[37] L. Matthias, Griff in den Oriente op. cit., pág. 292. <<
[38] A. S. realizó muchos de sus viajes más largos en compañía de mujeres: con Barbara Hamilton-Wright por EEUU (1936-1938), con Ella Maillart a Afganistán (1936), y con Margot von Opel nuevamente a EEUU (1940). Y en Berlín (1931-1933) descubrió «un centro del mundo lesbiano» (Ilse Kokula). <<
[39] Winter in Vorderasien. Tagebuch einer Reise, Zúrich, 1934, pág. 64. <<
[40] Muerte en Persia, pág. 11. <<
[41] Carta a Erich Maria Remarque, del 7 de noviembre de 1933. Fotocopia en poder de R. P. <<
[42] Véase carta de la esposa de Gelpke, Li Gelpke, a R. P., del 7 de abril de 1987: «A los 22 años, Rudi y yo leímos Freunde um Bernhard y Das glückliche Tal. Existió ciertamente una gran afinidad anímica entre él y A. Schwarzenbach. De hecho, incluso se le parecía en el aspecto físico». Lamentablemente, la interesante obra de Rudolf Gelpke (1928-1972), quien vivió durante muchos años en Persia e incluso se convirtió al Islam, está bastante olvidada y no se ha publicado en su totalidad. Un análisis de sus experiencias persas, entre las que figura también el consumo de estupefacientes, y una comparación de su visión de ese país con la de A. S. serían seguramente reveladores para el tema que nos ocupa. <<
[43] «Flucht aus Europa?», en: Politische Rundschau, Berna, agosto 1953, 7. <<
[44] Arnold Kübler, «Annemarie Clarac-Schwarzenbach zum Gedächtnis», en: Du, Zúrich, marzo 1943, núm. 3. <<
[45] Gertrude Bell visitó Persia en 1892; Vita Sackville-West, en 1926/1927. Parece que A. S. conocía por lo menos la vida y obra de Bell, pues la menciona en Winter in Vorderasien. También escribió un ensayo (o historia) sobre esta autora inglesa, obra que no se ha conservado. Véase el posfacio de R. P. en: Bei diesem Regen, op. cit., pág. 237-239. <<
[46] Vita Sackville-West, Eine Frau unterwegs nach Teheran. Eine Reiseerzählung, Fráncfort del Meno, 1993 (Passenger to Teheran, primera edición inglesa 1926), p. 79. <<
[47] Gertrude Bell, Persische Reisebilder, Hamburgo, 1949 (Persian Pictures, primera edición inglesa 1894), pág. 9 y 21. <<
[48] G. Bell, Persische Reisebilder, op. cit., pág. 25. <<
[49] R. Gelpke, Vom Rausch im Orient und Okzident, Stuttgart, 1982, pág. 51. <<
[50] Winter in Vorderasien, op. cit., pág. 137. <<
[51] V. Sackville-West, Eine Frau unterwegs nach Teheran, op. cit., pág. 85. Véase también carta de Li Gelpke, que a su vez viajó varias veces a Persia, a R. P. del 7 de abril de 1987: «Sé, por tanto, que solo los europeos muy fuertes (psíquicamente fuertes) soportan aquel mundo». <<
[52] Winter in Vorderasien, pág. 145; Muerte en Persia, pág. 123.
De la especial importancia que las drogas tienen en el contexto persa de los escritos de A. S. da fe la carta a K. M. [22 de mayo de 1938], en: «Wir werden es schon zuwege bringen…», pág. 168: «El thun (= morfina, R. P.) no es algo primario, sino la consecuencia de un miedo mortal a la vida y de esa tendencia a la deriva que me empujó hacia la aventura persa, y de una adicción a lo oscuro que tú y yo conocemos de sobra». <<
[53] Nizami (1141-1202/03), Layla und Maynun [Layla y Majnun, José de Olañeta, 2001], traducido por primera vez del persa al alemán por Rudolf Gelpke y epilogado por el mismo. Zúrich, 1963, pág. 23. Algunas frases de este texto podrían figurar también en Muerte en Persia, como la que sigue: «Sí, ni siquiera veía que estaba rodeada de seres humanos. Era como si él hubiera arrancado su nombre del libro del mundo, como si hubiera caído en la nada, como si no perteneciera ya al mundo de los vivos sin haber entrado todavía en el de los muertos» (p. 42). O bien: «¿Dónde están la familia y el hogar? No hay camino de vuelta que conduzca a ellos, ni a la amiga» (p. 43). <<
[54] Cita según el epílogo de Rudolf Gelpke, en: Layla und Maynun, op. cit., pág. 327. <<
[55] Carta a Alfred Wolkenberg, del 4 de enero de 1939, en poder de R. P. <<
[56] Aunque A. S., de acuerdo con la carta a Alfred Wolkenberg antes mencionada, parece no haber contemplado la publicación de Muerte en Persia, hay informaciones que, cuando menos, no apuntalan esa versión. Existe el rumor de que la editorial Oprecht de Zúrich quiso publicar la obra, pero que la intervención de la madre de A. S. frustró ese propósito. En la carta enviada por Emmi Oprecht a R. P. el 30 de octubre de 1985, esta afirma no recordar tal proyecto editorial, que, de haber existido, se remontaba cincuenta años atrás. Un testimonio concreto de la existencia de esos planes de publicación es el artículo «Neue Bücher von Frauen für Frauen», de Ola Alsen, en Sie und Er, 1937, núm. 8, que contiene un pasaje enigmático sobre un nuevo libro de A. S. que nunca fue publicado: «Vivía últimamente en Persia, dedicada a trabajos científicos cuyos resultados transcribe en su nuevo libro». Si bien es cierto que A. S. se ocupaba en Persia de trabajos arqueológicos que, en una interpretación un tanto libre, pueden calificarse de «científicos», no existe un texto específico sobre este tema. La mención solo puede referirse, pues, a los relatos incluidos en el tomo Bei diesem Regen o a Muerte en Persia, donde se alude a los trabajos arqueológicos. Sin embargo, el último texto acabado por la autora es Muerte en Persia, aunque todavía en 1936 buscaba editorial para los relatos.
El que el carácter manifiestamente lesbiano de Muerte en Persia —y no su presunta falta de calidad literaria (véase la «crítica» de K. M. en la nota 33 del presente libro)— fuera una de las razones por las que A. S. no quiso publicarlo, puede deberse a las reacciones negativas que había despertado uno de sus libros anteriores, donde el amor lesbiano aparecía de forma disimulada. Véase carta a la editorial Rascher, del 7 de julio de 1934 (copia de algunos extractos en poder de R. P.): «Observa usted acertadamente que existen “ciertos reparos” [respecto al estilo impersonal de Winter in Vorderasien, R. P.] […], son el resultado de mi “novela lírica”, que adquirió un tono demasiado confesional, lo que sobre todo el público suizo me ha reprochado». La transformación del yo femenino de Muerte en Persia en el personaje casi asexuado de la versión publicada posteriormente, Das glückliche Tal, fue sin duda también una reacción tardía y renovada a esa crítica y a las posibles objeciones de la madre, antes mencionadas, respecto a la primera versión. Véase también la nota 64. <<