[1] Analizo el ejemplo del Dicrocelium dendriticum en Dennett (2003c). Para aprender más sobre su fascinante ciclo de la vida, recomiendo ver Ridley (1995) y Sober y Wilson (1998). Para un ejemplo fascinante de un parásito de los peces, recomiendo ver LoBue y Bell (1993). Un parásito de los ratones, Toxoplasma gondii, será analizado con mayor detalle en el capítulo 3. El epigrama de Hugh Pyper puede encontrarse en Blackmore (1999), así como en Pyper (1998). Todas las referencias pueden encontrarse en la bibliografía al final del libro, y en general éstas no aparecerán en notas al pie de página sino que serán insertadas en el texto. Algunas notas, como ésta, serán utilizadas para ampliar ciertos puntos en el texto, de maneras que puedan ser de interés únicamente para los especialistas. <<
[2] Si bien la pregunta de por qué es posible criar a los perros para que sean leales y no a los gatos es en sí misma un interesante capítulo de la biología, contestarla nos llevaría demasiado lejos. Para aprender más acerca de los límites de la domesticación recomiendo ver Diamond (1997). <<
* La cita pertenece a la edición española: Sigmund Freud, El porvenir de una ilusión, en Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu, 1986, t. XXI, p. 32. [N. del E.].<<
[3] Aquí hay dos de las más conocidas definiciones de religión con las que comparar la mía: «[…] un sistema unificado de creencias y prácticas relativas a las cosas sagradas, es decir, a las cosas que se ponen aparte y están prohibidas; creencias y prácticas que unen en una comunidad moral única, llamada una Iglesia» (Émile Durkheim, Las formas elementales de la vida religiosa [la cita pertenece a la edición española: É. Durkheim, Escritos selectos, introducción y selección de Anthony Giddens, Buenos Aires, Nueva Visión, 1993, p. 222. N. del E.]). «1) Un sistema de símbolos que obra para 2) establecer vigorosos, penetrantes y duraderos estados anímicos y motivaciones entre los hombres 3) formulando concepciones de un orden general de existencia y 4) revistiendo estas concepciones con una aureola de efectividad tal que 5) los estados anímicos y motivaciones parezcan de un realismo único» (Clifford Geertz, The interpretation of cultures [la cita pertenece a la edición española: C. Geertz, La interpretación de las culturas, Barcelona, Gedisa, 1987, p. 89. N. del E.]). <<
[4] De manera típica, estas transformaciones ocurren de modo gradual. ¿Acaso no tiene que haber existido un Mamífero Primario, un primer mamífero cuya madre no fue un mamífero? En realidad no. No tiene que haber una manera canónica para trazar la frontera entre los terápsidos, aquellos descendientes de los reptiles cuyos descendientes incluyen todos los mamíferos, y los mamíferos (para una discusión sobre este problema tan perenne, recomiendo ver mi libro Freedom evolves [Dennett, 2003c: 126-128]). Una religión de vieja data podría convertirse gradualmente en una ex religión, a medida que sus participantes, de modo paulatino, van cambiando las doctrinas y las prácticas que definían el dogma genuino. Ahora bien, esta descripción no implica ningún juicio de valor; los mamíferos son los anteriores terápsidos y los pájaros son los anteriores dinosaurios, y nada malo hay en ello. Por supuesto que las implicaciones legales a propósito de si la frontera ha sido o no violada tendrían que resolverse. No obstante, éste es un asunto político, como el del estatuto moral del pulpo, no un asunto teórico. <<
* Todas las citas de esta obra pertenecen a la edición española: William James, Las variedades de la experiencia religiosa, 2 vols., Buenos Aires, Hyspamérica, Col. «Biblioteca Personal Jorge Luis Borges», 1986. [N. del E.] <<
[5] ¡Que la fuerza esté contigo! ¿Acaso Luke Skywalker es religioso? Piensen en el modo tan distinto en el que habríamos reaccionado si el conjuro de La Fuerza hubiera sido presentado por George Lucas como satánico. La reciente popularidad de las sagas cinematográficas que involucran religiones ficticias —como El señor de los anillos y The Matrix, por ofrecer dos ejemplos— es, por derecho propio, un interesante fenómeno. Es difícil imaginar que temas tan delicados hubieran sido tolerados en épocas anteriores. Nuestra creciente autoconciencia respecto de la religión y de las religiones es, probablemente, algo bueno, a pesar de todos sus excesos. Como ocurre generalmente con la ciencia ficción, no sólo puede abrirnos los ojos a otras posibilidades, sino también ayudarnos a poner el mundo actual en una perspectiva mejor. <<
* El juego de palabras es intraducible. El original dice que lo que quizás haya que hacer sea transformar el hechizo en un «good spell, a god spell, a gospel». [N. del T.] <<
* La cita pertenece a la edición española: John Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano, México, Nuevomar, 1983, p. 38. [N. del E.] <<
* La palabra inglesa «bright» significa literalmente «brillante». El título del artículo referido es también un juego de palabras: significa, por una parte, «la materia brillante» y, por otra, algo así como «lo de los Bright» o «la cosa ésta de los Bright». De ahí que haya generado la impresión de que los que no son brillantes (bright) son estúpidos y débiles, o dim que también significa opaco u oscuro. [N. del T.] <<
* Las citas de esta obra pertenecen a la edición española: David Hume, Historia natural de la religión, Buenos Aires, Eudeba, 1966, p. 43 [N. del E.] <<
* En fútbol americano, el «pase» o «la jugada Ave María» (Hail Mary Pass) consiste, básicamente, en un esfuerzo de último minuto en el que el balón es lanzado desde una larguísima distancia y con casi ninguna probabilidad de ser recibido por un jugador en la línea de meta. El nombre proviene, justamente, del hecho de que, al ser tan improbable, los jugadores ruegan por la intervención divina de la Virgen María. La «Inmaculada Recepción» es el sobrenombre con que se conoce la famosa jugada de los Steelers de Pittsburg, en contra de los Raiders de Oakland, que los llevó a la victoria en los playoffs de la AFC el 23 de diciembre de 1972. [N. del T.] <<
[6] Durante las décadas de 1950 y de 1960, cuando el psicoanálisis freudiano alcanzaba su clímax, a los críticos que intentaban señalar a sus devotos las muchas debilidades y equivocaciones de la teoría de Freud, los obstaculizada una insulsa e irritante pared de desviación psicoanalítica; una pared del estilo de «Vamos a ver si encontramos el motivo de tu hostilidad hacia el psicoanálisis, de esa necesidad emocional tan apremiante tuya por «refutar» sus axiomas. ¿Por qué no comienzas por contarnos respecto de tu relación con tu madre?…». Ésta es simplemente una petición de principio (o un argumento circular), incluso cuando la intención era sincera, aunque con frecuencia era simplemente deshonesta. Reconozco que haber postergado la consideración del problema de si Dios existe o no podría ser visto, por aquellos que están armados de argumentos, como si, de modo similar, estuviera evadiendo sin fundamentos mi responsabilidad intelectual. Pero la verdad es que si hubiera comenzado este libro con el tratamiento de este problema, enmarcado tal y como se ha hecho tradicionalmente, me tomaría cientos de páginas preparar un terreno ya conocido antes de poder llegar a presentar una contribución novedosa. Permanezcan conmigo, por favor. ¡Les prometo que no olvidaré mi obligación de tratar este tema! <<
