Casi todos los tipos de tierra sirven para la construcción de muros, ya sea por medio de bloques —adobe— o de muros apisonados. Como hay diferentes tipos de tierra en su composición, aun dentro de regiones pequeñas, muchas veces debemos combinar varios tipos, es decir, usar la tierra del lugar, pero añadir más arcilla cuando es pobre o agregar arena cuando es demasiado rica.
¿Cómo saber si la tierra es buena para hacer adobes?
Para conseguir las muestras debemos hacer algunas excavaciones en diferentes lugares de su lote. Primero hay que tirar la camada de encima que no sirve para los adobes por tener mucho material vegetal, y después sacamos muestras del tierra en diferentes profundidades que servirán para las pruebas.
Negro, grasoso, blanco, arenosa: son inútiles para adobes;
castaño, rojo: sí sirven;
amarillo claro: son los mejores.
Evitar la tierra con olor a moho; es vegetal.
Si no rechina, es arcilloso;
si rechina poco, es limoso;
si rechina mucho, es arenoso.
Llenamos 2/3 de un vaso —de vidrio— con tierra y el espacio restante con agua y dos cucharadas de sal. La sal hará que los elementos se separen.
Removemos el contenido con fuerza durante un tiempo.
Esperamos a que se note la división de los materiales.
Cuando la separación no sea muy clara, debemos remover de nuevo y dejar reposar durante varias horas.
Si la diferenciación es clara, hay que medir la proporción de arcilla y arena (en el ejemplo es de 2 a 1).
Después hacer una mezcla moldeable que colocamos en una cajita de 4×4×40 cm.
Dejamos secar la mezcla en la sombra.
Cuando la mezcla se levanta en forma curva en el centro como pastel, la tierra no sirve, en cuyo caso debemos buscar otro tipo de tierra.
Normalmente la mezcla encoge y muestra grietas; por ello, colocamos toda la mezcla de un lado y medimos los centímetros que ha encogido.
La mezcla no debe encoger más de 1/10 parte de su largo, o sea, 4 cm.
Amasamos tierra molida con agua y hacemos una cintilla de 20 cm de longitud por 5 cm de espesor y 2,50 cm de ancho. Ahora debemos extenderla sobre la mano para ver a qué dimensión se quiebra.
Si se parte antes de 5 cm es demasiado arenosa.
Si se rompe pasados los 15 cm, tiene mucha arcilla.
Si se troza entre 5 cm y 15 cm, es buena para fabricar adobes.
Ahora, habrá que hacer algunos tabiques y probar su resistencia.
Para que el adobe sea resistente contra la humedad, debemos añadir emulsión de asfalto. Cuando utilizamos aceite quemado en lugar de asfalto, solamente hay que usar la mitad de la cantidad. Otra parte de la mezcla puede ser estiércol de caballo en pequeñas proporciones; también podemos agregar paja, zacate y hojas de pino.
Si la cantidad de arena es igual o hasta dos veces la cantidad de arcilla, la tierra estará bien para construir; si no, habrá que añadir arcilla o arena a la mezcla para compensar.
Cuando no consigamos una tierra apropiada, podremos crearla con los siguientes trazos:
MATERIAL | PROPORCIÓN |
---|---|
arena | 4-8 partes |
arcilla | 4 partes |
agua | 4 partes |
Es evidente que habrá necesidad de hacer pequeñas variaciones en la mezcla, lo cual dependerá de las condiciones locales de la tierra, pero básicamente es esta.
Por ejemplo, si usamos un bote de 20 litros, para hacer una pared de 20 cm × 3 metros de altura × 12 metros de largo, necesitaremos los siguientes materiales:
Arena: 80 botes; arcilla: 40 botes; agua: 40 botes.
Cuando terminemos la mezcla, deberá estar libre de vetas de colores diferentes, como el mármol.
