ESTUDIO PRELIMINAR
[1] Véase Jesús Huerta de Soto, «La crisis del paradigma walrasiano» y «Método y crisis en la Ciencia Económica», en Estudios de Economía Política, Unión Editorial, Madrid 1994, pp. 56-82 (2.a edición 2004). <<
[2] Todos aquéllos que ingenuamente creen que el «mejorismo científico» se da en el campo de la Economía caen en las redes de lo que Murray N. Rothbard felizmente ha calificado como de «concepción whig de la historia de la ciencia». De acuerdo con este punto de vista, «lo último siempre es lo mejor» en cualquier disciplina científica y también, por tanto, en el campo de la Economía. Según esta creencia, se supone que todo lo que se ha construido científicamente en cada momento es correcto, o al menos «mejor» que lo que se había elaborado con anterioridad, lo cual lleva de manera inevitable a la autocomplacencia y al optimismo injustificado tan altamente peligrosos en la búsqueda y el mantenimiento de la verdad científica. Y es que la postura del «mejorismo científico» no es sino un artificial «cinturón de seguridad» elaborado de manera implícita y subrepticia por los distintos paradigmas para invalidar de entrada la posibilidad de que toda una escuela de pensamiento económico pueda basarse en el error, o que la propia evolución de la Ciencia Económica durante etapas más o menos prolongadas pueda llegar a estancarse o incluso, como ha sucedido a menudo, entrar en fases de evidente regresión. En contra de esta doctrina, Rothbard mantiene que «There can be therefore no presumption whatever in economics that later thought is better than earlier, or even that all well-known economists have contributed their sturdy mite to the developing discipline. For it becomes very likely that, rather than everyone contributing to an ever-progressing edifice, economics can and has proceeded in contentious, even zig-zag fashion, with later systemic fallacy sometimes elbowing aside earlier but sounder paradigms, thereby redirecting economic thought down a total erroneous or even tragic path. The overall path of economics may be up, or it may be down, over any given time period». Murray N. Rothbard, Economic Thought befare Adam Smith: An Austrian Perspective on the History of Economic Thought, Edward Elgar, Aldershot, Inglaterra, 1995, vol. I, p. x, 2.a ed. del Ludwig von Mises Institute, Auburn, Alabama 2006 (traducción española publicada por Unión Editorial, Madrid 1999). Ejemplos de regresión en la evolución del pensamiento económico serían, por ejemplo, los constituidos por el resurgir de la teoría objetiva del valor de la mano de la escuela neoricardiana, el análisis económico keynesiano, el abandono de la dimensión temporal y de la teoría del capital en el moderno pensamiento macroeconómico, y los estrechos conceptos de racionalidad, maximización y equilibrio que fundamentan el análisis neoclásico. <<
[3] Joseph E. Stiglitz, Economía, Ariel, Barcelona 1993, p. 105. Como bien explica Mises, «el hombre, al actuar, no mide ni cifra la utilidad. La ordena, por el contrario, en meras escalas valorativas. Los precios de mercado, lejos de reflejar una equivalencia de valor, atestiguan que los contratantes valoran la mercancía de modo diferente» (p. 829). En economía la escasez no refleja una realidad exterior objetivamente medible, sino que es un concepto subjetivo de valoración (ordinal) relativa a determinados fines que el actor considera que no pueden alcanzarse, como desearía, en su totalidad. <<
[4] En cuanto a la posibilidad de usar la regla «precio igual a coste marginal» para organizar de forma «óptima» una economía socialista, es categóricamente expuesta, entre otros y por ejemplo, en el conocido libro de texto de J. C. Gould y C. E. Ferguson, Microeconomic Theory, Richard D. Irwin, Illinois, 1980, p. 445 (existe una traducción al español de Eduardo L. Suárez, publicada con el título de Teoría microeconómica, Fondo de Cultura Económica, México 1983). En Jesús Huerta de Soto, Socialismo, cálculo económico y función empresarial (Unión Editorial, 4.a edición, Madrid 2010, pp. 319 ss), se evidencian con todo detalle las graves falacias que se contienen en tal idea. <<
[5] No es, por tanto, de extrañar que a cada paso se utilicen conceptos que como el de «elasticidad», no son sino una desafortunada transposición (en este caso debida a Alfred Marshall) de realidades ajenas procedentes del mundo de la Física al campo de la Economía, tal y como han puesto de manifiesto autores que como Philip Mirowski, entre otros, han evidenciado que el paradigma neoclásico no es sino una mala copia de la (hoy ya obsoleta) concepción de la energía propia de la Física del siglo XIX. Véase Philip Mirowski, More Heat than Light: Economics as Social Physics, Physics as Nature’s Economics, Cambridge University Press, Cambridge 1991. Posteriormente Mirowski ha profundizado aún más su análisis crítico al mecanicismo de la escuela neoclásica, que califica de «cyborg incursion in economics», en su libro Machine Dreams, Cambridge University Press, Cambridge 2002. <<
[6] En el presente Tratado (pp. 1034-1035), Mises se refiere al daño que esta concepción cientista de la Economía produce sobre los estudiantes de la siguiente manera: «Los estudiantes quedan perplejos y desorientados. En los cursos de economía matemática se les ha saturado de fórmulas y ecuaciones que recogen unos hipotéticos estados de equilibrio, donde no hay ya actividad humana. Comprenden que dichas ecuaciones de nada sirven cuando se trata de abordar el mundo económico real. Por otra parte, supuestos especialistas les han expuesto en sus disertaciones la rica gama de medidas intervencionistas que convendría aplicar para “mejorar” las cosas. Resulta, pues, de un lado, que aquel equilibrio que con tanto interés estudiaron jamás se alcanza en la práctica y, por otro, que nunca tampoco los salarios ni los precios de los productos del campo son suficientemente elevados, en opinión de sindicatos y agricultores. Se impone por tanto, piensan, una reforma radical. Pero ¿en qué debe consistir concretamente esa reforma? La mayoría estudiantil acepta, sin preocuparse de más, las panaceas intervencionistas que sus profesores preconizan. Todo se arreglará, de acuerdo con sus maestros, en cuanto el gobierno imponga unos salarios mínimos justos, procure a todo el mundo alimento suficiente y vivienda adecuada y, de paso, prohíba, por ejemplo, la venta de margarina o la importación de azúcar. Pasan por alto las contradicciones en que caen sus mentores cuando un día lamentan la “locura de la competencia” y al siguiente los “males del monopolio”, quejándose unas veces de la caída de los precios y otras del creciente coste de la vida. El estudiante recibe su título y procura encontrar lo antes posible un empleo al servicio de la administración pública o de cualquier poderoso grupo de presión». <<
[7] Compárese, por ejemplo, Paul A. Samuelson y William N. Nordhaus, Economía, 12.a edición, McGraw-Hill, Madrid 1988, pp. 205-207, con Paul A. Samuelson y William N. Nordhaus, Economía, 14.a edición, Madrid 1992. También en la 14.a edición del manual de Samuelson desapareció, sin explicación alguna, el tratamiento bochornoso (al menos desde la óptica de los acontecimientos que acaecieron en los países del Este de Europa a partir de 1989 y que han venido a confirmar plenamente el análisis teórico de Mises sobre la imposibilidad del socialismo) dado tradicionalmente por Samuelson a este tema y según el cual «the Soviet economy is proof that, contrary to what many sceptics had earlier believed, a socialist command economy can function and even thrive» (Paul A. Samuelson, Economics, 13.a edición, Nueva York 1989, p. 837). <<
[8] El único ejemplo que conozco de honestidad intelectual en este campo es el del manual de Bresciani-Turroni, que al menos menciona los importantes trabajos críticos de Hans Mayer sobre la teoría neoclásica funcional de determinación de los precios. Véase C. Bresciani-Turroni, Curso de Economía Política, vol. I, Fondo de Cultura Económica, México 1960, pp. 123-124 y 136-137. En cuanto al trabajo de Hans Mayer, originariamente publicado con el título de «Der Erkenntniswert der funktionellen Preistheorien: Kritische und positive Untersuchungen zum Preisproblem», en Die Wirtschaftstheorie der Gegenwart, Hans Mayer (ed.), Verlag von Julius Springer, vol. II, Viena 1932, pp. 147-239b, por fortuna ha sido traducido y publicado en inglés con el título de «The Cognitive Value of Functional Theories of Price: Critical and Positive Investigations conceming the Price Problem» en Classics in Austrian Economics: A Sampling in the History of a Tradition, Israel M. Kirzner (ed.), William Pickering, Londres 1994, vol. II, pp. 55-186 (traducción española de José Díaz publicada en Procesos de Mercado, vol. I, n.o 2, otoño 2004, pp. 143-265). <<
