Estoy en deuda con varias personas que, con sus observaciones y sugerencias, contribuyeron a la mejora del manuscrito original de El violín del diablo: sir Albert Frames, David Trías, mademoiselle Amelie Ailes, lady Bojana Vesković, Joseph M. Towers, frau Rosengarten, Carlinhos L. Muro, Miguel Baselga, Elisa M. L., Antonin L. S. Y Alejandro Guerrero.
También quiero dar las gracias a todos los lectores de La décima sinfonía quienes, a través de sus e-mails a jgelinek@telefonica.net, me animaron a llevar a buen puerto mi segunda novela.
Madrid, marzo de 2009