Diario de Abraham Van Helsing

15 de octubre, noche.

Partimos de Londres el 12 de octubre y llegamos a Varna esta tarde en el Orient Express, tras viajar día y noche. Mina sigue informando de lo mismo cada amanecer: el golpeteo de las olas y la oscuridad. Tras mucho debate decidimos dejar que Jonathan viniese con nosotros. Habría sido cruel no permitirle venir, ya que nos llevábamos a su mujer (que había sido hasta ahora de gran ayuda). Seguimos alerta cuando está él, y llevamos los talismanes en todo momento, pues mi muerte sería muy útil para Elisabeth. Provocaría la destrucción inmediata de Vlad, y ya no tendría que preocuparse por nosotros; simplemente tendría que esperar la llegada del barco y arrancar la primera llave de los penosos restos de Vlad.

Según Zsuzsanna, el hecho de que Elisabeth esté cerca esperando una oportunidad para atacar significa, que no ha visto la quinta línea; necesita la primera llave para leerla. Aparentemente, después de que Vlad descubriera la primera llave y leyera la quinta línea, esta desapareció en el momento en el que Elisabeth robó el manuscrito. Son buenas noticias, pues significa que no se apresurará hacia el castillo de Vlad tratando de llegar antes que él por nosotros). No, ella nos sigue (o más bien a Harker) porque nosotros seguimos a Vlad. Pero su proximidad no son buenas noticias para mí; solo llevando el talismán de Arminius en mi persona (incluso cuando me baño) estoy protegido. (Gracias a Dios, aún es suficientemente fuerte como para repelerla). Otra noticia esperanzadora: Zsuzsanna dice que cuando viajó con Elisabeth a Londres, se dio cuenta de que, a pesar de sus habilidades para moverse libremente durante el día, aún se veía limitada cuando la marea estaba baja. Sabiendo esto, y sabiendo que cuando Vlad era más poderoso, también se veía impedido por las corrientes de agua (algo que quedaba patente por su decisión de venir a Londres en barco, y también por la ruta que sobrevoló, según Zsuzsanna, en forma de murciélago, para ir a Hillingham), podemos deducir que Elisabeth también está restringida en este sentido.

Finalmente he colocado uno de los crucifijos de Arminius sobre Mina. Le expliqué que era una pieza «especialmente bendecida» diseñada para mantener alejado al vampiro y que la protegería de forma más segura que su propia cruz dorada. Ahora lleva ambas y sospecho que esto tiene repercusiones en la vida privada de ella y Jonathan…

En cuanto a Zsuzsanna y Arkady, nos han acompañado en secreto todo el viaje, y nos sirven como «espías». Serán de mucha ayuda cuando llegue el momento de continuar hasta el castillo. Antes de salir hacia Varna, Zsuzsanna me anunció que había roto todo contacto psíquico con Harker, de este modo Elisabeth no tiene forma de conocer las intenciones de nuestra pequeña banda. Con tal garantía, le hemos confiado lo que sabemos de la quinta línea y nuestro plan para deshacernos de Vlad y obtener la custodia de la primera llave.

Aún me resulta difícil confiar en ella; si no fuera por Arkady, probablemente ni siquiera le hablaría. De acuerdo, ha recuperado el sentido común y está llena de remordimientos… ¿he de compadecerla? Ella me ha costado mi mujer y mi hijo. Hago todo lo que puedo por ser civilizado, lo hago por mi padre. Más allá de eso, no le debo nada.

Arthur sigue haciendo buen uso de su título nobiliario en beneficio nuestro. Ha convencido al armador de que la caja de Vlad contiene algo robado a un amigo de su excelencia. Ahora tenemos permiso subrepticio para abordar el barco cuando atraque y abrir el ataúd bajo nuestra entera responsabilidad.

29 de octubre, noche.

Tras una espera agónica (día tras día sentados, leyendo, observando, conversando, todos ahora obsesionados con dar fin a este asunto), Arthur recibió ayer un telegrama de Lloyd’s diciendo que el Czarina había entrado en Galatz a la una de la tarde del 28 de octubre.

Galatz, ¡más de doscientos kilómetros al norte! Habíamos estado esperando sin descanso trece días en Varna, mientras el Empalador se reía de nosotros.

De algún modo, los pensamientos de Mina habían revelado a Drácula nuestra presencia en Varna; ahora se ha desprendido de ella en sus planes. Zsuzsanna me advierte de que Vlad no puede hacerlo sin perder acceso a los pensamientos de Mina (al igual que ella, Zsuzsanna, ya no tiene acceso a los pensamientos de Jonathan Harker), y Arkady me lo ha confirmado. Por ahora, podemos usar libremente la gran inteligencia de Mina para que nos ayude sin revelar a Vlad nuestra estrategia. Escribo esto en el tren hacia Galatz.

30 de octubre.

Hoy por fin hemos pisado el Czarina Catherine. Como temía, hemos llegado demasiado tarde. El ataúd ya ha sido retirado, pero conseguimos hablar con el capitán; un escocés amistoso y extrovertido. Dijo que la caja había causado gran consternación entre su tripulación rumana, de tal modo que la habían tirado por la borda si no hubiese sido por su intervención. Nos enseñó alegremente el recibo, que mostraba que había sido retirado por un tal Immanuel Hildesheim, Burgenst rasse 16.

Afortunadamente, Hildesheim estaba en su despacho y, tras un poco de baksheesh, nos dirigió hacia un tal Petrof Skinsky, un comerciante que consigna cargas desde río arriba hasta el puerto. Hildesheim le había enviado la caja a Skinsky, a quien, desafortunadamente, no pudimos encontrar en su dirección. Al marcharnos, sin embargo, uno de sus vecinos salió corriendo de una casa gritando que Skinsky había aparecido asesinado con el cuello rajado.

Cuando volvimos apesadumbrados aquella tarde a nuestro alojamiento, Mina estudió nuestras notas y con aquella manera suya lógica y precisa apuntó una serie de deducciones concernientes al paradero de Vlad. Nos las leyó y las resumo aquí:

Ya que Vlad había elegido a Skinsky como agente, tiene sentido que hubiese dispuesto que enviaran la caja río arriba, pues ese era el negocio primario de Skinsky. Ahora bien, el Danubio se cruza con dos ríos que conducen a Transilvania, el Pruth y el Sereth; de estos, solo el Sereth desemboca en el río Bistritz, que pasa cerca ¡del desfiladero de Borgo!

Este es nuestro plan: Arthur obtendrá una lancha a vapor, y él y Jonathan seguirán al vampiro por barco. (En secreto, hemos acordado que Harker no viaje conmigo, pues eso me pondría en peligro; lord Godalming no tiene tanto riesgo, y sabe cómo tomar precauciones. En cualquier caso, también estará la presencia invisible de Arkady para protegerlo). Quincey y John irán a caballo a lo largo de la ribera, por si Vlad decide de repente desembarcar; finalmente Mina y yo tomaremos el tren a Veresti y de allí viajaremos por tierra directamente hasta el castillo.

Nuestra esperanza es que Elisabeth no nos siga a mí y a Mina al castillo (ni a Zsuzsanna, que nos guiará por el bosque y es la que mejor conoce la guarida de Vlad). Siempre que Elisabeth no posea la primera llave y por lo tanto desconozca la quinta línea, se quedará cerca de Vlad con la intención de destruirlo y obtener la segunda llave.

Sin embargo, una vez que derrotemos al Empalador surge la pregunta: ¿cómo la destruiremos ahora que es tan poderosa?

¡Arminius, no te alejes!