CAPÍTULO 118

Se acaban las colonias: todos somos países soberanos

La Sociedad de Naciones nacida de la primera guerra mundial no había servido de nada. De la segunda nació un nuevo organismo internacional, la Organización de Naciones Unidas (ONU), cuyo cometido es mediar entre los países y evitar conflictos. Una de las directrices de la ONU fue descolonizar el mundo.[564]

En los dos decenios que siguieron a la guerra se suceden las independencias en cascada. El escéptico lector no debe interpretarlo como una bondad de las potencias colonialistas, de pronto convertidas en hermanitas de la caridad, sino más bien en una imposición de las superpotencias emergentes de la guerra (Estados Unidos y la URSS), que codician los mercados y las materias primas de Asia y África mientras que las potencias coloniales europeas carecen de fuerza para oponerse al expolio.

También es cierto que los perjudicados se consolaron prontamente porque, echando cuentas, con los cambios de la economía y la política mundiales, el mantenimiento de las colonias no era ya tan buen negocio como solía ser. Se habían inventado fórmulas para ordeñar la vaca sin tener que mantenerla, procedimientos para obtener mayores beneficios con menos inversiones.[565] O, dicho más finamente con palabras del economista Galbraith: «El final de la era colonial se celebra en los libros de historia como el triunfo de las aspiraciones nacionales de las colonias y una concesión bondadosa de las potencias coloniales. Oculto debajo de todo eso, como suele suceder, existía una fuerte confluencia de intereses económicos o, en este caso, desintereses.»[566]

En la segunda mitad del siglo XX las antiguas colonias obtienen la independencia: el Reino Unido libera a la India (1947), que se escinde en dos países por razones de religión: la India propiamente dicha (de mayoría hindú) y Pakistán (musulmana).[567] Además el Reino Unido emancipa en pocos años el resto de sus colonias y dominios.[568]

Otras potencias coloniales que liquidan su imperio son Francia,[569] los Países Bajos,[570] Portugal,[571] Italia[572] y España, que, dentro de su modestia, conservaba aún unos retalitos de su pasado esplendor.[573] Incluso la hermética URSS no tuvo más remedio que independizar a sus colonias cuando la caída del régimen comunista, en 1991, la disolvió como entidad política.[574]