CAPÍTULO XIV. ÁMBITO Y METODOLOGÍA DE LA CATALÁCTICA
[1] Engels, Herrn Eugen Dührings Umwälzung der Wissenschaft, p. 306, 7.a ed., Stuttgart 1910 [tr. esp., Grijalbo, México 1964, y Edit. Crítica, Barcelona 1977]. <<
[2] V. K. Marx, Zur Kritik des sozialdemokratischen Parteiprogramms von Gotha, p. 17, ed. Kreibich, Reichenberg 1920 [tr. esp., Ed. Progreso, Moscú 1977]. <<
[3] Ibíd. <<
[4] Esta preestablecida armonía del mercado libre no debe, sin embargo, confundirse con la teoría de la armonía de los intereses sociales rectamente entendidos que se produce bajo un sistema de mercado, si bien hay cierta analogía entre ambas ideas. V. pp. 793-803. <<
[5] Un pintor, por ejemplo, es puro comerciante cuando se preocupa de producir los cuadros que le proporcionarán mayores ingresos. Cuando, en cambio, no se subordina al gusto del público comprador y, haciendo caso omiso de todas las desagradables consecuencias que su proceder pueda irrogarle, se guía exclusivamente por sus propios ideales, entonces es un artista, un genio creador. V. supra pp. 166-168. <<
[6] Las instituciones legales, frecuentemente, fomentan ese confusionismo entre gastos productivos y gastos de consumo. Todo gasto que pueda lucir en la correspondiente cuenta de resultados disminuye el beneficio neto y por consiguiente la carga fiscal. Si el tipo de gravamen, por ejemplo, es del 50 por 100 sobre el beneficio neto, cuando el empresario invierte parte del mismo en obras caritativas, siendo éstas deducibles, de su propio bolsillo contribuye sólo con la mitad del importe. La otra mitad la paga el fisco. <<
[7] La fisiología nutritiva tampoco, desde luego, desprecia tales detalles. <<
[8] Estamos abordando ahora problemas puramente teóricos, en modo alguno históricos. Podemos, consecuentemente, eludir las objeciones contra el concepto del individuo aislado, contemplando en nuestros análisis la economía familiar autística, que sí ha existido. <<
[9] En aras de la sencillez hacemos caso omiso de la fluctuación de los cambios durante el transcurso del día. <<
[10] V. el siguiente apartado. <<
[12] Más adelante volveremos a abordar con mayor detenimiento el tema de la economía matemática (v. pp. 421-430). <<
[13] V. pp. 575-577. <<
[14] V. supra, pp. 160-162, el sentido en que debe estimarse el trabajo como factor de producción de índole no específica. <<
[15] Conviene hacer notar que todo el mundo, el profano incluso, al enfrentarse con los problemas referentes a la determinación de las respectivas rentas, apela siempre a esa construcción imaginaria. No la inventaron, desde luego, los economistas; limitáronse éstos a purgarla de las imprecisiones de que adolecía el concepto vulgar de la misma. Para un análisis epistemológico de la distribución funcional, v. John Bates Clark, The Distribution of Wealth, p. 5, Nueva York 1908, y Eugen von Böhm-Bawerk, Gesammelte Schriften, ed. por F. X. Weiss, p. 299, Viena 1924. El término «distribución» no debe inducir a engaño; se comprende la utilización de tal concepto en esta materia al advertir la trascendencia que en la historia del pensamiento económico tuvo la construcción imaginaria de un estado socialista (v. supra, pp. 291-292). En la economía de mercado no hay fenómeno alguno que pueda considerarse distribución. Los bienes no son primero producidos y luego distribuidos, como sucedería bajo un orden socialista. La palabra «distribución», en la locución «distribución funcional», se emplea en el sentido que dicho vocablo tenía hace ciento cincuenta años. En el lenguaje moderno esa «distribución» pretende describir la dispersión de mercancías que realiza el comercio entre los consumidores. <<