[1]Para mayor información sobre el papel de la ciencia en nuestra capacidad de evasión y la explosión de «evitabilidad» que la civilización humana ha logrado, recomiendo mi libro Freedom evolves (Dennett, 2003c). <<
[2]De acuerdo con la usanza reciente, utilizo el término «islamista» para referirme a aquellas vertientes radicales y fundamentalistas del pensamiento islámico, que, por lo general, condenan la democracia, los derechos de las mujeres y la libertad de investigación, necesaria para el florecimiento tanto de la ciencia como de la tecnología. Muchos, probablemente la mayoría, de los pensadores y de los líderes islámicos están profundamente en contra de la posición islamista. <<
[3]El único estudio que he encontrado es Anderson y Prentice (1994). <<
[1]En unos pocos casos me reuní con un pequeño grupo de correligionarios, y el descubrimiento ocasional, por parte de mis informantes, de diferencias entre ellos fue particularmente elocuente, y quizás incluso llegó a cambiarle la vida a más de uno. <<
[2]La idea más reciente es que las diferentes llamadas de los coyotes sirven para propósitos distintos. El espeluznante «grupo de aullidos yip» es, muy probablemente, «importante para anunciar la ocupación de un territorio y para prevenir el contacto visual entre grupos de coyotes» (Lehner, 1978a: 144; véase también Lehner, 1978b). Si es posible evitar una batalla real sobre un territorio con tan sólo hacer alarde de un falso poderío militar, tiene una manera bastante económica de preservar su energía y su salud para cazar otro día. Según esta hipótesis, el impresionante volumen de la señal es un signo de su veracidad y de lo difícil que resulta imitarla, lo que es un fenómeno común en la comunicación animal (para un excelente análisis sobre las investigaciones teóricas y experimentales de la evolución de la señalización honesta, véase el cap. 6 de Hauser [1996]). También sugiere algunos experimentos interesantes que pueden llevarse a cabo usando reproducciones de alta calidad de aullidos de coyotes previamente grabados, con el fin de regular sus densidades poblacionales. ¿Llegará el día en el que los coyotes se den cuenta? ¿Cuánto tiempo tardarán en hacerlo? <<
*De todas las expresiones acuñadas por el profesor Dennett quizá sea ésta —free-floating rationale— la más difícil de traducir. El término «rationale» se usa en construcciones lingüísticas en las que nosotros utilizaríamos palabras como «fundamento», «justificación» o, más frecuentemente, expresiones como «la razón de ser de algo» o «la razón detrás de algo». «Free-floating» significa, literalmente, «que flota libremente», cuando, como aquí, se utiliza en su forma adjetiva. De modo que free-floating rationale o, más precisamente, the free-floating rationale of X, debería traducirse por «la razón detrás de X, la cual flota libremente». No sólo por lo horroroso de la expresión en castellano, sino por lo impreciso de su significado, he decidido traducirla por «justificación independiente». La razón por la que dichas «rationales» son «free-floating» es doble. Por una parte, siguen actuando como «rationales» aun cuando no son reconocidas como tales por el organismo sobre el que actúan; para los efectos de actuar como «rationales», que sean o no reconocidas les es totalmente indiferente. Por otra parte, tampoco son relativas a uno u otro organismo particular, ni a uno u otro diseñador, de modo que son, esencialmente, independientes. De ahí que use el término «independiente». Finalmente, de todos los términos castizos con los que se podría traducir «rationale», «justificación» resulta el más maleable, si bien, como se verá, en algunos casos la palabra «razón» o incluso la expresión «razón de ser» resultarían más adecuadas. En consecuencia, y por el bien de la coherencia en el texto, mantendré la expresión «justificación independiente» para referirme a la mentada expresión. [N. del T.] <<
[3]Una inspección inicial de la voluminosa bibliografía sobre creacionismo y Diseño Inteligente debe incluir: Pennock (1999), Tower of Babel: The evidence against the new creationism; Perakh (2003), Unintelligent design; Shanks (2004), God, the Devil, and Darwin: A critique of Intelligent Design theory; Young y Edis (2004), Why Intelligent Design fails: A scientific critique of the new creationism, y de la Academia Nacional de las Ciencias (1999), Science and creationism. El número de mayo-agosto de 2004 de los Reports of the National Center for Science Education hace una revisión de varias docenas de libros recientes sobre el tema, incluida más de una docena (de variable calidad) escrita desde una perspectiva cristiana judía. Para estudios excelentes sobre biología evolutiva contemporánea, recomiendo encarecidamente la antología de trabajos recientes editada por Moya y Font (2004), Evolution: From molecules to ecosystems; los dos volúmenes de la Encyclopedia of evolution, editada por Pagel (2002); y la séptima edición del libro de texto Life: The science of biology, de Purves et al. (2004). También hay una docena de buenos sitios Web en los que pueden encontrarse refutaciones justas y de gran autoridad del trabajo de los más prominentes críticos de la evolución, como William Dembski y Michael Behe. El Centro Nacional para la Educación Científica es uno de los mejores, y se encuentra en: http://ncse.com/. Obviamente, también hay gran cantidad de sitios Web dedicados al Diseño Inteligente, aunque no existen revistas serias cuyos artículos hayan sido sometidos a procesos de evaluación por pares. ¿Cuál puede ser la razón de esto? Si el Diseño Inteligente fuera una idea a la que le ha llegado su momento, uno esperaría que los jóvenes científicos estuvieran como locos en sus laboratorios, o pegados a las computadoras, compitiendo por ganarse ese premio Nobel que seguramente está aguardando a aquel que pueda derrocar cualquier proposición significativa de la biología evolutiva contemporánea. Los fanáticos del Diseño Inteligente insisten en que las altas esferas del mundo científico tienen un sesgo en contra de su trabajo, lo que les ha hecho imposible publicar en las principales revistas. Pero esto simplemente no es creíble. El Instituto Discovery, al igual que otros paraísos para la investigación en Diseño Inteligente que cuentan con grandes fondos para llevar a cabo sus proyectos, podrían fácilmente darse el lujo de producir una revista de alta calidad y con artículos que fueran evaluados por pares, si es que hubiera algo para publicar en ella, y si es que les fuera posible encontrar científicos creíbles para que examinaran los textos. Literalmente, cada año se publican miles de artículos, éstos sí sometidos a la evaluación de pares, que desarrollan y extienden la teoría básica de la evolución, y la mayor parte de sus autores nunca alcanza la fama, a pesar de que su conocimiento en el área esté bien demostrado. Con seguridad, unos cuantos de ellos felizmente se arrojarían por la borda y se arriesgarían a hacer el ridículo frente a la comunidad científica por tener la oportunidad de convertirse en el mundialmente famoso «científico que refutó a Darwin». Sin embargo, los partidarios del creacionismo ni siquiera se molestan en ofrecer un aliciente. Saben cómo son las cosas. Saben que todo lo que tienen a su favor es mera propaganda, y por ello gastan sus fondos en eso.
