Epílogo

Como consecuencia del segundo intento filosófico de Wittgenstein, las preguntas que la filosofía se planteaba antaño han pasado ahora al reino de la poesía. Tal como va la poesía, parece que tampoco en ella se plantearán por mucho tiempo. Hemos aprendido a vivir sin Dios y parece como si fuéramos a aprender a vivir sin filosofía. Pasará a formar parte, ¡ay!, de los asuntos acabados (y completamente espurios), tales como la alquimia, la astrología, el amor platónico y la aspiración a un estilo selecto.