Notas

[1] «El investigador especialista suele mirar con recelo toda intrusión, en su campo de trabajo, del aficionado, del literato o del reportero —confiesa el maestro de arqueólogos y prehistoriadores Luis Pericot en el prólogo a Dioses, tumbas y sabios—. No debe culpársele de este sentimiento receloso. Es natural que sea un poco egoísta y un mucho vanidoso, pues sin este contrapeso de la vanidad y el egoísmo no se explicarían los esfuerzos, la paciencia, la renunciación a una vida normal muchas veces, a que se ve obligado el que cultiva con pasión una ciencia.» Al lector que precise una historia más densa y académica lo invito a internarse en los estudios que produce la prestigiosa universidad española, tan justamente apreciada y evaluada en el ranking académico internacional. <<

[2] Las religiones se inventaron para eso, para dar respuesta a las preguntas fundamentales del ser humano. Lo más cómodo sería admitir lo que dice la Biblia, que Dios creó el universo en siete días, que modeló a Adán del barro, que puso a la naturaleza al servicio del hombre y al hombre al servicio de Él mismo, o sea, de Dios (bajo la supervisión de líderes religiosos que viven de inventar y administrar esas fantasías), y que, al final, tras la inevitable muerte, y en el supuesto de que hayamos obedecido a los curas, nos aguarda una vida eterna mucho mejor que la que dejamos aquí, dónde va a parar. Hoy, gracias a los avances de la ciencia, podemos descartar esas hipótesis inverificables (la existencia de Dios, la Creación por designio divino, etc.) y vamos desvelando el verdadero origen del universo y las leyes naturales que lo rigen (aunque aún queda mucho por descubrir). <<

[3] Esto nos lo enseña la cosmología, una ciencia novísima en continua expansión (como el universo que intenta describir). En 1927 el jesuita belga Georges Henri Lemaître (1894-1966) apuntó una explosión como origen del universo. (Ya ven que, como científico, el buen jesuita soslayaba la Creación según el Génesis.) En 1948 el físico ruso-americano George Gamow (1904-1968) llamó Big Bang a esa explosión. <<

[4] El físico norteamericano Edward P. Tryon lo explicó en 1973 como fluctuación cuántica en el vacío. Eso nos remite a la teoría cuántica. «La física cuántica, o mecánica ondulatoria, es la rama de la física que estudia el comportamiento de la materia cuando las dimensiones de ésta son tan pequeñas, en torno a mil átomos, que resulta imposible detectar la posición de una partícula, o su energía, o conocer simultáneamente su posición y velocidad, sin afectar a la propia partícula.» (Tryon, Edward P., «Is the Universe a Vacuum Fluctuation?», Nature, 246 (1973), pp. 396-397.) <<

[5] «El hidrógeno se combina con el oxígeno para formar componentes celulares y el oxígeno se libera en el aire.» Asimov, 2006, p. 7. <<

[6] Los sarcopterigios son peces de aletas lobuladas; o sea, con una base carnosa sostenida por un esqueleto interno de varios huesos. Además, sus fosas olfatorias se comunican con la cavidad bucal. Actualmente son muy escasos. <<

[7] El periodo jurásico, popularizado por la novela y la película Parque Jurásico, abarca el periodo comprendido entre 208 y 146 millones de años. Me hago cargo de que estas fechas tan remotas nos resultan difíciles de imaginar porque escapan a la escala del tiempo humano. Supongamos que desde que apareció la vida sobre la Tierra hubiera transcurrido un año. En ese caso, si la Tierra se hubiera formado el día 1 de enero, los dinosaurios habrían aparecido a primeros de noviembre; los mamíferos a finales de ese mes; el primer homínido, el Australopithecus, el 31 de diciembre por la mañana; el Homo sapiens —nosotros—, el 31 de diciembre a la hora de la cena, o sea, hace un momento como quien dice, y desde que empezó el cómputo de nuestra era, la que nos trae al año 2012, sólo ha transcurrido medio suspiro. ¡Qué vértigo asomarse al abismo del tiempo, ¿verdad?! <<

[8] Cada especie animal se divide en varias ramas, familias o subtribus. De la hominina se han derivado, mediante evolución, el hombre, el orangután, el gorila, el chimpancé y el bonobo. <<

[9] El hombre actual comparte casi el 99 por ciento de los genes con el chimpancé y el bonobo. Nuestro genoma sólo se diferencia en un exiguo 0,27 por ciento del genoma del chimpancé y en un 0,65 por ciento del genoma del gorila. <<

[10] Esa postura erguida entraña una lenta evolución a lo largo de muchos milenios. Las cuatro manos de los arborícolas se tuvieron que transformar en dos manos y dos pies; la espina dorsal curva tuvo que adoptar una convexidad lumbar; las piernas y las nalgas tuvieron que desarrollar la necesaria musculatura. <<

[11] Harris, 1995, p. 37. <<

[12] Los científicos que estudian el origen del hombre lo han llamado Australopithecus; o sea, «mono del Sur» (del latín australis, «sur», y del griego pithecos —escrito πίθηκος—, «mono»). <<

[13] Todo lo relacionado con la paleoantropología (la ciencia que estudia al hombre primitivo) está sujeto a continua revisión, dado que los descubrimientos y los estudios se suceden a gran velocidad. Existe una posibilidad de que el primer homínido bípedo (hominino) sea el Sahelanthropus tchadiensis (hace 6 o 7 millones de años), pero el primer hominino seguro es el Australopithecus (entre 4 y 2,5 millones de años). Algunos autores distinguen entre el Australopithecus africanus propiamente dicho y el Australopithecus robustus, más fornido y dotado de grandes molares. A éstos podríamos sumar el Australopithecus afarensis, hallado en Afar (Etiopía), al que pertenece la famosa Lucy, una hembra a la que los paleontólogos bautizaron así porque en el momento de encontrar su esqueleto sonaba en el transistor la canción de los Beatles Lucy in the sky with diamonds (criptograma del alucinógeno LSD, entonces de moda). Algunas ramas de la familia Australopithecus originaron los distintos homos (Homo rudolfensis y Homo habilis, en África oriental, hace entre 2,5 y 1,8 millones de años, con un volumen craneal de entre 650 y 800 cm³), que evolucionan en el Homo ergaster (hace 1,8 millones de años, y con un cerebro de entre 850 y 880 cm³). De los ergaster que emigraron y colonizaron Eurasia derivan diversos Homo erectus (en realidad el mismo, más o menos, que recibe nombres distintos según los yacimientos: Homo erectus en Extremo Oriente —China, Java— y los Homo antecesor de España y Homo cepranensis de Italia). Los restos humanos más antiguos hallados en el yacimiento de la Sima del Elefante de Atapuerca (Burgos) datan de hace un millón y cuarto de años. <<

[14] Ya sé que parece un chiste cuando uno considera la torpeza y necedad de una buena parte de la humanidad, pero, a pesar de ello, nuestro nombre científico es Homo sapiens e incluso Homo sapiens sapiens, duplicando lo de sabio, aunque parezca recochineo. <<

[15] Los demás mamíferos tienen la laringe en la parte alta de la garganta, pero los humanos la tenemos más abajo, lo que permite a las cuerdas vocales la producción de sonidos más claramente diferenciados y variados. La pega es que, en esta posición, no se puede ocluir completamente la epiglotis, y por lo tanto no podemos tragar y respirar al mismo tiempo (cuando por accidente lo hacemos, tosemos y hasta llegamos a ahogarnos: «Se me ha ido por donde no era»). Los animales no tienen ese problema porque la epiglotis cierra la tráquea al beber e ingerir comida. Véase el libro de Jared Diamond El tercer chimpancé (2006). <<

[16] El Homo sapiens llega a Etiopía hace unos 200.000 años; al Próximo Oriente hace unos 90.000, y a Europa hace unos 45.000 años. No cabe duda de que el origen de la humanidad está en África. Estudios de genética molecular (por ADNmt) demuestran que la humanidad desciende de una misma Eva mitocondrial o E. M., que vivió en el noreste de África, hace entre 150.000 y 230.000 años. Estudios de haplogrupos del cromosoma Y humano señalan una ascendencia paterna que alcanza hasta un Adán cromosómico, que habría vivido en el África subsahariana hace entre 60.000 y 90.000 años. <<

[17] El hombre de Neanderthal (Homo neanderthalensis) surge en Europa y Oriente Medio hace unos 230.000 años y se extingue hace unos 28.000. Descendía del Homo heidelbergensis, que a su vez procedía del Homo antecesor (el tipo que colonizó Atapuerca), que a su vez era deudor de aquellas primeras migraciones salidas de África y extinguidas. <<

[18] Hoy sabemos que las damas cromañonas no le hacían ascos a un buen revolcón con el rudo, fornido y sudoroso neandertal. Como consecuencia de ello ha resultado que el hombre eurasiático, o sea, nosotros, tenemos casi un 4 por ciento de genes neandertales. Parece que el desliz con resultado de preñez ocurrió en Oriente Medio hace unos 80.000 años, cuando los sapiens salían de África dispuestos a extenderse por Eurasia. Los que quedaron en África, hoy negros subsaharianos, están limpios de herencia neandertal. Esta información tan delicada procede de un estudio publicado en la revista Science por un equipo internacional encabezado por Svante Päävo, del Instituto Max Planck de Alemania. El equipo científico español que ha estudiado el genoma del neandertal está compuesto por Antonio Rosas, paleoantropólogo; Carles Lalueza-Fox, biólogo, y Marcos de la Rasilla, arqueólogo (El Mundo, Eureka. Revista de la ciencia, 9 de mayo de 2010, pp. 1-5). <<

[19] Pudiera ser: en la cueva de Shanidar (Montes zagros, Iraq) se han hallado restos de un neandertal atravesado por una lanza cromañona (lanzada con propulsor) hace entre 50.000 y 70.000 años (según informe de un equipo de antropólogos evolucionistas de la Universidad de Duke publicado en la revista The Journal of Human Evolution, julio de 2009). <<

[20] Durante el periodo Paleolítico (hace entre 600.000 y 10.000 años aproximadamente) ocurren las siguientes glaciaciones: primer periodo glaciar (Gunz): hace entre 600.000 y 540.000 años; primer periodo interglaciar (Gunz-Mindel): hace entre 540.000 y 480.000; segundo periodo glaciar (Mindel): hace entre 480.000 y 430.000; segundo periodo interglaciar (Mindel-Riss): hace entre 430.000 y 240.000; tercer periodo glaciar (Riss): hace entre 240.000 y 180.000; tercer periodo interglaciar (Riss-Würm): hace entre 180.000 y 120.000; cuarto periodo glaciar (Würm): hace entre 120.000 y 10.000. Desde el punto de vista geológico, el Paleolítico corresponde al Pleistoceno. <<

[21] Incluso Asia y América permanecieron unidas a través de Beringia (hoy estrecho de Bering), un puente de hielo entre Siberia y Alaska que los pobladores de América cruzaron hace unos cincuenta mil años. Eso explica ese vago aire familiar que comparten tártaros e indios americanos: es que son parientes lejanos. <<

[22] La única excepción fue Australia, cuyos aborígenes debieron de llegar desde Nueva Guinea, en frágiles embarcaciones arrastradas por las corrientes. <<

[23] Al famoso hombre de las nieves Ötzi (datado hacia el año –3300), hallado en un glaciar de los Alpes en 1991, se le encontró una faltriquera con estos implementos y una provisión de hongo de yesca que le permitía encender fuego incluso en un paisaje nevado. <<

[24] En la cueva de Tito Bustillo, en Asturias (hacia –20000), existe incluso un Camarín de las Vulvas, verdadera Capilla Sixtina del arte tocológico; en la cueva de Enlène (Pirineos franceses, hacia –13000) una pareja copula en la postura del misionero; por el contrario, en la de los Casares (Guadalajara, hacia –16000) consuman a tergo, o sea, estilo perro, y mientras la receptora pone el culo en pompa y los cinco sentidos en la correcta ejecución del acto, el ejecutante mira hacia atrás, algo distraído (¿recelando, quizá, una inoportuna irrupción del marido? En tal caso estaríamos asistiendo al adulterio documentado más antiguo). (Ahora que vengan los antropólogos a joderme la nota alegando que la monogamia no existía todavía. ¡Qué sabrán ellos!) <<

[25] Recordemos que los periodos interglaciares suelen durar unos veinte mil años. Esto quiere decir que los fríos y los hielos regresarán dentro de unos miles de años, pero eso no debe preocuparnos: al paso que llevamos en la destrucción del medio natural, para entonces es muy probable que la humanidad se haya extinguido. <<

[26] Durante el periodo glaciar, el Sáhara era una fértil pradera surcada por ríos. Recuerden las cuevas de Tassili, en el desierto argelino, con sus representaciones de jirafas, elefantes, leopardos, hipopótamos o cebras, así como las pinturas de Wadi Dora, en el desierto líbico, la «cueva de los nadadores» de la película El paciente inglés. Estas pinturas las descubrió, en los años treinta del pasado siglo, el explorador húngaro Lászlo Almásy, en cuya historia se inspira la película. <<

[27] El caudal de estos ríos es variable: depende del deshielo de las montañas armenias y de las lluvias primaverales. No dejaban barro fértil como el Nilo y el Amarillo. <<

[28] El Nilo mide 6.760 kilómetros. La franja de tierra que fertiliza es de anchura variable, pero nunca excede los 60 kilómetros. Todavía hoy el viajero que recorre las riberas del Nilo se sorprende por el violento contraste: al intenso verdor sucede el arenal del desierto sin casi transición. Los antiguos egipcios distinguían nítidamente el desierto o «tierra roja» (deshret) y el valle del Nilo irrigable o «tierra negra» (kemet). <<

[29] Posiblemente la primera especie domesticada fue el perro, hacia el –13000, fruto de su espontánea connivencia con los cazadores. Después vendría la oveja, hacia el –8500, entre las actuales Turquía e Iraq; la cabra, hacia el –8500, en Irán, y la vaca, en Anatolia. <<

[30] La palabra «neolítico» procede del griego neo, «nuevo», y litos, «piedra». Se refiere a que en esta etapa los instrumentos de piedra se pulían, en contraposición con la etapa anterior, denominada «paleolítico» (de paleo, «antigua» y litos, «piedra»), cuando los instrumentos de piedra se tallaban toscamente. <<

[31] La almendra de nuestros turrones navideños era, en su origen, amarga y hasta venenosa (por la amigdalina, que se descompone en cianuro), pero algunos almendros salieron dulces debido a una mutación genética que impedía la formación de amigdalina, lo que los cultivadores aprovecharon para extender la especie mutada en detrimento de la genuina (aún presente en ejemplares silvestres). <<

[32] La expresión «Media Luna Fértil», a menudo escrito Fértil Creciente (del inglés fertile crescent), se debe al arqueólogo James Henry Breasted, que la acuñó en 1906. Esta media luna incluye el valle del Nilo, en Egipto, y Mesopotamia, o sea, la región entre los ríos Tigris y Éufrates (mesos pótamos en griego significa «entre ríos»). Actualmente abarca Iraq, partes de Irán y Turquía, y la costa mediterránea que incluye Siria, Jordania, Líbano e Israel. <<

[33] Los cultivos fundadores son: tres cereales (trigo escanda, trigo esprilla y cebada), cuatro leguminosas (lenteja, guisante, garbanzo y arveja) y una fibra (lino). Cfr. Diamond, 1998, p. 161. <<

[34] Diamond, 1998, p. 161. <<

[35] La extensión de los cultivos llevó su tiempo. Si tomamos por ejemplo el trigo, en su variedad escanda, empieza a cultivarse en el Creciente Fértil hacia el –8500, pero sólo llega a Grecia y a la India hacia el –6500; a Alemania, hacia el –5000; al sur de España, hacia el –5200; a Gran Bretaña, hacia el –3500, y a Suecia, hacia el –3000. Hacia los tiempos de Cristo estos cultivos se habían adaptado ya en toda la franja de Eurasia que abarca, en la misma latitud, los 15.000 kilómetros que se extienden desde Irlanda a Japón. Cfr. Diamond, 1998, pp. 108, 123, 209 y 213. <<

[36] Bueno, toda no, algunos grupos se obstinaron en no evolucionar, en lugares apartados de África, de las selvas de Brasil o en la isla australiana de Tasmania. Al igual que estos grupos de africanos y brasileños, los tasmanos conservaron, como en una cápsula del tiempo, su sociedad preneolítica de cazadores y recolectores, pero tuvieron la desgracia de que los exploradores europeos los encontraran en el siglo XVII cuando todavía no se apreciaban los estudios antropológicos ni existía activismo alguno por los derechos del hombre. Además, los tasmanos eran extremadamente feos para el gusto de los ingleses que los descubrieron, y bajitos (su estatura media no superaba los 160 cm). Los oficiales de Su Graciosa Majestad decidieron que aquellos impresentables no servían ni para esclavos y los exterminaron en 1803 a fin de despejar el terreno para sus colonos (la llamada «guerra negra»). Usaron con los tasmanos los mismos escrúpulos con que se aniquila una plaga de ratas (de hecho, utilizaron perros para cazarlos y el gobernador pagaba a los cazadores por cada piel de tasmano presentada). En 1860 el consejero de la Royal Society of Tasmania, George Stokell, se hizo forrar una maleta con la piel del último tasmano. Se calcula que esta «solución final» debió de afectar a unos siete mil individuos. El mismo camino llevan los animales autóctonos: el último tigre de Tasmania (Thylacinus cynocephalus) pereció en 1936 y del extraño marsupial Sarcophilus harrisii o «demonio de Tasmania» (así llamado porque es feo, apestoso y gritón) quedan escasos ejemplares. <<