William Dembski (2003) ha puesto a nuestra disposición una lista de cuatro (¡cuéntenlos!) artículos científicos sometidos a la evaluación de pares que, según dice, apoyan algunos temas del Diseño Inteligente. (En la lista también incluye su propio libro, publicado en una colección —cuyos textos son evaluados por pares— de Cambridge University Press, en 1998.) Pero los propios comentarios de Dembski acerca de estos ensayos dejan claro que sus argumentos, si acaso, son— como él mismo afirma— «no darwinianos» (se formulan sin incluir en ellos premisas específicamente darwinianas), y por lo tanto podrían utilizarse para apoyar un argumento en favor del Diseño Inteligente. En realidad, ninguno de ellos realmente propone un argumento a favor. <<
[4]Este modo de hablar tan estándar oculta una complicación. Cuando aquí hablamos de «la mitad de sus genes», queremos decir la mitad de esos genes suyos que son idiosincrásicos, que lo hacen ser distinto, genéticamente, de los demás miembros de su especie. En la clonación, cualesquiera que sean esos genes suyos que lo hacen «especial» (para bien y para mal), terminarán pasando en su totalidad a sus descendientes. En la reproducción sexual, sólo la mitad de esos genes aparece en su descendencia; su pareja equilibra la balanza de los genes idiosincrásicos. <<
[5]¿Acaso el dinero emergió de sistemas de puro trueque a través de una serie de cambios graduales y apenas notorios en sus prácticas (la teoría de la «mercancía»), o acaso siempre ha requerido de algún tipo de «autorización» por parte de alguna autoridad estatal, o de un acuerdo consciente, o de un convenio (la teoría de la «titulación»)? La cuestión acerca del origen del dinero se ha sido debatido durante siglos. Para un fascinante estudio sobre la historia del debate, acompañado de algunos elegantes modelos económicos de los posibles procesos, recomiendo: Awai (2001). Véanse también Burdett et al. (2001), y Seabright (2004). <<
[6]Es posible, por supuesto, que en realidad algún individuo histórico particular haya participado tanto en el diseño original del dinero, del lenguaje o de la música, que él o ella mereciera el título de «autor». Sin embargo, tal cosa es extremadamente improbable y enteramente innecesaria. La evolución permite que las innovaciones en el diseño cultural se acumulen de un modo tan gradual que la autoría termina distribuyéndose entre millones de innovadores ciegos a lo largo de miles de generaciones, del mismo modo en que ocurre con las innovaciones en el diseño que producen ajustes genéticos. <<
[7]La diferencia en el sistema de reproducción tiene gran relevancia, obviamente. Cuando la casa de la moneda cambia el año impreso en el troquel con que acuña todas las monedas que elabora ocurre una suerte de mutación, pero dichas mutaciones, normalmente, no se acumulan. Si no se repara una muesca o una imperfección en el troquel, es posible que ésta marque todas las monedas por muchos años, y que incluso llegue a copiarse en el siguiente troquel (si una de las monedas que ha acuñado es elegida como el macho desde el que se elabora el nuevo troquel hembra), lo que resulta más cercano a una mutación genética transmitida a la descendencia. <<
[8]Respecto del supuesto valor «intrínseco» del dinero, recomiendo «Consciousness: How much is that in real money?», en Dennett (2005c) [trad. esp.: «Y en dinero de verdad, ¿cuánto vale la conciencia?», en Dulces sueños: obstáculos filosóficos para una ciencia de la conciencia, Buenos Aires, Katz editores, 2006]. <<
[9]Sobre lo que se siente al ser un pavo-buitre, recomiendo Dennett (1995a), reimpreso en Dennett (1998a). <<
[10]Quizá los biólogos puedan entender mejor la resistencia que muchas de las ciencias sociales oponen a la biologización de sus disciplinas si reflexionan sobre la propia incomodidad que sienten con respecto a los intentos por… fisicalizar la biología. El legendario biólogo evolucionista Ernst Mayr publicó recientemente un libro (poco después de su centenario) sobre la autonomía de la biología, demostrando que ésta no se «reduce» a la física (Mayr, 2004 [trad. esp.: Por qué es única la biología. Consideraciones sobre la autonomía de una disciplina científica, Buenos Aires, Katz editores, 2006]). Estoy de acuerdo con la mayor parte de sus afirmaciones. Él no afirma que la física no les provea a los biólogos condiciones o principios que deban entender y que puedan explotar. Hay diferentes versiones de reduccionismo; sólo algunas de ellas —a las que llamo «reduccionismo codicioso» (Dennett, 1995b)— están equivocadas. Cuando alguien dice que la perspectiva que está siendo atacada es reduccionista, debemos observarla de cerca para ver si esto es o no algo malo. <<
[11]Entre aquellos a los que se les acredita este aforismo están el filósofo Ludwig Wittgenstein, el artista Paul Klee y el crítico Viktor Shklovsky. <<
[12]Por supuesto que hay gran cantidad de casos intermedios, en los que los constructores de barcos pueden tener una que otra idea —buena o mala, tonta o brillante— detrás de las mutaciones que ellos mismos introducen, haciendo que no todas ellas sean siempre deslices de la azuela. Lo que en un momento pareció una buena idea puede resultar completamente inútil poco tiempo después. Esto acelera el proceso de diseño, aunque en ambas direcciones: tanto las buenas como las malas ideas se ponen a prueba en el proceso de ensayo y error. Richard Dawkins ha propuesto llamar «disefloides» a los diseños sin diseñadores (1996: 4). La acuñación de este término resulta útil para indicar el error que la gente frecuentemente comete al suponer que cualquier cosa que parezca diseñada debe haber sido producida por una mente consciente y deliberada. Sin embargo, no debe pensarse como si marcara una línea brillante en la naturaleza. Las cortas piernas de los perros salchicha, ¿son diseños o disefloides? Los criadores humanos se propusieron alcanzar tal efecto, y tenían sus razones para ello. Los organismos manipulados genéticamente, ¿son diseños o disefloides? Y la presa del castor, que tan ingeniosamente hace uso de recursos locales y sin precedentes en el arte de la construcción de diques, ¿es un diseño o un diseñoide? La construcción de la presa del castor requiere de considerable más talento cognitivo que el hormiguero cónico de la hormiga león. El trabajo de explorar la gran unidad del Espacio del Diseño se divide entre el lento progreso de la selección natural de los genes y el rápido ensayo y error de las exploraciones de los cerebros individuales (y sus numerosos artefactos vehiculares de exploración), así que continuaré utilizando el término «diseño» para referirme a toda la unidad. <<
[13]Uno de los temas principales de La peligrosa idea de Darwin (Dennett, 1995b) es que lo que descubrió Darwin es fundamentalmente un algoritmo: una receta para procesar información que puede ejecutarse en muchos medios distintos, tal como el algoritmo para las divisiones largas puede realizarse con un lápiz, un bolígrafo, una tiza, o simplemente rayando el suelo con un palo. <<
*«Copping out» o «to cope out» podría traducirse por «escabullirse» o, más vulgarmente, «zafarse». A diferencia de los verbos compuestos regulares, entre «copping» y «out» no puede incluirse ningún nombre, pronombre o sustantivo. [N. del T.] <<
