CAPÍTULO XXVI. LA IMPOSIBILIDAD DEL CÁLCULO ECONÓMICO BAJO EL SOCIALISMO
[1] V. pp. 300-305. <<
[2] Idea tan desatinada no merecería ni ser mencionada si no fuera porque procede de ese grupo tan activo y entrometido que forman los «positivistas lógicos», siempre pregonando planes para la «unificación de todas las ciencias». V. en este sentido los escritos de su fallecido jefe Otto Neurath, quien, en 1919, estuvo al frente del departamento de socialización de la efímera república soviética de Múnich, especialmente su Durch die Kriegswirtschaft zur Naturalwirtschaft, Múnich 1919, pp. 216 ss. También C. Landauer, Planwirtschaft und Verkehrswirtschaft, Múnich y Leipzig, 1931 [tr. esp.: Teoría de la planificación económica, FCE, México 1948]. <<
[3] Por «mejor», naturalmente, queremos decir más satisfactorio desde el punto de vista de los consumidores. <<
[4] Nos referimos, desde luego, sólo a aquellos socialistas y comunistas expertos en cuestiones económicas, como los profesores H. D. Dikinson y Oskar Lange. La obtusa «intelectualidad» sigue supersticiosamente aferrada a su fe en la superioridad del socialismo. Es ciertamente lenta la muerte de las quimeras. <<
[6] V. Mises, Socialism, pp. 137 a 142; Hayek, Individualism and Economic Order, Chicago 1948, pp. 119-208. T. J. B. Hoff, Economic Calculation in the Socialist Society, Londres 1949, pp. 129 ss. <<
[7] V. H. D. Dickinson, Economics of Socialism, Oxford 1939, pp. 191. <<
[8] El estado corporativo se estudia más adelante, pp. 962-967. <<
[9] Por oferta total entendemos el total inventario de tales bienes, dividido, como es natural, en las correspondientes clases, con especificación de las respectivas cantidades. Cada clase comprende sólo aquellas unidades que en cualquier sentido (por ejemplo, en razón a su ubicación) tienen idéntica capacidad para satisfacer las necesidades de que se trata. <<
[10] Sólo cuando el progreso técnico alcanzara su fase final y definitiva vendrían a coincidir T1 y Tn. <<
[11] En relación con este problema algebraico, v. Pareto, Manuel d’économie politique, París 1927, 2.a ed., pp. 233 ss [tr. esp., Ed. Atalaya, Buenos Aires 1945] y Hayek, Collectivist Economic Planning, Londres 1935, pp. 107-214. Por lo demás, la construcción de computadoras electrónicas no afecta a nuestro problema. <<