[37] Las mujeres de los agricultores sedentarios podían tener un hijo al año, pero las de los cazadores nómadas, siempre moviéndose de un lado a otro, sólo podían permitirse criar a un nuevo hijo cuando el anterior estaba en condiciones de caminar. Diamond, 1998, p. 126. <<

[38] La clientela es una institución simple y efectiva propia de sociedades en las que el derecho y la ley no se han desarrollado todavía para garantizar la protección del débil frente a los desmanes del poderoso. En el sistema clientelar, el poderoso protege al débil de los abusos de los otros poderosos y éste, a cambio, lo sirve y lo obedece. <<

[39] La rapacidad es consustancial al poder. El que parte y reparte se lleva la mejor parte, que decía mi abuela. El que administra el procomún se lucra con el trabajo de sus administrados y a poco que se prolongue en el cargo acaba metiendo la mano en la caja. Una ley universal nos enseña o debería enseñarnos que de igual manera que la humedad oxida el hierro, el poder corrompe al hombre. Del ideal de la aristocracia (gobierno de los mejores) o de la democracia (gobierno del pueblo) se deriva, fatalmente, la cleptocracia (gobierno de los ladrones). Al cleptócrata lo conoceréis porque desarma al pueblo y monopoliza la fuerza con el pretexto de mantener el orden público; porque se gana a las masas mediante redistribución (parcial, electorera, pura demagogia) del producto rapiñado; y porque esgrime una ideología (comunismo, socialismo, liberalismo, etc.) o religión (cristianismo, islamismo, etc.) que justifique la cleptocracia. Diamond, 1998, pp. 317-318. <<

[40] Pudiera ser más antigua la ciudad llamada Zawi Chemi Shanidar, del año –9000 aproximadamente. <<

[41] El megalitismo es un fenómeno mundial, casi siempre cerca de las costas, especialmente en el Mediterráneo occidental y en la Europa atlántica. Abarca desde el –5000 hasta el –1400 (más o menos, se entiende). <<

[42] El dolmen usado como mausoleo puede conectarse al exterior por un pasillo de trilitos (sepulcro de corredor). En España destacan la Cueva de Menga y la de la Pileta, cerca de Antequera, y, en Mallorca, las taulas (dos piedras en forma de T) y las navetas (edificio de piedra en forma de barco invertido). <<

[43] Aviso, para el que quiera comprobarlo, ese día aquello se pone como una feria, con abundantes mochileros, mucho pirado New Age y hasta antiguos hippies reciclados en ancianos druidas de barba luenga y camisón. <<

[44] Ya se ven asomar las orejas del nacionalismo, esa ancestral tontería de la que tanta gente improductiva y enredadora vive en nuestros confusos tiempos. <<

[45] Hay un detalle revelador: la clase dirigente defiende a la productora rodeando la ciudad con muros, pero se defiende ella misma de la productora encastillándose en una alcazaba, o barrio residencial fortificado, que la protege a la vez del enemigo exterior (invasores) y del interior (súbditos). Por eso la alcazaba suele situarse en el extremo mejor defendido de la ciudad, con salida libre al campo sin pasar por la población. <<

[46] El héroe Gilgamesh emprende un largo viaje en busca de Utnapishtim, el padre creador, que le desvelará el secreto. Igual que Roy Batty (Blade Runner) busca el secreto de su vida en Tyrell, su creador. <<

[47] El hombre primitivo creía que los elementos de la naturaleza (la luna, el sol, fuentes, montañas, árboles, animales…) están dotados de alma o energía. Posteriormente esas creencias animistas se concretaron en una Diosa Madre que propiciaba las cosechas, la fecundidad de los animales y la sucesión conveniente de las estaciones del año (vitales para la actividad agropecuaria). Esta señora de la vida y de la muerte se ha manifestado en diferentes culturas bajo formas diversas: las orondas Venus paleolíticas, la Innana de los sumerios, la Ishtar de los acadios, la Isis egipcia, la Astarté fenicia, la Tanit cartaginesa, la Uni de los etruscos, la Artemio Efesia de los griegos focenses, la Deméter, la Artemisa, la Hera griega, la Juno romana y sus sucesoras hasta alcanzar a la Virgen María de los cristianos. <<

[48] Pero tienen el mismo derecho al título de cuna de la civilización, por idénticas razones, los valles de los ríos Indo y Amarillo. En realidad, los cinco ríos constituyen cinco focos de progreso que evolucionan separadamente pues entre ellos mediaban grandes distancias todavía habitadas por pequeñas hordas de cazadores-recolectores. El único contacto entre ríos, que posibilitará la influencia mutua se establece en la Media Luna Fértil por la relativa cercanía del Nilo, el Tigris y el Éufrates. <<

[49] En realidad, la escanda, que es el antepasado silvestre del trigo moderno. A menudo se asociaba a la cebada, a la avena, al mijo y a la espelta. De todo ello se hacían gachas y pan. <<

[50] En Asia la base de la alimentación sería el mijo, que más adelante se sustituyó por el arroz; en América, el maíz. <<

[51] En el Nilo, los egipcios (desde el tercer milenio); en Mesopotamia, sucesivamente, los sumerios, los acadios, los babilonios (segundo milenio), y los asirios, los persas, los hititas, los hebreos y los fenicios (primer milenio). Concedamos a cada cual su parcela. <<

[52] Los árabes nativos los llaman tells («colina», en árabe y en hebreo). Tel Aviv significa «el cerrete de la primavera». En turco se dice höyük, lo que determina topónimos arqueológicos como Catal Huyuk. <<

[53] La escritura es propia de sociedades organizadas. La inventaron independientemente los sumerios y los egipcios (antes del –3000), los chinos (hacia el –1300), los zapotecas del sur de México (hacia el –600) y los mayas (hacia el –292). <<

[54] Nosotros usamos el sistema decimal, pero todavía conservamos vestigios del sistema sumerio en la hora, que consta de 60 minutos; el minuto de 60 segundos; el día de 24 horas; el año de 12 meses, y el círculo de 360 grados. <<

[55] Que no distinguieron de la astrología, me temo: escribieron sesudos tratados en los que señalaban las influencias de los cinco planetas (siete, con el Sol y la Luna) sobre las personas. <<

[56] El código está inscrito en una columna de diorita en forma de pene erecto, lo que no es indecencia sino alusión al poder apotropaico del falo. En su parte elevada se representa al dios Shamash dictando las leyes sagradas a Hamurabi. El resto de la columna lo ocupan 282 artículos legales inscritos en minuciosa escritura cuneiforme. Algunas de sus leyes siguen vigentes en aquellas tierras, entre ellas la ley del Talión («ojo por ojo, diente por diente»). <<

[57] Todavía podemos hacernos la ilusión de lo que fue Babilonia si contemplamos la monumental Puerta de Ishtar (en el museo de Berlín), alicatada hasta el techo de ladrillos esmaltados azules con 575 figuras de leones, toros y dragones en relieve. Es impresionante. <<

[58] Habían ideado un sistema de lo más ingenioso: altas chimeneas a cierta distancia de los edificios conectadas a sus sótanos por túneles que discurrían bajo los jardines. El riego regular de las plantas filtraba agua que mantenía húmedas las paredes del túnel y producía una corriente de aire que refrescaba las habitaciones. <<

[59] Según Filón de Bizancio, «contenían plantas cultivadas por encima del nivel del suelo y las raíces de los árboles se enredaban en las elevadas terrazas en lugar de hacerlo en la tierra. Toda esa masa verde descansaba en columnas de piedra… Chorros de agua emergían desde fuentes elevadas y se distribuían por toda la estructura en arriates inclinados… Las aguas regaban el jardín saturando las raíces de las plantas y llenando todo de humedad. En ese ambiente, la hierba siempre estaba verde y las hojas de los árboles crecían firmemente unidas a las flexibles ramas… Todo rezumaba arte y lujo real y se extendía suspendido por encima de las cabezas de los visitantes». Se deduce que eran terrazas escalonadas irrigadas desde una alberca superior. Lo intrigante es cómo se alimentaba la alberca: ¿con algún ingenio de norias o ruedas hidráulicas, o a fuerza de cántaros transportados desde el río? <<

[60] Jeremías, el celebrado autor de sus jeremiadas, clama: «Una copa de oro era Babilonia en manos de Yavé. Embriagaba toda la tierra. De su vino bebieron las naciones: por eso deliran» (Jer., 51, 7). A muchos extranjeros los sorprendía algún aspecto de la religión babilónica. En Heródoto leemos: «La costumbre más ignominiosa de los babilonios es la siguiente: toda mujer del país debe, una vez en su vida, sentarse en el santuario de Afrodita y yacer con un extranjero. […] se sientan en el santuario con una corona de cordel en la cabeza […] y no regresan a su casa hasta que algún extranjero les echa dinero en el regazo y yace con ella en el interior del santuario. Y al arrojar el dinero basta con que diga “Te reclamo en nombre de la diosa Milita [como llaman los asirios a Afrodita]”. La mujer sigue al primero que la requiere, sin despreciar a nadie. Tras la relación sexual, cumplido el deber para con la diosa, regresa a casa y lleva una vida honesta. Como es lógico, todas las mujeres guapas y esculturales se van pronto, pero las feas esperan mucho tiempo sin poder cumplir la ley, algunas hasta tres y cuatro años.» Añadamos que la prostitución sagrada era un vestigio de un rito propiciatorio de origen neolítico, o incluso anterior, encaminado a estimular la fecundidad de la naturaleza vegetal y animal. Celdas para la prostitución sagrada se han encontrado en el santuario de Cancho Roano (Badajoz) y en Cástulo (Jaén). <<

[61] Cada nueva crecida depositaba nuevos sedimentos y subía el nivel de las aguas. Cuando Robert Koldewey excavó Babilonia, en 1899, tuvo que desterrar previamente los 20 metros de barro seco que la cubrían. <<

[62] Conste que no lo critico; es más, me congratulo. Si no hubieran ido a parar al Museo Británico, al Louvre y a Berlín, la mayor parte de esas riquezas arqueológicas se habrían perdido o andarían ahora en colecciones particulares. <<

[63] El relieve procede del palacio de Asurbanipal en Nínive. Hoy está en el Museo Británico. De haberlo dejado en su lugar, el Kurdistán iraquí, como quieren los que reivindican la devolución de las obras de arte a los países expoliados, quién sabe si se hubiera conservado. Recordemos la reciente destrucción de los budas afganos y la merma sufrida por los tesoros arqueológicos de Iraq, muchos de los cuales se encuentran en paradero desconocido después de las guerras recientes. <<

[64] Los reyes asirios cazaron tanto en sus cotos que exterminaron esta especie de leones algo más pequeños y veloces que los africanos. <<

[65] Que no conviene confundir con la más famosa Cautividad de Babilonia, siglo y medio después (–597 y –586), cuando los caldeos arrasaron Jerusalén. <<

[66] Estas crecidas no ocurren ahora, desde que la gigantesca presa de Asuán (1971) regula las aguas. El problema es que la acumulación de limo va menguando su capacidad. <<

[67] El nombre de Egipto es griego (Aegyptos) y reproduce el egipcio Hat Ka Ptah («casa del espíritu de Ptah»), como se denominaba el principal templo de Menfis. El nombre se extendió primero al barrio, después a la ciudad y finalmente a todo el reino. <<

[68] Así como las tiaras papales (ahora en desuso) contenían tres coronas, las de los faraones simbolizan su dominio de las Dos Tierras encajando la mitra del Alto Egipto (la mitra blanca oblonga del dios Seth) en la corona del Bajo Egipto (levantada por el cogote y con una protuberancia rizada por delante, símbolo del dios Horus). <<

[69] Lo de siempre, la misma pamema que siguen practicando las religiones actuales para que los explotados se conformen con su suerte. <<

[70] Había miles de jeroglíficos, lo que complicaba mucho la tarea de memorizarlos. Por eso la profesión de escriba gozaba de gran prestigio, comparable a las nuestras de notarios, registradores de la propiedad y de ahí para arriba. Por cierto, una de las más famosas esculturas egipcias es la de «El escriba sentado». En nuestros días todavía conservan una escritura jeroglífica los chinos y los japoneses. <<

[71] La momificación se conseguía sumergiendo el cuerpo eviscerado en una solución de natrón (carbonato y bicarbonato de sosa). La de los pobres, enterrándolos en la arena, que absorbe el agua del cuerpo y lo seca (momificación natural). <<

[72] En la antigüedad se consideraba que el alquitrán estaba dotado de maravillosas propiedades curativas aplicado como emplasto sobre heridas y úlceras. Cuando empezaron a agotarse los yacimientos de Oriente Medio, lo sustituyeron por carne de momia, de aspecto parecido. Durante la Edad Media, y hasta el siglo XVIII, las mojamas humanas fueron objeto de un activo tráfico bajo la denominación farmacéutica de Mumia vera aegyptica. En el siglo XIX, cuando el avance de la medicina las descartó como remedio, les buscaron un nuevo empleo… ¡como combustible en las locomotoras de vapor! Hoy están protegidas y se han ganado el respeto de los museos. No hay cuidado de que se acaben: tres milenios de momificación dan para mucho. <<

[73] Ello explica que a lo largo del Nilo se concentre más del 50 por ciento de los yacimientos arqueológicos del mundo (me refiero a los de cierta entidad). <<

[74] No todos, el de «Toro poderoso» no terminó de gustarle. Pensaría, coqueta, que sus adversarios la llamarían «Vaca poderosa», que la gente es muy mala. <<

[75] De hecho, los arqueólogos que descubrieron su momia, hallada en el sepulcro de su nodriza, en el Valle de los Reyes, describieron como rasgo distintivo unos «pechos enormes que caen como péndulos» (no es desdoro, murió a los sesenta, ya convertida en una anciana obesa). <<

[76] Esta operación, más propiamente llamada damnatio memoriae, es muy frecuente a lo largo de la historia: se trata de eliminar cualquier huella de un régimen o personaje odiado incluso raspando su nombre de las inscripciones de los monumentos. Ahora la estamos viviendo en la memoria de Franco y de su Régimen. <<

[77] Me refiero a «busto» en la segunda acepción de la RAE: escultura o pintura de la cabeza y parte superior del tórax, no al busto como tetamen (tercera acepción), porque la chica era más bien escurrida y escasa de chicha. <<

[78] Nefertiti, su busto, reside ahora en una sala recoleta, para ella sola, del remozado Neues Museum de Berlín. ¡Qué enigmática belleza nos transmite a través de los siglos ese cráneo menudo, esa fina calavera que se adivina bajo el cutis de nácar moreno de la reina! <<

[79] Tenía Carter un canario muy querido, de nombre Otelín, que le alegraba con su canto canoro las mañanas y lo acompañaba en sus desplazamientos. Pues bien, a poco de descubrir la tumba real se lo tragó una cobra, la serpiente titular de la diosa Uadjet. Ésta es la única prueba, más bien indicio, de que exista una maldición de los faraones. El resto es leyenda y tontería que el escéptico hará bien en rechazar. El propio Howard Carter, responsable principal del descubrimiento, murió plácidamente en la cama muchos años después, en 1939, cumplidos los sesenta y cinco. Hace pocos años, cuando buscaba, de madrugada, en el dial de la radio, una emisora en la que retransmiten cada madrugada el rosario rezado y comentado por el papa Wojtyla, topé con uno de esos programas de misterio que versaba sobre la maldición de los faraones. Aseguraba el especialista entrevistado que los que violaron la tumba de Tutankamon murieron antes de que concluyera el año, lo que demuestra el persistente poder de los antiguos dioses. Un oyente llamó para explicarlo por el lado científico: las muertes se debieron a las malignas esporas que flotaban en el aire viciado de la tumba. No terminé de escuchar sus razones porque se me pasaba la alocución de Wojtyla. Pura filfa para que cuatro embaucadores se ganen la vida a costa de la gente crédula (me refiero al programa de misterio, no al rosario comentado de Wojtyla). <<

[80] Es la parte que más fotografían los turistas y la más manoseada por el guía, que, mientras la señala o manosea, dirige su maliciosa sonrisa a alguna rubia entrada en carnes a ver si capta el mensaje. <<

[81] En inglés se llama Cleopatra’s grip, o presa de Cleopatra, a una técnica sexual que consiste en entrenar el músculo de la vagina para que apriete el pene o pilila en una especie de movimientos peristálticos la mar de gustosos. Esta facultad no es innata sino que depende del desarrollo del músculo pubococcígeo (un conjunto de músculos que rodea la parte inferior de la uretra, la vagina y el recto). Es un músculo la mar de útil porque, además de los juegos sexuales que permite, con él se controla la micción, y se previene el prolapso de útero y vagina. Las bolas chinas permiten ejercitarlo. Lo dominan muy bien las prostitutas tailandesas, según tengo leído. El erotófilo Richard F. Burton (1821-1890), en sus merodeos por el mundo islámico, documenta la presa de Cleopatra en Egipto: «Entre algunas de estas razas [especialmente entre las mujeres gana], los músculos constrictores de la vagina se hallan anormalmente desarrollados. En Abisinia, por ejemplo, casi cualquier mujer puede contraerlos hasta el extremo de provocar dolor en el hombre; acuclilladas sobre los muslos del hombre, son capaces de inducir el orgasmo en él sin mover ninguna otra parte de sus cuerpos. A tales artistas se las denomina en árabe kabbacah, que literalmente significa “poseedora, agarrador o receptáculo”. No es extraño que los mercaderes de esclavos estén dispuestos a pagar sumas exorbitantes por una mujer dotada de tal habilidad.» <<