[14]Para más información sobre los memes, recomiendo asimismo Dennett (1995b, 2001b, 2001c, 2005c), y el apéndice C de este libro. <<
[15]Para algunos detalles, recomiendo Dawkins (2004a: 31-32). <<
[16]La selección grupal ha tenido una carrera controvertida en la teoría evolutiva, y las disputas técnicas la convierten en un territorio traicionero para el no iniciado. Véanse Wilson y Sober (1994), y todos los comentarios publicados en la misma revista; Sober y Wilson (1998); Dennett (2002a) y la respuesta de Sober y Wilson en la misma revista. La perspectiva de Wilson será discutida con más detalle en los siguientes capítulos. <<
[1]No existe consenso entre los diversos estudios respecto de cómo contar religiones (en contraste con los cultos y demás organizaciones típicamente efímeras), pero por lo menos debe haber unos cuantos miles de religiones distintas (es decir,independientes, sin puntos de comunicación entre sí). Los almanaques han identificado cerca de treinta mil iglesias cristianas distintas. El texto de referencia más o menos estándar para todas las religiones es Barrett et al, World Christian Encyclopedia (2a ed., 2001). Las religiones surgen tan frecuentemente que incluso los sitios Web tienen dificultad a la hora de mantener actualizadas sus listas. Algunos buenos sitios son: http://www.religioustolerance.org/worldrel.htm y http://www.watchman.org/cat95.htm; este último registra más de mil religiones y cultos nuevos. También existen revistas y otras organizaciones dedicadas al estudio de nuevas religiones, todas las cuales pueden encontrarse fácilmente en Internet. <<
[2]Dumbar (2004) llama a estas tumbas «evidencia inequívoca de religión», pero de hecho son sumamente enigmáticas. No hay duda de que los cuerpos fueron deliberadamente colocados en esa posición, con objetos recubiertos en rojo ocre. Sin embargo, cuál sea el significado del cuadro entero como tal es muy controvertido. Véase, por ejemplo http://home/earthlink.net/~ekerilaz/dolni.html. <<
*David Hume, Historia natural de la religión, op. cit., p. 52. [N. del E.]<<
[3]Atran y Norenzayan (2004) dan una útil visión de conjunto, junto con las dos docenas de comentarios expertos que la acompañan, y las respuestas de los autores. Otras lecturas esenciales incluyen: Sperber (1975,1996); Lawson y McCauley (1990, 2002); Guthrie (1993); Whitehouse (1995); Barrett (2000); Pyysiéainen (2001); Andresen (2001); Shermer (2003).<<
[4]Este tema ha sido desarrollado por muchos autores en años recientes. Mis propias contribuciones a esta bibliografía incluyen: Dennett (1991a, 1995b, 1996), y muchos artículos.<<
*La famosa noción dennettiana de «intentional stance» fue traducida al español primero como «actitud intencional» (1998), luego como «estrategia intencional» (1999), y finalmente como «perspectiva intencional» (2004). Creo que esta última traducción es la más adecuada, y por tanto será la que utilizaremos aquí. [N. del T.]<<
*David Hume, Historia natural de la religión, op. cit., p. 40. [N. del E.]<<
*En el original: «hyperactive agent detection device, o HADD». [N. del T.]<<
[5]La razón principal por la que me opongo a hablar de los animales —o incluso de los seres humanos adultos— como si «tuvieran una teoría de la mente» es que ésta, de manera típica, evoca la imagen enteramente intelectualista de un pequeño científico que deriva teoremas, consulta proposiciones y pone hipótesis a prueba, mientras que a quienes adoptan la perspectiva intencional —incluso a sus practicantes virtuosos, como lo son las personas más manipuladoras con que usted se haya topado— los veo, más bien, como si fueran artistas intuitivos, y no teóricos sofisticados. Hay más evidencia de que es una habilidad, y no una ideología, además de que el desarrollo de modelos explícitos y autoconscientes de la habilidad popular es una innovación aun más reciente —que, en realidad, apareció primero en las maravillosas novelas del siglo XVIII y XIX, y que luego se hizo más sistemática (aunque, probablemente, no más poderosa), durante el siglo XX, gracias a los psicólogos, los sociólogos y demás investigadores de este estilo (Dennett, 1990,1991c)—. Los «teóricos de la teoría» dirán que esta maravillosa habilidad o saber-cómo tiene que estar implementada de algún modo en los cerebros de aquellos que son competentes para desarrollarla, y que, más bien, deberíamos estar tratando de desarrollar un modelo neurocientífico computacional de dicha competencia. Estoy completamente de acuerdo, pero decir que esto es una teoría continúa pellizcando la imaginación del teórico de modos que, considero, deberíamos evitar. ¿Pero qué más podría ser sino una especie de teoría? Creo que ésta es una buena pregunta que deberíamos tratar de contestar, y no una pregunta retórica que clausura de plano el asunto. <<
[6]Véanse, por ejemplo, Tomasello y Cali (1997); Hauser (2000); Povinelli (2003). <<
[7]En estos días, éste es un tema delicado y controvertido en la ciencia cognitiva teórica: ¿qué son el placer y el dolor, y qué es la adicción, el hábito o la fuerza de voluntad? Digo algo respecto del estado actual del debate en Dennett (2003b) pero hay más cosas en marcha. <<
*La expresión en inglés original, «Absence makes the heart grow fonder», es un viejo proverbio anglosajón que podría traducirse por el no más contemporáneo adagio español «la ausencia es al amor lo que al fuego el aire: que apaga al pequeño y aviva al grande». El juego lingüístico del autor consiste en desplazar la palabra «fonder» por la expresión «more terrified». Para que la transposición tenga sentido en español, opté por una traducción más literal del proverbio. [N. del T.] <<
[1]¿Sabemos efectivamente que las otras especies carecen de lenguaje o de arte? Y si es así, ¿cómo lo sabemos? De entre los muchos libros buenos y recientes sobre estos temas, recomiendo Hauser (1996, 2000). Los refugios de los capulineros son, tal vez, las contrapartes más cercanas al arte humano, pues son artefactos decorativos y no funcionales, cuyo propósito manifiesto (si bien independiente) es encantar al sexo opuesto, cosa que, con frecuencia, se formula como hipótesis para explicar la fuente original de nuestros impulsos artísticos. <<
[2]Dunbar (2004: 86) defiende la tesis de que mientras los chimpancés, nuestros parientes más cercanos, son capaces de manejar dos órdenes de intencionalidad (creencias acerca de creencias, digamos, o creencias acerca de deseos), los seres humanos normales pueden apreciar y responder a las complejidades de la intencionalidad de cuarto o quinto orden, y asegura que aquellos virtuosos de entre nosotros pueden ascender aun más, y que al abrirse camino entre sus congéneres son capaces de seguirle la pista a la intencionalidad de sexto orden. «Los líderes religiosos, al igual que los buenos novelistas, son una variedad poco común». Véase también Tomasello (1999). <<
