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Historia de la filosofía

Kurt está solo, y lleno de recuerdos de ella (de las dos mujeres que ella reúne). Kurt escribe: «Todo empezó en Platón, al separar el amor y la mujer. Luego su discípulo ideó el hilomorfismo, y las religiones dividieron cuerpo y alma. La mujer fue siempre el objeto que estaba tras estas categorías. Puesta en la mesa de operaciones, y separada en dos, la mujer ha tenido que sujetar sus mitades, la pura y la rahez, para evitar romperse. La historia del amor occidental es la de un sentimiento cantado por quienes iban tras una idea pura, sin llegar a sentir con el cuerpo: Dante con Beatriz, Petrarca con Laura, Quijote con Dulcinea, Kierkegaard con Cordelia. Amor de eunucos. El otro amor fue siempre por debajo, reptando como serpiente, maldito, perseguido (pero perseguido en ella, en la mujer, no en el hombre). Cuando una mujer nace, la impregna esa herencia, la hace, la forma, la constituye. Toda esa historia está en ella, la parte en dos, la hiende, aún más de lo que su mismo cuerpo está. Es justo, pues, que ella arroje de sí la culpa que el hombre ha escondido en ella, la vierta sobre él, y le diga: Tú y tus dioses me habéis hecho sucia».