[9] Como bien indica Mises en su crítica a la teoría de la «preferencia revelada» de Samuelson contenida en las pp. 123-124 de este tratado, «se ha pretendido fijar el concepto de actuación no-racional mediante el siguiente razonamiento: si se prefiere a a b y b a c, lógicamente a habrá de ser preferida a c. Ahora bien, si de hecho c luego resulta más atractiva que a, se supone que nos hallaríamos ante un modo de actuar que habría de ser tenido por inconsistente e irracional. Pero tal razonamiento olvida que dos actos individuales nunca pueden ser sincrónicos. Si en cierto momento preferimos a a b, en otros b a c, por corto que sea el intervalo entre ambas valoraciones, no es lícito construir una escala uniforme de valoración en la que, forzosamente, a haya de preceder a b y b a c». Véase, igualmente, Murray N. Rothbard, «Toward a Reconstruction of Utility and Welfare Economics», en Austrian Economics, Stephen Littlechild, Edward Elgar, Aldershot, Inglaterra, 1990, vol. III, pp. 228 ss (traducción española en Libertas, Buenos Aires, n.o 4, mayo de 1987). Véase igualmente infra, nota 40. <<
[10] La única excepción que conozco sobre la referencia a otras posiciones metodológicas distintas de las positivistas es la de Richard G. Lipsey que, por lo menos hasta la 8.a edición de su conocido manual de Introducción a la Economía positiva, se expresaba de la siguiente manera sobre La acción humana de Mises: «Todo especialista en economía ha de leer este interesante libro. Expone una concepción sobre la naturaleza de la teoría económica y su relación con las observaciones empíricas directamente contradictoria con la presentada en nuestro libro». Richard G. Lipsey, Introducción a la Economía positiva, Edit. Vicens-Vives, Barcelona 1973, nota 19 al pie de la página 210. <<
[11] Así, por ejemplo, el análisis teórico que Mises presenta en los capítulos XXIX a XXXI de este Tratado sobre la lógica de la concatenación de acontecimientos en relación con el proteccionismo, las medidas de intervención y el control de cambios, es especialmente brillante y manifiesta gran reflexión, sabiduría y experiencia práctica. <<
[12] Friedrich A. Hayek, Premio Nobel de Economía en 1974, se refería específicamente a estas características del libro de Mises en uno de los comentarios que efectuó a su primera edición aparecida en alemán, llegando a la conclusión de que «there appears to be a width of view and an intellectual spaciousness about the whole book which are much more like that of an eighteenth-century philosopher than that of a modem specialist». F. A. Hayek, The Economic Journal, número de abril de 1941, pp. 124-127. De hecho, Mises, con su Tratado general de Economía La acción humana, pretende, entre otras cosas, responder al desafío intelectual originariamente lanzado por Max Weber, relativo a la necesidad de elaborar todo un corpus teórico integrado que permitiera interpretar y hacer la Historia. Es decir, toda una teoría social unificada que hiciera posible la interpretación de la realidad histórica. Dentro del campo neoclásico se ha efectuado algún tímido intento de llevar a cabo este corpus de ciencia unificada como es, por ejemplo, el de James Coleman en su libro The Foundations of Social Theory (Harvard University Press, Cambridge 1990), aunque, por basarse Coleman en el paradigma neoclásico en su versión de la Escuela de Chicago, adolece de los defectos e insuficiencias que son propios de este paradigma y que, en nuestra opinión, ya fueron convenientemente criticados y superados por Mises en su Tratado de Economía. <<
[13] Así, por ejemplo, el profesor Toshio Murata, catedrático de Economía en la Universidad de Yokohama en Japón, resalta cómo «Mises’ Human Action is filled with his precious wisdom, written in a very concise style, extending into many spheres. It is a treasury of thoughts and ideas, any one of which may be explored further and developed into a new thesis or a new book». Toshio Murata, «Fascinated by Mises for Thirty-Five Years», Shunjo (Shunjo-sha), n.o 330, julio de 1991, p. 4. <<
[14] «Around Christmas, 1903, I read Menger’s Grundsätze der Volkswirtschaftslehre for the first time. It was the reading of this book that made an “economist” of me». Ludwig von Mises, Notes and Recollections, Libertarian Press, South Holland, Illinois, 1978, p. 33 (edic. española, Unión Editorial, Madrid 2001). Véase Carl Menger, Grundsätze der Volkswirthschaftslehre, editorial Wilhelm Braumüller, Viena 1871. Existe una traducción al español de Marciano Villanueva, publicada por Unión Editorial (Madrid 1997) con el título de Principios de economía política. Sobre Menger y la influencia que el mismo tuvo en la historia del pensamiento económico en general y sobre las aportaciones de Mises en particular, puede consultarse a Jesús Huerta de Soto, «Génesis, esencia y evolución de la Escuela Austriaca de Economía», cap. 1 de Estudios de Economía Política, Unión Editorial, Madrid 1992 (2.a edición 2004), pp. 17-55; e igualmente, del mismo autor, La Escuela Austriaca: mercado y creatividad empresarial, Editorial Síntesis, Madrid 2000, cap. 3. <<
[15] Las conexiones teóricas entre la Escuela Austriaca y los escolásticos españoles han sido estudiadas con detalle por dos alumnos de Mises, F. A. Hayek y, en especial, Murray N. Rothbard. Véase, sobre todo, el artículo de este último «New Light on the Prehistory of the Austrian School», publicado en The Foundations of Modern Austrian Economics, Sheed & Ward, Kansas City 1976, pp. 52-74, y más recientemente el volumen I de su obra póstuma Economic Thought before Adam Smith: An Austrian Perspective on the History of Economic Thought, obra ya citada, pp. 97-177 (pp. 97-205, de la ya citada traducción española, publicada por Unión Editorial en 1999). Véase, además, Jesús Huerta de Soto, «Juan de Mariana y los escolásticos españoles», en Nuevos estudios de Economía Política, Unión Editorial, 2.a edición, Madrid 2007, cap. XI. Curiosamente, esta íntima relación existente entre los miembros de la Escuela de Salamanca y los teóricos de la Escuela Austriaca no es mencionada expresamente por Mises en la referencia que, de pasada, efectúa a los precursores de la teoría subjetiva del valor al final del epígrafe 3 del capítulo XII, p. 265 de este Tratado. <<
[16] F. A. Hayek ha afirmado que «it is probably no exaggeration to say that every important advance in economic theory during the last hundred years was a further step in the consistent application of subjectivism» (The Counter-Revolution of Science, Free Press of Glencoe, Nueva York, 1955, p. 31, edic. española, Unión Editorial, Madrid 2003). Hayek añade, refiriéndose a Mises (nota 24, pp. 209-210) que el subjetivismo «has probably been carried out most consistently by Ludwig von Mises and I believe that most peculiarities of his views which at first strike many readers as strange and unacceptable are due to the fact that in the consistent development of the subjectivist approach he has for a long time moved ahead of his contemporaries. Probably all the characteristic features of his theories, from his theory of money to what he calls his apriorism, his views about mathematical economics in general, and the measurement of economic phenomena in particular, and his criticism of planning all follow directly from his central position» (las cursivas son mías). Esta concepción subjetivista es la más típica impronta de Mises, así como el principal elemento diferenciador de la Escuela Austriaca frente a las otras escuelas marginalistas de Walras y Jevons. Véase William J. Jaffé, «Menger, Jevons and Walras de-homogenized», Economic Enquiry, núm. 14 (4), diciembre de 1976, pp. 511-524. <<
[17] El magnum opus de Böhm-Bawerk, que es, a pesar de su título, un verdadero tratado completo de economía, es Kapital und Kapitalzins, editorial Wagner, Innsbruck 1884-1902. Existe una traducción al inglés de Hans Senholz, publicada con el título de Capital and Interest, Libertarian Press, South Holland, Illinois, 1959. Del primer volumen de Capital e interés, «Historia y crítica de las teorías sobre el interés», existe una traducción al español de Carlos Silva, publicada por el Fondo de Cultura Económica, México 1986; igualmente, del segundo volumen, Teoría positiva del capital, se ha publicado una traducción de José Antonio de Aguirre, por ediciones Aosta, Madrid 1998. <<
[18] Ludwig von Mises, Theorie des Geldes und der Umlaufsmittel, Duncker & Humblot, Múnich y Leipzig 1912 (2.a edición de 1924). Traducción española publicada con el título de La Teoría del dinero y del crédito por Unión Editorial, Madrid 1997. <<
[19] Lamentablemente, un autor del prestigio de John Maynard Keynes no pudo sacar el suficiente provecho de la obra de Mises, pues, según confesión propia, «In German I can only clearly understand what I already know —so that new ideas are apt to be veiled from me by the difficulties of the language». John Maynard Keynes, A Treatise on Money, Londres 1930, vol. I, p. 199, nota 2. Tampoco pudo aprovecharse de la aportación misiana Paul A. Samuelson, como ponen de manifiesto los comentarios que efectúa a la teoría monetaria de von Mises en su Foundations of Economic Analysis, Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts, 1947, pp. 117-118 (traducción española de Uros Bacie, Editorial «El Ateneo», Buenos Aires 1957). <<