[82] ¿Cuántas óperas, cuántos dramas, cuántas novelas, cuántos óleos historicistas habrá inspirado esta mujer? Más que ninguna otra, más incluso que nuestra venerada Isabel la Católica, dónde va a parar. En el cine la hemos visto representada por sex symbols de cada época: Theda Bara, Claudette Colbert, Elizabeth Taylor y, últimamente, por la turbadora (aunque algo descarnada) Lyndsey Marshal, de la serie «Roma». <<

[83] Los chinos desarrollaron la sericultura hacia el año –2000 y mantuvieron un intenso comercio de tejidos de seda con Occidente desde los tiempos de Egipto. China prohibió a sus sericultores, bajo pena de muerte, la divulgación de los secretos de obtención y fabricación de la seda fuera del imperio. El comercio de la seda se intensificó durante el Imperio romano para delicia de las damas de la alta sociedad a las que Séneca zahiere por usar «ese fino vestido que hace que un extraño conozca el cuerpo de la esposa tan bien como el marido». Parece que la sericultura llegó a Occidente en tiempos de Justiniano (552), cuando dos monjes persas que habían estado en China contrabandearon huevos de gusanos de seda en sus bastones de bambú. Fíese usted del clero. <<

[84] Los primeros cambios de la humanidad fueron muy lentos. Los podríamos comparar a una larga infancia. La Edad de Piedra duró cientos de miles de años. Al principio aquel hombre de cerebro aún por desarrollar sólo usaba herramientas de sílex (hachas, punzones, raederas) o de granito (martillos) talladas a lo basto (por eso denominamos al periodo Paleolítico, o «piedra antigua»). Más adelante, tras una lenta evolución de decenas de miles de años, las técnicas de tallado de la piedra se refinaron hasta producir unas herramientas perfectamente pulidas y suaves como el culo de un niño (Neolítico, o «piedra nueva»). <<

[85] Una mina prehistórica del tercer milenio hallada en Can Tintorer, en Gavà, Barcelona, muestra una compleja red de galerías y pozos en los que se han encontrado picos, mazas y cinceles de piedra. De ella se extraían piedras consideradas preciosas, principalmente variscita, de un color verde muy intenso, y lidita, un cuarzo de color oscuro. Se usaban para fabricar cuentas de collares y otros adornos con los que se sepultaba a los difuntos. <<

[86] El cobre se encuentra a veces en la naturaleza en estado nativo, es decir, puro, sin combinar con otros elementos. Al contrario que la piedra, es un material muy maleable y dúctil que puede martillarse en frío o en caliente, lo que aumenta su consistencia y dureza, pero al principio sólo lo usaron para hacer adornos. Hasta que a alguien se le ocurrió afilarlo y descubrió que tenía un filo más agudo y duradero que la piedra. <<

[87] El lector habrá oído hablar de la Edad de Piedra, de la Edad del Cobre, de la Edad del Bronce y de la Edad del Hierro. Esta clasificación proviene del director del Museo de Copenhague, don C. J. Thomnsen, quien, en 1836, ideó una manera fácil de ordenar los objetos expuestos en su museo por antigüedad según el material utilizado. Así comenzó con la Edad de Piedra, que se inicia hace más de un millón de años, y continuó con la del Cobre, la del Bronce y, por último, la del Hierro. Apurando la clasificación podríamos decir que ahora vivimos en la Edad del Plástico. <<

[88] Se han fechado utensilios de cobre en torno al –7000 en Çayönü Tepesí (en la actual Turquía) y en Iraq, pero se trata de cobre nativo, es decir, encontrado en su estado natural. La metalurgia propiamente dicha (reducción en crisol a partir de carbonatos, con carbón) data del V milenio. <<

[89] La mina de Kestel, en Anatolia, apenas abastecía las necesidades locales. Las grandes potencias tenían que traer el estaño de muy lejos, de Erzgebirge (Alemania), de Bretaña (Casitérides, llamaron a las islas Británicas), de Cornualles, de Galicia, de Afganistán, de Samarcanda, incluso de Uganda, de las minas de Kilembe (lo sabemos por su análisis químico), quizá identificables con el «País de Punt», del que los egipcios recibían también oro, marfil y pigmeos. <<

[90] En el centro de Anatolia está la Capadocia, una región abundosa en toba calcárea en la que la erosión ha labrado las caprichosas formas de un paisaje lunar. Abunda la zona en iglesias ortodoxas excavadas en la roca y, más sorprendente aún, en ciudades subterráneas que en tiempos de peligro podían acoger hasta veinte mil personas. La más visitable, Kaymakli, datada entre los siglos V y X, consta de nueve pisos de profundidad y está provista de lagares, caballerizas, panaderías, almacenes y pozos de agua. Abstenerse claustrofóbicos, asmáticos y gordos cebollones. A éstos les aconsejo que, mientras los compañeros de viaje viven su aventura troglodítica, se acojan al establecimiento de masajes El Jardín de Alí. Cuidado con la que se hace llamar Chari, que, a pesar de su aspecto frágil, me fisuró el esternón. <<

[91] Del griego θάλασσα (thalassa, «mar») y κράτος (kratos, «gobierno»). <<

[92] El término «minoico» se debe al arqueólogo Arthur Evans, excavador, en 1903, del llamado «palacio de Cnosos», el yacimiento arqueológico más representativo de la cultura cretense. Evans lo relacionó con la leyenda griega del rey Minos y el laberinto del Minotauro. Según ésta, hace casi cuatro mil años, el dios marino Poseidón castigó al rey cretense Minos haciendo que su esposa, Pasífae, se enamorara de un toro, del que quedó embarazada y dio a luz al Minotauro, un monstruo con cuerpo humano y cabeza de toro. Minos encerró al Minotauro en un laberinto construido por el industrioso Dédalo, y cada año saciaba su voracidad con siete muchachos y siete muchachas que tributaban los pueblos sometidos a Creta. Cuando le llegó el turno a Atenas, el joven Teseo se postuló como voluntario y, antes de penetrar en el laberinto, enamoró a la princesa Ariadna, la hija de Minos, y la convenció para que le entregase un ovillo de hilo («el hilo de Ariadna»), con el que se orientó para encontrar la salida del siniestro edificio después de matar al Minotauro. Teseo huyó con Ariadna a la isla de Naxos, la sedujo… y la abandonó aprovechando que estaba dormida, el muy impresentable. <<

[93] En cierto modo, Creta fue como el pilar intermedio de un puente tendido entre Egipto y Grecia por el que fluía la cultura. Un milenio después, en la época de Alejandro Magno, la floreciente cultura griega cancelaría la vieja deuda al fecundar culturalmente Egipto con la helenización que aportó la dinastía grecoegipcia de los Tolomeos. <<

[94] Ésta es la tesis de Hans G. Wunderlich: que son tumbas y no palacios. Según este autor, el faraón Ammenemes (o Amenemhet) III construyó en Medinet y el Fayum, junto a la pirámide de Hawara, hacia –1800, un laberíntico templo a los muertos que pudo inspirar los supuestos palacios cretenses. Heródoto lo describe así: «Por dentro, el edificio es de dos plantas y contiene tres mil habitaciones, de las que la mitad son subterráneas y la otra mitad están sobre ellas. Me llevaron a través de las habitaciones de la planta superior, por lo tanto lo que digo de ellas procede de mis propias observaciones, pero de las subterráneas sólo puedo hablar de oídas porque los encargados egipcios no me permitieron verlas, ya que contienen las tumbas de los reyes que construyeron el laberinto y también las tumbas de los cocodrilos sagrados […], los intrincados pasillos de una habitación a otra y de un patio a otro eran una interminable sorpresa para mí, porque íbamos de patios a habitaciones, de habitaciones a pasillos, de pasillos a otras habitaciones y de allí a otros patios […]. Cada patio está excelentemente construido en piedra blanca y rodeado por una columnata.» Si aceptamos la tesis de Wunderlich, la civilización minoica se conjuntaría armónicamente con otras civilizaciones de este mismo periodo —la egipcia— y otras del periodo que la sucederá —la etrusca— en el esquema general de unas culturas mediterráneas que observan parecidas tradiciones (Hans G. Wunderlich, The secret of Crete, Fontana, Londres, 1976). Oswald Spengler había llegado a la misma conclusión en 1935, cuando escribió: «¿Eran los palacios de Cnosos y Festo templos de los muertos, santuarios de un poderoso culto del más allá? No quiero insistir en esta afirmación, puesto que no puedo probarla, pero me parece que esta posibilidad merece ser considerada seriamente.» Desgraciadamente, Spengler falleció al año siguiente y su idea, solamente apuntada, pasó inadvertida. <<

[95] Solamente se salvó del desastre el palacio de Cnosos, enclavado a unos cinco kilómetros de la costa. <<

[96] Es muy posible que el desastrado fin de la Creta minoica inspirara la leyenda de la Atlántida, la mítica y civilizada isla destruida por los elementos en un día y una noche según la narración de Platón. <<

[97] De ahí que las denominaran «ciclópeas», en recuerdo del cíclope Polifemo, el del único ojo en medio de la frente, que entortó Ulises. <<

[98] Es el origen del panteón clásico, seis deidades femeninas y seis masculinas: el latino Júpiter (griego Zeus), Juno (Hera), Minerva (Atenea), Vesta (Hestia), Ceres (Deméter), Diana (Artemisa), Venus (Afrodita), y Marte (Ares), Mercurio (Hermes), Neptuno (Poseidón), Vulcano (Hefesto) y Apolo (Apolo). <<

[99] Actual provincia turca de Çanakkale, junto al estrecho de los Dardanelos (Helesponto), entre los ríos Escamandro (o Janto) y Simois. <<

[100] Schliemann excavó, en realidad, la acrópolis de Troya. La ciudad propiamente dicha se comenzó a excavar en 1988 y es trece veces más extensa que la acrópolis. Debió de tener entre cinco y diez mil habitantes, lo que es mucho para la Edad del Bronce. Durante el asedio quizá aumentó a cincuenta mil habitantes, con los refugiados de las aldeas de su entorno. <<

[101] Este dato, que a Heródoto le parece sospechoso, nos confirma, paradójicamente, la hazaña fenicia. En efecto, al ascender por las costas atlánticas de África debieron tener el sol a la derecha, lo que, a unos marinos que desconocían la brújula y nunca se habían arriesgado fuera del Mediterráneo, les debió de parecer cosa maravillosa. <<

[102] La moneda se inventó en Lidia, una región de la actual Turquía, hacia el siglo –VII, pero fueron los fenicios los que la divulgaron por el Mediterráneo. Su valor dependía del contenido metálico, especialmente si era de oro o de plata, aunque con el tiempo fue valorándose también el prestigio de la ciudad o estado emisor, que garantizaba su valor. <<

[103] Aún hoy, la tercera parte de los griegos vive fuera de Grecia. <<

[104] El nombre de Ampurias procede del griego emporio, «mercado». <<

[105] Hoy la cuna de Occidente, Europa, está muy decaída, pero nos gustaría pensar que no engendró en balde a Aristóteles, Platón, san Agustín, Cicerón, Virgilio, Ovidio, Dante, Montaigne, Cervantes, Shakespeare, Molière, Spinoza, Voltaire, Descartes, Mozart, Kant, Hegel, Nietzsche y algunos otros. También engendró monstruos, claro, pero ¿y quién no? <<

[106] La hibris o hybris (en griego antiguo υβρις, hýbris) es un concepto griego que puede traducirse como «desmesura», «pasión irracional», «desequilibrio»… todos los males que ahora aquejan a la civilización occidental por haberse apartado de la antigua norma griega. <<

[107] El vocablo griego ἀαρχή (arké, «gobierno») combina con μόνος (monos, «único») para dar la palabra «monarquía», el gobierno de una sola persona, aunque sea imbécil; combinado con ὀλίγος (oligós, «pocos») da «oligarquía» (ὀλιγαρχία), el gobierno de unos pocos; combinado con ἀν- (an, «sin») da «anarquía», falta de gobierno. De δῆμος (demos, «pueblo») y κράτος (kratos, «poder») procede la palabra «democracia», el gobierno del pueblo. De ἄριστος (aristos, «el mejor») y κράτος (kratos, «poder») sale «aristocracia», el gobierno de los mejores (en su origen, se entiende; con el tiempo queda en el gobierno de los descendientes de los mejores, lo que no garantiza que sea bueno). Y combinado con πλοῦτος («riqueza») no da «plutocracia» (o sea, el gobierno de los ricos). <<

[108] Una democracia quizá imperfecta, como todas lo son, pero aun así, la forma de gobierno más racional. En Atenas, por ejemplo, no votaban los pobres ni las mujeres. Aristóteles justificaba la limitación del voto a los propietarios de alguna fortuna, o sea, a los que pagaban impuestos, porque si se les concedía el voto a los pobres exigirían tantas ayudas que arruinarían el país: «Los pobres sólo reciben, no dan, y siempre piden más.» <<

[109] Delfos: de una hendidura en la roca de la montaña brotaban vapores volcánicos que respiraba la Pitonisa, una médium sentada en un trípode alto. Apolo hablaba por su boca, que, en presencia del consultante, decía palabras incoherentes (como que estaba drogada) que los sacerdotes interpretaban. Era algo serio. A la consulta acudían tanto particulares como corporaciones, ciudades, asociaciones, etc. El santuario decayó mucho con el fin del paganismo, pero aun así mantuvo su vigencia hasta que el emperador Teodosio el Grande (c. 346-395) lo clausuró el año 390. <<

[110] Esos juegos de Olimpia inspiraron nuestras actuales olimpiadas. Las obras faraónicas en las que se embarca cada país anfitrión contrastan vivamente con las instalaciones deportivas de Olimpia: un mero estadio amplio en el que la única arquitectura es un arco de piedra de acceso: el resto es un valle herbáceo de fondo plano como una artesa, en el que los espectadores se sentaban en los bancales laterales. Y los premios para los vencedores eran simples ramas de olivo, nada de medallas de oro ni contratos millonarios para publicidad. Claro, tenían otras compensaciones: el honor, las fans que se les entregaban extasiadas, los poetas que les componían cantos, las ciudades que les levantaban estatuas públicas. <<

[111] Precisemos: la leyenda es algo confusa. Parece que Filípides no corrió de Maratón a Atenas, sino de Maratón a Esparta para pedir refuerzos (fueron 250 kilómetros, en los que invertiría dos días). La distancia del Maratón olímpico (42.195 metros) se estableció en 1908, en las olimpiadas de Londres, porque era la distancia entre Windsor, castillo real, y el estadio londinense. <<

[112] Hoy el que visite las Termópilas se llevará una decepción: la erosión y la sedimentación han ensanchado el desfiladero más de un kilómetro, hasta el punto de que ya ni puede llamarse desfiladero ni nada, y sólo se conoce que allí fue la gesta en los monumentos que le han levantado, amén de algún kiosco de recuerdos y bebidas que acoge al turista. Una losa contiene la inscripción: Ὦ ξεῖν᾿, ἀγγέλλειν Λακεδαιμονίοις ὅτι τῇδε κείμεθα τοῖς κείνων ῥήμασι πειθόμενοι, o sea «Forastero, di en Esparta que yacemos aquí tal como nos ordenaron». Es pena esto de que no se conserven los lugares heroicos. Lo mismo pasa en nuestras Navas de Tolosa: llega uno con la ilusión de recorrer el espacio que cruzaron los caballeros cristianos a galope contra la morisma y se encuentra un espeso pinar repoblado que no te deja dar un paso. <<

[113] También a nuestros abuelos castellanos los educaban así: «De toda palabra ociosa dará el hombre cuenta rigurosa», dice la inscripción en el dintel de una puerta. <<

[114] Al lector que quiera más detalles le sugiero la lectura de la novela de Valerio Massimo Manfredi Talos de Esparta (1986), en la que asistirá, además, a la batalla de las Termópilas. <<

[115] Crypteia (κρυπτεία) viene de criptos (κρυπτός, «escondido», «oculto»). La describe Plutarco en su Vida de Licurgo, 28, 3-7. <<

[116] Los ilotas aguantaron durante generaciones (quizá porque cada año los reclutas espartanos mataban a los más rebeldes) hasta que en el año –464, aprovechando que un terremoto había asolado Esparta, se rebelaron y se hicieron fuertes en el monte Ithome. Los espartanos no pudieron. <<

[117] En realidad, una timocracia, que no significa el gobierno de los timadores sino el de los que tienen honor (de τιμή, timé, «honor», y κράτια, krátia, «gobierno»). Ahora bien, el honor se confundía con las propiedades, porque para acceder a los cargos superiores de gobierno había que pertenecer a los pentakosiomedimnoi, o sea «hombres de las quinientas fanegas». Otros cargos medios estaban a disposición de los hippeis, o caballeros, propietarios de al menos trescientas fanegas (con las que podían costearse caballo y equipo pesado de guerra). Detrás venían los zeugitai u hoplitas, infantería pesada, y finalmente los más modestos, los thetes, que eran los que remaban en las galeras en caso de guerra. <<

