9 de abril de 1453
Después de un domingo tranquilo, las nueve galeras mayores se dirigieron hacia la barrera que protege el puerto, situándose en posición de defenderla. No pasarán muchos días sin que aparezca la flota turca.
Hileras de yuntas de bueyes arrastran los poderosos cañones de bronce del enemigo. Detrás de las líneas turcas, los rebaños caminan envueltos en nubes de polvo y sus balidos llegan hasta las mismas murallas.
Nuestra defensa está preparada; cada hombre conoce su puesto y misión. El Emperador Constantino ha recorrido durante todo el día los baluartes, hablando a los comandantes de los diferentes sectores, animando a los griegos y haciendo nuevas promesas a los latinos.