Hay muchas formas de contaminación: olores, ruidos, humos, agua sucia, zonas feas, destrucción de la naturaleza, falta de infraestructura, etcétera.
Muchas veces, culpamos sólo a las actividades industriales por la contaminación de las ciudades.
No obstante, se puede disminuir mucho la contaminación si las fábricas se localizan de tal manera que sus emisiones no afecten a la población. Además, las fábricas pueden instalar aparatos para tratar sus desechos antes de lanzarlos al ambiente.
Aquí los desechos de la fábrica no afectan a la gente del pueblo, pues el río corre hacia afuera.
Debemos localizar las casas en áreas lejanas de fuentes de contaminación.
Las mejores áreas deben destinarse para sitios de reunión: parques, plazas, escuelas, teatros, mercados, etcétera. Es mejor tener terrenos de belleza natural, como bosques, vistas y brisa agradable, entre otros. Hay que planear que toda la gente tenga acceso fácil a estos espacios.
Las zonas desfavorables pueden asignarse para funciones que necesitan mucha construcción y que provoquen un cambio total del ambiente natural, como terminales de autobuses, estacionamientos, fábricas, plantas de energía y vías de acceso.
Debemos localizar las calles y plazas de tal forma que necesiten poco movimiento de tierra para ser construidas y que sigan el patrón de drenaje natural, con el fin de evitar que el agua de lluvia las inunde.
Las áreas fraccionadas pequeñas para viviendas deben incluir lotes para las actividades comerciales de la comunidad, evitando así una concentración en una sola zona comercial.
Es un error dividir el terreno en lotes iguales. No toda área tiene igual valor: hay lugares con árboles, agua, mejor vista, declives cuyos valores deben considerarse; además, no todos los compradores disponen de la misma cantidad de dinero ni pueden construir en poco tiempo sus viviendas.
Vista de un terreno.
La división de un terreno.
Entonces será mejor que, en vez de hacer un fraccionamiento común, hagamos un fraccionamiento que empiece así:
Aquí vivimos mejor.
Una división con más imaginación.
Después de algún tiempo tendremos un fraccionamiento menos rígido y más agradable.
Si algunas personas piensan que el valor de un terreno depende sólo del tamaño de metros cuadrados, tales apreciaciones no valoran la belleza del terreno ni sus posibilidades de hacer ahí una vivienda agradable.
Para obtener mejor ventilación y así refrescar la casa, los lotes en zonas húmedas deben ser anchos del frente que da a la calle; por lo contrario, en zonas secas los lotes son más estrechos y largos, juntando las paredes. Para más detalles vea el capítulo 2 y el capítulo 3.
Siempre que haya árboles en el terreno, debemos dejarlos para los futuros habitantes. Las hojas dan sombra y las raíces protegen el subsuelo. Hay que respetar los árboles.
Las dimensiones de los lotes para viviendas en el trópico húmedo tendrán proporciones diferentes de las del trópico seco.
Lotes en el trópico húmedo: jardín alrededor de la casa; la ventilación por fuera.
Lotes en el trópico seco: jardín en el patio interior, con la ventilación por dentro; la parte de atrás sirve para alargar la casa.
¿Por qué dividir un terreno en lotes iguales? Obviamente, es más fácil para el vendedor calcular sus precios; sin embargo, los compradores van a reducir su iniciativa para crear una vecindad atractiva.
Calle irregular para dar sombras.
La división entre dos calles debe ser recta para que por ahí pasen las líneas de agua y electricidad.
Con dimensiones irregulares, la gente tiene una oportunidad mejor para seleccionar sus terrenos.
El uso de nuevos sistemas de saneamiento permite trazar calles menos rígidas por no necesitar alcantarillados.
Cerros
Río o mar
Evitar el acceso directo.
Mejor así.
En un terreno grande es más difícil decidir dónde ubicar las casas porque existen muchas posibilidades y razones para situar la casa aquí, allá o acullá. En este caso, lo mejor es seguir nuestra intuición para decidir el lugar: al caminar sobre el terreno podemos sentir dónde parece que hay un vacío y ahí precisamente debemos construir.
La casa está ubicada de tal forma que integra los elementos terreno:
Según el tipo de terreno, existen muchas posibilidades:
La gente percibe que en ciertas áreas de su casa se siente mejor. Claro que muchas veces el sentido de bienestar depende de la orientación de los espacios, si entra sol, si están bien ventilados, o del tipo de acabado o de los colores de las paredes. Además, la forma de la casa puede cambiar nuestra energía:
Más allá del abrigo…
La casa es más que una construcción para protegemos de la lluvia, del sol o del frío. Debe ser un lugar donde la familia se sienta bien acogida y donde podamos recibir amigos. Nuestra casa también debe contar con pequeños espacios en los que podamos estar a solas y trabajar o descansar, tanto dentro como fuera de ella.
En zonas inundables y suelos fangosos, es recomendable construir una casa sobre postes o plataformas, especialmente en que no están urbanizadas, es decir, sin calles pavimentadas y un drenaje adecuado.
Posteriormente, cuando haya sido construida la calle y no exista más peligro de inundaciones o suelos fangosos —que son para la salud—, la gente puede construir las paredes de abajo para tener más espacios cerrados:
Así empieza.
Después de algún tiempo.
Y finalmente.
Por último, cuando la zona está bien establecida y también por las necesidades de una familia grande, si tenemos los recursos necesarios, podremos añadir más espacios.
La urbanización siempre ha sido así: primero hay edificaciones sencillas y a menudo pobres; sin embargo, con el tiempo la gente mejora sus viviendas, hasta que construye casas bonitas a los lados de calles agradables:
Hace varios años.
Ahora ya es así.
Quien no hace mejoras a su vivienda está cerca de su muerte.
Refrán árabe.