Introducción de la autora

Escribir un libro es una aventura —una de las más agradables de este mundo— pero, antes de empezar, son imprescindibles tres cosas: primera, una buena idea; segunda, un grupo de gente interesante que encandile al lector; tercera, el equipamiento mental necesario para llevar la historia adelante.

La idea para El libro de la señorita Buncle me llegó sentada en el autobús. La señora que tenía al lado le dijo a su amiga: «Todos lo saben todo sobre todos en el pueblo». Palabras inofensivas, puede, pero fueron pronunciadas de forma amenazadora —con furia concentrada— más como si el hablante hubiera preferido verter aceite hirviendo sobre sus vecinos que inmortalizarles con la imprenta. En ese momento repentino nació La señorita Buncle.

Una historia acerca de una mujer que lo sabía todo sobre todos los demás habitantes de su pueblo y escribía un libro: sí, era una buena idea —pero podría llevarse más lejos. Una historia acerca de una mujer que escribió un libro acerca de una mujer que escribió un libro acerca de una mujer que escribió un libro… y así, ad infinitum.

Maravilloso, a duras penas pude esperar hasta llegar a casa y comenzar.

A medianoche aún estaba escribiendo enloquecida. Los personajes brotaban y decían «Estoy aquí, introdúceme». No era una petición, era una orden que yo me veía forzada a obedecer. Una vez “dentro” tomaban el control sobre la cosa entera y actuaban como querían. A veces me hacían reír tanto con sus ocurrencias que me impedían seguir escribiendo, pero a pesar de ello acabé la historia en un tiempo récord.

El libro de la señorita Buncle fue un éxito sorprendente (los críticos lo elogiaron clamorosamente y llegaban sacos de cartas de los fans). Se vendió como los proverbiales ‘churros calientes’ —y continuó vendiéndose. Y aún se vende en todos los países angloparlantes del mundo, y ha sido traducido a varias lenguas europeas. Todos parecían querer a Barbara, y todos pedían “más de Barbara, por favor”.

«Miss Buncle Married» fue la respuesta a esos requerimientos insistentes. Tardé mucho más tiempo en escribirlo y requirió mayor esfuerzo mental, pero las criticas percibidas lo alabaron como mejor historia y afirmaban que provocaba más satisfacción y más risas entre dientes. Estoy de acuerdo.

En los dos libros, además de la parte divertida, puede observarse el desenvolvimiento del personaje de Barbara. Es la amabilidad personificada y, aunque no siempre acierta con sus intentos de ayudar a sus amigos y guiar sus vidas, no puede evitar entrometerse. Al final de la saga continua siendo la misma Barbara —“una boba celestial”— pero más madura y suavizada y más humana en apariencia. Un extraño tipo de conocimiento se ha desarrollado en la mujer, y una certeza para tener en cuenta en la vida: «Qué espantoso sería que las personas no aprendieran de sus errores a ser mejores y más sabias».

D.E.S.