[20] La radical separación entre los aspectos «micro» y «macro» de la Ciencia Económica es otra de las insuficiencias características de los modernos libros de texto y manuales introductorios de Economía Política, que en vez de proporcionar un tratamiento unitario de los problemas económicos como hace Mises, siempre presentan la Ciencia Económica dividida en dos disciplinas distintas (la «micro» y la «macroeconomía») que carecen de conexión entre sí y que, por tanto, pueden estudiarse separadamente. Como bien indica Mises, esta separación tiene su origen en la utilización de conceptos que, como el de nivel general de precios, ignoran la aplicación de la teoría subjetiva del valor al dinero y siguen anclados en la etapa precientífica de la economía en la que el análisis aún se intentaba efectuar en términos de clases globales o agregados de bienes, más que en términos de unidades incrementales o marginales de los mismos. Esto explica que hasta ahora se haya desarrollado toda una «disciplina» basada en el estudio de las supuestas relaciones mecánicas existentes entre agregados macroeconómicos cuya conexión con la acción humana individual es difícil, si no imposible, de entender. <<
[21] Véase Mark Skousen, «Who Predicted the 1929 Crash?», incluido en The Meaning of Ludwig von Mises, Jeffrey M. Herbener (ed.), Kluwer Academic Publishers, Amsterdam 1993, pp. 247-284. También Lionel Robbins, en su Introducción a la primera edición de Prices and Production de F. A. Hayek (Routledge, Londres 1931, p. xii; traducción española de Carlos Rodríguez Braun, publicada por Unión Editorial y Ediciones Aosta, Madrid 1996), se refirió a esta predicción efectuada por Mises y Hayek del inexorable advenimiento de la Gran Depresión, que expresamente apareció en un artículo de Hayek publicado en 1929 en Monatserichte des Österreichischen Instituts für Konjunkturforschung. <<
[22] El análisis del ciclo misiano explica también la grave crisis financiera y posterior recesión económica que han asolado el mundo a partir de 2008. Véase, además, Jesús Huerta de Soto, Dinero, crédito bancario y ciclos económicos, 4.a edición, Unión Editorial, Madrid 2009. <<
[23] «La falacia de que un orden racional en la gestión económica es posible dentro de una sociedad basada en la propiedad pública de los medios de producción tiene su origen en la errónea teoría del valor formulada por los economistas clásicos, así como en la tenaz incapacidad de muchos economistas modernos para captar el teorema fundamental de la teoría subjetiva y comprender hasta las últimas consecuencias que del mismo se derivan. (…) La verdad es que sólo los errores de estas escuelas hacían que las ideas socialistas prosperaran». Ludwig von Mises, La acción humana, p. 250 (las cursivas son mías). Más recientemente Joseph E. Stiglitz también ha manifestado la opinión de que el paradigma neoclásico hasta ahora dominante ha sido en gran medida el culpable del mantenimiento de la errónea creencia de que el sistema económico socialista podría funcionar, concluyendo que «the standard (neoclassical) models were partly to blame for the disastrous situation in which so many Eastern European countries found themselves. A strong case could be made for the proposition that ideas about economics have led close to half the world’s population to untold suffering». J. E. Stiglitz, Whither Socialism?, The MIT Press, Cambridge, Massachusetts, 1994, pp. ix-xii. Y en el mismo sentido pueden verse las manifestaciones efectuadas dos años antes por Jesús Huerta de Soto, Socialismo, cálculo económico y función empresarial, ob. cit., pp. 33 y ss. <<
[24] El concepto y análisis del cálculo económico y su importancia para la acción e interacción humanas constituye uno de los aspectos más esenciales del pensamiento misiano y a su estudio se dedica toda la Parte Tercera de La acción humana (caps. XI-XIII). Quizá el mérito de Mises radique, en suma, en haber sabido establecer en términos teóricos cuál es la conexión que existe entre el mundo subjetivo de las valoraciones individuales (ordinal) y el mundo externo de las estimaciones de precios de mercado fijados en unidades monetarias (mundo cardinal propio del cálculo económico). El puente entre uno y otro mundo se hace posible siempre que se verifica una acción de cambio interpersonal que, movida por las distintas valoraciones subjetivas de las partes, se plasma en un precio monetario de mercado o relación histórica de intercambio en unidades monetarias que tiene una existencia real cuantitativa determinada y que puede utilizarse posteriormente por el empresario como valiosa información para estimar la evolución futura de los acontecimientos y tomar decisiones (cálculo económico). Se hace, pues, evidente cómo si se impide por la fuerza el libre humano actuar, los cambios voluntarios interpersonales no se verificarán, destruyéndose así el puente o conexión que los mismos suponen entre el mundo subjetivo de la creación de información y de las valoraciones directas (ordinal) y el mundo externo de los precios (cardinal), imposibilitándose con ello totalmente el cálculo económico. Véase especialmente Murray N. Rothbard, «The End of Socialism and the Calculation Debate Revisited», The Review of Austrian Economics, vol. 5, n.o 3, 1991, p. 64-65. <<
[25] Ludwig von Mises, Die Gemeinwirtschaft: Untersuchungen über den Sozialismus, Gustav Fischer, Jena 1922. Edición española de Juan Marcos de la Fuente publicada con el título de El Socialismo: análisis económico y sociológico, 5.a edición, Unión Editorial, Madrid 2007. Este tratado recoge casi literalmente la primera aportación seminal de Mises sobre el socialismo que fue incluida en su artículo «Die Wirtschaftsrechnung im sozialistischen Gemeinwesen», publicado en Archiv für Sozialwissenschaft und Sozialpolitik, n.o 47, 1920, pp. 106-121, traducido a su vez al inglés por S. Adler con el título de «Economic Calculation in the Socialist Commonwealth», incluido en Collectivist Economic Planning, F. A. Hayek (ed.), Augustus M. Kelley, Clifton 1975. <<
[26] Véase el «Prólogo» escrito por F. A. Hayek para la cuarta edición inglesa publicada en 1981 por Liberty Fund, Indianápolis, del Socialismo de Mises (Socialism: An Economic and Sociological Analysis, p. xix). Mises, a su vez, reconoce que cuando entró en la universidad era ideológicamente muy estatista y que sólo paulatinamente sus estudios de Economía Política le hicieron cambiar de opinión: «When I entered the university, I, too, was a thorough statist (interventionist). But in contrast to my fellow students I was consciously anti-Marxian. My first doubts about the excellence of interventionism came to me when, in my fifth semester, Professor Philippovich induced me to research housing conditions and when, in the following semester in the Seminar on Criminal Law, Professor Löffler asked me to research the changes in law regarding domestic servants, who at that time were still subject to corporal punishment by their employers. It then dawned on me that all real improvements in the conditions of the working classes were the result of capitalism; and that social laws frequently brought about the very opposite of what the legislation was intended to achieve». Ludwig von Mises, Notes and Recollections, ob. cit., pp. 16 y 19-20. <<
[27] Las otras tres polémicas son, cronológicamente, la Methodenstreit, que mantuvo Menger con la escuela historicista alemana en el siglo XIX; en segundo lugar, la polémica sobre el concepto de capital y la teoría del interés que mantuvieron Böhm-Bawerk con J. B. Clark en un primer momento, y Mises, Hayek y Machlup con Frank H. Knight y la Escuela de Chicago después; y la tercera es la conocida controversia mantenida por Hayek contra Keynes a lo largo de los años treinta. (Véase F. A. Hayek, Contra Keynes and Cambridge: Essays, Correspondence, vol. 9 de The Collected Works of F. A. Hayek, Bruce Caldwell (ed.), Routledge, Londres 1995; traducción española de Unión Editorial, Madrid 1996). La evolución de los acontecimientos históricos (caída del socialismo real) y del pensamiento económico (crisis de la ingeniería social y de la economía keynesiana) están evidenciando cómo los teóricos austriacos llevaron la razón en estas cuatro controversias doctrinales. <<
[28] Jesús Huerta de Soto, Socialismo, cálculo económico y función empresarial, ob. cit. Y en la misma línea Donald A. Lavoie, Rivalry and Central Planning, Cambridge University Press, Cambridge 1985. <<
[29] «Mises was right (…). Socialism has been the great tragedy of this century». Robert L. Heilbroner, «Analysis and Vision in the History of Modern Economic Thought», Journal of Economic Literature, vol. 28, septiembre de 1990, pp. 1097 y 1110-1111. Y también los economistas Wlodzimierz Brus y Kazimierz Laski concluyen que Oskar Lange y los teóricos socialistas «never succeeded in confronting the Austrian challenge» (From Marx to the Market: Socialism in Search of an Economic System, Clarendon Press, Oxford 1985, p. 60). Mises sintetiza, reevalúa y da su última opinión sobre la imposibilidad del cálculo socialista en la parte quinta de La acción humana, capítulos XXV y XXVI. <<