[118] Para los platónicos, «la democracia surge de la oligarquía en la que el afán por la ganancia ha relegado la educación y la cultura a un último plano y ha sumido en la ignorancia a las grandes mayorías, es decir, a los pobres. Esta democracia es gobernada por un grupo de administradores zánganos que viven de los ricos supervivientes de la revuelta social que instauró la democracia. Finalmente, está el pueblo, esto es, los trabajadores manuales a los que los políticos controlan repartiéndoles algo de lo que les quitan a los ricos, una mínima parte comparada con la que se reservan para ellos. Esto conduce a inculpaciones mutuas de corrupción entre los ricos y los políticos para defenderse frente a acusaciones del pueblo, lo que sembrará la desconfianza y preparará el terreno para que un líder charlatán aglutine a las masas y se convierta en dictador o tirano» (texto libremente adaptado de la filósofa peruana Carmen Zabala). <<

[119] La falange era una formación cerrada compuesta por dieciséis filas de infantes armados de sarissas (picas de hasta seis metros de longitud) que cada combatiente apoyaba en el hombro del delantero al embestir al enemigo. Triunfó en los campos de batalla durante más de un siglo, hasta que fue superada por la legión romana. <<

[120] En palabras de Ze’ev Herzog, profesor de arqueología en la Universidad de Tel Aviv, en un artículo publicado por la revista Haaretz («Deconstruyendo los muros de Jericó: mito bíblico y realidad arqueológica»): «Los israelitas nunca estuvieron en Egipto, no vagaron por el desierto, no conquistaron el territorio en una campaña militar y no lo trasmitieron a las doce tribus de Israel. Además, la monarquía unificada de David y Salomón, que en la Biblia se describe como un poder regional, fue como mucho un pequeño reino tribal.» Van a tener razón los cachondos que se dedican a añadir en las tapas de las biblias de los hoteles una pegatina que avisa: «Este hotel no se responsabiliza de la veracidad del contenido de este libro.» <<

[121] No deja de sorprendernos esta faceta de Dios, esa vehemente y algo histérica necesidad de que lo adoren, y también sorprende su carácter exclusivista y celoso: «Sólo a mí.» Los hipercríticos, especialmente los psicólogos argentinos, han creído detectar en ello los vestigios de algún trauma infantil, un deseo de autorrealización a través de la subordinación de los otros. No diría yo que no. <<

[122] Génesis 15, 18-21; 28, 13 y Deuteronomio 1, 8. Un cachondo, ese Dios de los judíos: después de someterlos a toda clase de pruebas y calamidades los aloja en la única parcela de Oriente Medio donde no hay petróleo y les hace creer que son su «pueblo elegido». ¿Elegido para qué, para fastidiarlos? <<

[123] Esta estratégica situación explica la implantación en esta tierra de Estados occidentales o europeos, el de los cruzados latinos en época medieval y el de los judíos occidentalizados de la moderna Israel, al fin y al cabo un enclave de Occidente en medio del océano islámico. <<

[124] En este punto los neotestamentólogos podrán objetar que el propio Dios define la Tierra Prometida en términos más generosos en otro pasaje (ése es el mérito de la Biblia, que lo mismo te sirve para un roto que para un descosido, lo contiene todo): «A tu descendencia doy esta tierra desde el torrente de Egipto hasta el gran río Éufrates: los quenitas, queniceos, cadmonitas, hititas, periceos, refaimitas, amorreos, gonorreos, cananeos, guirgaseos y jebuseos», o sea le da la tierra con los pueblos que contiene. Todos esos pueblos han desaparecido, pero el de Israel se mantiene a pesar de los reveses de la historia, con un par. <<

[125] En un comentario hipercrítico leemos literalmente: «Yahvé tenía menos influencia que un gitano en los juzgados», lo que nos parece del todo improcedente, comenzando por el hecho de que en aquella época los gitanos todavía no habían salido de su India originaria y eran desconocidos en Occidente. <<

[126] David, un auténtico salido de los de culito veo, culito deseo, pero como le cae en gracia a Yahvé, le disculpa todo. <<

[127] El conocimiento de este Shem Shemaforash o Nombre del Poder, fundamento, al parecer, de la cábala judía, es el secreto anhelo de algunas sectas secretas a lo largo de la historia. A finales del siglo XIX existió una logia en España, «Los doce Apóstoles», que aseveraba poseer una especie de mandala o libro mudo que lo contenía. El lector curioso puede verlo, inscrito en una lápida de mármol, en el patio del Ayuntamiento de Arjona (Jaén). En el pueblo, que es amable, blanco, pintoresco y ventilado, se producen también un excelente aceite y unos mantecados insuperables. <<

[128] En esta destrucción debió de perecer la famosa Arca de la Alianza, morada de Yahvé, que no vuelve a mencionarse en la Biblia. También es posible que viéndolas venir la pusieran a salvo. Ahora inspira novelas y películas (En busca del Arca Perdida). Los cristianos de Lalibela proclaman que la tienen en su santuario y le organizan una romería anual (véase Graham Hancock, Símbolo y señal, Planeta, Barcelona, 1993). Mientras tanto, un arqueólogo americano algo visionario (o completamente pirado) la busca en el desierto de Israel. <<

[129] Uno de los monarcas seleúcidas, Antíoco IV Epífanes, deseoso de helenizar a sus súbditos (o sea, de domesticarlos y convertirlos a la cultura griega, más tolerante y abierta que la judía), profanó el Templo de Jerusalén en el año –167. Nunca debió hacerlo, porque los suspicaces judíos se alzaron en armas bajo la dirección de los Macabeos (una influyente familia de su nobleza) y recuperaron su independencia. La ilusión de constituir de nuevo un Estado les duró casi un siglo (entre –142 y –63), hasta que la poderosa Roma les rebajó los humos manu militari. <<

[130] Herodes Antipas (el que decapitó a san Juan Bautista) heredó Galilea y Perea; Filipo heredó Auranítida, Panea, Gaulanítida y otras provincias del norte; Arquelao heredó Judea, Samaria e Idumea, aunque, debido a su mal gobierno, los romanos se la arrebataron diez años después para administrarla directamente por medio de un prefecto o gobernador, Poncio Pilato. <<

[131] Los saduceos eran discípulos de Sadoc, erudito judío del siglo –III que negaba la inmortalidad del alma, un dogma fundamental de los cristianos. Una vez quisieron enredar a Jesús con una pregunta capciosa: «Maestro, a ver si nos despejas una duda: una mujer que se ha casado de nuevo después de enviudar ¿de quién será esposa cuando los muertos resuciten?» Jesús, sin inmutarse, respondió: «Los resucitados no tendrán esposa ni marido, serán como ángeles del cielo» (Mc. 18, 27; Mt. 22, 23). ¡Planchados los dejó! Esa argucia dialéctica se denomina trampa saducea, la pregunta que no se hace con sincera voluntad de saber, sino para que el interlocutor se perjudique tanto si responde en un sentido como en otro. La usan mucho los políticos, incluso los de ingenio más romo, que son casi todos, y conste que no señalo a nadie. Aquellos infelices saduceos que quisieron confundir a Jesús se creían muy listos. Estaban lejos de sospechar que el que creían charlatán palurdillo recién llegado de Galilea (así lo veían ellos) era Hijo de Dios, nada menos, y les daba a todos cien mil vueltas. <<

[132] Se encuentran en los llamados libros proféticos, especialmente en el de Isaías. <<

[133] Me muestro taxativo porque pertenezco a la civilización cristiana occidental; pero si perteneciera a la civilización islámica occidental y oriental afirmaría que la figura más importante de la historia es Mahoma, como es natural. Todo es relativo, como dijo Einstein (judío, por cierto). <<

[134] Ya sé que cuesta admitir que todo este tinglado de la Iglesia provenga de alguien que ni siquiera tenía el graduado escolar, pero estas incoherencias hay que juzgarlas en su contexto: estamos hablando de una época en que la gente se movía por el mundo con menos papeles que una liebre. Dicho esto, y en honor a la verdad, hemos de consignar que no faltan indicios conducentes a demostrar que, después de todo, Jesús fuese más leído y escribido de lo que se supone: durante el Concilio de Roma del año 745, el papa San Zacarías leyó ante los cardenales y obispos una carta de Jesucristo que había caído del cielo y que el arcángel san Miguel había recogido y entregado al obispo alemán Edelberto. No fue ésta la única misiva emitida por Jesucristo desde la estafeta celestial: el cabecilla de la denominada «cruzada de los niños», Pedro el Ermitaño (1050-1115), mostraba a sus seguidores una carta que Jesucristo le había entregado en el Santo Sepulcro de Jerusalén. A Jacobo Maestro de Hungría (1190-1251), organizador de la Cruzada de los Pastores, le entregó la Virgen una carta que no lograba leer (no sabía arameo). Lo único objetable es que, incluso si admitimos a un Jesús celestial leído y escribido, eso no demuestra que no fuera analfabeto en la Tierra. Concedamos por una vez a los hipercríticos el beneficio de la duda. Tiempo le ha sobrado a Jesús, desde luego, para obtener el graduado escolar, aunque sea en los cursos de educación a distancia (mucha distancia, sin duda, tratándose del cielo, situado en el lugar más remoto de la supermegaestratosfera, más allá de las puertas de Tannhäuser). Por otra parte, reintegrado en la Santísima Trinidad, como Dios que es (Su Segunda Persona), Jesús reúne vastísimos conocimientos por ciencia infusa (omnisciente) y nada se le oculta, idiomas incluidos. <<

[135] ¿Qué es la gnosis? Es un movimiento religioso y filosófico que valora el conocimiento (gnosis) sobre las creencias (pistis). Sus practicantes parten de la creencia de que los humanos tenemos una naturaleza humana mortal, material (éidolon), y otra divina o alma inmortal (daimon). El creyente debe remontar desde el éidolon hasta alcanzar la plenitud del daimon. Esa iluminación se obtiene al fundir su naturaleza humana con la divina, una ascesis que luego encontramos en el cristianismo, con santa Teresa, san Juan de la Cruz y otros místicos. A ese conocimiento se asciende mediante la iniciación y la enseñanza. La gnosis triunfa en los siglos II y III sobre un sustrato de las religiones iraní, egipcia, griega, judía con aportaciones de la filosofía platónica y aristotélica. <<

[136] Los esenios ocultaron sus libros en las cuevas de Qumram antes de que los romanos los exterminaran en el año 68. Estos libros se encontraron por casualidad en 1947, cuando un aburrido pastorcillo árabe que apacentaba un rebaño de cabras lanzó una piedra dentro de una cueva y percibió el sonido de una vasija rota. «¡Coño, ahí dentro hay algo!», se dijo. Trepó por el balate, penetró en la cueva y encontró un depósito de cántaros que contenían los famosos escritos de Qumram. Hablaremos del asunto cuando le toque. Por cierto, algunos arqueólogos afirman ahora que los textos procedían del Templo de Jerusalén y los ocultaron allí para salvarlos de los romanos. ¡El caso es marear la perdiz! <<

[137] Nazaret sólo se menciona con este nombre a partir del siglo IV. Holley señala que jamás se menciona «en el Antiguo Testamento, ni en el historiador Flavio Josefo ni en los primeros mapas de Tierra Santa». El Nazaret actual es una población cercana a la antigua Séforis que ya contaba con cierta población en el siglo I. Su nombre podría ser una invención cristiana posterior. De hecho, la actual Nazaret está cerca del Monte Carmelo, lo que induce a sospechar que sea una creación de los carmelitas, un pia fraus, una mentira piadosa, para aproximar la patria de Jesús a su convento mayor. <<

[138] En los Evangelios se denomina a Jesús seis veces como «nazareno» y doce como «nazoreo». <<

[139] Procede de la palabra egipcia «retoño», «parra» (natzr). Véase Vernal Holley, 1994, p. 47. <<

[140] Extrañamente a las señoras devotas de Jesús que frecuentan los sacramentos y tienen al galileo por modelo de vida, les resultan sospechosos los hombres que se dejan crecer el pelo, con la excepción del expresidente Aznar. Lo menciono para señalar la inconsistencia de las opiniones mundanas (y la falta de caridad). <<

[141] Los griegos las llamaban islas Casitérides, por su abundancia en Κασσίτερος (Kassiteros) o casiterita, el mineral del que se extrae el estaño. <<

[142] Lo único que se alteró fue la ruta: los fenicios lo traían por mar; los griegos prefirieron la ruta terrestre, por los ríos Ródano-Saona hacia Marsella, su gran emporio comercial. El Ródano y el Saona constituyen, desde la prehistoria, una frecuentadísima ruta comercial. Por aquí bajaba también el ámbar del Báltico, elemento precioso ya en la Europa prehistórica. <<

[143] Una de estas expediciones se componía de sesenta barcos con tres mil colonos, amén de abundantes pertrechos, pero se agotaron las provisiones a la altura de Senegal y tuvieron que regresar. No obstante, trajeron interesantes noticias de África y de sus gentes: «Había muchos salvajes —escribe un testigo—, gentes de cuerpo velludo llamados gorillai que huyeron de nosotros. Logramos atrapar a tres hembras pero como se negaban a seguirnos y mordían y arañaban a los que las llevaban tuvimos que sacrificarlas y trajimos las pieles a Cartago.» La noticia procede de «El viaje de Hannón, comandante de los cartagineses, alrededor de las partes de Libia más allá de la Columnas de Hércules, que depositó en el templo de Crono». Hannón vivió en el siglo –VI. <<

[144] En estas guerras, los cartagineses emplearon mercenarios españoles, en especial honderos baleares. «Alrededor de la cabeza llevan tres hondas de junco negro, de cerdas o de tendones: una larga para los tiros largos, otra corta, para los cortos, y la tercera mediana, para los intermedios —escribe Estrabón—. Desde niños los adiestran en el manejo de la honda y si tienen hambre tienen que acertar en la diana antes de recibir el pan.» <<

[145] Consta que algunos historiadores han descuidado sus obligaciones conyugales en cavilosas vigilias sobre la identificación de ese promontorio. ¿Se trata del moderno Ras sidi Ali el Mekki, al norte de Túnez? ¿Es el cabo de Palos? ¿Es el de La Nao (Alicante)? <<

[146] Una denominación doblemente redundante porque Cartago, a su vez, significa Qarthadash, «ciudad nueva». <<

[147] Por ejemplo, en Porcuna, el magnífico mausoleo de un reyezuelo local fue destruido y el grupo escultórico que lo adornaba acabó en pedazos en el fondo de una zanja donde durmió el sueño de los justos hasta su descubrimiento en 1975. Ahora constituye la joya del Museo Ibero de Jaén. Entre las figuras épicas que representan combates de guerreros o enfrentamientos con monstruos hay una, más civil, que retrata a un masturbador en plena acción. <<

[148] A los romanos les gustaba pensar que su ciudad se fundó el año –753, y computaban el tiempo a partir de esa fecha con la frase ab urbe condita (desde la fundación de la ciudad). <<

[149] En la práctica, todo el poder se concentraba en manos de la nobilitas o aristocracia senatorial. La clase contigua era la de los caballeros o equites, integrada por los ciudadanos adinerados que podían mantener un caballo. La más baja y extensa era la de los desposeídos o proletarii, palabra que significa «que sólo poseen a sus hijos». Éstos no votaban en las elecciones, pero tampoco hacían servicio de armas. <<

[150] Los cónsules tenían imperium, es decir, poder de vida y muerte. Los escoltaban guardias (lictores) que portaban al hombro sendos haces (fasces) de varas de azotar, símbolo del poder coactivo que les otorgaba el cargo. Cuando salían de la ciudad, y por lo tanto de la jurisdicción del pueblo, añadían a las varas un hacha de verdugo (securis), cuyo hierro sobresalía del haz. Mussolini, que soñaba con devolver a Italia las glorias de Roma, adoptó las fasces como símbolo de su partido «fascista». Los actuales maceros de nuestros ayuntamientos, con sus pelucas y sus dalmáticas, constituyen la réplica moderna de estos portadores de fasces. <<

[151] Púnico significa «cartaginés» (por el etnónimo latino Pnicî con el que designaban a los cartagineses y a ancestros fenicios). <<

[152] Para que se vea el ingenio y la determinación de los romanos: los cartagineses eran muy superiores en el mar (los romanos continuaban siendo un pueblo agrícola, sin tradición marinera). Conscientes de su inferioridad, los romanos aprovecharon que habían capturado una galera cartaginesa embarrancada en una playa, la desmontaron, copiaron sus piezas y produjeron en serie una armada suficiente para enfrentarse a la cartaginesa. En pocos meses. Además, innovaron los medios de combate con pasarelas provistas de garfios (el corvus, «cuervo») que les permitían asaltar la nave enemiga y convertir la batalla naval en un enfrentamiento terrestre (una táctica que se prolongará en el Mediterráneo hasta después de Lepanto). Recuerden la batalla naval de la película Ben Hur (1959). <<

[153] Los iberos no advirtieron que aquellos romanos que los ayudaban a sacudirse el yugo cartaginés les iban a imponer otro aún más pesado y, además, definitivo. Aunque también es cierto que Roma los desasnó. Vaya lo uno por lo otro. <<

[154] Una red de magníficas calzadas comunicaba Roma con sus más distantes dominios, favorecía el comercio, lo que producía riqueza y bienestar para los súbditos del imperio, y el rápido desplazamiento de tropas para sofocar rebeliones provinciales. Verdaderamente todos los caminos conducían a Roma. <<

[155] No seré yo el que establezca parentesco alguno entre esta forma de soborno estatal y los actuales subsidios de desempleo con los que ciertos gobiernos autonómicos cautivan el voto de sus bases, lo que les asegura el cumplimiento de su principal objetivo político: perpetuarse en la poltrona. Tampoco compararé el circenses con el vertedero de programas basura en que se han convertido algunas televisiones autonómicas y nacionales. <<

