Celestina abandonó su hogar; también ella ambulaba por los bosques, lavándose las manos heridas en los frescos manantiales y comiendo nueces y raíces. De noche, se sentaba bajo un gran árbol y rellenaba de harina las muñequitas de trapo que llevaba escondidas entre los faldones; las acariciaba, las apretaba contra los pechos, invocaba al maligno y le pedía que la tornase y le diese un hijo. Pero sólo levantaba esta súplica cuando los rumores del bosque silbante, aullante, gimiente eran más intensos; sólo el bosque debía escucharla.
Una noche, dos viejos que regresaban, acalorados y premiosos, de una feria distante, la escucharon y luego apartaron unas ramas para verla; cuando la excitación de Celestina llegó a un nivel insoportable, los dos viejos cayeron sobre ella y la violaron, uno detrás de] otro; pero la muchacha delgada y pálida ni siquiera se dio cuenta, pues estaba perdida en la total intensidad de su fantasía; quizás sólo imaginó que sus súplicas habían sido atendidas, que la había preñado un Demonio con dos colas. Los viejos se preguntaron sobre el significado de las muñequitas rellenas de harina, se encogieron de hombros, rieron y las destrozaron.
Cuando los viejos se marcharon, Celestina permaneció sola y extenuada durante un largo tiempo. Luego escuchó los sonidos cada vez más próximo de la música y el canto. Felipe avanzaba al frente de una vasta compañía de hombres y mujeres vestidos con cilicios y portando guadañas sobre los hombros. El corazón de Felipe dio un vuelco, pues reconoció en Celestina a la novia que, una tarde, su padre había tomado para sí. Se arrodilló junto a ella, le acarició el cabello y le dijo:
—No sufras más. Los pecados ya no serán castigados. Ahora, los pobres como tú pueden amar sin ser condenados por su amor. Ven con nosotros.
Tomó las manos llagadas de Celestina y ella le contestó:
—No, ven tú conmigo. He tenido un sueño. Debemos ir hacia el mar.
La muchedumbre cantante continuó en una dirección; Felipe, que ya sabía que los sueños pueden ser reales cuando no hay otra acción posible, se fue con Celestina en el sentido opuesto.