[3]Faber (2004:18) observa que la vida humana comienza con un infante llorando por comida, por consuelo, por protección (contra el miedo), por ayuda, y con la obtención de una respuesta por parte de un objeto grande, cálido y maravilloso. Miles de veces el infante llora, y miles de veces sus llantos son respondidos. «Sería muy difícil encontrar, dentro del reino de la naturaleza, otro ejemplo de condicionamiento fisiológico y emocional con el que compararlo tanto en profundidad como en duración». Según Faber (ibid.: 25), esto prepara al niño para las historias religiosas: «Él hace contacto fácilmente con el dominio de lo sobrenatural pues, por así decirlo, él ha estado ahí todo el tiempo. Desde que comenzó su proceso de impronta fisiológica-un proceso de interiorización, o de interacción, mente-cuerpo— él ha estado viviendo con, o en compañía de, poderosas e invisibles presencias que dan sustento a su vida. De un modo natural y persistente, dicho proceso surgió de su interacción afectiva con el proveedor todopoderoso, la gran presencia que aparece una y otra vez, diez mil veces, para rescatarlo del hambre y la aflicción, y para responder a sus necesidades emocionales e interpersonales, a su profundo deseo afectivo por el cariño» (ibid.: 20). «Las narraciones religiosas resonaron en la mente inconsciente del niño antes de que sus facultades racionales hubieran madurado, antes de que pudiera ver y evaluar críticamente aquello que reclama su consentimiento perceptivo». <<
*Juego de palabras intraducibie. En inglés, la palabra «frivolo» [flippant] y la palabra «lanzar» [flip] en la expresión «lanzar (o arrojar) una moneda al aire» [to flip a coin] no sólo son fonéticamente cercanas: también comparten su etimología. [N. del T.] <<
[4]Una lista de más de ochenta métodos diferentes puede encontrarse en http://en.wikipedia.org/wiki/Divination. <<
[5]Discuto con cierto detalle el asunto de la pluma mágica de Dumbo en Dennett (2003b). <<
[6]Burkert (1996:16) ofrece, a manera de especulación, un escenario evolutivo diferente, consistente en una cascada de embudos que pudieron haber seleccionado a los genes debido a su susceptibilidad a la religión: «Aunque la obsesión religiosa podría ser denominada como una forma de paranoia, ella ofrece una oportunidad de supervivencia en situaciones extremas y desesperanzado ras, en momentos en que los demás, posiblemente los individuos no religiosos, se desmoronarían y se darían por vencidos. La humanidad, en su remoto pasado, tuvo que atravesar por muchas situaciones desesperadas, con el consiguiente avance del homines religiosi». No veo cómo poner a prueba esta hipótesis, pero ciertamente es una posibilidad que hay que considerar seriamente, si es que podemos encontrar un modo de hacerlo. <<
[7]El uso que le doy al término religión popular varía con respecto al que le dan algunos antropólogos y etnomusicólogos (por ejemplo, Yoder, 1974; Titon, 1988), quienes lo utilizan para describir el contraste entre la religión «oficial» organizada y aquello que las personas, adscritas a tales denominaciones, en realidad practican y creen en sus vidas diarias (para una discusión, véase Titon, 1988:144 y ss.). Recomiendo también el concepto, relacionado, de «incorrección teológica» (Slone, 2004). Lo que llamo aquí religión popular con frecuencia es denominado religión tribal o primitiva <<
[8] Hoy día, muy pocos entusiastas de la música popular son lo suficientemente puristas como para considerar con algún recelo las canciones «populares» compuestas. Sin embargo, para mis presentes propósitos, el purismo es lo que manda: aquellas letras y melodías relativamente antiguas que carecen de autor constituyen la música popular de la que estoy hablando. En cualquier época, estas canciones se han ajustado y se han vuelto a arreglar con mucho ingenio, añadiéndoles nuevas letras y nuevos ritmos, y algunas veces también nuevas melodías, un poco al modo en que los artistas populares añaden canciones a sus propias composiciones. Tan sólo por mirar al pasado reciente, tomemos el caso de Huddie Ledbetter, Woody Guthrie y Pete Seeger, quienes compusieron cientos de «canciones populares» que se han unido al canon, a pesar de que, en estos casos, sí sabemos quién fue el autor. Tendemos a excluir del canon las baladas, igualmente cantables, de Gilbert y Sullivan y de los Gershwin, pero quizás el tiempo logre borrar esta distinción. Lo que quiero decir es que, aunque en principio es posible que si tuviéramos un conocimiento histórico perfecto siempre lograríamos identificar a un compositor o a un letrista, también es posible —y más probable-que en muchos casos la autoría se haya distribuido tanto a lo largo de los siglos, que nadie merecería el crédito ni de la melodía ni de la letra de una de las canciones populares «clásicas» que ahora aparecen en el canon. ¿Acaso Ravenscroft únicamente puso por escrito «The Three Ravens» en 1611, o lo compuso? ¿O será que lo adaptó cuando lo estaba escribiendo? ¿O se adaptaría por sí mismo? <<
[9] Algunas de estas cosas son demasiado obvias como para que se noten. ¿Por qué razón un lenguaje escrito debe ser serial (únicamente una palabra a la vez)? Para ponerlo crudamente: porque sólo tenemos una boca con la que hablar. Los ideogramas de los japoneses y de los chinos muestran que es posible que los lenguajes escritos logren desamarrar sus ataduras orales, si es que no se despojan de ellas por completo. Un sistema de símbolos que no pudieran ser «pronunciados», o que fuera tridimensional (con una especie de palabras— escultura), o que dependiera fuertemente del uso del color, ¿contaría como lenguaje? La idea misma de la lectura silenciosa —¡por no mencionar la lectura sin mover los labios!— apareció mucho más tarde en el desarrollo de la escritura (en el Medioevo, afirman los historiadores; véase, por ejemplo, Saenger, 2000). Por supuesto, la escritura arcaica es también un vestigio de pronunciaciones anteriores. <<
[10] Blackmore (1999:197) sostiene que no sólo es posible, sino también muy probable, que el «impulso memético» explique nuestro amor por los rituales: la gente respondería de un modo variable a las idiosincrasias en los rituales culturalmente transmitidos, y esto crearía un ambiente selectivo nuevo en el que la apreciación y el talento para llevar a cabo dichas idiosincrasias serían seleccionados genéticamente, del mismo modo en que el talento por el lenguaje fue seleccionado genéticamente una vez que el lenguaje se puso en marcha. En otras palabras, lo que comenzó como un deseo goloso, más o menos indiferenciado, por el ritual, pudo evolucionar genéticamente en un deseo goloso por las versiones supernormales de las idiosincrasias locales. Éste sería un caso de coevolución gen-cultura que fue conducido por la exploración cultural del espacio de posibilidades, una posible extensión del efecto Baldwin, en el que las innovaciones en el comportamiento que los individuos alcanzan a lo largo de sus vidas (innovaciones que descubren o que aprenden) pueden crear y enfocar las presiones selectivas que, eventualmente, conducirán a una proclividad innata por llevar a cabo dichas innovaciones, una manera no lamarckiana en la que las características adquiridas pueden influir sobre la evolución de las características genéticamente determinadas (véase Dennett, 1995b, 2003a, 2003d). <<
