IV

No relataré la espantosa escena que siguió, pero cabe decir que los esclavos habían organizado un sistema de sorteo, y los seis desventurados perdedores se dirigieron a la cabina de la muerte en silencio.

Amelia explicó que no había esperado que los monstruos se presentaran en los campamentos de esclavos esta noche. Había muchos muertos dispersos en el matorral, y había tenido la esperanza de que tomarían de esos cuerpos su comida nocturna.