[156] Este Craso, llamado el Rico (Crassus dines), era un tiburón de las finanzas, ingenioso y exento de escrúpulos, que se había adueñado de la mayor parte de los bienes raíces de Roma, pero sabía ganarse a la gente con préstamos y regalos y el pueblo lo apoyaba. Uno de sus negocios consistía en un cuerpo de bomberos privado. Cuando estallaba un incendio en la ciudad, compraba a bajo precio los inmuebles amenazados y luego enviaba a sus hombres a sofocarlo. <<

[157] Se cuenta que el rey de los partos, cuando le presentaron el cadáver de Craso, le hizo verter en la boca oro derretido, al tiempo que le decía: «¿No es esto lo que venías buscando desde siempre? Anda, hártate ahora.» <<

[158] A estos acontecimientos hemos asistido en la apreciable serie histórica «Roma» (2005), más verosímil que exacta y bastante distante de la edulcorada Holly Rome (la Roma de Hollywood) a la que nos tiene acostumbrados el péplum. <<

[159] El primer calendario romano se basaba en el año agrícola y no contaba el invierno, en el que la tierra está muerta. El año tenía diez meses que sumaban 305 días. Marzo (consagrado a Marte, dios de la guerra); abril (aprilis), por la floración vegetal (aperire es «abrir»); maius («mayo»), por la pléyade Maia; junius («junio»), por la diosa Juno, esposa de Júpiter. Los seis meses restantes carecían de denominación y se designaban por el ordinal correspondiente: quinto (quintilis), sexto (sextilis), séptimo (september), octavo (october), noveno (november) y décimo (december). Más adelante se añadieron dos meses para el invierno: januarius («enero»), por Jano, el dios de los dos rostros; y februarius («febrero»), por los ritos de purificación (februalia). Después de la muerte de Julio César se decidió honrar su memoria dando su nombre a un mes: quintilis se llamó desde entonces julius («julio»), y por la misma razón sextilis se llamaría augustus («agosto»), en memoria de Augusto. Al sucesor de Augusto, Tiberio, le propusieron denominar septiembre con su nombre pero él rechazó la idea: «¿Qué haréis cuando se acaben los meses y siga habiendo emperadores?» <<

[160] Esta dinastía sería de origen divino, puesto que su familia, la gens Iulia, era descendiente de Eneas y de Venus (idea que plasma Virgilio en la Égloga IV y en la Eneida). Las pretensiones monárquicas de César eran evidentes: se hacía escoltar por 72 lictores, y vestía manto y zapatos rojos (como los antiguos monarcas y los actuales papas). <<

[161] César, al descubrir a su hijo adoptivo, Bruto, entre los conjurados, murmuró: Tu quoque, fili mi! («¿Tú también, hijo mío?») y no opuso resistencia: se cubrió la cabeza con la toga para evitar que vieran sus muecas de dolor y se dejó apuñalar. Escribo estas líneas el mismo día en que han asesinado a Gadafi refugiado en una alcantarilla y suplicando clemencia a sus captores. ¡Qué lejos el tiranuelo libio de la dignitas romana al enfrentarse con la muerte! <<

[162] Además de príncipe era imperator, es decir, jefe máximo del ejército. Augusto se abrogó la potestad tribunicia, lo que lo convertía en sacrosanto valedor del pueblo y le otorgaba, además, derecho de veto frente al Senado y los cargos por él designados; por otra parte, gozaba de imperium proconsular, lo que reunía en sus manos los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Finalmente, también era sumo pontífice y controlaba las decisiones religiosas. Los sucesores de Augusto serán princeps hasta el siglo III. A partir de 285 (Diocleciano), el título cambia a dominus («señor»), lo que refleja, ya sin tapujos, el poder absoluto de que está investido el emperador. <<

[163] No sólo, por cierto, en la Roma imperial que él cimentó, sino en ámbitos tan alejados de ella como el ruso y el alemán modernos. Los títulos de zar y káiser derivan de la palabra «césar». <<

[164] Roma trataba a las ciudades como a los individuos. Casi todas eran estipendarias (stipendiariae), es decir, sujetas a tributo en dinero, especie o servicios. Las celtíberas solían pagar en cabezas de ganado o en productos manufacturados locales, por ejemplo, las capas de lana llamadas sagum, lejano antecedente de la prieta capa zamorana, muy apreciadas en Roma. Junto a las ciudades contribuyentes existieron otras, pocas, federadas y libres, que disfrutaban de exención tributaria (Cádiz, Málaga, Tarragona). Era el premio por haber ayudado a Roma en momentos de apuro o por haberse mostrado particularmente sumisas. <<

[165] En los museos españoles abundan las ánforas olearias, panzudas, casi esféricas, destinadas al transporte del aceite. Eran envases no retornables: las vaciaban en los almacenes del Tíber, las rompían y arrojaban los tiestos a un descampado cercano. El montón de tiestos fue creciendo hasta formar un verdadero monte de cincuenta y cuatro metros de altura y un kilómetro de contorno, el Monte Testaccio (de testae, «tiesto»), que hoy se integra en Roma, cerca de la Puerta de San Pablo. Casi todas las ánforas del Testaccio llevan sellos identificativos que señalan su origen español, especialmente los niveles del siglo II, antes de que la competencia del aceite barato y de peor calidad del norte de África amenazara al mercado hispánico (se ve que la decadencia del Imperio romano tuvo también su capítulo gastronómico). <<

[166] Es básicamente la actual casa andaluza, con patio interior, de Córdoba o Sevilla, erróneamente llamada a veces «casa árabe». Los árabes se limitaron a reproducir los modelos romanos y griegos que encontraron en su expansión norteafricana. Lo que no los desmerece, pues demuestra no poca inteligencia. <<

[167] Una idea copiada por el plan de autopistas de Hitler, aunque su imperio «de los mil años» fue efímero. <<

[168] Si Roma hubiese permanecido en el Elba hubiera sido tanto mejor para todos, habría civilizado y romanizado a los germanos, lo que, a la postre, redundaría, si bien se mira, en beneficio tanto de sus actuales descendientes como del resto de Europa. <<

[169] En este punto es conveniente aclarar que los romanos de la clase aristocrática se casaban y divorciaban por razones prácticas. No eran raros los casos en que un patricio le cedía la mujer a otro precisado de heredero (previo divorcio y matrimonio) y, una vez engendrado legalmente el hijo, el primer marido la recuperaba (mediante nuevos divorcio y matrimonio). La mujer era simplemente un venter, un vientre en el que perpetuar el linaje. Sólo a partir del siglo II, con la divulgación de la moral estoica, a la que prontamente imitará el cristianismo, la mujer comenzará a ser considerada compañera del hombre y no su instrumento. Otro modo de perpetuar linajes consiste en prohijar al amigo. A veces un patricio prohijaba a otro de su edad o incluso mayor. <<

[170] Se llamaba en realidad Cayo César Germánico, pero es más conocido por el apodo cariñoso con que lo llamaban los soldados de su padre, entre los que se crio. Calígula es el diminutivo de caligae, la sandalia de suela claveteada usada por los legionarios romanos. <<

[171] Los aurigas eran tan idolatrados por la plebe como los futbolistas de ahora. Recuerden que uno de los hijos de Gadafi también quiso ser futbolista famoso. <<

[172] Mesalina (22-48), la tercera esposa del emperador Claudio y madre de Octavia, esposa de Nerón, es recordada por su galante y esforzada carrera de ninfómana. Se dice que satisfacía apetitos sexuales indiscriminadamente con secretarios y siervos del emperador, apuestos miembros del Senado, mozos de cuadra e incluso entre los rudos clientes de los prostíbulos barriobajeros en los que lograba récords de resistencia en la práctica del gang bang en competencia con las más capaces profesionales del amor. Los libertos de la cancillería imperial delataron esta conducta al ignorante e imperial Claudio, que, apesadumbrado, la hizo ejecutar. El poeta Juvenal dice de ella: «Cuando el burdel cerraba marchaba triste, todavía ardiendo con la erección de su tieso clítoris, cansada de tíos pero aún no saciada. Tiznada por el humo del candil llevaba el olor del lupanar a su almohada.» <<

[173] Los cristianos de la ciudad eran todavía escasos. Las noticias relativas a esta persecución son apócrifas y fueron insertadas, siglos después, en los textos de Tácito y Suetonio. <<

[174] O sea, el miembro de la alta sociedad que haga honor a la etimología de la palabra: del griego ἀριστοκρατία (aristokratía), de ἄριστος (aristos, «excelente»), y κράτος (kratos, «poder»), o sea, el «gobierno de los mejores». <<

[175] A estas virtudes ciudadanas, el romano unía estimables virtudes privadas: integridad (probitas), juicio ponderado (consilium), circunspección (diligentia), autodominio (temperantia), tenacidad (constantia) y rigor (severitas). A los jóvenes se los educaba en la obediencia (obsequium), el respeto (verecundia) y la pureza (pudicitia). Aún conviene añadir ciudadanía (auctoritas), responsabilidad (gravitas), autocontrol (severitas), autoestima (dignitas), tenacidad (firmitas), laboriosidad (industria), previsión (prudentia), honradez (veritas), austeridad (frugalitas), cortesía (comitas), discreción (clementia), civilidad (humanitas), capacidad de discernimiento (simplicitas). <<

[176] La ciudadanía romana confería pleno derecho a votar y a ser elegido para desempeñar puestos oficiales, y comportaba sustanciosas ventajas fiscales y jurídicas. <<

[177] Un cínico personaje de Petronio observa: «Él me ha ofrecido el espectáculo y yo lo he aclamado: estamos en paz; una mano lava la otra.» <<

[178] El griego Elio Arístides pronunció en 143 un discurso ante el emperador Antonino Pío, la mejor alabanza que puede expresar un hombre del pueblo sometido a sus conquistadores: «A todos los hombres de mérito que están en el imperio […], lo hicisteis ciudadano y hasta vuestro congénere, mientras que el resto quedó como súbdito y gobernado. Y ni el mar ni toda la tierra que se interponga impiden obtener la ciudadanía, y aquí no hay distinción entre Asia y Europa. Todo está abierto para todos. Nadie que sea digno de una magistratura o de confianza es extranjero, sino que se ha establecido una democracia común a la tierra bajo el dominio de un solo hombre, el mejor gobernante y regidor; todos se reúnen aquí como si fuera en el ágora común, cada uno para procurarse lo debido. Lo que una ciudad es para sus propias fronteras y territorios, eso es esta ciudad para toda la ecúmene, como si se presentase como el núcleo urbano común a todo el territorio. Podrías decir que todos los periecos o los otros que habitan los demás lugares, distribuidos en demos, se reúnen en esta misma y única acrópolis. Ésta nunca ha repudiado a nadie sino que, como el suelo fértil de la tierra mantiene a todos los hombres, así esta ciudad recibe a los hombres de toda la tierra, como el mar recibe a los ríos. Pero también esto otro lo tiene en común con el mar: pues ni aquél llega a ser más grande por las aportaciones de los ríos, como si se hubiese dispuesto por el hado que el mar siempre tuviese la misma magnitud aunque los ríos vertiesen en él, ni tampoco en ésta es visible ningún cambio en su tamaño. Como los ríos son recibidos en los golfos, la ciudad ocultándolo contiene así todo, de manera que parece que siempre es la misma a pesar de las llegadas y las partidas […] convertisteis el ser romano, no en ser miembro de una ciudad, sino en el nombre de un cierto linaje común, pero no de un linaje cualquiera de entre todos, sino en el contrapeso de todos los restantes. Pues no separáis ahora las razas entre helenas y bárbaras, ni les habéis presentado una división ridícula al construir una ciudad más populosa que toda la estirpe helénica, por así decirlo, sino que las habéis dividido en romanos y no romanos: hasta tal grado habéis llevado el nombre de la ciudad. Establecida así la división, muchos, en sus respectivas ciudades, son ciudadanos vuestros no menos que de sus congéneres, aunque algunos de ellos no hayan visto jamás la ciudad de Roma. Y no hay ninguna necesidad de guarniciones que ocupen las acrópolis, sino que las personas más importantes y poderosas de cada ciudad guardan sus respectivas patrias en vuestro nombre. Y ocupáis las ciudades de doble manera, desde aquí, la capital, y por medio de vuestros conciudadanos en cada una de ellas. Ninguna envidia pone su pie en el imperio, pues vosotros mismos sois los primeros en no sentir envidia, porque lo habéis puesto todo a disposición de todos y habéis permitido que los poderosos no sean gobernados más que lo que ellos gobiernan por turno. Además, ciertamente, tampoco existe odio en los que se han quedado fuera. Pues gracias a que la constitución es común y semejante a la de una única ciudad, naturalmente los gobernantes gobiernan no como sobre extranjeros sino como sobre compatriotas.» Elio Arístides, Discurso a Roma, 58-65, traducción de Juan Manuel Cortés, Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1997. <<

[179] A su muerte se estableció la costumbre de desear a cada nuevo emperador, en el acto de toma de posesión, que fuera felicior Augusto, melior Trajano («Más feliz que Augusto y mejor que Trajano»). <<

[180] Adriano, recién llegado de España, intentó pronunciar un discurso en el Senado y, en cuanto abrió la boca, sus colegas se desternillaron de risa. ¡Vaya usted a saber cómo sonaba aquel latín hispano que Cicerón describe como pingue atque peregrinum, es decir, gangoso y extraño! Los idiomas españoles, el castellano, el catalán y el gallego, descienden de aquel latín que aprendieron nuestros antecesores. De lo que se hablaba antes de la llegada de los romanos sólo ha sobrevivido el vascuence, como es natural. <<

[181] Este Cómodo es el mequetrefe que asesina a Máximo Décimo Meridio en la película de Ridley Scott Gladiator (2000). El Cómodo histórico e histérico no murió en la arena, como nos cuenta la película, sino estrangulado por unos conspiradores que querían sustituirlo por alguien más juicioso. Tampoco acertaron y aquel año hubo hasta cuatro emperadores (cada uno eliminando al anterior). ¡Menudo final de la dinastía Antonina, la más ilustre de Roma! <<

[182] Un sesudo censor del siglo –I había manifestado: «Como es sabido, el matrimonio es una fuente de desdichas, pero no por ello hay que dejar de casarse: es un deber cívico.» <<

[183] Constantino la llamó Nea Roma Constantinopolis (Nueva Roma de Constantino), aunque pronto se la conoció como Constantinopolis (en griego, Κωνσταντινούπολη). Constantino quiso hacer una copia de Roma con su foro, su capitolio, su senado y sus catorce regiones administrativas. También estaría libre de impuestos, como si fuera suelo itálico. <<

[184] Mala cosa cuando los idiomas sirven para separar a la gente, el manido recurso de los nacionalistas. Aunque peores que los idiomas son las religiones… <<

[185] Un filósofo anónimo que firma Elsicario lo expresaba así hace años en una hoja volandera: «Los imperios decaen por dos circunstancias: la ineptitud y corrupción a nivel humano y moral de sus líderes y el despilfarro y la falta de austeridad en sus sociedades, corrompidas con el sustento fácil que proporcionan sus dirigentes. Evidentemente una actitud vigilante contra estos vicios de la sociedad es misión imposible dado el carácter humano de las mismas, que más pendiente del “bien vivir” que de otras preocupaciones de mayor altura moral, prefiere relajarse hasta la extinción, antes de afrontar el esfuerzo que supone superarse.» <<

[186] Montesquieu evitó mencionar el fin del paganismo y la expansión del cristianismo como otra posible causa de la decadencia. Gibbon lo insinúa en su magna obra Historia de la decadencia y ruina del Imperio romano, un espléndido retrato de la disolución de Roma cuando la ciudad se ve atacada por el cáncer de la barbarie y del fanatismo religioso («La Iglesia —e incluso el Estado— fueron distraídas por facciones religiosas cuyos conflictos eran muchas veces sangrientos, y siempre implacables; la atención de los emperadores fue desviada de los campos de batalla a los sínodos. El mundo romano comenzó, pues, a ser oprimido por una nueva especie de tiranía, y las sectas perseguidas se convirtieron en enemigos secretos del Estado.»). Por su parte, Voltaire formula la misma idea con brutal claridad: «El cristianismo abrió el cielo, pero arruinó el imperio.» Luego han venido otros (Frobenius, Spengler) que consideran la decadencia de los imperios como un hecho biológico inexorable. La idea de que las sociedades decaen cuando sus individuos se entregan a la molicie para dar paso a jóvenes bárbaros que heredan el mundo se transmite en la literatura insistentemente hasta nuestros días. En su novela Aita Tettauen, Benito Pérez Galdós sugiere su propia teoría sobre el impacto del vicio en las viejas civilizaciones: «Decaen los imperios, se desmedran las razas, los fuertes se debilitan y la hermosura perece entre arrugas y canas. Mas no suspende la vida su eterna función, y con las causas que descienden hacia la vejez, se cruzan los caminos de la juventud que van hacia arriba. Siempre hay imperios potentes, razas vigorosas, ideales y bellezas de original frescura; que junto al sumidero de la muerte están los manantiales del nacer continuo y fecundo…» <<

[187] La ciudad comienza a alimentarse, monstruosamente, de su propio cuerpo. Los grandes edificios públicos que elevó el paganismo quedan obsoletos y se deterioran rápidamente. Después los van despojando de estatuas, bronces, mármoles, tejas, techumbres, vigas y todo tipo de recubrimientos en materiales aprovechables que se revenden en diversos mercados o se transportan a la nueva Roma, Constantinopla. <<