[11] Algunos lectores pueden estar aburridos por mi persistente referencia a los memes en este capítulo, pues los antropólogos, Boyer y Atran, así como su mentor Sperber, cuyo trabajo tan favorablemente examino aquí, se unen en su rechazo a la perspectiva de los memes, tal y como lo hacen bastante explícito en sus libros y artículos. Por algún tiempo he estado discutiendo este asunto con ellos, tanto por escrito (Dennett, 2000, 2001a, 2001b, 2002b [reproducido aquí como el apéndice A], y especialmente 2005b; véase también Sperber, 2000) como en conferencias. Pienso que ellos están cometiendo un error, pero éste es un desacuerdo un tanto técnico que podría convertirse en una distracción para la mayor parte de los lectores. Aun así, como se necesita de una réplica a sus objeciones, ésta se ofrece en el apéndice C. Recomiendo también otros ensayos en Aunger (ed.) (2000), donde aparece Sperber (2000); y Laland y Brown (2002: cap. 6). <<
[12] Gracias a Dan Sperber por hacer estallar este globo al llamar mi atención sobre el texto de Mahadevan y Staal (2003), del que extraje este pasaje. <<
[13] Para una vivida aunque controvertida introducción a esta área, que ahora está un poco desactualizada, véase Ruhlen (1994). Para una perspectiva general del estado actual de la ciencia, véase Christiansen y Kirby (eds.) (2003). Otros estudios que invitan a la reflexión son los de Carstairs-McCarthy (1999), y Cavalli-Sforza (2001). <<
[14] Curiosamente, la natación resulta ser un caso intermedio: al contrario de correr o caminar, las brazadas en natación tienen toda una historia memética. A fines del siglo XIX, un inglés, Arthur Trudgen, llevó a Inglaterra la manera en la que los nativos americanos nadaban (al poco tiempo, este estilo comenzó a ser llamado el «trudgeon» o «el crol de Trudgen» en honor a este vector memético). Sin embargo, erró en la copia del pataleo y utilizó la patada de «rana» del estilo pecho en lugar del pataleo de «tijera» utilizado por los nativos americanos. Este error de transmisión fue corregido por Richard Cavill en 1902. El estilo de crol frontal de hoy en día es el descendiente de esa mejora relativamente reciente. Aunque, probablemente, otras versiones del crol deben haber sido inventadas y reinventadas numerosas veces a lo largo de los años, dado que éste es claramente superior a cualquier otra forma conocida de autopropulsión a través del agua y a gran velocidad. No por nada en la natación competitiva este Buen Truco es conocido como estilo libre. La única regla del estilo libre es que se debe subir a la superficie de vez en cuando (y esta regla fue introducida para prevenir que los nadadores experimentaran con peligrosas brazadas bajo el agua, que podrían llegar a ahogarlos en caso de desmayo). En el estilo libre, si uno puede y quiere, puede mejorar la brazada frontal. [La expresión en el cuerpo de texto que precede a esta nota al pie y que he traducido por «cada cual tiene sus gustos» es, en inglés, «different strokes for different folks». El término «strokes», que aquí es idiomático, significa también «estilo» o «brazada» cuando se refiere a natación. De ahí la transición del contenido del texto a la nota al pie. (N. del T.)] <<
[15] Nótese que hoy, gracias a la escritura y a otros medios de almacenamiento, esto no es un problema, de modo que una religión no necesita ya de dichos rituales regulares unisonantes para mantener el texto puro. No obstante, una religión que haga opcionales a los rituales corre el peligro de sucumbir por otras razones. <<
[16] Atran (2002) y Lawson y McCauley (2002) proporcionan críticas detalladas de las hipótesis de Whitehouse (1995, 2000) y otros. <<
[17] La Segunda Regla de Orgel es: «¡La evolución es más astuta que tú!» (Dennett, 1995b: 74). Stark y Finke (2000) sostienen que muchas «reformas» religiosas, ejecutadas consciente y deliberadamente en tiempos recientes, deshacen el inteligente trabajo de diseño implícito en las prácticas religiosas tradicionales. Ellos sostienen que es un serio error de diseño hacer que los rituales religiosos sean muy fáciles, muy poco costosos y muy poco dolorosos. <<
* El término inglés es «stewardship», comúnmente traducido por «administración». Sin embargo, la acepción de «steward» a la que el profesor Dennett alude en este texto no es precisamente la de un administrador, sino la de un encargado, o, mejor, la de un guardián. De ahí que en lo que sigue el término «steward» se traduzca por «guardián», y «stewardship» por «protección» —en tanto es esto lo que hace un guardián—. [N. del T.] <<
[1] El etnomusicólogo Jeff Todd Titon me presentó la música de la prédica del evangelio en su análisis pionero del arte de John Sherfey (Titon, 1988); puede verlo y oírlo por usted mismo en su video documental Powerhouse for God (Documentary Educational Resources, 101 Morse Street, Watertown, MA 02472). Docenas de sermones de C. L. Franklin en Detroit y en Memphis fueron grabados y emitidos a nivel nacional por Chess Records, y se encuentran disponibles a través de varios sitios Web. <<
[2] También es posible que algunos elementos estables en los leks sean transmitidos por imitación, no a través de los genes —lo que es otro caso de tradición animal, no de instinto (Avital y Jablonka, 2000)—. Estudios de inter-adopción, en los que los huevos de los pájaros de una tradición lek fueran incubados y criados por pájaros de un lek diferente, podrían arrojar luz sobre este asunto. <<
[3] Las obras recientes más accesibles respecto de este tema son Pinker (1994); Deacon (1997) y Jackendoff (2002). <<
[4] Y sí, efectivamente, el péndulo está volviendo atrás en lo relativo a los bronceados. Ahora resulta que la luz del sol (con moderación) es tan buena para uno que la protección de la piel que muchos dermatólogos recomendaron fue excesiva. Es difícil mantenerse al día con toda esta información, así que, por lo general, sencillamente no cuestionamos aquello que «todo el mundo sabe». <<
[5] Debo enfatizar este punto para mantener a raya a los bien intencionados pero desacertados multiculturalistas: las entidades teóricas en las que estas poblaciones tribales francamente creen —los dioses y otros espíritus— no existen. Estas personas están equivocadas, y usted lo sabe tan bien como yo. Es posible que personas sumamente inteligentes tengan una teoría muy útil pero equivocada, y no tenemos que pretender lo contrario para demostrar respeto por estas personas ni por sus costumbres. <<
[6] En una discusión importante pero muy poco apreciada, Sperber (1985: 49 y ss.) propone que llamemos a estos estados cognitivos indeterminados representaciones semiproposicionales. Éstas son las «ideas medio-entendidas» que todos usamos cada día, y que típicamente son convertidas en representaciones propiamente preposicionales únicamente bajo la presión de la indagación sistemática. Este hipotético proceso tipo folie-à-deux de generación teológica es similar al modelo de «generar y probar» de la producción de sueños y de la generación de alucinaciones descrito en Dennett (1991a: cap. 1). <<
[7] Estoy adoptando aquí la voz activa del «meme egoísta»; es el mismo recurso taquigráfico que utilizamos cuando decimos que el VIH «ataca», «se esconde» y que «ajusta su estrategia» en respuesta a nuestros esfuerzos por erradicarlo. Las ideas no tienen mente, al igual que no la tienen los virus ni las bacterias. No obstante, con miras a la utilidad y a la capacidad de predicción, éstas pueden ser descritas como si fueran egoístas y astutas. <<
