CAPÍTULO XXII. LOS FACTORES ORIGINARIOS DE PRODUCCIÓN NO HUMANOS
[1] Ricardo, dice Fetter (Encyclopaedia of the Social Sciences, XVII, p. 291), formuló «una incompleta teoría marginal». <<
[2] V. Ammon, Ricardo als Begründer der theoretischen Nationalökonomie, Jena 1924, pp. 54 ss. <<
[3] V., en tal sentido, Haney, History of Economic Thought, ed. rev., Nueva York 1927, p.
275. <<
[4] Las normas legales que pueden desgajar el derecho de caza, de pesca o de extracción de minerales de las restantes facultades dominicales del propietario de un terreno carecen de interés cataláctico. El término tierra para la cataláctica comprende también las áreas cubiertas por las aguas. <<
[5] El problema de la entropía cae también fuera del ámbito praxeológico. <<
[6] Ricardo. Principles of Political Economy and Taxation, p. 34 [tr. esp., FCE, México 1973]. <<
[7] En determinadas zonas geográficas, todo el terreno se aprovecha para el cultivo u otros usos. Pero ello es consecuencia de condiciones institucionales que impiden a los habitantes de dichas zonas el acceso a otros suelos inexplotados de mayor feracidad. <<
[8] El valor de un terreno no debe confundirse con el de sus mejoras, es decir, las obras en él realizadas mediante la inversión de capital y trabajo, de condición inconvertible e inseparable, obras que facilitan la explotación de la parcela e incrementan la futura producción de la misma por unidad de futura inversión. <<
[9] Naturalmente, estas consideraciones se refieren sólo a las condiciones en que no hay barreras institucionales que perturben la movilidad del capital y el trabajo. <<
[10] Conviene, una vez más, reiterar que la construcción imaginaria de una economía de giro uniforme no puede llevarse, de modo lógicamente coherente, a sus últimas consecuencias (v. p. 303). En relación con los problemas que suscita la tierra, conviene resaltar dos hechos: en primer lugar, que dentro de una economía de giro uniforme caracterizada por la ausencia de todo cambio en la actividad económica, resulta impensable la compraventa de terrenos; en segundo término, no cabe olvidar que, para integrar en dicha construcción imaginaria la minería y la prospección petrolífera, es necesario atribuir a las vetas y pozos condición permanente y suponer que ni pueden agotarse ni variar su producción ni modificarse la cuantía de las inversiones. <<