Una forma muy eficaz para calentar la casa consiste en construir un invernadero.
Como el invernadero tiene varios cristales, el aire dentro de este espacio se calienta con el sol durante el día. Por la noche el aire caliente se expande hacia las otras áreas de la casa; por ello, debemos colocar aberturas escalonadas (una arriba y otra abajo) para que el aire circule, o simplemente usar las puertas entre los dos espacios.
Vista en corte de la casa con calentador.
En lugar de cristales, podemos usar pliegos de plástico, lo cual es más barato; sin embargo, no duran mucho tiempo. Por la noche debemos cubrir las ventanas, porque de otra manera pierde mucho calor por el invernadero. Cuando no podamos cubrir las ventanas, será necesario cerrar las aberturas de la vivienda que da acceso al invernadero, para que el calor quede en las habitaciones.
El dibujo de abajo muestra una casa con un invernadero, la cual podemos construir en dos fases: primero la parte (A) y después agregamos la parte (B).
En casas construidas podemos añadir un invernadero en el lado sur.
Tales paredes están hechas para que funcionen de la misma manera que un piso colector. La casa tendrá un tipo de pasillo por el lado sur con una ventana grande, como un invernadero. La pared de adentro se calentará durante el día y absorberá el calor. De noche giramos la pared —la cual estará construida de paneles— para que el calor pase hacia el interior de la casa.
Al fin de la tarde giramos los paneles.
El panel está hecho de tela para gallinero con una placa de triplay y tablas de madera. Sobre un estante abajo colocamos un hilado de latas que contengan agua, pintadas por fuera de color negro mate y las fijamos con alambre; así hacemos hilados hasta arriba. El panel puede ser pintado de cualquier color.
Cabe decir que el panel es como una puerta que, en vez de bisagras, gira por ejes centrales.
En el ejemplo de abajo ha sido puesta una pared de paneles dentro de una sala, cerca de una ventana grande.
Otra forma semejante sería colocar un marco cubierto con latas atrás de una ventana grande. De noche debemos cerrar la ventana con un panel de madera por fuera, para que el calor pase hacia dentro (durante el verano usamos la ventana sin el marco de latas).
De todas formas, debemos impedir que el calor generado en la casa escape. Siempre se perderá calor, pero podremos disminuir esto si cerramos bien las ventanas y las puertas de tal modo que no haya ranuras entre el marco de las ventanas con la pared ni aberturas en el techo o entre el techo y los muros. En caso de que el techo esté medio abierto —como con tejas— habrá que construir tapancos para mantener el calor adentro de las habitaciones.
También podemos hacer una ventana «ciega» con una placa de vidrio y piedras, preferiblemente oscuras; de otra forma hay que pintarlas de negro mate. Se controla la entrada y salida del aire por medio de paneles.
Corte de una ventana «ciega».
Los rayos del sol calientan la pared de piedra.
El aire entre la pared y el vidrio se calienta, sube y entra al cuarto. Ahí poco a poco se enfría, vuelve a bajar y regresa de nuevo por entre la pared y el vidrio.
Todavía hay otras maneras de captar calor solar y encauzarlo hacia dentro de las habitaciones, por ejemplo: podemos construir una caja calentadora abajo de las ventanas en la fachada sur. Esta caja funciona igual que el piso calentador. La caja tiene una tapa de vidrio y un panel de madera que podemos cerrar cuando no queramos más calor.
Debemos llenar la caja con piedras bola del tamaño de un puño. Hay que colocarlas medio separadas para que el aire pueda circular entre ellas. El aire más frío de los cuartos entra en el calentador a través de tubos enterrados en el piso.