CAPÍTULO XVII. EL CAMBIO INDIRECTO
[1] La teoría del cálculo monetario no cae dentro del ámbito de la teoría del cambio indirecto, si bien forma parte de la teoría general de la praxeología. <<
[2] V., al respecto, pp. 245-246. Importantes contribuciones a la historia y la terminología de esta doctrina se deben a Hayek, Prices and Production (ed. rev., Londres 1935), pp. 1 y ss., 129 y ss. [trad. esp.: Precios y producción, Unión Editorial y Ediciones Aosta, Madrid 1996]. <<
[*] Ecuación de Intercambio, nivel de precios, neutralidad del dinero, ver Notas del Traductor, p. 1048. <<
[3] V. Mises, The Theory of Money and Credit, Londres y Nueva York 1934, pp. 34-37. [trad. esp.: Teoría del dinero y del crédito, Unión Editorial, Madrid 1997]. <<
[4] El dinero puede estar transportándose de un lugar a otro, ya sea en trenes, en barcos o en aviones. Pero, aun en tales supuestos, siempre es de alguien. <<
[5] V. las obras de Carl Menger, Grundsätze der Volkswirtschaftslehre (Viena, 1871; ed. esp.: Principios de economía política, Unión Editorial, Madrid 1983), pp. 250 y ss; ibíd. (2.a ed., Viena 1923), pp. 241 y ss; Untersuchungen über die Methode der Sozialwissenschaften (Leipzig 1883), pp. 171 y ss [trad. esp. en El método de las ciencias sociales, Unión Editorial, Madrid 2006]. <<
[6] V. Menger, Untersuchungen, p. 178. <<
[7] Los problemas relativos a una moneda empleada exclusivamente como medio de intercambio, inutilizable en todo otro cometido, que pudiera generar esa supletoria demanda a la que nos estamos refiriendo, serán posteriormente examinados bajo el apartado 9. <<
[8] El autor desarrolló por primera vez el teorema regresivo del poder adquisitivo del dinero en su libro Theory of Money and Credit, publicado en 1912 (pp. 97-123 de la traducción inglesa). El teorema ha sido criticado desde diversos puntos de vista. Algunas de dichas objeciones, especialmente las de B. M. Anderson, expuestas en su profunda obra The Value of Money, aparecida en 1917 (v. pp. 100 ss de la edición de 1936), merecen cuidadoso examen. La importancia de los problemas en cuestión obliga a ponderar también las objeciones de H. Ellis (German Monetary Theory 1905-1933, pp. 77 y ss, Cambridge 1934). En el texto se examinan detalladamente todas estas objeciones. <<
[9] V. Mises, Theory of Money and Credit, pp. 140-142. <<
[10] V. pp. 303-304. <<
[11] V. cap. XX. <<
[12] Tal fue la pretensión de Greidanus, The Value of Money, Londres 1932, pp. 197 y ss. <<
[13] Sobre las relaciones entre el tipo de interés y las variaciones del poder adquisitivo, v. infra, cap. XX. <<
[14] V. pp. 667-669. <<
[15] V. pp. 651-669. <<
[16] También es intrascendente el que la ley reconozca o no a los sustitutos monetarios pleno poder liberatorio. Si estos títulos son manejados por la gente como sustitutos monetarios, debiendo a tal empleo su condición, con un poder adquisitivo igual al de la correspondiente suma dineraria, el reconocimiento oficial del poder liberatorio sólo sirve para impedir que gente de mala fe dificulte el comercio por el mero gusto de molestar a sus semejantes. En cambio, si esos objetos no son sustitutos monetarios y tienen un valor efectivo inferior a su nominal, el reconocer a los mismos pleno poder liberatorio equivale a implantar una tasa oficial, es decir, precios máximos, al oro y a las divisas extranjeras y precios mínimos a aquello que ya no puede considerarse como sustituto monetario, sino más bien dinero crediticio o fiat. Aparecen entonces los efectos que describe la ley de Gresham. <<
[17] La idea de una expansión crediticia «normal» es absurda. La creación de medios fiduciarios adicionales, sea cual fuere su cuantía, provoca invariablemente en la estructura de los precios los cambios a que se refiere la teoría del ciclo económico. Desde luego, si esos medios fiduciarios adicionales son de escasa cuantía, sus efectos serán menores. <<
[18] Vera C. Smith, en su meritoria obra The Rationale of Central Banking (Londres, 1936; ed. esp.: Fundamentos de la Banca Central y de la libertad bancaria, Unión Editorial/Aosta, Madrid 1993), pp. 157 ss, no se ha percatado debidamente de este mecanismo. <<
[19] V. Cernuschi, Contre le billet de banque, París 1866, p. 55. <<
[20] Con frecuencia se otorgó a tales billetes de banco pleno poder liberatorio cuando todavía eran sustitutos monetarios de un valor de cambio idéntico al del dinero. El correspondiente decreto carecía a la sazón de relevancia cataláctica. Cobra ahora importancia precisamente por cuanto el mercado ya no considera sustitutos monetarios a dichos billetes. <<
[21] Para un estudio más detallado, v. pp. 640-651. <<
[22] V. pp. 927-930. <<
[23] Por ejemplo, cuentas cobrables a la vista contra las cuales no se puedan, sin embargo, librar cheques. <<
[24] Todo esto se refiere al sistema bancario europeo. En América, el planteamiento técnico es algo distinto, aunque desde el punto de vista económico resulta idéntico. <<
[25] V. el estudio crítico de Marianne von Herzfeld, en «Die Geschichte als Funktion der Geldbewegung», Archiv für Sozialwissenschaft, XVI, pp. 654-686, y las obras citadas en el propio trabajo. <<
[26] V. 643-647. <<
[27] Expresiones tomadas de International Clearing Union, Text of a Paper Containing Proposals by British Experts for an International Clearing Union, 8 de abril de 1943 (publicado por la agencia oficial del gobierno británico British Information Services), p. 12. <<
[28] Calificativo empleado por lord Keynes en un discurso pronunciado en la Cámara de los Lores el 23 de mayo de 1943. <<
[29] T. E. Gregory, The Gold Standard and Its Future, 3.a ed., Londres 1934, pp. 22 ss. <<
[30] V. infra, capítulos XXVII-XXXI. <<
[31] V. pp. 529-531 y 653-693. <<