[30] El gran mérito de Mises estriba, en suma, en haber sido el primero en haber abordado el problema de la imposibilidad teórica del socialismo, que antes que él (de 1848 a 1920) nadie se había atrevido a tocar, así como en haber puesto de manifiesto que si la idea socialista se ha podido mantener durante un tiempo tan prolongado ha sido como consecuencia de los errores del paradigma neoclásico (véase epígrafe 2 del capítulo XXVI) y del racionalismo constructivista (que Mises llama «romanticismo racionalista», véase La acción humana, pp. 605 y 817). <<
[31] Como bien indica Tullio Bagiotti, que fue catedrático de Economía en la Universidad Bocconi de Milán, «Il titolo non mancherà di sorprendere un poco. Nessun economista prima di lui l’aveva usato, anche se l’economia spesso forzava i suoi cànoni presentandosi come norma all’azione». Tullio Bagiotti, «Presentazione» a la edición italiana de L’Azione Umana: Trattato di economia, Unione Tipografico-Editrice Torinese, Turín 1959, p. vi. <<
[32] Mises manifiesta de manera expresa que el elemento esencial de la función empresarial radica en su capacidad creativa («Sólo es creadora la mente humana que dirige la acción y la producción», p. 169). Igualmente, critica con dureza las falacias populares que consideran que el beneficio se deriva de la simple asunción de riesgos (cuando el riesgo no da lugar sino a un coste más del proceso productivo que nada tiene que ver con el beneficio empresarial, pp. 953-954), así como la idea, esencialmente errónea, de que la función empresarial es un factor de producción gerencial que puede comprarse y venderse en el mercado. Por el contrario, según Mises, «para triunfar en el mundo de los negocios no se precisa título académico alguno. Las escuelas y facultades preparan a gente subalterna para desempeñar funciones rutinarias, pero no producen empresarios; no se puede enseñar a ser empresarios. El hombre se hace empresario sabiendo aprovechar oportunidades y llenando vacíos» (p. 380). <<
[33] Kirzner me ha relatado cómo toda su carrera académica se debía a la casualidad de haber elegido, para completar unos créditos que le faltaban y utilizando como criterio decisivo el número de obras publicadas por cada profesor, asistir al seminario de economía que Mises impartió en la Universidad de Nueva York de 1949 a 1969. Las obras básicas de Israel M. Kirzner son las siguientes: Competition and Entrepreneurship, The University of Chicago Press, Chicago 1973 (existe una traducción al español publicada por Unión Editorial con el título Competencia y empresarialidad, Madrid 1998); Perception, Opportunity and Profit, The University of Chicago Press, Chicago 1979; Discovery and the Capitalist Process, The University of Chicago Press, Chicago 1985; Discovery, Capitalism and Distributive Justice, Basil Blackwell, Oxford, 1989 (existe una traducción al español de Federico Basáñez publicada con el título de Creatividad, capitalismo y justicia distributiva, Unión Editorial, Madrid 1995); y The Meaning of the Market Process, Routledge, Londres 1992. <<
[34] Las enfáticas afirmaciones de Mises en el sentido de que la Economía es una ciencia que trata sobre los medios y no sobre los fines (p. 19) deben entenderse en el sentido de que la Economía jamás analiza el contenido concreto ni emite juicios de valor respecto de los fines que pretenden los seres humanos al actuar. Sin embargo, en el análisis económico los fines, al igual que los medios, son tenidos en cuenta, siempre en términos estrictamente formales, como un resultado del continuo flujo de creación de información que surge del proceso empresarial de interacciones humanas. Además, la Economía también estudia qué normas o reglas pautadas de comportamiento son conformes al proceso espontáneo de creatividad y coordinación humana movido por la fuerza de la función empresarial y cuáles, por el contrario, imposibilitan o dificultan el mismo, por lo que estamos plenamente de acuerdo con la posición de Murray N. Rothbard (The Ethics of Liberty, Humanities Press, Atlantic Highlands, Nueva Jersey, 1982, p. 202; traducción española: La ética de la libertad, Unión Editorial, Madrid 1995, 2.a edición 2009) cuando critica a Mises por considerar este último autor que los principios éticos de comportamiento son también puramente subjetivos (véase infra, nota 75). Por otro lado, fue una reduccionista y estrecha interpretación de la clara posición de Mises respecto del papel de los fines y los medios en el análisis económico la que indujo a Lionel Robbins a la equivocación de considerar que los fines están «dados» (no en el sentido de que no deban juzgarse, sino en el sentido de que son conocidos y constantes), por lo que el comportamiento económico se reduce a la simple optimización o maximización que pretende extraer el máximo de fines prefijados a partir de unos medios también dados y conocidos (p. 27). <<
[35] Jesús Huerta de Soto, Socialismo, cálculo económico y función empresarial, ob. cit., pp. 150 y 406-407. Como indica Mises, la teoría es previa a los hechos empíricos, y es imprescindible para interpretar la realidad social que constituye la Historia, cuya elaboración como disciplina requiere además un juicio de relevancia no científico (Verstehen o comprensión) que por no ser objetivo puede variar de uno a otro historiador (Capítulo II). <<
[36] «La teoría económica no trata sobre cosas y objetos materiales; trata sobre los hombres, sus apreciaciones y, consecuentemente, sobre las acciones humanas que de aquéllas se derivan. Los bienes, mercancías, la riqueza y todas las demás nociones de la conducta, no son elementos de la naturaleza, sino elementos de la mente y de la conducta humana. Quien desee entrar en este segundo universo debe olvidarse del mundo exterior, centrando su atención en lo que significan las acciones que persiguen los hombres (…). La producción no es un hecho físico, natural y externo; al contrario, es un fenómeno intelectual y espiritual» (pp. 111-112 y 169). Por eso, en Economía, las «restricciones» no vienen dadas por los factores materiales del mundo exterior (por ejemplo, en el ámbito energético por las reservas de petróleo), sino por el conocimiento humano empresarial (el descubrimiento, por ejemplo, de un carburador que duplique la eficiencia en los motores de explosión tiene el mismo efecto económico que una duplicación del total de reservas físicas de petróleo). <<
[37] Así, por vía de ejemplo, sobresale la demostración que Mises efectúa en términos exclusivamente lógicos de la Ley de los Rendimientos Decrecientes (epígrafe 2 del cap. VII). Esta demostración lógica se basa en el hecho de que, sensu contrario, si la mencionada ley no se diera en el mundo de la acción humana, el factor de producción considerado como fijo tendría una capacidad productiva ilimitada y por tanto se convertiría en un bien libre. Karl Menger, hijo del gran economista austríaco, ha tratado, en nuestra opinión infructuosamente, de refutar el teorema de Mises sobre el carácter estrictamente praxeológico de la Ley de los Rendimientos Decrecientes. Véase Karl Menger, «Remarks on the Law of Diminishing Returns. A Study in Meta-Economics», cap. 23 de Selected Papers in Logic and Foundations, Didactics, Economics, D. Reidel Publishing Co., Dordrecht, Holanda, 1979, pp. 279-302. <<
[38] Ludwig von Mises, La acción humana, p. 70. Una favorable y desapasionada explicación del paradigma metodológico de Mises es la de Bruce Caldwell, Beyond Positivism: Economic Methodology in the Twentieth Century, 2.a edición, Routledge, Londres 1994, pp. 117-138. Sobre la metodología de Mises en general, y sobre las relaciones entre la Teoría y la Historia en particular, pueden consultarse las 36 citas bibliográficas de mi artículo sobre «Método y crisis en la Ciencia Económica», Hacienda Pública Española, n.o 74, 1982 (reeditado en Jesús Huerta de Soto, Estudios de Economía Política, Unión Editorial, 2.a edición, Madrid 2004, pp. 59-83); así como los trabajos de Mises, Theory and History, Yale University Press, Yale 1957 (traducido al español por Rigoberto Juárez Paz y publicado con el título de Teoría e historia, Unión Editorial, 2.a edición, Madrid 2003); y de Hayek, «The Facts of the Social Sciences», en Individualism and Economic Order, Henry Regnery, Chicago 1972, y The Counter-Revolution of Science, Liberty Press, Indianápolis 1979 (edición española, Unión Editorial, Madrid 2003). <<
