Mi más sincera gratitud a Jo Unwin, que no sólo es una agente literaria brillante e infatigable, sino que también es una editora de talento y una persona inspiradora, cálida y fantástica en general.
A mis editores: Sarah Brenan en Australia, Kate Miciak en EE. UU. y Julia Heydon-Wells en el Reino Unido. Gracias, gracias y gracias por ayudar a hacer este libro mucho mejor.
Para Erica Wagner, de Alien y Unwin: mi agradecimiento por ser lo suficientemente valiente como para ser el primer editor en el mundo en adquirir los derechos de Bella malicia. Imagino que debe de dar miedo ofrecer una oportunidad a un autor desconocido.
Un millón de gracias también a mi hermana, Wendy James, por su lectura generosa y servicial de todo lo que he escrito y por ser la primera persona en decirme que podía escribir.
Y para las personas que tuvieron la amabilidad de leer mi libro en forma de proyecto: mamá y papá, James Prue, Haidee Hudson, Sam Ackling y Kath Harris. ¡Gracias! Su aliento fue, y es, de un valor incalculable.
Un agradecimiento especial a Jake Smith-Bosanquet por su trabajo duro en la venta del libro por todo el mundo. Y mi especial gratitud a Sally Harding, por su aliento y su fe previos.
Gracias también a mi hermana pequeña, Emma James: por la lectura, y por ser siempre tan increíblemente optimista.
Por supuesto, tropecientas mil gracias y un millón de besos al tipo maravilloso con el que vivo, Hilary Hudson. Se merece una medalla por soportar mi loca obsesión en estos últimos años y por traerme tantas tazas de té perfectamente preparadas.
Y para nuestros hijos, Charlie, Oscar, Jack y Jimmy: gracias por el caos feliz.