[188] Este capítulo sintetiza noticias de mi ensayo El catolicismo explicado a las ovejas (Planeta, 2009), en el que el lector encontrará explicaciones más extensas y la correspondiente bibliografía. <<

[189] Entiéndase por profeta esa típica especie de loco mediterráneo que abunda en todas las épocas y las culturas. <<

[190] A los rebeldes se les condenaba a la mors aggravata de la cruz. Esto ocurrió seguramente entre los años 26 y 36 (periodo en el que Pilatos fue procurador de Judea). Después de este contratiempo, los zelotes perseveraron en sus intentos de provocar una insurrección contra Roma. Lo consiguieron al fin, en el año 66, la llamada Gran Revuelta que terminó con la derrota de los judíos, la destrucción de Jerusalén (y su Templo) y la dispersión (Diáspora) de los judíos por el Imperio romano. <<

[191] La circuncisión ritual, o corte del prepucio con una navaja filosa, se tolera más o menos cuando eres un niño de pocos días y ni sabes hablar ni te piden opinión, pero si te la tienen que practicar ya talludito uno se lo piensa dos veces. <<

[192] A unos figuradamente (las ovejas) y a otros incluso literalmente puesto que constituye su saneado medio de vida (los pastores). <<

[193] «“¡Los cristianos a las fieras!” se convirtió en el grito obligado en toda suerte de motines y algaradas populares», dice Tertuliano. Los romanos cultos no tenían mejor opinión: Tácito considera el cristianismo «superstición detestable» y tiene a los cristianos por «enemigos del género humano»; a Suetonio le parecen gente «nueva y peligrosa»; a Plinio el Joven, «perversa y extravagante». <<

[194] La silencian las fuentes cristianas, aunque la literatura, la pintura y el cine (Quo Vadis?, Peter Ustinov) la han exagerado posteriormente. <<

[195] Kenneth Humphreys demuestra que las persecuciones se produjeron en periodos de tiempo intermitentes y muy restringidos, dando a entender que las divulgadas por el martirologio cristiano son un mito. Por su parte, Edward Gibbon, en la parte VIII del capítulo XVI de su Decadencia y caída del Imperio romano, calcula un máximo de dos mil víctimas cristianas durante la Gran Persecución (303-313) y estima la cifra total en unos cuatro mil. <<

[196] Conmovedor, ¿eh?, pero también tenía su lado oscuro. Si continuamos leyendo topamos un caso que se menciona a modo de advertencia contra las tentaciones: «Cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo una parte del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. Y dijo Pedro: “Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? Y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.” Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron. Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. Entonces Pedro le dijo: “Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad?” Y ella dijo: “Sí, en tanto.” Y Pedro le dijo: “¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti.” Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido. Y vino gran temor sobre toda la Iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas.» (¡Caramba, cómo se las gastaba el dios de los cristianos!) <<

[197] Incluso había «apóstolas» y profetisas de prestigio, entre ellas una tal «Junia destacada entre los apóstoles», como la llama san Pablo (Rm. 16, 7). Por cierto que la deferencia hacia las mujeres duró poco, ya se sabe lo misógina que ha tenido que ser la Iglesia muy a su pesar. En ediciones posteriores del texto paulino convirtieron a Junia en Junio. <<

[198] Diríase que lo hacían por morbo, si las comparásemos con las señoras desocupadas que compensan las ausencias del marido, por trabajo o amores, yéndose a repartir prendas y paquetes de garbanzos a las chabolas, el chófer con gorra y uniforme a prudente distancia sin quitar ojo del Mercedes. <<

[199] La voz «obispo» proviene del griego episcopos, «vigilante» (de epi, «encima», y skopeo, «mirar»). Existieron otros ministerios carismáticos, los maestros y los profetas, aunque la Iglesia los suprimió pronto porque resultaron de natural enredadores. Los obispos, por el contrario, crecieron en importancia como elemento intermedio entre la infantería (el cura de misa y olla) y la oficialidad (la curia vaticana). La Iglesia se cimentaba sobre las firmes bases que aún la sostienen: jerarquía, especialización, reglamentación, objetivos y beneficios. Así se construye la empresa multinacional más antigua y asentada de la humanidad. Como apunta el teólogo Busquets (2007, p. 93): «¡El cristianismo ya nace diversificado en ministerios institucionales y carismas espontáneos!» <<

[200] La Iglesia tomó la sartén por el mango y así sigue, al menos en países como la católica España, el nuestro, que han sabido mantenerse en su fe. <<

[201] Antigua ciudad de Bitinia, en Asia Menor, actual Iznic, en la Anatolia turca. <<

[202] Al Credo le debemos este cristianismo institucional que hoy disfrutamos con una Trinidad formada por Dios Padre, por su Hijo Jesús redentor de la humanidad, consustancial con el Padre, y por el Espíritu Santo. <<

[203] En eso se transformaron los ágapes informales de los primeros cristianos, en la Santa Misa obligatoria. El reparto de pan se instituyó en Eucaristía. Todo fue a más. <<

[204] Otras teorías sostienen que es el acróstico de Petrus Apostolus Princeps Apostolorum (Pedro Apóstol, Príncipe de los Apóstoles) o Petri Apostoli Potestatem Accipiens («el que sucede al apóstol Pedro»). Vaya usted a saber. <<

[205] Como testimonia el teólogo católico Torrents, «Los cristianos pasan de perseguidos a perseguidores. En el siglo IV, bandas de monjes fanáticos causarán estragos en todo el imperio hasta el punto de que, en el año 383, Símaco, angustiado senador romano pagano, suplicaba la tolerancia religiosa. En pleno reinado de Teodosio (379-395), que declaró el cristianismo como la única religión que podía practicar una persona, los cristianos demolían los altares y templos paganos y amenazaban a sus fieles y sacerdotes. […] En 381 Teodosio declaró el gnosticismo crimen de lesa majestad contra el Estado. Diez años después clausuró todos los templos paganos». Torrents, op. cit., p. 220. <<

[206] Instalada en el poder, la Iglesia se mostró intolerante. En 392 una turba de cristianos exaltados destruyó la famosa Biblioteca de Alejandría, el emporio de la cultura helenística. En 389 ejecuta al disidente Prisciliano; en 415, a la sabia Hipatia, que sostenía una postura crítica hacia el cristianismo. Podemos evocarla con el rostro y las delicadas formas que le prestó Rachel Weisz en el cine. Los cristianos soliviantados por las predicaciones del obispo Cirilo la asesinaron descarnándola con conchas afiladas. El historiador Gibbon comenta: «Esta acción manchó el cristianismo de modo indeleble.» <<

[207] El historiador romano Amiano Marcelino nos deja una breve semblanza de los hunos: «Unos seres imberbes, musculosos, salvajes, extraordinariamente resistentes al frío, al hambre y la sed, desfigurados por ritos de deformación craneana y de circuncisión, e ignorantes del fuego, de la cocina y de la vivienda.» Añadamos, por otras fuentes, «chatos, pómulos saltones, ojos torcidos y hondos, los párpados bermejos del turbión polvoriento de sus cabalgadas, piernas cortas, chicos de cintura para abajo pero membrudos de cintura para arriba, con brazos robustos y mucha fuerza en las manos. Visten pieles, comen carne prácticamente cruda, macerada bajo la montura de sus caballos, y apestan a manteca rancia a considerable distancia». Seguramente eran también pedorreros y regoldadores, aunque eso no lo mencionan las fuentes. <<

[208] Los alanos, de origen iranio, «altos y rubios, de mirada fiera» (según Amiano Marcelino), trajeron consigo, según aseguran algunos criadores de perros, esa raza, alana, el perro de presa tan potente que acompañó a los tercios de Flandes y los conquistadores de América. <<

[209] Hidacio, Chronicon (hacia 468). <<

[210] «Conquistaron la capital que conquistó el mundo entero —escribe san Jerónimo—. Cae la urbe antigua, que por siglos dominaba el mundo, y por sus calles y casas a cada paso yacen los cadáveres: inmensa visión de la muerte.» Epístola CXXVII, A Principia (412), publicada en Hubner, 1945, pp. 493-496. (Aen. II, 361-365 y 369). Roma sería repetidamente saqueada por los godos de Alarico I (410), por los vándalos (455), por Ricimero (472), por los ostrogodos (546). Cuenta Jordanes en su Getica que este primer saqueador de Roma, Alarico, se hizo enterrar con buena parte de sus tesoros en el lecho del río Barentius, cerca de Cosentia (que previamente desviaron para construir la tumba). Enterrados el bárbaro y su botín, restituyeron las aguas a su cauce primitivo y degollaron a los obreros que habían intervenido en la obra para que nadie supiera el emplazamiento del tesoro. Cuando se encuentre será tan sensacional como el de Tutankamon (suponiendo que no se haya encontrado ya). <<

[211] En 418, tras la invasión de las provincias de la Galia e Hispania (por suevos, vándalos y alanos), los romanos firmaron un pacto (foedus) con los visigodos por el que les encargaban la recuperación de las provincias de Galia e Hispania. Virtualmente se les concedió el protectorado de aquellas provincias, que se convirtieron en un reino godo con capital en Toulouse. <<

[212] Un siglo después, en 507, los francos expulsaron a los visigodos de las Galias y el reino godo se redujo a Hispania, con capital en Toledo. Algún lector talludo recordará el tormento escolar de memorizar la lista de los reyes godos hasta Rodrigo, el que perdió el reino a manos de los musulmanes. <<

[213] De ellos procede el adjetivo «anglosajón» con el que a veces designamos la cultura inglesa. <<

[214] Eso dice Callínico en su Vida de san Hipatio. <<

[215] Así lo describió Prisco de Pania, el embajador romano, que lo conoció personalmente, en su perdida Historia bizantina, que se ha conservado en parte en los Excerpta de Constantino VII. Algún lector de mi generación recordará al actor peor encarado de Hollywood, Jack Palance, aquel rostro angulado que «sólo una madre podría amar» (Elia Kazan), que encarnó convincentemente a Atila en un péplum de 1954: Sign of the Pagan, aquí traducido como Atila, rey de los hunos. También recordará de aquella película el estupendo muslamen de la circasiana Ludmilla Tcherina, que concitaba las más bajas pasiones del bárbaro. Recordándola nos preguntamos, los buenos aficionados, François Villon mismamente, si hubiese alcanzado a conocerla: ¿Qué fue de las damas de antaño? <<

[216] Lo cuenta Próspero de Aquitania (390-445) en su Epitoma Chronicon. No den crédito a este gran fabulador, un laico meapilas discípulo de san Agustín y enchufado del papa León I. La Iglesia lo ha recompensado por sus mentiras elevándolo a los altares. Por cierto, lo de Roma fue salvarse de la sartén para caer en el fuego, porque tres años después de la retirada de los hunos la saquearon los vándalos de Genserico (455). <<

[217] En 451 había sufrido un gran desgaste en la batalla de los Campos Cataláunicos, en un enfrentamiento contra la confederación de romanos y visigodos. Fue sólo un leve contratiempo para un imperio que se extendía desde Centroeuropa al mar Negro, y desde el valle del Danubio al mar Báltico. <<

[218] Para los aficionados al equino: el caballo de Atila se llamaba Othar y pertenecía a una raza euroasiática, la tarpán (Equus ferus), hoy extinta. El último ejemplar de la especie falleció en el zoológico de Moscú en 1875. Medían poco más de 130 centímetros a la altura de la cruz. <<

[219] Aquí se ven las inconveniencias de los excesos venéreos a cierta edad. Atila, que ya tenía muchas mujeres, se casó con la goda Ildico, una mujer de gran alzada y rotundas hechuras (así la queremos imaginar en suplencia de las limitadas fuentes) y en el ejercicio de la monta puso tal vehemencia que le estalló una arteria (de eso mismo murió, ya en nuestros días, un famoso papable, el cardenal Daniélou). Cuando conocieron su muerte (la del huno, no la del arzobispo), los hunos le hicieron un duelo cumplido cortándose el pelo e hiriéndose con sus espadas según la bárbara costumbre funeral que testimonia Jordanes. Lo enterraron en tres sarcófagos sucesivos —de oro, plata y hierro— junto con un rico ajuar en algún lugar ignorado y mataron a los obreros para preservar el secreto de la tumba. <<

[220] Los pueblos bárbaros más importantes que se establecieron en territorios del imperio fueron: visigodos, alanos y suevos en Hispania; visigodos, francos salios, francos ripuarios, burgundios y turingios en la Galia; anglos, jutos y sajones en Britania; francos, alamanes y gépidos en Germania y vándalos en el norte de África. En Italia e Iliria se establecieron ostrogodos y hérulos. <<

[221] El vocablo «vándalo» se ha incorporado a los idiomas de Occidente como sinónimo de persona que actúa con brutalidad, violencia y espíritu destructor. Por algo será. <<

[222] El caudillo hérulo Odoacro depuso al último emperador romano de Occidente, Rómulo Augústulo (476), y se proclamó rey de Italia. Unos años después los ostrogodos le arrebataron el reino (493). Estos hérulos procedentes de Escandinavia eran, por lo visto, gente muy liberada en lo sexual dado que «practican un sexo condenado por la ley divina, hasta con hombres y asnos» (en las palabras de Procopio de Cesarea: καὶ μίξεις οὐχ ὁσίας τελοῦσιν, ἄλλας τε καὶ ἀνδρῶν καὶ ὄνων, Bello Gothico, VI. 14, 36). <<

[223] Continuó denominándose Imperio Romano de Oriente hasta el año 610, en que el emperador Heraclio cambió el título romano de Augusto (latín) por el de Basileo (rey o emperador en griego). Al propio tiempo dejaron de usar el latín en los documentos oficiales y empezaron a redactarlos en griego. <<

[224] Era una monarquía cesaropapista (que unía los poderes político y religioso) justificada por el Rex sacerdos o rey sacerdote de la monarquía israelita. El emperador era Isapóstolos («igual a los apóstoles»). <<

[225] Los romanos usaban un cemento natural fortísimo sacado del material volcánico del Vesubio en las canteras de Pozzuoli. La impresionante bóveda del Panteón testimonia su fortaleza después de dos mil años. <<

[226] La losa, de once metros de diámetro, procede de las canteras de Aurisina y debieron de transportarla por mar con el consiguiente esfuerzo de medios e ingeniería. Encima le labraron doce pedestales que sostuvieron imágenes en bronce de los doce apóstoles, hoy desaparecidas. <<

[227] Tiempos vendrán en que los monarcas, más discutidos, se adapten a la religión de los súbditos: París bien vale una misa, como dijo el primer Borbón. No es por incordiar, pero las dos últimas reinas de España, doña Victoria y doña Sofía, eran respectivamente anglicana y ortodoxa y se convirtieron de oficio antes de matrimoniar con sus Borbones. Ambas quedaron contentas porque resultaron ser unos maridos estupendos. <<

[228] El casamentero fue el obispo de Reims, san Remigio. Se asegura que el rey se convirtió después de rezarle al dios de los cristianos durante la batalla de Tolbiac, contra los alamanes, cuando se encontraba en situación apurada y vio que sus dioses paganos no le echaban una mano. Clodoveo se convirtió y se hizo bautizar por el inevitable san Remigio (¿por quién, si no?) junto con tres mil de sus guerreros. <<

[229] La fundó en el siglo –III Tolomeo I Sóter, y la amplió su hijo Tolomeo II Filadelfo. Con cerca de un millón de manuscritos era la depositaria de la cultura grecorromana y egipcia. Al parecer, los cristianos la expurgaron de todo lo que era contrario a su religión y el califa Omar, siglos después, destruyó el resto: «Si los libros contradicen al Corán, hay que quemarlos por mentirosos —razonó—, y si repiten sus doctrinas resultan innecesarios, puesto que ya tenemos el Corán.» En 1987 la Unesco incurrió en el gesto voluntarioso de fundar nuevamente una biblioteca de Alejandría (Bibliotheca Alexandrina) con la pretensión de que heredara los fulgores de la antigua. En un reciente viaje a Egipto (antes de la «primavera árabe», que conste), tuve ocasión de contemplarla por fuera, desde la cubierta superior de la motonave en la que viajaba. Es un híbrido entre nave industrial y Guggenheim de Bilbao rodeado de jardines algo polvorientos más frecuentados por vendedores de baratijas y acosadores de turistas que por sabios y científicos. <<

[230] El ramal principal de la ruta de la seda atravesaba Persia y Asia central (donde su hito más importante era Samarcanda) y después discurría por las provincias bizantinas de Levante (actuales Turquía, Siria, Líbano e Israel). Hubo dos caminos alternativos, uno terrestre (de Asia central al mar Negro, donde los productos embarcaban en los puertos de Crimea) y otro marítimo desde Sri Lanka, aprovechando los monzones del océano Índico, al mar Rojo y Egipto (véase p. 84). <<

[231] Cuando Alejandro Magno conquistó Persia intentó comportarse como el Gran Rey, pero los griegos que lo acompañaban rechazaron la proskynesis como propia de los pueblos bárbaros y le hicieron saber que ellos sólo se postraban ante los dioses. <<

[232] Por eso el emperador era Porfirogéneta (nacido en el pórfido). «Los basileos de Constantinopla o emperadores de oriente —escribe Cunqueiro—, unos nacían en la púrpura y eran llamados Porfirogénetas, y otros en las cuadras y entonces los motejaban de Coprónimos y Caballinos. Mataron mucho búlgaro y los más de ellos estuvieron sometidos al imperio de sus mujeres. Lucían mucho en las procesiones, con cuatro mitras en la cabeza. Duraron hasta el turco.» Álvaro Cunqueiro, I, p. 487. <<

