Lo imperecedero
es mero símbolo;
el insidioso Dios
deviene poeta.
La rueda del Universo
da vueltas completas;
el odio la llama miseria,
el loco dice que es un juego;
el juego del mundo caprichoso
mezcla el ser con la apariencia.
¡La eterna locura
nos mezcla con ella!