[8] Hace muchos años publiqué un artículo acerca del dolor (Dennett, 1975, reimpreso en 1978) que incluía algunos hechos sobrecogedores acerca del uso, por parte de los anestesiólogos, de amnésicos para borrar recuerdos posquirúrgicos del dolor experimentado por pacientes, insuficientemente anestesiados, durante la cirugía. Varios anestesiólogos que leyeron este texto en borrador me imploraron que no publicara estos detalles en una revista que no fuera médica, pues esto haría que sus trabajos fueran más difíciles. Cualquier cosa que eleve la ansiedad de los pacientes antes de la cirugía hace más difícil la inducción de la anestesia segura y, por lo tanto, es más peligroso para ellos, por lo que es mejor mantener esta información en el lugar al que pertenece: restringida a la comunidad médica. Es éste el caso más razonable que conozco en el que a la gente le podría ir mejor si permanece en la ignorancia —pero estas razones no tuvieron el suficiente peso como para disuadirme—. Tal vez valdría la pena que usted se preguntase si aprobaría la política de que los médicos tengan un conocimiento secreto que les fuera sistemáticamente ocultado a sus pacientes, y a toda costa. <<
[9] La teoría de que toda la religión no es más que este Priestertrug, esta decepción o manipulación por parte de los sacerdotes para su propio beneficio, tiene una historia que se remonta a Diderot y a la Ilustración. «Pero aun así, a pesar de las sospechas tanto antiguas como modernas, a pesar de la intachable existencia de astucia y engaño entre los humanos, la hipótesis de la decepción pura no explica nada», afirma Burkert (1996:118). Pero esta afirmación es muy fuerte: quizá no explique todo, pero explica muchas características de las religiones del mundo, desde los fraudes de la curación psíquica hasta los peores abusos del teleevangelismo. <<
[1] Una tradición hablaría aquí en términos de preocupación «desinteresada» [«selfless» caring. Selfless también significa «sin yo». (N. del T.)], pero dado que esta tradición inevitablemente invita a objeciones respecto de lo supuestamente incoherente que resultaría un verdadero desinterés, prefiero pensar en ello como una posibilidad para extender el dominio del yo. He aquí una buena razón: supuestamente, los agentes «desinteresados» no son de ningún modo inmunes a los problemas que aquejan a los agentes egoístas descritos por los economistas. Digamos que soy un agente en una situación de negociación, o en un dilema del prisionero, o que se enfrenta a una oferta coercitiva, o a un intento de extorsión. Mi problema no se ve resuelto, o disminuido, o siquiera significativamente ajustado, si el «yo» [self] que estoy protegiendo es distinto a mi propio yo —si no estoy tratando de salvar mi propio pellejo, por así decirlo—. Un extorsionador o un benefactor que sepa qué es lo que me preocupa se encuentra en la posición de encuadrar la situación de tal modo que puede dar su golpe en el lugar de mi interés, sin importar qué sea lo que me interese. (El material de esta nota al pie y el del texto del párrafo al que está vinculada ha sido extraído de Dennett, 2001b y 2003b.)<<
* El juego de palabras es intraducibie. La expresión en inglés «to look out for number one» —literalmente, «cuidar del (o al) número uno»— se utiliza para referirse a la acción de anteponer el interés propio. Sin embargo, como el autor se pronunciará respecto del referente de la frase nominal «el número uno» [number one] inserta en la expresión, he preferido traducirla literalmente, manteniendo también las mayúsculas originales. Que el lector conserve en mente, sin embargo, el significado figurado de la misma. [N. del T.] <<
[2] Manji (2003: 59) nos proporciona un ejemplo muy diciente: el deliberado chapoteo del ijtihad, la tradición musulmana de investigación que floreció hasta el siglo X (y que explica los gloriosos logros artísticos e intelectuales del temprano Islam): «A guisa de proteger de la desunión a la nación musulmana del mundo entero (cosa que se conoce como fitna y que se considera un crimen), los académicos autorizados de Bagdad formaron un consenso para congelar el debate en el interior del Islam. Ellos se beneficiaron del patronato y no estaban dispuestos a trinar una oda a la apertura cuando sus amos deseaban líricas más estrictas […]. Lo único que esta estrategia imperial ha conseguido es engendrar la más obstinada opresión de musulmanes por musulmanes: el encarcelamiento de la interpretación».
Lo que se ha divulgado, nos recuerda Manji, es la «imitación de la imitación», un mecanismo de mejora de la fidelidad en la copia como aquellos analizados en el capítulo 5, sólo que en este caso es deliberadamente diseñado por guardianes, para eliminar todas las mutaciones exploratorias antes de que se divulguen. <<
[3] El libro de Wilson rebosa en análisis y evidencia importante, pero resulta decepcionante para los teóricos de la evolución que la maquinaria de la teoría de la selección de niveles múltiples, tan vigorosamente desarrollada y defendida por Sober y Wilson en Unto others (1998), no se utilice aquí. Nunca vemos ningún análisis de datos empíricos que muestren poblaciones de grupos disolviéndose periódicamente en sus constituyentes y re-formándose en grupos con proporciones más altas de altruistas, por ejemplo. No vemos que haya una replicación diferencial grupal en absoluto —excepto por algunos comentarios atormentadoramente informales, al final del libro, respecto del modo en que las religiones establecidas dieron a luz a las sectas— En una nota al pie de página (la nota 3 de la página 14), reconoce estas complicaciones: «Si los grupos permanecen permanentemente aislados los unos de los otros, la ventaja local del egoísmo seguirá su curso en el interior de cada grupo y llevará al altruismo a la extinción. Debe haber un sentido en el que los grupos compitan entre sí en la formación de los nuevos grupos, aunque la competencia no necesita ser directa» (ibid.: 235). Pero éste es el único lugar en el libro en el que se tratan estas complicaciones, además de algunas cuantas declaraciones sin fundamento como ésta: «En general, los mecanismos de control social no alteran la conclusión básica de que las adaptaciones a nivel del grupo requieren de un proceso correspondiente de selección grupal» (ibid.: 19). Sin embargo, esta aseveración necesita de una defensa mucho más cuidadosa, y depende críticamente de la definición de selección grupal que se utilice.<<
[4] En su lista de teorías de la página 45, define la teoría de los memes como «1.3. La religión como un «parásito» cultural que con frecuencia evoluciona a expensas de los individuos y los grupos humanos». <<
[5] No se trata, simplemente, de que muchas de las cosas que dice Wilson para apoyar su teoría de la selección grupal puedan traducirse fácilmente al discurso memético, para luego ser usadas en apoyo de la teoría de la selección memética. Wilson (2002:119) reconoce que su teoría de la selección grupal depende de la existencia de la evolución cultural: «[…] es importante recordar que las comunidades morales, que tienen más que unos cuantos cientos de individuos, son «connaturales» en lo concerniente a la evolución genética, pues, por lo que sabemos, ellas nunca existieron antes del advenimiento de la agricultura. Esto significa que los mecanismos que evolucionaron culturalmente son absolutamente requeridos para que la sociedad humana pueda mantenerse unida por encima del nivel de los grupos tipo cara-a-cara». Y dado que, como afirma Wilson, las características excelentes de una religión a menudo son copiadas por otras religiones con las que ésta no tiene relación, él está ya comprometido a seguirle la pista a la facilidad con la que salta de anfitrión en anfitrión, por medio de innovaciones que son bastante independientes de cualquier transmisión «vertical» de características a grupos descendientes. Wilson sostiene una variedad de argumentos muy importantes que en realidad no pueden entenderse sino como una tácita revisión del «punto de vista del meme», de modo que uno podría considerar mi «alternativa memética moderada» como si fuera una amistosa enmienda, si bien me temo que Wilson seguirá cargando la antorcha de la selección grupal. Después de todo, es ése el meme a cuya difusión le ha dedicado su carrera. <<
