pottruck, Faith Sale, Roxanne Scarangello, Orville Schell, Rhonda Shearer, Lizzie Spender, Frank Sulloway, Bubba Tan, Daisy Tan, John Tan, Lilli Tan, Osear Tang, Sarina Tang, Aimee Taum, Christian Tice, Robert Tornello, Ken Zaloom, Vivian Zaloom, los miembros del Alta 16, el Burma Road Gang, los Friends of Sarina, el Philosophical Club y The Rock Bottom Remainders. Han dejado en mí una huella duradera varias fuentes de inspiración necesariamente anónimas: el búfalo junto a la montaña de la Campana de Piedra, el cerdo cerca de Ruili, los peces en Muse, los guías turísticos de la provincia de Yunán y de Birmania, y los que ya no están.
A Bill Wu le debo muchas cenas chinas, por haber abierto mis sentidos y mi mente a la naturaleza y a los matices, al arte y al arte del regateo.