Para determinar si el adobe es bastante fuerte para usarlo en la construcción, debemos hacer tres cosas:
Poner un adobe sobre otros dos y pisar con fuerza, de tal modo que debe aguantar y no romperse.
Mantener un adobe bajo el agua durante 4 horas, quebrarlo y ver que la parte mojada —penetración de agua— no sea mayor que un centímetro.
Dejar un adobe bajo el agua durante 4 horas, colocarlo encima de otros 2 y en seguida ponerle encima 6 adobes más. Deberá aguantar el peso por lo menos un minuto antes de romperse.
Cuando los adobes no sean muy resistentes, será necesario cambiar la mezcla o sólo usar estos adobes para paredes interiores, que no soporten el peso de la estructura del techo.
Es más fácil amontonar estiércol de caballo o burro, sacarlo de los corrales, mezclarlo con paja quebrada y dejarlo secar. El estiércol aumenta mucho la resistencia del adobe, así como la humedad y el desgaste debido al tiempo; además, este material evita que las termitas u otros bichos penetren las paredes hechas con tierra.
En el lugar donde encontramos las mejores pruebas hay que:
Excavar la tierra.
Dejar la tierra amontonada por algunos días y cubierta con estiércol.
Echar una palada de arena y dos de polvo de estiércol.
Sacar unas dos carretillas de la mezcla, echar agua y voltear con una pala.
Pisar con los pies descalzos hasta que esté bien mezclado.
Los adobes pueden tener varias dimensiones; algunas de las más comunes son 5 × 10 × 20 cm, 8 × 10 × 40 cm o 10 × 15 × 30 cm. Los moldes están hechos de madera o metal y a los lados clavamos una tira para facilitar su manejo.
4 adobes de igual tamaño.
La madera debe estar limpia y lisa en su superficie. Para que el molde sea resistente al agua, debemos aplicarle una capa de aceite quemado o chapopote rebajado con petróleo.
2 adobes y 2 medios adobes.
Cuando hacemos adobes más delgados, podemos fabricar un molde que permita realizar 2 adobes enteros y 2 medios adobes a la vez.
Primero dejamos la mezcla con un poco de agua por unos días para «agriar» y después le agregamos más agua hasta que sea flexible para ponerla en los moldes.
Mojar el molde con agua.
Echar una palada de mezcla y golpear bien en las esquinas.
Dar una palada más y nivelar la parte de arriba.
Mojarse las manos y alisar la superficie.
Levantar con cuidado el molde.
Dejar secar 1 o 2 días, según sea el clima.
Guardar los ladrillos durante 20 días antes de usarlos.
Después de hacer los adobes, no debemos dejarlos secar muy rápido con el sol. Si podemos secarlos a la sombra, habrá que cubrirlos con hojas y de vez en cuando mojarlos.
Cuando se hayan endurecido, debemos ponerlos en hileras abiertas para que circule el aire; además, es necesario dejarlos en esta forma alrededor de 15 días.
Es mejor secar los adobes lentamente para evitar grietas o deformaciones:
Grietas, el adobe se abre.
Deformación, el adobe se curva.
En climas muy secos, debemos moldear los bloques durante la tarde para que sequen toda la noche. También podemos regar agua de vez en cuando o cubrirlos con paja durante el primer día. Dos días después de moldeados hay que ponerlos de lado.
Secado.
Cubrir con paja.
Colocar de lado.
Los adobes redondeados darán un aspecto muy bonito tanto a las esquinas como a las aberturas en la pared, ya sean puertas o ventanas.
Como las esquinas de los muros hechos con adobe son las más expuestas a golpes o a efectos del clima, es conveniente hacerlas redondeadas. Para encajar bien, los otros adobes deben tener una proporción de ancho a largo de 2:1.
Detalle de una esquina hecha con adobes redondeados.
Podemos hacer adobes más ligeros, metiendo materiales de desecho en ellos, como latas, botellas, cajas de cartón u olotes.
Latas.
Botellas.
Cartones.
Olotes.
