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Ya se había ido

Alguien nos está mirando, le dice ella cuando están haciendo el amor. Kurt, tras un sobresalto, comprende que es imposible: están en una habitación cerrada, con las cortinas echadas. Pero un instante después comprende de veras. ¿Qué hacemos, seguimos como si no le viéramos?, le dice Kurt. Sigue, no pares, pero nos está mirando, ¿es que no te importa?, responde ella. Y él: Quiero que nos vea. Ella: ¿Por qué? Kurt: Date la vuelta, quiero comerte, abre bien las piernas para que él vea bien cómo lo hago. Ella dice: No quiero, nos mira. Pero se da la vuelta, se abre bien y dice: ¿Así?, ¿nos está viendo? Kurt: Creo que está disfrutando al vernos. Ella: ¿Se está masturbando? Kurt: Sí, pero ¿es hombre o mujer? Ella: Es un hombre, pero, por favor, no pares, sigue. Kurt prosigue, ella llega a un largo y profundo orgasmo, que luego se va desvaneciendo poco a poco, hasta que queda de él un retumbo lejano, como después de una tormenta, golpeando dulcemente la geografía de la mujer. Kurt la mira. Creo que sigue ahí, le dice, en voz muy baja. Y ella asustada, con los ojos muy abiertos: ¿Qué dices?, ¿quién?