Ven, niña, ven a mis brazos, ¿me recuerdas?, señora sí, besé tus manos, llagaste mis labios, me friego la boca, no se me limpia, cada día se hunden más las cicatrices, como un tatuaje, niña, señora si, una boca de colores, déjame besarte, señora sí, ¿me recuerdas?, señora sí, linda muchachita, quisiera ser siempre como tú, volver a ser como tú, un día debí ser como tú, ya no recuerdo, ¿qué más recuerdas?, señora sí, un alacrán negro y peludo, ¿dónde, niña?, entre las piernas del Señor, señora sí, aquí en este bosque, otra noche, el Señor cabalgaba, con la camisa abierta, excitado, cabalgaba de noche, solo, tragando leguas, señora sí, fueteando las ramas, como un loco, gritando, borracho, no sé, descabezando las espigas de los trigales, ¿tú lo viste?, señora sí, escondida, apagué mi fogata, me escondí como tú ahora, entre los álamos, árboles con luz, luz de la luna, una loba atrapada, el Señor desmontó, riendo, gritando, gruñendo, desnudándose, libró a la loba de la trampa, se bajó las calzas, el alacrán negro, tomó a la loba, la loba se defendió, gruñó, aulló, arañó, él le metió el alacrán por el buz a la loba, ¿eso recuerdas?, señora sí, pero mi voz, se me va mi voz, señora sí, ¿así se desnudó?, señora sí, qué calor, qué primavera, niña, te nacen tus teticas, limoncitos, tus piernitas, ábrelas, niña, señora sí, Toledo, el mercado, la oveja degollada, tus sobaquitos, qué húmedos, qué perfumados, señora sí, qué limpio tu montecito, se pueden contar los pelitos, qué pocos son, señora sí, ábrelas, niña, qué apretado tu coñito, huele a azafrán, niñita linda, niñita rica, señora sí, ¿te gusta mi lengüita?, ay sí, ay sí, ¿te beso toda, me dejas?, ay sí, ay sí, el Señor, el alacrán peludo, el culo ardiente de la loba, el buz colorado de la bestia, la tomó, gritaba, reía, un loco, un borracho, señora sí, tu lengua en mi boca, mi lengua en la tuya, selva, álamo, zarza, cencerro, loba, oveja, muertas espigas, todo lo tomo, la naturaleza entera, que nada se me escape, mi lengua en tu oreja, oye mis secretos, oye lo que sé, nada muere, todo se transforma, permanecen los lugares, múdanse los tiempos, te traía dentro de mí, fui tú cuando fui niña como tú, me meto dentro de ti, el alacrán negro, la lengua morada, se acabó mi tiempo, señora sí, tu voz es mi voz, señora sí, me agoté, señora sí, te regalo mi vida, continúala, señora sí, te paso mi voz, te paso mis labios, te paso mis heridas, mi memoria está en tus labios, los hombres me contagiaron el mal, el diablo la sabiduría, hija de nadie, amante de todos, voyme podrida, el Señor me contagió su mal al tomarme la noche de mis bodas, yo le transmití el mal al hijo del Señor en la alcoba del alcázar, por mi conducto el padre contagió al hijo, nos necesitan, nos persiguen, no habrá salud para los hombres en la tierra mientras exista el hoyo negro de azufre y carne y vello y sangre, no habrá salud para las mujeres en la tierra mientras comande el alacrán negro y peludo, el látigo de carne, la sierpe eréctil, recuérdame, niña, señora sí, crece, haz por parecerte a mí, te dejo los labios heridos, en ellos mi memoria, en ellos mis palabras, sabrás y dirás cuanto yo supe y dije, sabré y diré, a tiempo, me dijo, hazlo a tiempo, tú te llamas Celestina, tú recuerdas toda mi vida, tú la vives ahora por mí, tú estarás dentro de veinte años, la tarde de un catorce de julio, en la playa del Cabo de los Desastres, desvía las rutas, engaña las voluntades, tuerce los horarios, debes estar, tenemos una cita, señora sí, señora sí…