[233] Los ortodoxos creían en las dos naturalezas, divina y humana, de Jesús; los monofisitas sólo en la divina. Complicaciones, como si la vida no nos diera ya suficientes. <<

[234] Especialmente a las putas, sus antiguas colegas. Instauró el régimen cooperativista en los burdeles, prohibió la trata de blancas, promulgó leyes favorecedoras del divorcio, castigó la violación con la pena de muerte y suavizó las penas contra los pecados del sexo (adulterio, bigamia y aborto). <<

[235] Lo de elevar a Evita a los altares le falló a Perón. Lo intentó, pero no llegó a un acuerdo económico con el Vaticano (ya no mandaba en Argentina y no disponía de la cantidad necesaria para persuadir a los monseñores). <<

[236] Por cierto, Narsés era eunuco (mengua que sufrió a causa de su primer oficio, guardián de harenes, en Persia), lo que demuestra que la testosterona no es imprescindible para cursar con éxito la carrera militar. <<

[237] La provincia que llamaron Spania, que comprendía la costa entre Valencia y Cádiz. <<

[238] Estas conquistas resultaron efímeras. Italia caería en manos de los longobardos (568) y África e Hispania sucumbirían a los musulmanes (siglos VII y VIII). <<

[239] Novelas, 8 (16), 8 (ibíd., t. I. p. 102), edición Zacarías von Lingenthal, Jus Gracco-romanum, t. III, p. 3 <<

[240] De camino podemos admirar la enorme basílica cisterna (un palacio sumergido de 336 columnas de ocho metros de altura) y el solar del hipódromo, hoy una plaza popular, en la que perduran sólo dos obeliscos y el fuste de una columna de bronce que representa a tres serpientes enroscadas, realizada con las armas tomadas a los persas tras la batalla de Platea (–479). La columna estaba en Delfos, dedicada al dios Apolo, y la trajeron para adornar el hipódromo. <<

[241] Gregorio I el Magno (590-604) impulsó decisivamente el dominio de la Iglesia sobre las conciencias al señalar la importancia del purgatorio y el Juicio Final. <<

[242] Los jefes bárbaros, que en el fondo admiraban la grandeza de Roma, se dejaron convertir al cristianismo, cuyos ritos y pompas resultaban muy superiores a los de sus primitivas religiones, todavía sumidas en la superstición y la idolatría. Para facilitar el proceso, la Iglesia no tuvo inconveniente en incorporar muchas supersticiones (como antes había incorporado algunos mitos y ritos paganos). Donde los bárbaros adoraban una piedra o una fuente, el obispo implantaba una cruz o una ermita y automáticamente sacralizaba el objeto o el lugar. <<

[243] La tan citada institución de Cristo: «Tú eres Pedro y sobre esa piedra edificaré mi Iglesia» (Mt. 16,18) no se incorpora a la propaganda institucional cristiana hasta el siglo IV. Le encantaba al obispo Dámaso (366-384). <<

[244] Un proceso en el que, como es sabido, la institución degeneraría fatalmente en lo que ahora es, un cuerpo funcionarial al servicio de una estructura aristocrática, de un aparato de poder y finanzas que se arroga la representación de Cristo en la tierra e incluso predica las virtudes evangélicas aunque raramente las practique. <<

[245] A Pedro Valdo, rico comerciante de Lyon que se lo tomó al pie de la letra y repartió lo que tenía entre los necesitados, lo declararon hereje en el concilio de Letrán (1179). También es cierto que andaba predicando que los sacramentos administrados por curas corruptos y libertinos no tenían valor, y eso terminó por molestar a la Iglesia. <<

[246] Yihad es «una guerra religiosa contra aquellos que no creen en la misión de Mahoma. Es un deber religioso imperioso establecido como una institución divina en el Corán y en las tradiciones, impuesta especialmente con el propósito de promover el islamismo y proteger del mal a los musulmanes». Diccionario del islam, Yihad, pp. 243-244. Para otros musulmanes yihad, literalmente «esfuerzo», es la lucha personal que cada devoto debe emprender contra las tentaciones de Satanás (Iblis). <<

[247] Actualmente los islamistas engloban en dar al-Islam cualquier territorio que alguna vez estuviera habitado por musulmanes, lo que incluye la península Ibérica (o sea todas las comunidades de España). Una exigencia innegociable del islam es recuperar estos territorios y volver a islamizarlos. Que tomen nota los afectados. <<

[248] «Esta casa en guerra pertenece, por derecho, al islam, al que la comunidad musulmana está obligada a incorporarla en cuanto las circunstancias lo permitan», anota el arabista Martínez Díaz. <<

[249] Los más importantes son el sunnita y el chiita. La secta sunnita (partidaria de la tradición o sunna) es mayoritaria y agrupa a un 80 por ciento de los musulmanes actuales. Los sunnitas reconocen cuatro escuelas jurídicas: hanafí, malikí, chafi’i y hanbalí. Los chiitas son mayoritarios solamente en Irán (96 por ciento) y en Iraq (60 por ciento). Creen que el Mahdí, el duodécimo imán, volverá al final de los tiempos para instaurar el orden y la justicia durante mil años. <<

[250] Estos mongoles eran un conglomerado de tribus nómadas del norte de Asia que, unidas por Gengis Kan (1162-1227) y sin más alimento que el yogurt, un puñado de mijo y leche de yegua fermentada, conquistaron un imperio que en su momento de mayor expansión abarcaba desde los Balcanes al Pacífico y desde Siberia a Iraq. No nos detendremos en ellos porque sólo afectaron indirectamente a Europa. <<

[251] Cabe añadir el Imperio de Malí, al sur del Sáhara, con capital en Tombuctú, actualmente bastante revuelto por luchas internas. <<

[252] Hasta qué punto puede ser perniciosa para la sociedad la religión lo ilustra el caso de Haití. En 1804, cuando se independizó, era mucho más próspera que la República Dominicana, el otro Estado con el que comparte la isla. Hoy es mucho más pobre y sus tasas de analfabetismo son espantosas. Según Harrison (citado por Weightman, 2008, p. 419), esto se debe a que la República Dominicana ha seguido la evolución normal de los Estados latinoamericanos mientras que Haití ha seguido la de los Estados africanos desde que su población abrazó el vudú, una religión africana que fomenta la desconfianza y la irracionalidad. <<

[253] «El islam es nuestra Constitución», repetía frecuentemente Hassan al-Banna, fundador del movimiento integrista Hermanos Musulmanes (1927). <<

[254] El principal atributo de la realeza germánica era la cabellera. En el derecho visigodo quedaba excluido del trono el hombre de origen servil, tonsurado o decalvado. El rey destronado se tonsuraba y se enviaba a un monasterio. Y ya podía darse por satisfecho por haber escapado al veneno o al puñal. El historiador Jordanes (Getica XI, 72) señala, citando a Diucineo, que los godos se enorgullecían de ser «cabelludos» (capillatos; variante, capillutos). La mayor ofensa que se podía inferir a un godo era pelarlo al cero, pena que se aplicaba a los condenados por diversos delitos. La decalvación (turpiter decalvare o tresquilar en cruces) era un castigo severo que se aplicaba a diversos delincuentes y revestía pública humillación. No está muy claro si sólo se trataba de un afeitado del cráneo o de la más jodida y dolorosa escalpación, o sea arrancar también la piel (como hacían algunos pieles rojas). El código legal castellano Fuero Juzgo lo describe como desfollar toda la fronte muy laidamientre. Boquiabiertos se quedarían los visigodos ante la moda de los cráneos mondos que se ha impuesto recientemente en Occidente y que tanto nos favorece a los calvos. <<

[255] Del griego χρῖσμα (khrisma, «ungüento»), era aceite de oliva aromatizado con bálsamo de Judea (la resina del árbol Commiphora opobalsamum). El aceite santo de la consagración de los reyes de Francia (la ceremonia se transmitió hasta la coronación de Luis XVI en 1774) se conservaba en la sainte ampoule de la basílica de Saint-Denis. Según la leyenda, el propio Espíritu Santo en forma de paloma la había traído en el pico. Durante la Revolución francesa, en 1793, la Convención Nacional decretó que se destruyera la Santa Ampolla y comisionó a Philippe Rühl, que la hizo añicos con un martillo en el pedestal de la estatua de Luis XV. La primera noticia histórica de la Santa Ampolla se remonta a la coronación de Luis VII, en 1131. <<

[256] Ocurre siempre: la Iglesia vende humo y obtiene a cambio buenos dividendos, dinero o servicios contantes y sonantes. No es criticar, es referir. <<

[257] Pipino le entregó al papa Rávena, Perusa y veintidós ciudades de la Italia central con las provincias de Emilia-Romagna y de la Pentacole. Ese conjunto constituye el germen de los estados papales (el Patrimonium Petri o Patrimonio de San Pedro). <<

[258] Parece mentira pero es cierto que, después de transcurridos tantos siglos, con la consiguiente evolución del pensamiento racional, todavía queden personas dispuestas a admitir que una familia reine sobre un pueblo por «derecho divino» y no se cuestione la licitud de ese derecho que permite vivir del cuento a una panda de parásitos. La teoría del origen divino de los reyes se conoce también como cesaropapismo. <<

[259] Me refiero, quede claro, a las clases reales europeas, no a la española, cuya acrisolada honradez, austeridad y espíritu de servicio son bien conocidas. <<

[260] «Bienaventurados los mansos porque ellos verán a Dios», predicaban desde el púlpito. <<

[261] El conde Lucanor, Blecua (ed.), Gredos, Madrid, 1981, pp. 409-410. <<

[262] Recordemos que los romanos inventaron este título cuando restablecieron la monarquía hereditaria en tiempos de Augusto. Era un modo de soslayar la palabra «rey» (rex) porque el título de rey estaba tan desprestigiado en Roma que más valía ni mentarlo. Tras la división del imperio en dos bloques, el romano y el bizantino, la dignidad imperial pasó a Bizancio. Carlomagno, tras su coronación por el papa, no podía admitir que hubiese dos emperadores, él y el bizantino, por lo tanto negoció con el debilitado Bizancio la renuncia al título imperial (basileus) a cambio de la devolución de Venecia y otros enclaves comerciales que le había arrebatado. <<

[263] «Sacro» porque lo consagraba el papa, vicario de Cristo en la tierra; «romano» porque prolongaba territorial y políticamente el antiguo Imperio Romano de Occidente, y «germánico» porque surgió del reino de Germania (la dinastía de la casa real de Sajonia). <<

[264] Uno de ellos, nuestro Carlos I, llegó a asaltar y saquear Roma, no digo más. En realidad, desde los tiempos de Carlomagno, se enfrentan dos concepciones opuestas: el agustinismo de los papas, que sostienen (según la doctrina de san Agustín) que el poder temporal de los reyes debe supeditarse al espiritual de la Iglesia; y el cesaropapismo de los emperadores, que se consideran reyes sacerdotes ungidos y, por lo tanto, superiores al papa. <<

[265] Como el emperador seguía nombrando obispos a pesar de las advertencias de Roma, el pontífice lo excomulgó (pena canónica que automáticamente lo desacralizaba y, por lo tanto, eximía a sus súbditos del deber de obedecerlo). Viendo peligrar su corona, Enrique se humilló pidiendo perdón al papa (vestido de harapos, de pie, en la nieve, frente a la puerta del castillo de Canosa). El papa sabía perfectamente que el taimado Enrique no se arrepentía de nada y que tarde o temprano volvería a las andadas, pero en su papel de pastor seráfico del rebaño cristiano se vio obligado a perdonarlo. Demasiado tarde: ya habían elegido a otro emperador. El papa se negó a deponerlo. Enrique contraatacó e instó a los obispos que le debían el cargo a que se reunieran en concilio y eligieran otro papa. El papa depuesto volvió a excomulgar al emperador. El emperador envió a sus tropas contra el papa depuesto, que se vio obligado a huir de Roma… Una vergüenza, ¿no? En el siglo XIII se reproduciría el conflicto entre el papa y el emperador Federico Barbarroja (de la dinastía de los Hohenstaufen). <<

[266] De los siete príncipes electores, cuatro eran laicos (el rey de Bohemia, el duque de Sajonia, el margrave de Brandeburgo y el conde del Palatinado) y tres religiosos (los obispos de Colonia, Maguncia y Tréveris). Prácticamente subastaban el título entre los pretendientes. A nuestro Carlos V le costó aflojar un millón de florines. <<

[267] Entiéndase que remontaron sucesivamente el Ebro, su afluente el Alagón y su afluente el Arga. <<

[268] Es propio de tiranos y de reyes desconfiados, si es que hubiera alguna diferencia, reclutar la guardia personal entre mercenarios extranjeros: mencionemos la guardia senegalesa del almorávide Yusuf ibn Tasufin, la guardia borgoñona de nuestros Austrias, la guardia valona de los Borbones, la guardia mora de Franco y así sucesivamente hasta la guardia marroquí de Obiang. Los tiranos no se fían de la fidelidad de su gente y prefieren guardias extranjeras. <<

[269] Tampoco, todo sea dicho, sus mujeres eran tan rubias y delicadas como Sigrid, la novia del Capitán Trueno, sino más bien fortachonas y con pelos en las piernas, como las actuales suecas. <<

[270] Esto pertenece a W. B. Yeats: Out of the murderous innocence of the sea. <<

[271] Por eso seguimos atribuyendo a Colón el descubrimiento de América. Lo importante no es descubrir sino divulgarlo. <<

[272] Los ingleses mucho Britannia rules the waves y mucho enorgullecerse de sus piratas nacionales y de la derrota de la Armada Invencible, pero incluso en pleno siglo XVII recibían regularmente la visita de piratas berberiscos que les saqueaban las costas y les robaban la cerveza y las doncellas para los mercados de esclavos de la Berbería, donde los aficionados al género se daban de bofetadas por una rubia sin cuestionarse si las de pelo claro son o no más listas que las morenas. <<

[273] La denominación «sistema feudal» corresponde al Imperio carolingio; en España hablamos de «sistema señorial». No es exactamente lo mismo, pero se parece bastante. <<

[274] Por cierto, ya que hablamos de impuestos, quizá sea un buen momento para deshacer un recalcitrante error. El tan cacareado «derecho de pernada» que ejercieron algunos señores medievales no era, como se cree, el derecho del señor a desvirgar a la esposa del siervo en su noche de bodas, sino simplemente el derecho a recibir una pernada, un pernil, es decir un jamón, de cada res sacrificada. Dicho sea salvando la humana inclinación a intimar con las subordinadas que se observa en muchas sociedades desde que el mundo es mundo. <<

[275] Gran contrariedad cuando la abadesa estaba de buen ver y el secretario era un administrador granujiento y halitoso. <<

[276] Por ejemplo, los duques de Normandía, dueños de extensas propiedades en Francia e Inglaterra, eran más poderosos que sus señores, los reyes de Francia. En España los Girones (Pedro Girón y su hermano Juan Pacheco) eran más poderosos que su señor, el rey Enrique IV el Impotente. <<

[277] Citemos un par de casos: en 1193 el papa puso en entredicho los reinos de León y Portugal por el matrimonio de Alfonso IX de León con su prima Teresa de Portugal. ¿Por esa tontería?, se preguntará el lector. Pues sí. Conviene advertir que lo de la consanguineidad de los reyes era un instrumento político y recaudatorio de los papas. Cuando los contrayentes untaban convenientemente al pontífice, éste disipaba sus escrupulillos y les concedía su pastoral bendición. Aquel clero recaudador no era distinto del actual, el que clama contra el divorcio civil, mientras la propia Iglesia lo administra monetaria e hipócritamente bajo la denominación «anulación matrimonial». Volviendo al interdicto papal, digamos que a veces obedecía a nimiedades: en 1246, el suspicaz pontífice lo decretó contra el reino de Aragón simplemente porque el rey Jaime I le había cortado la lengua al obispo de Gerona, un deslenguado (nunca mejor dicho) que revelaba las relaciones extramatrimoniales del monarca con Teresa Gil de Vidaure (esto viene en la Historia del padre Mariana, libro XIII, cap. VI). No sería tan pecadora doña Teresa cuando después de muerta se le atribuían milagros a su cadáver (que permanecía incorrupto). <<

[278] La máxima se conoce como dictum de Acton porque la formuló el historiador británico John Edward Dalberg Acton en 1887: Power tends to corrupt, and absolute power corrupts absolutely («El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente»). <<

[279] El problema de la degeneración del ideal monástico venía de antiguo. Ya san Jerónimo, en su Epístola 38, criticaba el género detestable de los monjes (genus detestabile monachorum) y los consideraba camorristas y orgullosos. <<

[280] Ya lo dijo el prudente Ibn Abdun en el siglo XII, en su censura contra el celibato eclesiástico, al que consideraba causante del acoso sexual de los religiosos sobre sus feligresas: «Los curas han tomado esta costumbre por haber declarado lícito lo ilícito y viceversa.» <<

[281] O quam cito transit gloria mundi («Oh, qué rápido pasa la gloria del mundo»), como dice Tomás de Kempis en su Imitación de Cristo 1, 3, 6. <<

[282] Los misioneros Cirilo y Metodio desarrollaron un sistema de escritura que utilizan en muchos países del Este, el alfabeto cirílico. <<