[39] Mises denomina al equilibrio «economía de giro uniforme» (evenly rotating economy), y lo considera una construcción imaginaria de valor exclusivamente instrumental para mejorar la comprensión analítica de únicamente dos problemas de nuestra Ciencia: el surgimiento de los beneficios empresariales en un entorno dinámico, y la relación que existe entre el precio de los bienes y servicios de consumo y el precio de los factores de producción necesarios para llevarlos a cabo (pp. 302-303). En este aspecto concreto yo iría aún más lejos que el propio Mises, pues creo que puede explicarse perfectamente el surgimiento de los beneficios empresariales y la tendencia hacia la fijación de los precios de los factores de producción de acuerdo con el valor descontado de su productividad marginal sin hacer referencia alguna a modelos de equilibrio (general o parcial), sino tan sólo al proceso dinámico que tiende hacia lo que Mises denomina un «estado final de reposo» (que nunca se alcanza). En todo caso, es preciso insistir en que, de acuerdo con Mises, «lo que distingue a la Escuela Austriaca y habrá de proporcionarle fama inmortal es precisamente el hecho de haber desarrollado una teoría económica de la acción y no de la “no acción” o equilibrio económico» (Ludwig von Mises, Notes and Recollections, ob. cit. p. 136). Además, y de acuerdo con Mises, «la construcción imaginaria del estado final de reposo sirve para percatamos de la evolución temporal de las circunstancias del mercado», y en ello se diferencia del modelo de equilibrio o «economía de giro uniforme» en el que se elimina radicalmente el factor tiempo (p. 300). <<
[40] Como ya hemos visto en la nota 9, los criterios axiomáticos de racionalidad propuestos por Samuelson y otros economistas matemáticos tampoco tienen sentido, puesto que si un actor prefiere A a B y B a C, puede perfectamente preferir C a A, sin necesidad de dejar de ser «racional» o coherente si es que, simplemente, ha cambiado de opinión (aunque sólo sea durante la centésima de segundo que dure en su propio razonamiento el planteamiento de este problema). <<
[41] El análisis crítico de la utilización de las matemáticas en Economía se encuentra incluido en el epígrafe 5 del capítulo XVI y es una de las partes más importantes del presente Tratado. Las aportaciones de Mises sobre este tema fueron, a su vez, paralelas a las también desarrolladas por el economista austriaco Hans Mayer, sucesor de Menger y Wieser en la cátedra de Economía de la Universidad de Viena. Para Mayer no tiene sentido la teoría neoclásica de la determinación funcional o matemática de los precios, pues en la misma se integra en un sistema de ecuaciones, de manera simultánea, información en cuanto a los precios y cantidades de bienes y servicios producidos en el mercado, que en realidad son magnitudes heterogéneas desde el punto de vista temporal que jamás están dadas a la vez en la sociedad, sino que van surgiendo secuencialmente a lo largo de un proceso y como resultado de acciones humanas concretas movidas por la fuerza de la función empresarial. La obra esencial de Hans Mayer es la ya citada «Der Erkenntniswert der Funktionellen Preistheorien», en Die Wirtschaftstheorie der Gengenwart, edit. Springer, vol. 2 Viena 1932, pp. 147-239b (traducida al inglés con el título de «The Cognitive Value of Functional Theories of Price» y publicada en el vol. II de Classics in Austrian Economics: A Sampling in the History of a Tradition, Israel M. Kirzner (ed.), William Pickering, Londres 1994, pp. 55-186; traducción española de José Díaz en Procesos de Mercado, vol. I, n.o 2, otoño 2004). Queda para los matemáticos el desafío de concebir y desarrollar una nueva «matemática» que sea capaz de dar entrada a y permita el análisis de la capacidad creativa del ser humano y sus implicaciones, sin recurrir por tanto a los postulados de constancia que proceden del mundo de la Física y a impulso de los cuales se han desarrollado todos los lenguajes matemáticos que hasta ahora conocemos. En nuestra opinión, no obstante, el lenguaje científico ideal para dar entrada a esta capacidad creativa es, precisamente, el que los propios seres humanos han venido creando de forma espontánea en su diario quehacer empresarial y que se plasma en los distintos idiomas y lenguajes verbales que hoy imperan en el mundo. <<
[42] Los problemas económicos quedarían eliminados y sustituidos por problemas estrictamente técnicos si, como bien indica Mises (p. 251), existiera una relación de sustitución perfecta entre todos los factores de producción en unas proporciones dadas, o bien si todos los recursos productivos fueran completamente específicos. Fuera de estos casos, todos los problemas son económicos tal y como los definimos en el texto principal, a no ser que, como hacen los economistas neoclásicos, se presupongan conocidas y constantes las funciones de oferta y de demanda y los correspondientes precios de equilibrio, en cuyo caso, aunque no existan relaciones de sustitución perfecta en proporciones fijas entre los factores productivos ni éstos sean completamente específicos, también se reducen a problemas exclusivamente técnicos los problemas económicos que se dan en el mundo real. Un ejemplo de esta consideración reduccionista propia de la economía neoclásica es el de Emilio Albi, José Manuel González-Páramo, Emilio Contreras e Ignacio Zubiri (Hacienda Pública, Ariel, Barcelona 1994, pp. 158-160), que también mencionan la sustituibilidad perfecta en proporciones fijas o el carácter puramente específico como «únicas» características que reducen a simplemente técnicos los problemas económicos, olvidándose de que existe una tercera posibilidad (supuesto de constancia y de plena información respecto de las funciones y los precios de equilibrio) en la que ellos mismos caen sin darse cuenta y que también convierte los problemas económicos en estrictamente técnicos. <<
[43] Fue muy sonada la conversión de Mark Blaug, cuando apostató del modelo de equilibrio general y del paradigma estático neoclásico-walrasiano, concluyendo que «I have come slowly and extremely reluctantly to view that they [la Escuela Austriaca] are right and that we have all been wrong». Véase Appraising Economic Theories, Mark Blaug and Neil de Marchi (eds.), Edward Elgar, Londres 1991, p. 508. Y en el mismo sentido su Economics through the Looking-Glass, Institute of Economic Affairs, Occasional Paper 78, Londres 1988, p. 37. Posteriormente, en el Economic Journal (noviembre de 1993, p. 1571) se refirió de nuevo Blaug al paradigma neoclásico, en relación con su aplicación para justificar el sistema socialista como algo «so administratively naive as to be positively laughable. Only those drunk on perfectly competitive static equilibrium theory could have swallowed such nonsense. I was one of those who swallowed it as a student in the 1950s and I can only marvel now at my own dim-wittedness». Ni que decir tiene que el análisis neoclásico de la información «imperfecta» que surge a partir del artículo de G. J. Stigler sobre «The Economics of Information» (Journal of Political Economy, n.o 69, junio de 1961, pp. 213-225), al considerar que son conocidas tanto las alternativas posibles de eventos futuros como su distribución de probabilidades, no es capaz de dar entrada en el análisis a la verdadera capacidad creativa del ser humano ni a la ignorancia inerradicable que le caracteriza. En efecto, en los procesos reales de interacción humana ni siquiera se conocen las alternativas posibles (la creatividad empresarial genera continuamente nuevas opciones) ni mucho menos su distribución de probabilidades. Por tanto la teoría neoclásica caricaturiza el concepto de información empresarial que se da en el mercado y aunque pretenda haber dado entrada en sus modelos al carácter «imperfecto» de la información, de hecho sigue anclada en el presupuesto de constancia y de plena información (aunque sea en términos probabilísticos) de las alternativas posibles. Véase, por ejemplo, Israel M. Kirzner, «Economics and Error», cap. 8 de Perception, Opportunity and Profit, ob. cit., pp. 120-136. <<
[44] La obra definitiva sobre la bibliografía misiana es la que debemos a Bettina Bien Greaves y a Robert McGee, publicada con el título de Mises: An Annotated Bibliography, The Foundation for Economic Education, Nueva York 1993, 391 páginas (1982-1993 Update, FEE, Nueva York 1995, 227 páginas). Sobre la vida y la evolución intelectual de Mises, disponemos, aparte de su valiosa autobiografía intelectual (Notes and Recollections, obra ya citada y también publicada en español por Unión Editorial en 2002, con el título de Autobiografía de un liberal), de los interesantes trabajos de Murray N. Rothbard, entre los que destacan su artículo «Ludwig Edler von Mises», The New Palgrave: A Dictionary of Economics, Macmillan, Londres 1987, vol. III, pp. 479-480; su monografía Ludwig von Mises: Scholar, Creator, Hero, The Ludwig von Mises Institute, Auburn University, Auburn, Alabama, 1988; y también The Essential Von Mises, Oakler R. Bramble, Michigan, 1973 (traducida al español por Joaquín Reig Albiol y publicada con el título de Lo esencial de Mises, Unión Editorial, Madrid 1985, reeditada en J. Huerta de Soto, Lecturas de Economía Política, vol. III, Unión Editorial, Madrid 1987, pp. 209-236). Otras obras de gran interés son la biografía escrita por su esposa, Margit von Mises, My Years with Ludwig von Mises, Arlington House, Nueva York 1976; el Glosario a La acción humana preparado por Percy L. Greaves titulado Mises Made Easier: A Glossary for Ludwig von Mises’ Human Action, Free Market Books, Nueva York 1974; la biografía intelectual escrita por Israel M. Kirzner, Ludwig von Mises: The Man and his Economics, ISI Books, Wilmington, Delaware 2001; y finalmente la monumental obra de Jörg Guido Hülsmann, Mises: The last Knight of Liberalism, Mises Institute, Auburn University, Alabama, USA, 2007 (1143 pp.). <<
