Las lenguas de Kittur

El canarés, una de las lenguas más importantes del sur de la India, es el idioma oficial del estado de Karnataka al que pertenece Kittur. El periódico local, el Dawn Herald, se publica en canarés. Aunque prácticamente todo el mundo lo entienda, el canarés es sólo la lengua materna de algunos brahmanes. El tulu, una lengua regional que carece de escritura —aunque se cree que sí la poseía siglos atrás— es la lengua franca. Existen dos dialectos del tulu. El dialecto de las castas superiores lo usan aún algunos brahmanes, pero está en vías de extinción en la medida en que los brahmanes de lengua tulu se van pasando al canarés. El otro dialecto tulu, un idioma tosco y grosero apreciado por la diversidad y mordacidad de sus palabrotas, lo usan los bunts y los hoykas, y es el lenguaje que se oye en las calles de Kittur. En los alrededores de Umbrella Street, el centro comercial de la ciudad, el lenguaje dominante pasa a ser el konkani, el idioma de los brahmanes Gaud-Saraswat, originarios de Goa, que poseen la mayor parte de las tiendas de la zona. (Mientras que los brahmanes de lengua tulu y canaresa empezaron a casarse entre ellos en los años 60, los brahmanes de lengua konkani han rechazado hasta ahora todas las propuestas de matrimonio de otros grupos). Existe un dialecto del konkani, corrompido por el portugués, que hablan los católicos del barrio de Valencia. La mayoría de los musulmanes, especialmente los del Bunder, utilizan un dialecto del malabar como lengua materna; la minoría musulmana más adinerada, que desciende de la antigua aristocracia de Hyderabad, habla el hiderabadi urdu. La población de trabajadores inmigrantes más numerosa, que se mueve alrededor de la ciudad de construcción en construcción, es de lengua tamil. El inglés lo entiende únicamente la clase media.

Es de destacar que pocas ciudades de la India igualan a Kittur en la riqueza de expletivos y juramentos de su lenguaje popular, que provienen del urdu, el inglés, el canarés y el tulu. La expresión que se oye con más frecuencia —«hijo de mujer calva»— requiere una explicación. Las viudas de las castas superiores tenían prohibido en tiempos volver a casarse y estaban obligadas a

afeitarse la cabeza para evitar que atrajeran

a los hombres. El hijo de una mujer

calva, así pues, era muy

probablemente

ilegítimo.