Para que los ladrillos sean más resistentes a los temblores, debemos reforzarlos con varillas o tiras de madera. En este caso, los ladrillos necesitan tener huecos para dejar pasar los refuerzos.
Los cuatro lados son del mismo tamaño y también se hacen medios tabiques.
Para hacer muchos tabiques al mismo tiempo.
También podemos hacer moldes de formas diferentes.
Construimos un molde de tres o cuatro espacios para hacer bloques con un lado más grande que el otro.
Con estos adobes construimos paredes con esquinas curvas.
Aquí también son necesarios medios adobes para hacer las esquinas.
Paredes con esquinas curvas.
Con un molde de metal y una mezcla de tierra-cemento podemos hacer bloques huecos muy resistentes para usarlos en pequeñas construcciones.
El molde está hecho de una lámina metálica y de algunas varillas soldadas a los lados:
El molde.
La parte interior.
Además de los moldes, se necesita un palo de madera dura y pesado para compactar la mezcla dentro del molde.
El palo.
Área de mezclar y llenar el molde y área de vaciar el molde y secado.
Ver el capítulo 10 referente a proporciones de mezcla.
Poner el molde cerca del área donde será mezclado y meter la placa interior en el molde.
Llenar el molde con la mezcla usando una pala.
Golpear con un palo para compactar bien la mezcla, de modo que quede al ras del molde.
Llevar la mezcla al área de secado para los bloques.
Colocar y dar vuelta a los bloques que están secando.
Levantar cuidadosamente el molde.
Sacar poco a poco la placa interior.
Para mejorar una tierra pobre debemos mezclar con cemento, la proporción es de 1 volumen de cemento por 12 de tierra. También debemos usar cal, con 1 volumen de cemento, 2 de cal y 24 de tierra.
cemento | cal | tierra |
---|---|---|
1 | 12 | |
1 | 2 | 24 |
Cuando la tierra es muy arenosa, podemos mejorar la mezcla si ponemos 1 parte de cemento por 10 de tierra. Como el cemento es malo para la pie1, no debemos amasar la mezcla con los pies, esta se usa solamente en prensas mecánicas.
Una caja con estas dimensiones facilita proporcionar la mezcla: 10 cajas es igual a 1 metro cúbico. (Medidas interiores).
Preparar la mezcla seca de tierra y cemento.
Combinar cal apagando con agua.
Con la regadora, añadir lechada de cal con la mezcla de suelo-cemento.
Para comprimir las tierras arenosas en bloques resistentes, debemos usar una máquina bloquera.
El molde mide adentro 10 × 14 × 29 cm, mientras que los tubos galvanizados miden 5 cm y son puestos a 15 cm de centro a centro.
Existen varios modelos de este tipo de bloquera; el original es conocido como Inva-ram.
Generalmente una mezcla con tierra y cemento dará ladrillos sólidos. De preferencia debemos usar asfalto: por cada 2 metros cúbicos de tierra se necesitan 15 litros de asfalto.
Combinar el asfalto con arena de río y añadir agua para obtener una mezcla fluida.
Agregar 1/3 de la parte de la tierra y volver a mezclar con agua.
Añadir el resto de la tierra sin agregar más agua. La mezcla debe alcanzar un estado de masilla.
Nunca debemos encharcar las mezclas, siempre se debe usar la regadera para añadir el agua.
Debemos utilizar toda la mezcla en un espacio de una hora. Cada vez que hagamos un bloque es necesario poner una plantilla en el molde
Llenar el molde con la mezcla húmeda y cerrarlo girando la tapadera, por palanca vertical.
Ahora la bloquera queda en condiciones para realizar la presión.
Sacar el gancho para liberar la palanca y bajar esta para comprimir la mezcla.
Regresar la palanca a su posición original hasta que podamos abrir la tapadera.
Sacar el bloque con la plantilla.
Poner el bloque de canto sobre un suelo plano y retirar la plantilla.