(Resumen de Una breve historia
de Kittur, del padre Basil d’Essa, S. J.)
El nombre «Kittur» es al parecer una corrupción de «Kiri Uru», Ciudad Pequeña, o bien de «Kittamma Uru», que alude a la diosa Kittamma, especializada en repeler la viruela, cuyo templo se levantaba cerca de la actual estación de ferrocarril. En una carta escrita en 1091, un comerciante sirio cristiano recomienda a sus colegas el excelente puerto natural de la ciudad de Kittur, en la costa malabar. Durante el siglo XII, no obstante, la ciudad parece haberse desvanecido; los mercaderes árabes que visitaron Kittur en 1141 y 1190 hablan sólo de unas tierras salvajes. En el siglo XIV, un derviche llamado Yusuf Ali empezó a curar leprosos en el Bunder; al morir, su cuerpo fue sepultado bajo una cúpula blanca y esta estructura —el Dargah de Hazrat Yusuf Ali— ha seguido siendo hasta hoy un lugar de peregrinación. A finales del siglo XV, «Kittore, también conocida como la ciudadela de los elefantes», figura en los registros de recaudación de impuestos de los gobernantes Vijayanagara como una de las provincias de su imperio. En 1649, una delegación de cuatro misioneros portugueses, encabezada por fray Cristóforo d’Almeida, S. J., recorrió a pie la costa desde Goa hasta Kittur. Lo que encontró fue un «deplorable amasijo de idólatras, mahometanos y elefantes». Los portugueses expulsaron a los mahometanos, destruyeron los ídolos y acabaron convirtiendo a los elefantes salvajes en un montón polvoriento de marfil. Durante los cien años siguientes, Kittur —ahora rebautizada Valencia— fue pasando de mano en mano entre las tres potencias en disputa, es decir, entre los portugueses, los Maratha y el reino de Mysore.
En 1780, Hyder Ali, el soberano de Mysore, derrotó cerca del Bunder a un ejército de la Compañía de las Indias Orientales. Según el Tratado de Kittur, firmado aquel mismo año, la Compañía renunciaba a todos sus derechos sobre «Kittore, también llamada Valencia o el Bunder». La Compañía violó este tratado tras la muerte de Hyder Ali, en 1782, al establecer un campamento militar cerca del Bunder. En represalia, Tippu, el hijo de Hyder Ali, construyó el Cañón del Sultán, un formidable fuerte de piedra negra armado de cañones franceses. Cuando Tippu murió, en 1799, Kittur pasó a ser propiedad de la Compañía y fue anexionada a la provincia de Madrás. La ciudad, como la mayor parte del sur de la India, no tomó parte en la rebelión contra la dominación británica de 1857. En 1921, un activista del Congreso
Nacional Indio alzó la bandera tricolor
en el antiguo faro. La lucha por la
libertad había llegado
a Kittur.