[45] «El más grande profesor viviente de economía». The Annals of the American Academy of Political and Social Science, n.o 236, noviembre de 1944, p. 192-193. <<
[46] «Uno de los grandes economistas de todos los tiempos». The University of Chicago Magazine, n.o 67, otoño de 1974, p. 16. <<
[47] «Un hombre de una inteligencia excepcional cuyas contribuciones a la Ciencia Económica han sido todas ellas de primer orden». Véase Maurice Allais, L’Impot sur le capital et la réforme monétaire, Hermann Editeurs, París 1989, p. 307. Estas alabanzas de Allais tienen un valor especial, pues proceden de un economista matemático muy alejado de la metodología misiana, si bien hay que señalar que Allais, desde un principio, reconoció la importancia de la teoría misiana sobre la imposibilidad del cálculo económico socialista y la necesidad de desarrollar una teoría dinámica de los procesos sociales en desequilibrio. Así, por ejemplo, véase Maurice Allais, Traité d’Economie Pure, 3.a edición, Clément Juglar, París 1994, pp. 549-551, y 653-657 (que incorporan más de cinco citas literales de Mises). <<
[48] «No entiendo que nadie no cegado por prejuicios políticos que lea sus principales aportaciones y su magistral tratado general La acción humana, no experimente de inmediato su alta calidad y un estímulo intelectual de gran altura». Lord Robbins, Autobiography of an Economist, Macmillan, Londres 1971, p. 108. <<
[49] Esta estimación se ha efectuado de manera conservadora, considerando una media de cuatro mil ejemplares para cada una de las impresiones en lengua inglesa y una media de dos mil ejemplares para cada una de las publicadas en otros idiomas. <<
[50] Ludwig von Mises, Nationalökonomie: Theorie des Handels und Wirtschaftens, Ediciones Union, Ginebra 1940, 756 páginas. <<
[51] «My objective in writing the treatise was to provide a comprehensive theory of economic behaviour which would include not only the economics of a market economy (free-enterprise system) but no less the economics of any other thinkable system of social cooperation, viz., socialism, interventionism, corporativism and so on. Furthermore I deemed it necessary to deal with all those objections which from various points of view have been raised against the validity of economic reasoning and the soundness of the methods hitherto applied by economists of all schools and lines of thought. Only such an exhaustive treatment of all critical objections can satisfy the exacting reader and convince him that economics is a science both conveying knowledge and able to guide conduct. The treatise is purely scientific and certainly not a popular book. However, as it does not use any technical terms but those precisely defined and explained, it can be understood by every educated man». Estas palabras fueron escritas en diciembre de 1944 por Ludwig von Mises a su editor americano, Norman V. Davidson, de la Yale University Press, y han sido recogidas por Margit von Mises, My Years with Ludwig von Mises, ob. cit., pp. 105-106. <<
[52] Se trata, en concreto, de las páginas 439-444 de la edición alemana de Nationalökonomie que han sido traducidas al inglés y publicadas por Percy L. Greaves en su libro Mises made Easier: A Glossary for Ludwig von Mises’ Human Action, ob. cit., pp. 150-157. <<
[53] Ludwig von Mises, Nationalökonomie: Theorie des Handels und Wirtschaftens, 2.a edición, The International Carl Menger Library, Philosophia Verlag, Múnich 1980. Edición facsímil de «Klassiker der National Ökonomie», Dusseldorf, Alemania, 2002. <<
[54] Véanse, entre otras, las publicadas por E. Tuchtfeldt en el Neue Zürcher Zeitung (n. 207), el 8 de septiembre de 1981; en el Unsere Wirtschaft (Dusseldorf, agosto de 1981); la de Wilhelm Seuss en el Frankfurter Allgemeine Zeitung (9 de diciembre de 1980); y la de Karl Graber, Die Presse, Viena (23 de noviembre de 1981). <<
[55] Ludwig von Mises, Human Action: A Treatise on Economics, publicada por Yale University Press, New Haven 1949, 889 páginas más el índice. La edición británica apareció también en 1949 con el mismo título y formato y fue publicada por William Hodge en Londres. <<
[56] Margit von Mises relata con detalle la gran cantidad de quebraderos de cabeza que los errores de esta segunda edición de La acción humana le produjeron a Ludwig von Mises. Véase My Years with Ludwig von Mises, obra ya citada, cap. 8. <<
[57] Ludwig von Mises, Human Action: A Treatise on Economics, 3.a edición revisada, Henry Regnery, Chicago 1966, 907 páginas más el índice. <<
[58] Ludwig von Mises, Human Action, an abridged audiotape version, Classics on Tape, Ashland, Oregon, 1990, leída por Bernard Mayes. <<
[59] Ludwig von Mises, Human Action: A Treatise on Economies, Fourth Revised Edition, con un prefacio de Bettina Bien Greaves, The Foundation for Economic Education, Irvington-on-Hudson, Nueva York 1996 (edición accesible por internet a través de la página web del Ludwig von Mises Institute). <<
[60] Ludwig von Mises, Human Action: A Treatise on Economics, The Scholar’s Edition, introducción de Jeffrey H. Herbener, Hans-Hermann Hoppe y Joseph T. Salerno. Ludwig von Mises Institute, Auburn, Alabama, 1998, 2.a edición 2008. <<
[61] Ludwig von Mises, Human Action: A Treatise on Economics, tres volúmenes más un cuarto incluyendo un Apéndice sobre «A Critique of Böhm-Bawerk’s Reasoning in Support of His Time Preference Theory» y un Glosario de términos e índices preparados por Bettina Bien Greaves, Liberty Fund, Indianápolis 2007. <<
[62] Ludwig von Mises, L’Azione Umana: Trattato di economia, traducción y presentación a cargo de Tullio Bagiotti, Unione Tipografico-Editrice Torinese, dentro de la colección Sociologi ed Economisti, Turín 1959, 861 páginas. En 1988 se publicó un libro homenaje en memoria de Tullio Bagiotti, que incorpora una contribución del español Lucas Beltrán titulada «Liberalizar no es fácil», Studi in memoria de Tullio Bagiotti, Padua 1988, pp. 153-163. <<
[63] Traducción al chino de La acción humana por Tao-Ping Hsia, revisada por Hui-Lin Wu, Yuan Liu Publishing, Taipeh, Taiwán, 1991, n.os 1 y 2 de la serie de «Libros Famosos sobre el Liberalismo», dos volúmenes: el primero comprende las páginas 1 a 506 y el segundo las páginas 507 a 1074. <<
[64] Ludwig von Mises, L’action humaine: Traité d’économie, traducción de Raoul Audouin, Presses Universitaires de France, París, enero de 1985, 942 páginas. Raoul Audouin ha sido también el traductor al francés de las principales obras de Hayek, entre ellas La présomption fatale: les erreurs du socialism, PUF, París 1988, y La constitution de la liberté, Litec, París 1994. <<
[65] La acción humana, traducción al coreano publicada en Seúl por Kyung Mun Sa Publishing Co., Vol. I, 1987, (Caps. 1-19, 519 pp.) y Vol. II, 1988, (Caps. 20-39, 459 pp.) ambos prologados por Toshio Murata. <<
[66] Ludwig von Mises, Ação humana: um tratado de economia, traducción al portugués de Donald Stewart, Jr., Instituto Liberal, Río de Janeiro 1990, 872 páginas más índices. <<
[67] Ludwig von Mises, Ningen-Kõi-Gaku, Shunjü Sha, Tokio 1991, 995 páginas más el índice (2.a edición 2008). <<
[68] Váklav Klaus, «Ludwig von Mises: The Greatest Defender of Economic Liberty in the 20th Century», In Defense of the Free Market, Peter Gonda y Pavel Chalupnícék (eds.), Liberální Institut 1989 y Kozervatívny Institút M. R. Stefánika, Praga y Bratislava 2007, pp. 215-223. <<
[69] Esta tesis mereció la calificación de sobresaliente cum laude y fue juzgada por un tribunal presidido por D. Mariano Puigdoller Oliver y compuesto por los profesores Nicolás Pérez Serrano, Juan del Rosal Fernández, José María Naharro Mora (que fue el ponente) y Gaspar Bayón Chacón. Como dato anecdótico, hay que indicar que la censura franquista que a la sazón imperaba en España comunicó por oficio de 25 de abril de 1958 de la Dirección General de Información del Ministerio de Información y Turismo, Inspección de Libros (expediente 842-58), que antes de la publicación de la tesis se «suprimiera lo indicado en las páginas 13, 34-36, 42-44, íntegramente la hoja 56, así como lo indicado en las páginas 62-65, 72-78, 96-125 y 142-197, ordenando la presentación de galeradas impresas donde se hubieran recogido las supresiones ordenadas por la autoridad». <<
