Esencia de lo efímero
Con parsimonia han ido llegando a una meseta firme, en la que el placer apenas requiere actividad para mantenerse alto, y es ya un cuerpo astral desligado de los asuntos de abajo. A Kurt y a la mujer se les han abierto todos los sentidos, y unidos por el sexo juegan con manos, boca, cuerpo, mientras el punto de engarce anuda la energía más intensa. Se huelen, se saben, se tocan, se miran, se escuchan, cada poro los comunica, ocupan una dimensión en que los electrones vibran más deprisa y la materia no es ya la misma. ¿Cómo definir las sensaciones? Umbral, inminencia, víspera, anuncio, frontera, amenaza, preludio. Pero Kurt y ella saben lo que hay al otro lado: una rápida caída en estado de ignición y el confort de las cenizas. Él y ella juegan a subir un centímetro más, sin caerse, luego el espacio de los juegos ya se mide en milímetros, y en un instante, antes de precipitarse a la otra orilla, cruzan una mirada de despedida.