Poco podía imaginar Sabina de Alvear y Ward que ciento veinte años después de escribir la biografía de su padre, Diego de Alvear y Ponce de León, brigadier del Cuerpo de la Armada y mayor general, una empresa cazatesoros —la estadounidense Odyssey Marine Exploration— rescataría el tesoro hundido con la Mercedes, la fragata cuyo destino cambió la vida de su progenitor.
Con el expolio cometido por Odyssey, de alguna manera también se profanaban en el fondo del océano Atlántico las tumbas de las doscientas sesenta y tres personas fallecidas en la mañana del 5 de octubre de 1804 frente a la costa del Algarve portugués. Regresaban a España desde las colonias de América, pero a un día de alcanzar Cádiz un injustificado ataque inglés truncó ese sueño. Y, junto a él, las grandes esperanzas de uno de los últimos héroes de nuestra historia; náufrago en un paraíso que se convirtió en un infierno.
Tras una azarosa vida, posiblemente este luchador impenitente se preguntara cuántas veces puede el ser humano volver a levantarse después de haber caído…