PREFACIO DE LA AUTORA

Siempre resulta agradable plantearnos un tema clásico y ver lo que puede hacerse con él. En este caso, el tema de la pluma que destila veneno, sigue las líneas generales de otros casos bien conocidos y comprobados de escritores de anónimos. ¿Hasta qué punto se parecen? ¿Él motivo fundamental es casi siempre el mismo? ¿Qué campo ofrece semejante material para una persona aficionada al crimen? El caso de los anónimos es mi contribución al asunto.

Mientras escribía el libro inventé un personaje a quien he llegado a apreciar mucho y que se hizo singularmente real para mí. Si Megan entrase en mi cuarto mañana, habría de reconocerla en seguida y me encantaría verla. Le estoy agradecida por haber cobrado vida en mi obsequio. También quisiera encontrarme con la mujer del pastor, pero temo que jamás lo lograré.

Escribiendo este libro disfruté con fruición.

Me gustaron su cómodo ambiente de pueblo y sus personajes. Los ambientes exóticos, pienso a veces, restan interés al crimen en sí. Para que un crimen resulte interesante, ha de producirse entre gentes que ustedes mismos podrían encontrar cualquier día.

Agatha Christie.