Cuando las aldeas son pequeñas no hay problemas con el tránsito de vehículos. Pero en el momento que esta llega a una pequeña ciudad, empieza la confusión. Muchas veces todo este movimiento no es para la gente de ahí, sino sólo un «paso» para llegar a otra parte.
Asimismo, la expansión de un asentamiento a los lados de una vía de transporte, ocasiona que la comunidad será cortada en dos, lo cual crea muchos problemas de circulación.
Así nunca.
Así siempre.
Debemos tratar que las vías de acceso pasen fuera de la comunidad y que el crecimiento ocurra hacia tres lados en vez de cuatro:
Para todo poblado es mejor que los talleres o fábricas se ubiquen al otro lado de la carretera:
En caso de que el pueblo ya exista y vayamos a construir una carretera, será mejor que esta pase por un lado y cuente con una entrada y salida.
Es recomendable construir las casas con sanitarios secos, para no gastar el agua potable y no contaminar los ríos o la tierra. El agua utilizada para el baño de humanos o la que sale de la cocina podemos hacerla pasar por un filtro y reutilizarla en el riego jardines o parques. Por esta razón, los terrenos más bajos serán para áreas con plantas y árboles. (Vea el capítulo 8 y el capítulo 9).
De esta manera, no será necesario poner alcantarillado ni plantas de tratamiento de agua.
Muchas comunidades ya tienen energía (electricidad) para sus necesidades de alumbrado, pero rara vez la emplean para cocinar —es muy caro— y la gente acostumbra usar gas o leña. En las zonas rurales donde la población cría animales, podemos usar el estiércol para generar gas. (Vea el capítulo 9).
En este caso utilizaremos los desechos de un grupo de viviendas para generar el gas —de unas 10 o más familias—. Así es más fácil construir un digestor único para todos, con menor trabajo de mantenimiento.
Las pequeñas plantas de energía, donde usamos petróleo para generar electricidad, no deben estar junto a las viviendas porque las máquinas, el olor y el movimiento de camiones causan mucho ruido; pero tampoco deben alejarse demasiado, porque se pierde una gran cantidad de energía en la red de distribución.
En algunas ocasiones, no es posible satisfacer desde los primeros días a cada vivienda de una comunidad que apenas se establece, con servicios de luz y agua, especialmente si están muy lejos una de otra.
En tales casos, hay que poner varios centros de energía para no perder mucha electricidad en las redes de distribución. Estos centros pueden funcionar con plantas que usan petróleo, gas o también desechos.
Los agrupamientos de las viviendas no deben quedar lejos o separados de las áreas comerciales o de recreación, para evitar el exceso de movimiento de tráfico. Es mejor que cada barrio o grupo de casas tenga su pequeño centro, donde haya tiendas y talleres de trabajo.
Vista de grupo de viviendas con sus centros.
Abajo hay un corte de una ciudad chica: con las zonas de viviendas entre las áreas públicas y las áreas de trabajo.
Las áreas públicas tienen los edificios de las autoridades o escuelas, clínicas, deportivos y otras áreas para recreación.
Además de la construcción de viviendas y de los edificios de apoyo (como escuelas, mercados, clínicas, administración, talleres y lugares de recreación), debemos diseñar sobre este plano las redes de servicios (como calles, agua potable y electricidad).
Primero colocamos las áreas de uso común: parques (a), plaza ceremonial (b), áreas cívicas (c), en los lugares con belleza natural.
Posteriormente determinamos la red de accesos a las zonas comunes y las áreas de fraccionamiento, respetando los niveles del terreno para facilitar el desagüe de las lluvias.
Luego determinamos el punto de la toma de agua (d), el tanque de almacenamiento (e) y la red de distribución (f).
Finalmente situamos la planta de energía eléctrica en un sitio que no moleste a la comunidad y cerca de sus más importantes usuarios, como los talleres.
La basura orgánica, es decir, todo tipo de basura de origen natural, puede utilizarse para fertilizar el jardín público. Hay que ubicar un lugar en el área verde, excavar un hoyo y depositar basura, siempre cubriéndola con una capa de tierra. Después de algunos meses hacemos otro hoyo, en el que usamos la tierra-basura del primero como abono.
Sin embargo, la basura no orgánica, es decir todo lo que sea de fabricación industrial —como latas, plásticos, vidrio, etcétera— se puede usar para llenar tierras bajas alrededor de la comunidad. Mejor todavía es reciclar este tipo de basura e inclusive hay industrias que reutilizan estos desechos.
Debemos seleccionar terrenos no utilizables para construcción, porque más tarde estos no son muy estables. Podemos usarlos para caminos pero no para carreteras, por lo cual habrá que compactarlos bien.
Otra forma consiste en cubrir con una camada de tierra y hacer un parque con abundante vegetación.
