Como la casa sirve para protegernos de las condiciones del clima como el calor, frío, lluvia o humedad, es importante ver primero qué condiciones se presentan.
Básicamente hay tres condiciones:
Un error que se ve con frecuencia es el de la gente que llega a nuevas regiones y construye con las mismas formas que sus lugares de origen, que pueden tener un clima muy diferente. Así muchas veces estas casas quedan demasiado calientes o frías.
Es mejor observar la forma en que la gente de la localidad ha construido sus viviendas. De esta forma no se caerá en el error de importar diseños y materiales que no van bien con las condiciones locales. La vivienda responde al clima y no el clima a la casa.
En el capítulo 2, el capítulo 3 y el capítulo 4 veremos cómo las diferentes características de estos climas cambian totalmente y cómo son los diseños y las obras en construcción.
Muchas veces las condiciones del ambiente para construir no están definidas claramente. Hay regiones del trópico húmedo donde hemos acabado con los recursos forestales, lo cual ha resultado en escasez de madera. También existen regiones en el trópico seco con valles verdes llenos de palmeras, donde la gente ha construido sus casas de madera.
Sin embargo, si hay condiciones para construir casas en armonía con el medio ambiente, será mejor hacerlo.
Hoy en día tenemos la oportunidad de utilizar materiales nuevos —a veces importados—, pero es mejor emplear estos recursos en armonía con el tipo de construcción tradicional. Cambiar todos los aspectos físicos, como la forma de la casa, la división interior y el uso de espacios, siempre causará más tarde muchos problemas y malestar.
Por ejemplo:
Son tres las funciones básicas que debe tener una casa en cuanto a su abrigo:
protección del sol y de la lluvia;
protección de la humedad del suelo;
protección del viento.
Y claro, no debe caerse con un «temblorcito» o cuando pasa un camión.
En otras palabras, necesitamos:
Innumerables veces los problemas de mantenimiento de la casa, como filtraciones de agua, insectos, calor o frío excesivo, ocurren en primer lugar en las juntas o conexiones de estas partes: techo, piso y paredes.
De igual manera, las fallas de construcción, con los efectos de viento, lluvia o temblores, frecuentemente empiezan a ser notorias en estos puntos.
A menudo las influencias del medio ambiente nos son desconocidas y las aprovechamos mal. En estas ocasiones no sólo la protección que da una casa es incompleta, sino además rara vez sabemos transformar las influencias negativas en positivas.
No es muy acertado imitar elementos o estilos de construcción de otros lugares. Por ejemplo, una ventana en un lugar frío permite que entre el sol y caliente la habitación, pero la misma ventana en zona de trópico seco, calentará el cuarto hasta hacer insoportable permanecer en él.
El techo, el piso y las paredes deben ser integrados al ambiente natural, aprovechando las condiciones favorables y equilibrando las demás.
A veces construimos una casa en un terreno con declive como si fuera terreno plano. El resultado es que gastamos más dinero en la construcción de la cimentación que en los muros de arriba y además destruimos parte del ambiente natural. Cuando el declive es muy pronunciado, debemos hacer cambios en el terreno, pero será mejor que la planta de la casa siga la forma del terreno:
Una obra cara…
Podemos utilizar este tipo de terreno para hacer una casa muy confortable, localizando los espacios en varios niveles. Los techos pueden tener varias formas:
Cortes de viviendas.
Un techo plano.
Un techo inclinado.
Un techo de dos planos.
Entonces lo que íbamos a gastar en muros y nivelaciones del terreno, podemos destinarlo para construir más espadas dentro del mismo límite de áreas.
Para no tener una temperatura alta en casa, podemos:
Evitar que los rayos del sol alcancen la pared:
Con techo grande.
Con aleros.
Con árboles.
Con plantas.
Proteger del sol las paredes grandes.
Pintar de blanco.
Cuando los rayos del sol pegan en una pared, esta se calienta de afuera hacia adentro. Después de algún tiempo, el calor empieza a penetrar la casa y sube la temperatura interior.
También hay que evitar que se reflejen los rayos del sol.
No tener casas con muchas ventanas, pues los rayos se reflejan de un lado a otro:
Las grandes ventanas reflejan el calor.
El agua también refleja el calor.
No tener pavimento negro, pues absorbe el calor, lo irradia y es transmitido al interior:
El pavimento absorbe e irradia el calor.
La mejor protección afuera son las plantas y árboles, que mantienen el aire fresco entre sus ramas.
Ventile bien los espacios para que el calor circule y no se quede estacionado ahí. Esto depende mucho de las posiciones de las ventanas y puertas en dirección del viento predominante:
Ventanas altas: retiran el aire caliente junto al techo.
Ventanas bajas: sentimos en el pelo el fresco de la brisa.
Viento entrando por el voladizo.
Voladizo suelto de las paredes.
Aquí el calor del techo entra.
Aquí el calor del cuarto puede salir.
Alta y baja: la brisa no alcanza.
Baja y alta: la brisa refresca.
Más cerca del techo: más caliente.
La circulación cruzada es más eficiente con aberturas en la parte baja de las puertas.
Árboles bajos: la brisa sube y no entra.
Árboles altos: la brisa baja y refresca.
También es importante la distancia, entre plantas o árboles y la casa, por ejemplo:
Seto a 3 metros: la brisa entra.
Seto a 6 metros: la brisa entra con más fuerza.
Sin embargo, un árbol queda mejor a menos distancia:
Árbol a 6 metros: la brisa entra poco.
Árbol a 3 metros: la brisa entra mejor.
Los setos alrededor de la casa también pueden cambiar el movimiento de la brisa dominante:
Sin plantas: la brisa pasa por fuera.
Seto de frente: la brisa pasa más lejos todavía.
Seto por atrás: la brisa entra y refresca.
Seto de frente y atrás: la brisa entra con más fuerza.
Una manera de evitar que sintamos calor en la casa es hacer aberturas en las partes de arriba de las paredes o en el techo, para que el aire caliente de los cuartos pueda salir. El aire caliente siempre sube.
Existen tres tipos de movimientos de aire:
Para dejar salir el aire caliente de adentro.
Con aire fresco afuera: se deja salir el aire acumulado para que el aire más fresco entre.
Ejemplos del tipo A:
Aberturas en las paredes.
El aire caliente debe salir por las aberturas en el techo.
Para que el aire caliente no entre en las habitaciones.
El aire caliente sube y lo veremos escapar por el techo.
Ejemplo del tipo B:
Variación de la abertura en el techo.
Para sacar el aire caliente entre el techo y el tapanco.
Con un techo plano: la brisa chupa el calor que pasa por el techo.
Ejemplo del tipo C:
La brisa pasa por ladrillos abiertos puestos en la parte alta de las paredes.