[70] Ludwig von Mises La acción humana (tratado de economía), Fundación Ignacio Villalonga, Valencia 1960, tomo I (602 pp.) y tomo II (674 pp.). Tengo en mi poder el ejemplar revisado por el organismo de censura en el que también se ordenan suprimir diversos párrafos de la traducción de la obra de Mises que se consideraron políticamente peligrosos para el régimen que entonces imperaba en España. La Fundación creada por el financiero Ignacio Villalonga, que en su juventud había sido diputado por la C. E. D. A. y Presidente de la Generalitat de Cataluña, fue pionera en la difícil tarea de publicar en la España franquista una magnífica colección de libros sobre liberalismo y economía de mercado, que a lo largo de los años sesenta dirigió Joaquín Reig Albiol. Véase «Ignacio Villalonga: semblanza de un político, banquero y liberal» en Jesús Huerta de Soto, Nuevos Estudios de Economía Política, Unión editorial, 2.a edición, Madrid 2007, Cap. XV, pp. 379-394. <<
[71] Ludwig von Mises, La acción humana: tratado de economía, 2.a edición en castellano, edit. Sopee, Madrid 1968, traducción de Joaquín Reig Albiol, 1066 páginas. <<
[72] Otros libros importantes de Mises traducidos al español son los siguientes: Burocracia, traducción de Dalmacio Negro Pavón, Unión Editorial, Madrid 1974 y 2005; Teoría e Historia, traducida por Rigoberto Juárez Paz, Unión Editorial, Madrid 1975 y 2003; Sobre liberalismo y capitalismo, en el que se incluye Liberalismo (3.a ed.), La mentalidad anticapitalista (2.a ed.) y Seis lecciones sobre el capitalismo (2.a ed.), Unión Editorial, Madrid 1995; La teoría del dinero y del crédito, Unión Editorial, Madrid 1997; Socialismo: Análisis económico y sociológico, Unión Editorial, 6.a edición, Madrid 2009; Crítica del intervencionismo, traducida por Jesús Gómez Ruiz, Unión Editorial, Madrid 2001; Autobiografía de un liberal, Unión Editorial, Madrid 2001; Gobierno omnipotente, traducción de Pedro Elgoibar, Unión Editorial, Madrid 2002; y Nación, Estado y economía, Unión Editorial, traducción y prefacio de Juan Marcos de la Fuente, Madrid 2010. <<
[73] Ludwig von Mises, La acción humana: tratado de economía, Unión Editorial, Madrid 1980, 3.a edición, 1302 páginas; 4.a edición de 1985, 1302 páginas. <<
[74] Como señala Margit von Mises en la biografía que escribió sobre su marido, «Ludwig’s most ardent readers and admirers always have been in the Spanish-speaking countries. Apparently the more subjugated the country is, the deeper the longing for freedom». Margit von Mises, My Years with Ludwig von Mises, ob. cit., p. 109. Los principales viajes académicos realizados por Mises a Hispanoamérica fueron los siguientes: del 30 de julio al 28 de agosto de 1949 a la Escuela de Economía de la Universidad de México; del 31 de marzo al 16 de abril de 1950 a la Universidad de Perú bajo el patrocinio del Banco Central peruano; del 19 al 28 de septiembre de 1958 de nuevo a México bajo el patrocinio del Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas; y por último la importante visita realizada del 2 al 15 de julio de 1959 a la Universidad de Buenos Aires bajo el patrocinio del Centro de Estudios sobre la Libertad, cuyas conferencias fueron transcritas y publicadas en inglés con el título de Economic Policy: Thoughts for Today and Tomorrow, Henry Regnery, Chicago 1979, traducidas al español por Joaquín Reig Albiol y publicadas con el título de Seis lecciones sobre el capitalismo (véase n. 72). Finalmente hay que señalar que Joaquín Reig Albiol fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala en reconocimiento a su labor divulgadora de la obra de Mises en los países de habla hispana. <<
[75] Véanse las pp. 488-490 y, en especial, las pp. 323-325, donde Mises expresamente señala que «La economía de mercado es fruto de un largo proceso histórico». Es más, en la p. 41 Mises explica cómo el carácter apriorístico de las categorías del pensamiento es perfectamente compatible con la teoría de la evolución, coincidiendo con la tesis que Hayek desarrolla in extenso en su libro The Sensory Order, The University of Chicago Press, Chicago 1976 (traducción española de Ángel Rodríguez García-Brazales y Oscar Vara Crespo, El orden sensorial: los fundamentos de la psicología teórica, Unión Editorial, Madrid 2004). A la luz de estos pasajes de La acción humana quizá sea algo exagerado el comentario crítico que Hayek hace al racionalismo utilitarista de Mises en el Prólogo que escribió para la última edición inglesa de Socialismo. Véase F. A. Hayek, «Foreword», Socialism: An Economic and Sociological Analysis, Liberty Classics, Indianápolis 1981, pp. xxiii-xxiv, y Jesús Huerta de Soto, Estudios de Economía Política, Unión Editorial, 2.a edición, Madrid 2004, pp. 114-115. <<
[76] F. A. Hayek, Derecho, legislación y libertad, 3 volúmenes, Unión Editorial, 3.a edición en un único volumen, Madrid 2006, y La fatal arrogancia: los errores del socialismo, Unión Editorial, Madrid 1990 y 1997. <<
[77] «Los preceptos morales y las leyes políticas no son sino medios utilizados por el hombre para el logro de fines determinados» (p. 899). <<
[78] «Economics does currently inform us, not that moral principles are subjective, but that Utilities and costs are indeed subjective». Murray N. Rothbard, The Ethics of Liberty, Humanities Press, Atlantic Highlands, Nueva Jersey, 1982, p. 202; traducción española por Marciano Villanueva: La ética de la libertad, Unión Editorial, Madrid 1995, 2.a edición 2009. <<
[79] Véase Hans-Hermann Hoppe, A Theory of Socialism and Capitalism, Kluwer Academic Publishers, Holanda, 1989 (especialmente cap. 7, pp. 127-144); The Economics and Ethics of Private Property, Kluwer Academic Publishers, Holanda, 1993, (caps. 8-10, pp. 173-208); y Monarquía, democracia y orden natural, Ediciones Gondo, Madrid 2004. <<
[80] Véase Israel M. Kirzner, Discovery, Capitalism and Distributive Justice, Basil Blackwell, Londres, 1989, traducido al español por Federico Basáñez y publicado con el título de Creatividad, capitalismo y justicia distributiva, Unión Editorial, Madrid 1995. En la misma línea iusnaturalista Gabriel J. Zanotti ha fundamentado en la antropología de Santo Tomás de Aquino la Praxeología misiana en sus Fundamentos filosóficos y epistemológicos de la praxeología, Edit. UNSTA, San Miguel de Tucumán, Argentina, 2004. <<
[81] Expongo mi teoría de los tres niveles (teórico, histórico-evolutivo y ético) de aproximación al estudio de la realidad social en «Historia, ciencia económica y ética social», Jesús Huerta de Soto, Estudios de Economía Política, Unión Editorial, 2.a edición, Madrid 2004, cap. VII, pp. 105-110. <<
[82] Para Mises el conocimiento práctico es el que surge de «adivinar el incierto futuro y no se adapta a reglas ni sistemática alguna. Ni se enseña ni se aprende» (p. 691). Véase, igualmente, Jesús Huerta de Soto, Socialismo, cálculo económico y función empresarial, ob. cit., pp. 52-85. <<
[83] Véase Jesús Huerta de Soto, Socialismo, cálculo económico y función empresarial, ob. cit., pp. 80-82. <<
[84] Murray N. Rothbard, «Lo ilusorio del precio de monopolio», e Israel M. Kirzner, «Competencia y monopolio», en Jesús Huerta de Soto (ed.), Lecturas de Economía Política, Unión Editorial, 2.a edición, Madrid 2005, vol. I, pp. 181-211 y 143-178. <<
[85] En efecto, Margit von Mises, en la biografía que escribió sobre su marido nos indica que «in Stresa, during the 1965 Mont Pèlerin meeting, Joaquín Reig once spoke to Ludwig von Mises about monopoly and Rothbard’s Man, Economy, and State, which had been published in 1962. Reig directed Ludwig’s attention to the fact that Rothbard, one of Ludwig’s most able and admiring pupils, did not completely agree with Ludwig’s analysis of monopoly. Ludwig replied: “I would subscribe to every word Rothbard has written in his study”. About this Reig told me: “That was such a generous statement of Ludwig von Mises to say that one of his own students had exposed one of his own ideas better than he himself had been able to do it, that my admiration for this man jumped sky-high”». Margit von Mises, My Years with Ludwig von Mises, ob. cit., p. 158. Otro reconocimiento explícito de haber cometido un error que pone de manifiesto la gran humildad y generosidad intelectual de Mises, que contrasta notablemente con la ya comentada arrogancia de los tratadistas neoclásicos, es el recogido en la p. 928 de este Tratado en la que, refiriéndose al patrón de cambio oro (con reserva fraccionaria y controlado por el Estado), Mises se lamenta de haber sido incapaz de advertir desde el principio que tal sistema «facultaba en exceso a los gobernantes para manipular a su agrado la oferta monetaria». <<
[86] Véase Jesús Huerta de Soto, Socialismo, cálculo económico y función empresarial, ob. cit., pp. 151-152. <<
[87] Así, por ejemplo, en el Apéndice que sobre «Reconstrucción monetaria» incorporó a la reedición inglesa de The Theory of Money and Credit publicado en 1953, cuatro años después de la publicación de la primera edición de Human Action, en donde concluye que: «The main thing is that the government should not longer be in a position to increase the quantity of money in circulation and the amount of chequebook money not fully —that is, 100 percent— covered by deposits paid in by the public». Ludwig von Mises, The Theory of Money and Credit, Liberty Classics, Indianápolis 1981, pp. 481 y 491 (pp. 408 y 414 de la edición española publicada por Unión Editorial en 1997).
