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Reciclaje

En el primer encuentro ella se lanza a una felación, pero cuando acaba Kurt advierte que algo no ha ido bien. En otros episodios descubre que ella devuelve lo que succiona a un pañuelo o servilleta, de forma muy discreta, como hacen los niños con poco apetito. Un día Kurt le dice que si desea hacerlo lo haga hasta el final, y si no, no lo haga. Luego le explica, con palabras ajustadas, que estas cautelas debilitan la tensión de los últimos metros, y en ese preciso instante la succión de ella ha de ser más fuerte que la emisión de él. La mujer comprende, y en el siguiente encuentro ya no deja desperdicios. Poco a poco va descubriendo las pulsiones íntimas de Kurt, hasta alcanzar la perfección. Pero en ese tiempo él tiene la sensación de que la está perdiendo. Un día ella le dice que ha decidido reanudar la relación con su pareja de siempre, interrumpida por Kurt. Desde entonces no deja de pensar que en esa pareja debía de haber un punto de desencuentro, un instante de insatisfacción, un final incompleto, que ahora se ha resuelto.