[283] «A pan y agua los ponía yo, y verías qué pronto concordaban», me escribe el padre Gelmírez, que ha intervenido como traductor en algunos encuentros ecuménicos. <<

[284] Al derrocado Justiniano II le cortaron la nariz antes de desterrarlo. Cuando recuperó el trono, gracias a otra conjura, lo llamaron Rhinotmetos («Nariz cortada»). <<

[285] Este napalm de la antigüedad, que ardía incluso en contacto con el agua, era, al parecer, una mezcla de nafta, cal viva, azufre y nitrato que se lanzaba con ayuda de un sifón. <<

[286] A la postre, el emperador Basilio II (976-1025) los derrotó y anexionó Bulgaria al imperio, lo que le valió el título de Bulgaróctonos («Matador de búlgaros»). <<

[287] Las gigantescas bombardas que batieron las murallas de Constantinopla (las más impresionantes jamás construidas) eran obra de un fundidor búlgaro, Orbán. Es fama que primero ofreció sus servicios a Bizancio y cuando lo rechazaron se pasó al turco. Un nieto suyo, también ducho en el arte tormentaria, es el protagonista de mi novela El mercenario de Granada (Planeta, 2006). Me lo lean. <<

[288] Por cierto que, al abandonar precipitadamente el asedio, dejaron olvidados en el campamento unos sacos de café, producto hasta entonces desconocido por la cristiandad. Un antiguo prisionero enseñó a los vieneses a hacer café y muy pronto el brebaje había enviciado a toda Europa. <<

[289] El papel de rey sacerdote cabeza de la Iglesia ortodoxa lo reclamaron los zares de Rusia, que reivindicaban para Moscú la herencia de Roma y Constantinopla como rectora del mundo (Moscú sería la Tercera Roma). <<

[290] Vlad heredó de su padre el principado danubiano de Valaquia, que, unido a Moldavia, constituye la actual Rumanía. Es fama que el Día de San Bartolomé de 1459 empaló a más de mil prisioneros sajones, húngaros y rumanos y se hizo servir un banquete en medio de ellos sin otra música que los aullidos de los empalados. Entre plato y plato asistía al descuartizamiento de los jefes de la sublevación y de sus familias. <<

[291] O sea, los ejecutaba sentándolos en un palo aguzado que por el propio peso del cuerpo los atravesaba hasta despuntar por el cuello. Peor que lo de morderte la yugular, dónde va a parar. <<

[292] Cisma significa «separación». En 1054 el papa León IX y el patriarca ecuménico de Constantinopla se excomulgaron mutuamente por mera competencia de poderes que aparentemente se fundaba en una razón teológica: el credo de los orientales aseveraba que el Espíritu Santo procedía exclusivamente del Padre mientras que el credo de Roma añadía filioque («y del Hijo»), o sea, et in Spiritum Sanctum, dominum et vivificantem, qui ex Patre Filioque procedit («y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo»). Menuda tontería, pensará el lector más preocupado de los resultados de la Liga de fútbol que de las masturbaciones mentales de cuatro obispos consagrados a vivir del cuento. Bueno, en realidad la controversia teológica ocultaba una lucha por el poder. El obispo de Roma pretendía que los cuatro patriarcas de la Iglesia oriental reconocieran su autoridad sobre toda la cristiandad, a lo que ellos se negaban. ¿Y por qué ese empeño del papa de Roma por verse reconocido en Oriente como vicario de Cristo? Por pura codicia, amigo mío, por extender sus recaudaciones a aquellas prósperas provincias. Parece mentira que a estas alturas no reconozcáis que el anhelo de la Iglesia por salvar nuestras almas y hacernos más felices oculta una finalidad recaudatoria: «Vendemos humo», como dijo un famoso prelado mirando al incensario. <<

[293] Al tiempo que los nobles organizaban la Primera Cruzada, surgieron espontáneamente algunas bandas populares, mal armadas y peor equipadas, en las que también se integraban caballeros disidentes del cuerpo principal: «la cruzada del pueblo» o «la cruzada de los niños». Una desordenada horda, liderada por un tal Pedro el Ermitaño, atravesó Hungría y Bulgaria saqueando los campos y cometiendo toda clase de desmanes. Llegada a Constantinopla, el emperador Alejo se apresuró a quitársela de encima facilitándole barcos para pasar al otro lado del estrecho, a tierra asiática. Los entusiastas cruzados populares penetraron en territorio turco y fueron aniquilados en Civetot. Otras bandas menos importantes, especialmente las que procedían del norte de Alemania, cruzaron Europa saqueando las juderías, asesinando judíos y causando toda clase de atropellos, hasta que los propios reinos cristianos las dispersaron. <<

[294] Algunas mujeres acompañaron a sus esposos a las cruzadas y compartieron con ellos las penalidades de la guerra, pero la mayoría de ellas permaneció en Europa administrando sus posesiones durante la ausencia del marido, que a veces se prolongó durante muchos años. Otras mujeres de inferior condición acompañaban a la tropa en calidad de soldaderas o de auxiliares: cocinaban, lavaban, curaban heridas, limpiaban armas… incluso combatían. Fue famosa la hija del duque de Borgoña, Florina, que murió peleando al lado de su enamorado. El historiador árabe Imad al-Din elogia a la «mujer del manto verde» que se distinguió durante el sitio de Acre. Después de muerta llevaron a Saladino el arco con el que había causado tantas bajas a los sarracenos. <<

[295] El cronista árabe Imad al-Din lo cuenta así: «Saladino invitó al rey a sentarse a su lado y, cuando entró Reinaldo, lo instaló cerca de su rey y le recordó sus fechorías: “¡Cuántas veces has jurado y luego has violado tus juramentos, cuántas veces has firmado acuerdos que no has respetado!” Reinaldo le mandó contestar al intérprete: “Todos los reyes se han comportado siempre así. No he hecho nada más de lo que hacen ellos.” Mientras tanto, Guido jadeaba de sed, cabeceaba como si estuviera borracho y su rostro traslucía un gran temor. Saladino le dirigió palabras tranquilizadoras y mandó que le trajeran agua fresca. El rey bebió y luego le tendió el resto a Reinaldo, que apagó la sed a su vez. El sultán le dijo entonces a Guido: “No me has pedido permiso antes de darle de beber. No estoy obligado, por tanto, a concederle la gracia.” Tras haber pronunciado estas palabras, Saladino salió, montó a caballo y se alejó, dejando a los cautivos presos del terror. Después de supervisar a sus tropas regresó a su tienda, mandó traer a Reinaldo y le asestó un sablazo entre el cuello y el omóplato. Reinaldo se desplomó, le cortaron la cabeza y llevaron el cadáver al rey Guido, que se echó a temblar. Al verlo tan impresionado, el sultán lo tranquilizó: “Este hombre sólo ha muerto por su maldad y su perfidia.”» <<

[296] El lector habrá visto la película El reino de los cielos (2005). Mal hecho. Uno admira mucho a Ridley Scott, pero en esta ocasión tiene que admitir que le ha salido un bodrio. El delincuente Châtillon resulta ser caballero templario, hay que joderse, y, como la peli está rodada en España, aparecen estandartes cuartelados con el león de León y el castillo de Castilla, una unión que no ocurriría hasta Fernando III. Finalmente la anoréxica actriz Eva Green carece de la chicha necesaria para interpretar a la reina Sibila de Jerusalén, que debió de ser hermosa y densa como corresponde a una beldad de su tiempo. <<

[297] El que lanzó la flecha resultó ser un niño. En su agonía, Ricardo hizo que lo condujeran a su presencia y le preguntó: «¿Cómo te llamas?» Y el niño, que estaba asaz compungido, le respondió: «Fourmil, señor.» Ricardo advirtió que Fourmil, en la lengua de Francia, es hormiga y recordó que una adivina le había pronosticado: «La hormiga matará al león.» Ricardo le dijo al niño: «Vive y sigue viendo amanecer cada día, ya que yo no podré.» Y encomendó a sus hombres que le entregaran cien monedas y lo soltaran, pero tan pronto como Ricardo murió, su capitán, Mercadier, despellejó al niño y colgó la piel rellena de paja en una almena. No le dio las cien monedas, claro, a ver para qué quiere un muerto cien monedas. <<

[298] El cronista Nicetas Choniates lo cuenta en su Historia: «Destrozaron las santas imágenes y arrojaron las sagradas reliquias de los mártires a lugares que me avergüenza mencionar, esparciendo por el suelo el cuerpo y la sangre del Salvador […]. Profanaron Santa Sofía, destruyeron su altar mayor y metieron caballos y mulas para arramblar con los cálices, el púlpito, las puertas y el mobiliario. Cuando una bestia resbalaba y caía, la acuchillaban con las espadas, ensuciando la iglesia con su sangre y excrementos. Entronizaron a una vulgar ramera en la cátedra del patriarca para que predicara insultos a Jesucristo y cantara canciones obscenas además de bailar de manera provocativa en el lugar sagrado […] tampoco mostraron misericordia con las matronas virtuosas, las doncellas inocentes e incluso las vírgenes consagradas a Dios.» ¡Debió de ser un espectáculo como para no perdérselo! (Dicho sea con el debido disgusto y censura que tales desmanes merecen.) <<

[299] Rodolfo de Caen, testigo de los sucesos de Ma’arra (1098), cuenta que «nuestras tropas hirvieron algunos paganos y empalaron niños en espetos y comieron niños asados en espetos». Maaluf, 1984, p. 39. Otros cronistas confirman la noticia, entre ellos Guilberto de Nogent en su Historia Hierosolymitana. Parece que el canibalismo se limitó a los llamados trudentes, grupos de facinerosos que acompañaban a los cruzados por el botín. En cualquier caso, debemos consignar que durante las hambrunas, tan frecuentes en la Europa medieval, menudearon los casos de canibalismo. Incluso el código legal español de las Siete Partidas admite que un padre pueda comerse a un hijo si de ello depende el mantenimiento del castillo que le ha sido confiado: «segund el fuero leal de España, seyendo el padre cercado en algun castillo que touiesse de señor, si fuesse tan coitado de hambre que non ouiesse al que comer, puede comer al fijo, asin mala estança, ante que diesse el Castillo sin mandado de su Señor.» Está en la quinta partida, título XVII, ley VIII. <<

[300] Mansura es el título de una deliciosa novela de Félix de Azúa que glosa la cruzada. Me la lean. <<

[301] Recordemos las innovaciones técnicas más importante: la herradura y la collera, que permitió arar con mulos, más ágiles que los tradicionales bueyes, la grada y el arado con ruedas y reja vertedera (fundamental en las tierras pesadas y húmedas del norte de Europa), el cultivo trianual (que sustituyó al bianual anterior y podía asociarse al aprovechamiento del barbecho por el ganado que, al propio tiempo, estercolaba la parcela). Todo ello permitió habilitar nuevas tierras de cultivo donde antes había pastos o bosques. <<

[302] Los molinos de viento en La Mancha y en Holanda más espectaculares como hitos del paisaje han menoscabado la importancia de los ingenios basados en la fuerza del agua cuando un caño comprimido incide sobre el mecanismo del molino de grano, del batán de las pañerías, del mazo y los fuelles de las herrerías, y del impulsor de la sierra en los aserraderos. <<

[303] Sí, querido y presumiblemente hipotecado lector. Aquí surgieron los banqueros, esa benemérita casta de filántropos que tanto nos favorece, esos benefactores de la humanidad sin los cuales la economía monetaria no podría funcionar, el ingrediente imprescindible de las sociedades avanzadas que, en comandita con los gobiernos recaudadores, nos aligeran la cuenta corriente para evitarnos tentaciones consumistas. ¡Dios los bendiga! Al principio sólo parasitaban a reyes y mercaderes, después encontraron el modo de extender sus beneficios a la emergente burguesía y finalmente, ya en nuestro tiempo, a la clase humilde que aspira a ingresar en la clase media. <<

[304] En España destacó la industria pañera castellana, con su principal centro productor en Segovia, aunque España fue más bien productora de lana (procedente de los enormes rebaños de oveja merina, la gran riqueza de Castilla), que se vendía a los pañeros ingleses y flamencos. <<

[305] A Medina del Campo acudían, además de mercaderes nacionales (burgaleses, sevillanos, valencianos y catalanes principalmente), representantes de las compañías europeas. Cada participante tenía su lugar asignado. «En la actual calle de Padilla —leemos en un informe—, los cambios y los que traían “paños mayores”; en la de Maldonado, los lenceros y sederos; en la de Bernal Díaz, los plateros; en la plaza Mayor (recorriendo su perímetro desde el Palacio Real), los silleros y freneros, joyeros, especieros, armeros, calceteros y jubeteros, y en su centro, los buhoneros y barberos; en la actual de Gamazo, los comerciantes de pez, cera, rubia, esparto, sebo y aceite; en la plaza del Pan y sus inmediaciones, los peleteros y tratantes de paños “menores” o de la tierra; en la otra margen del río estaban situados otros muchos oficios y mercaderías: en la hoy de Claudio Moyano, herreros y caldereros, en la de Valladolid, zapateros y mercaderes de cueros y cordobanes; más allá, junto a la Mota, los albarderos, etc.» <<

[306] Su hija María no podía heredar el trono debido a una rancia ley heredada de los antiguos francos salios (la ley sálica) que excluía del trono a las mujeres. Por esos entreveros que tiene la historia, la absurda (y machista) ley ha llegado hasta nosotros a través de los Borbones españoles: por ella no hereda la corona de España la infanta Elena, primogénita de los reyes, sino el príncipe Felipe. <<

[307] Uno de los episodios menores de la guerra (que implicó a otras potencias europeas) fue la batalla de Aljubarrota, en la que los portugueses, reforzados por arqueros ingleses, derrotaron a la caballería feudal castellana. <<

[308] La muchacha anduvo mucho tiempo entre rudos militares, unos amigos y otros no tanto, y sin embargo conservó intacta su virginidad, como certificó una comisión de comadres que examinó sus intimidades. ¿Tan fea era?, se preguntará algún lector escéptico. Pues no, el duque de Alençon la vio desnuda y certifica que «era bella, pero nadie se hubiera atrevido a desearla». Aquí es forzoso ver la mano de la Providencia. <<

[309] Al parecer las voces procedían primero de un ángel (probablemente el arcángel san Miguel) y después de santa Catalina de Alejandría y de santa Margarita de Antioquía, las santas de moda en aquel momento. <<

[310] De bruja quemada en la hoguera a santa, ahí es nada la capacidad de adaptación de la Iglesia. <<

[311] El Decamerón de Boccaccio engarza las narraciones que se cuenta un grupo de jóvenes patricios desocupados que se han refugiado en una lujosa villa de las afueras de Florencia huyendo de la peste negra que asoló la ciudad en 1348. <<

[312] Que conste que de estas calificaciones negativas excluyo a las cofradías de disciplinantes o Cofradías de la Sangre de Jesucristo que proliferaron en España a partir del siglo XVI. Hoy, debido al retraimiento de la fe cristiana, fruto de la creciente increencia de nuestra sociedad, sólo perdura la de San Vicente de la Sonsierra, en La Rioja. <<

[313] Franciscanos y dominicos nunca se llevaron bien y siempre tuvieron tendencia a partir ramales, especialmente en el siglo XIV a raíz de la controversia entre las dos órdenes sobre la posesión de bienes y la pobreza de los apóstoles: los franciscanos, espirituales, por la pobreza, y los dominicos (y el papa), por el maldito parné. Ganó el parné, claro. <<

[314] La rapacidad de la Iglesia llegó a tal extremo que llegó a ser el mayor propietario en casi todos los países de Europa, con grave quebranto de la Hacienda pública (a la que no pagaban impuestos). Tarde o temprano hubo que expropiar las inmensas fincas, mayormente desatendidas e improductivas, que la Iglesia había acumulado. El primero que tomó la decisión fue Enrique VIII de Inglaterra, que suprimió nada menos que ochocientas órdenes monásticas que habían proliferado en su isla y confiscó a la Iglesia un cuarto de las mejores tierras de labor de Inglaterra. En España la imprescindible medida se haría esperar hasta el siglo XIX con las sucesivas desamortizaciones. <<

[315] En el siglo XVIII, un informe redactado por un visitador del convento del Carmen en Sevilla establece «que no se reciban más frailes legos por ahora, que está la providencia llena de ellos, y casi todos vienen huyendo del trabajo». <<

[316] Algunas órdenes posteriores (jesuitas, escolapios, maristas, carmelitas…) han encauzado desde su fundación su labor social hacia la enseñanza (la dedicación a la enseñanza elitista se revela como un medio poderoso de influir en la sociedad). Prueba de ello es que hoy, abandonadas otras actividades no tan productivas, siguen monopolizando ésta, que sigue siendo tan provechosa. <<

[317] El método de trabajo de santo Tomás y sus seguidores, la Escolástica, se basa en la convicción de que todo pensamiento debe someterse al principio de autoridad representado en primer lugar por la Biblia como fuente de inspiración divina. Naturalmente, sobre estos deficientes cimientos no se podía levantar edificio alguno y la escolástica dificultó el avance científico. Petrarca criticaba así la enseñanza de aquellas universidades: «una charlatanería interminable […] que ejercita la inteligencia en sutilezas sin sentido y se ocupa de puerilidades.» <<

[318] En el campo gallego se levantaron los irmandiños y arrasaron unos cuantos castillos; en Cataluña, los payeses de remensa, que causaron diversos daños. <<

[319] Jacques era el nombre despectivo con el que los propietarios denominaban a sus isidros. <<