Los basureros de hoy pueden ser los parques del mañana.
Este dibujo no es un plano de ubicación, sino una muestra de las relaciones entre los diferentes sectores urbanos.
Vista en planta.
El plano real dependerá mucho del ambiente natural (es decir, las colinas, ríos y bosques) de la región.
En el trazo de las calles debemos cuidar que no haya graves perturbaciones del terreno. Cuando hay demasiado movimiento de tierra —que es muy costoso— puede ser que después se formen inundaciones o deslizamientos de tierra, que podrían llegar a derrumbar el camino construido. Un desagüe mal hecho o mal colocado puede destruir todo el trabajo en poco tiempo.
Es importante que las calles tengan un drenaje bien planeado para que, aun con lluvias torrenciales, el agua corra fácilmente hacia abajo, a un río o valle. Por esta razón, es conveniente trazar las calles siguiendo los mismos niveles naturales del lugar. Es evidente que esto implica más trabajo durante la fase del diseño; sin embargo, los resultados son mejores para los habitantes y con menores costos más tarde.
Un trazado contra los niveles.
Un trazado que sigue los niveles.
También es importante que el viento circule por las calles, para enfriar el ambiente y limpiarlo de polvo.
El trazo de las calles principales debe adecuarse a la dirección de los vientos dominantes.
El viento «chupa» el aire caliente de las calles.
Da buenos resultados ensanchar las esquinas para cambiar la velocidad del viento, que entonces «chupará» el aire de las calles donde la corriente no entra.
Además, estas esquinas abiertas son buenas para los pequeños comerciantes y no impiden el tránsito.
Es importante que las calles del centro brinden sombra y protección contra la lluvia.
Esto se puede lograr de las siguientes maneras:
Sombra de la mañana.
Sombra de la tarde.
Dos vistas de una calle que corre de norte a sur. Durante la mañana, el lado oriente tendrá sombra y por la tarde la tendrá el lado poniente.
Además, con calles de oriente a poniente debemos:
Vista de las fachadas de casas y tiendas.
Como las plazas están hechas para que la gente las disfrute, debemos evitar que los vehículos entren a ellas, ya sea para cruzarlas o estacionarse. Esto se consigue proyectando barreras naturales, como escalones, árboles, desniveles, canales y portales, entre otros.
Los vehículos pueden aproximarse a la plaza, pero no entrar:
Las calles que van al zócalo y las que conectan con las plazas menores son de dos tipos: con mucha gente y poco tránsito, o con poca gente y mucho tránsito.
El primero tendrá tiendas y el segundo los talleres de los artesanos. De esta manera, la gente tendrá amplios espacios para circular.
Tiendas: mucha gente y pocos camiones.
Talleres: poca gente y muchos camiones.
Después de ubicar las áreas públicas —plazas, calles, etcétera— no sólo debemos preservar los árboles existentes que no obstruyan el tráfico, sino también plantar nuevos árboles para que den sombra y un aspecto agradable a las calles.
Cuando todas las calles en zonas de montaña están pavimentadas, el agua de la lluvia que corre hacia abajo causará inundaciones; mientras tanto, los árboles de la parte alta morirán por falta del líquido:
Las calles en tierras inclinadas deben tener en ciertos tramos suelo de absorción, donde las aguas se filtren al subsuelo:
Cuando la calle está nivelada de acuerdo con la forma del terreno, las aguas son captadas por los lados:
En zonas muy secas podemos utilizar las calles y plazuelas para captar la lluvia y guardar el agua en cisternas públicas.
Una plaza hundida.
Si la gente no necesita agua por contar con pozos, al menos podrá sacarla de la cisterna para hacer una plaza con muchos árboles.
Dos ejemplos: el primero muestra un plano mal proyectado, de modo que para el comercio o escuela, todos tienen que caminar mucho o usar camiones.
El segundo muestra un fraccionamiento bien hecho. La gente vive alrededor de un pequeño centro de servicios y tiene que caminar poco.
También de esta manera podemos ubicar la aldea en las tierras menos fértiles. Con el tiempo mejorará la tierra de su huerto, gracias a la «composta» y el agua que sale de la casa.
Los agrupamientos deben ser para el bien de las personas, no para el bien de los automóviles.
Cuando no movemos mucho los ojos, sus músculos se endurecen. Para mejorar la vista, recomendamos que los ojos viajen más sobre los objetos que ven, como si fueran tocándolos línea por línea.
Lo mismo ocurre cuando miramos las líneas de nuestra casa:
Los ojos quedan tensos.
Aquí movemos los ojos.
Con estas líneas de una ciudad mal planeada, los ojos van a perder su elasticidad,
en cambio las líneas de los edificios del dibujo de abajo estimulan el movimiento de los ojos.