«La pobreza que se produce bajo los sistemas no capitalistas desaparece en cuanto se instaura un régimen de mercado libre. El aumento de población, entonces, lejos de provocar la aparición de más y más hambrientos, supone disponer de más seres humanos cuyo empleo genera mayor riqueza» (pp. 988-989). <<
[88] En mi obra Dinero, crédito bancario y ciclos económicos, (Unión editorial, Madrid 1998, 2.a edición 2002, 3.a edición 2006, 4.a edición 2009) repaso y evalúo todos los aspectos relacionados con esta interesante polémica. La bibliografía más importante de los autores mencionados puede consultarse, además, en mi artículo «Teoría del Banco central y de la banca libre», cap. XI de Jesús Huerta de Soto, Estudios de Economía Política, ob. cit., especialmente las pp. 139-141; e igualmente «Teoría de la banca libre con reserva fraccionaria: una nota crítica», en Nuevos Estudios de Economía Política, 2.a edición, Unión Editorial, Madrid 2007, cap. III, pp. 101-136. Es importante aclarar que Mises y los economistas de la Escuela Austriaca partidarios de un sistema de libertad bancaria basado en el coeficiente de caja del 100 por cien, en realidad mantienen una postura radicalmente distinta de la de los teóricos de la Escuela de Chicago, que también defendieron el coeficiente del 100 por cien para los depósitos a la vista bancarios. En efecto, los teóricos de la Escuela de Chicago defienden la necesidad de la existencia de un banco central monopolista que sea responsable de la oferta monetaria y si propusieron un coeficiente de caja del 100 por cien era, precisamente, para hacer más fácil y previsible la política monetaria de los gobiernos. Por contra, los economistas austríacos son defensores de la completa desaparición de la intervención del Estado en el ámbito monetario y crediticio, así como de la reprivatización del sistema monetario con un coeficiente de caja del 100 por cien en relación con los depósitos a la vista del dinero mercancía que evolutivamente prepondere en el mercado (oro y, en menor medida, plata). La posición austriaca es, por tanto, contraria a los postulados de monetaristas (ecuación general de intercambio) y keynesianos, pues ambos comparten el enfoque macroeconómico e ignoran la aplicación de la teoría de la utilidad marginal al dinero y los efectos de descoordinación microeconómica que la inflación tiene sobre la estructura de bienes de capital. Véase Jesús Huerta de Soto, «Crítica de las doctrinas monetarista y keynesiana», cap. VII de Dinero, crédito bancario y ciclos económicos, ob. cit. <<
[89] «La pobreza que se produce bajo los sistemas no capitalistas desaparece en cuanto se instaura un régimen de mercado libre. El aumento de población, entonces, lejos de provocar la aparición de más y más hambrientos, supone disponer de más seres humanos cuyo empleo genera mayor riqueza» (pp. 988-989). <<
[90] Véase Jesús Huerta de Soto, Socialismo, cálculo económico y función empresarial, ob. cit., pp. 80-82. <<
[91] Véase Julian L. Simon, The Economic Consequences of Immigration, Basil Blackwell, Londres 1989, y The Ultimate Resource, Princeton University Press, Princeton 1994 (2.a edición). <<
[92] Véase además el detallado estudio de Mises sobre la Burocracia (traducción de Dalmacio Negro, Unión Editorial, 2.a edición, Madrid 2005; primera edición inglesa por Yale University Press, 1944), en donde concluye que: «Es una intencionada confusión de los metafísicos alemanes de la estatolatría investir a todos los hombres al servicio del Estado con la aureola de tan altruista autosacrificio» (p. 108). El análisis misiano tiene una gran influencia sobre William A. Niskanen que en su ya clásico libro sobre análisis económico de la burocracia cita profusamente el estudio pionero de Mises. Véase William A. Niskanen, Bureaucracy and Representative Government (2.a edición incluida en Bureaucracy and Public Goods, Edward Elgar, Aldershot, Inglaterra, 1994), pp. 3, 7-9, 19, 36, 68-69, 201 y 208. <<
[93] «La democracia garantiza un gobierno acorde con los deseos y planes de la mayoría; lo que, en cambio, no puede impedir es que la propia mayoría sea víctima de ideas erróneas y que, consecuentemente, adopte medidas equivocadas, que no sólo sean inapropiadas para alcanzar los fines deseados, sino que además resulten desastrosas. Las mayorías pueden fácilmente equivocarse y destruir la civilización» (p. 231). <<
[94] «El patrón oro independiza el poder adquisitivo del dinero de las cambiantes ambiciones y doctrinas de los partidos políticos y grupos de presión. Esto no es un defecto, sino precisamente la virtud más preeminente del sistema» (p. 566). <<
[95] «A menudo he argumentado que los austríacos transmiten con más éxito los principios centrales de la Ciencia Económica a los estudiantes que las escuelas o programas de investigación alternativos». Citado por Thomas J. DiLorenzo, «The Subjectivist Roots of James Buchanan’s Economics», The Review of Austrian Economics, vol. 4, 1990, p. 108. DiLorenzo reconoce, no obstante, que la influencia del subjetivismo sobre la Escuela de la Elección Pública no es plena, y que gran parte de su análisis sigue aún muy influido por la metodología positivista y cientista de la escuela neoclásica. Véase, además, Thomas J. DiLorenzo, «Competition and Political Entrepreneurship: Austrian Insights into Public Choice Theory», The Review of Austrian Economics, vol. 2, 1988, pp. 59-71. <<
[96] En suma, utilizando una expresión no muy afortunada que hoy ha adquirido carta de naturaleza entre los economistas, el estudio detallado de La acción humana ha de suponer para ellos una muy rentable «inversión en capital humano». Incidentalmente, puede comprobarse el también carácter pionero de las aportaciones de Mises sobre la teoría del mal llamado «capital humano», los procesos de inversión en educación y formación y su naturaleza eminentemente especulativa y empresarial, en las pp. 737-738 de este Tratado. <<
[97] Véase Jesús Huerta de Soto La Escuela Austriaca: mercado y creatividad empresarial, Editorial Síntesis, Madrid 2000; y «La teoría de la eficiencia dinámica», Procesos de mercado, vol. I, n.o 1, primavera 2004, pp. 11-71. <<
[98] Véase Jesús Huerta de Soto (ed.) Lecturas de Economía Política, 3 vols., Unión Editorial, Madrid 1986-2005, y en especial Eugen von Böhm-Bawerk, «La ley básica de determinación del precio» (vol. I, pp. 99-142), y Murray N. Rothbard, «La fijación general del precio de los factores del producción» (vol. II, pp. 21-48). <<
[99] Las Obras Completas de Hayek están siendo editadas simultáneamente en inglés, español, alemán y japonés. Hasta la fecha han aparecido en inglés los volúmenes I (The Fatal Conceit: The Errors of Socialism), II (The Road to Serfdom), III (The Trend of Economic Thinking), IV (The Fortunes of Liberalism), V (Good Money, Part I), VI (Good Money, Part II), IX (Contra Keynes and Cambridge), X (Socialism and War) y XII (The Pure Theory of Capital). Todos ellos, a excepción del último, han sido traducidos al español y publicados por Unión Editorial, Madrid 1997-2008. <<
[100] Esta obra póstuma de Murray N. Rothbard sobre historia del pensamiento económico desde el punto de vista de la Escuela Austriaca está integrada por los 2 volúmenes de An Austrian Perspective on the History of Economic Thought: Economic Thought before Adam Smith (vol. I) y Classical Economics (vol. 2), Edward Elgar, Aldershot, Inglaterra, 1995; 2.a ed., Ludwig von Mises Institute, Auburn University, Alabama 2006. Traducción española de Federico Basáñez y Ramón Imaz, Historia del pensamiento económico, Vol. I: El pensamiento económico hasta Adam Smith y Vol. II: La economía clásica, Unión Editorial, 1999-2000. <<
[101] Se ha ido formando una nutrida Escuela de economistas austríacos en Europa y, especialmente, en España que publican sus trabajos de investigación (en las principales lenguas de la Unión Europea) en la revista científica Procesos de Mercado: Revista Europea de Economía Política de la que desde la primavera de 2004 ya se han publicado catorce volúmenes bianuales, y que tengo el honor de dirigir (publicada por Unión Editorial en colaboración con la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Rey Juan Carlos). <<
[102] No podemos dejar de mencionar, en esta línea, el notable tratado de economía de Murray N. Rothbard, Man, Economy, and State, del que hasta ahora se han publicado cinco ediciones (Van Nostrand, Nueva Jersey, 1962; Nash Publishing, Los Ángeles 1970; New York University Press, 1979; Ludwig von Mises Institute, Auburn University, 1994; y The Scholar’s Edition with Power and Market, Ludwig von Mises Institute, Auburn University, 2004; traducción española del primer volumen de Norberto Secada, El hombre, la economía y el estado, ESEADE, Buenos Aires 2004), y que se completa con el libro Power and Market (Institute for Humane Studies, 1970, y New York University Press, 1977). Aunque el tratado de Rothbard es extraordinariamente clarificador y en algunos aspectos incluso supera a La acción humana, creemos no obstante que sigue pendiente el desafío de elaborar un Tratado de Economía Política Moderna, que incorpore e integre las últimas aportaciones de la Escuela Austriaca, impulsando aún más su desarrollo en el siglo XXI. <<