[6] Por supuesto que el hecho de que los ofenda la teoría del lado de la oferta no constituye, por sí mismo, un argumento en su contra. Tampoco lo es la aseveración (que muchos hacen) de que ellos no se consideran a sí mismos como si estuvieran tomando decisiones racionales de mercado a propósito de su religión. Puede que se estén engañando a sí mismos en cuanto a sus verdaderos procesos de pensamiento. Pero, si no intervinieren otros factores (que bien podrían intervenir), el hecho de que las personas respondan con descrédito y ultraje cuando consideran las teorías de la prioridad de la oferta ofrece algo de evidencia en favor de que la aparente sensatez de estas teorías puede no ser tan obvia como les gusta asegurar a Stark y a sus colegas. Para una crítica detallada de las teorías de decisión racional de la religión, véase Bruce (1999). <<
[7] Un análisis introductorio a la reciente literatura se ofrece en Dennett (2003c: cap. 7, «La evolución de la agencia moral»). <<
[8] Citado en Armstrong (1979: 249). <<
[9] En mi terminología, los dioses, en tanto que seres conscientes, son sistemas intencionales de nivel superior, agentes racionales con quienes se puede conversar, negociar, discutir, a quienes se les puede hacer promesas y a quienes pueden solicitárseles promesas. Es difícil imaginar cuál es la idea de hacerle una promesa a El Fundamento de Todo Ser. <<
[10] Los modelos de Bowles y Gintis (1998: 347) están referidos a la evolución de los memes en el interior de las comunidades, aunque ellos prefieren no utilizar el término: «[…] adoptamos la perspectiva evolucionista según la cual la clave para entender los comportamientos, en las clases de interacciones sociales que estamos estudiando, es la replicación diferencial: los aspectos durables del comportamiento, incluidas las normas, pueden ser explicados por el hecho de que éstos han sido copiados, retenidos, difundidos y, por tanto, replicados, mientras que no ha sido así con otros rasgos». Y luego continúan señalando que estos efectos no son el resultado de mecanismos de selección grupal (ibid.: 349), aun cuando expliquen las adaptaciones tipo organismo que exhiben las comunidades. <<
[1] Como recientemente observó Richard Lewontin (2004: 39), «para sobrevivir, la ciencia debe exponer la deshonestidad, pero cada una de estas revelaciones produce cinismo acerca de la pureza y de la actitud desinteresada de la institución, y da ánimos al antirracionalismo ideológico. La revelación de que la paradójica calavera fósil del hombre de Piltdown era, de hecho, un engaño, fue un gran alivio para los perplejos paleontólogos, pero también fue la causa de gran exultación en los tabernáculos de Texas». <<
[2] Para una discusión sobre Nietzsche y su respuesta filosófica a la teoría de Darwin de la evolución por selección natural, véase mi libro La peligrosa idea de Darwin (1995b). <<
[3] Hay diferencias significativas entre cáncer de mama (Li y Daling, 2003), hipertensión, diabetes, tolerancia al alcohol, y muchos otros trastornos bien estudiados. Para obtener una visión general, véase Health Sciences Policy (HSP) Board (2003). <<
[4] Thomas Kuhn, en The structure of scentific revolutions [trad. esp.: La estructura de las revoluciones científicas, México, FCE, 1971] (1962), es el padrino de todas las discusiones subsiguientes, y debe señalarse que el libro de Kuhn es, quizás, el gran campeón de todos los tiempos en la categoría de Clásicos Entusiastamente Malinterpretados. Es un libro maravilloso, a pesar de los malos usos a los que se ha visto sujeto.<<
[5] Newberg, D'Aquili y Rause titularon su libro de 2001 Why God won't go away: Brain science and the biology of belief, y aseguran haber mostrado a partir de «cuidadosa ciencia convencional» (p. 141) las «convicciones profundas y neurobiológicamente soportadas que hacen a Dios real» (p. 164). Pero el Dios que ellos aseguran haber descubierto al estudiar la «neurología de la trascendencia» es algo que llaman Ser Absolutamente Unitario, lo que es tan indefinible que ni yo mismo tengo idea de si creo o no en eso. (Yo creo que algo existe —¿acaso el Ser Absolutamente Unitario es eso?—. Los autores reconocen que «si el Ser Absolutamente Unitario es real, entonces Dios, según todas las personificaciones con que los humanos lo conocen, sólo puede ser una metáfora» (p. 171). En otras palabras, no hay nada en su neurociencia con lo que un ateo tendría que estar en desacuerdo. <<
[6] En la deliciosa novela de Lee Siegel, Love and other games of chance (2003), hay un personaje que ha escrito un libro religioso muy exitoso titulado He's not called God for nothing. Piénsenlo. <<
[7] La misma renuencia envenena los debates acerca del creacionismo y el «Diseño Inteligente». En un extremo están los creacionistas «de la Tierra Joven», quienes niegan que nuestro planeta tenga miles de millones de años de edad y defienden hipótesis hilarantes para «explicar» no sólo los fósiles sino todo el resto de la evidencia. Y luego están otros abogados del Diseño Inteligente, que en cierta medida son un poco más razonables, dispuestos a reconocer la edad del planeta, el registro fósil y, de hecho, el que todas las plantas y los animales descienden de un mismo ancestro unicelular común, pero que sin embargo piensan que pueden probar que aún hay lugar para que un Diseñador Inteligente haya hecho algo. Cuando se los presiona en privado, algunas veces estos pensadores más sofisticados reconocen que el sinsentido de los creacionistas de la Tierra Joven es una mezcla de fantasía y de fraude, si bien no lo dirían en público. Y luego se quejan amargamente de que la comunidad científica los ignora: «¡Nosotros sí somos serios con esto! —insisten—, pero, por favor, no nos pidan que reconozcamos la falsedad de las versiones más tontas de nuestra posición». No. No si uno quiere jugar en las grandes ligas. <<
[8] Para un examen actualizado de la situación alrededor de 1980 (junto con algunas propuestas mías bastante contenciosas) recomiendo ver Dennett (1982, reimpreso en 1987). Recientemente eché un breve vistazo a la literatura sobre este tema que se ha apilado desde entonces y concluí que la intervención de un cuarto de siglo de esfuerzo no ha producido nada que pueda cambiar sustancialmente las opiniones que sostuve en 1982, si bien muchos filósofos disentirían vehementemente, por supuesto. <<
[9] Cannon (1957:186) es una clásica exploración de la extendida sabiduría popular que sostiene que los hechizos malignos en realidad han matado gente. Él concluye que, en efecto, no hay razón para sostener que es imposible inducir la muerte de alguien tras debilitarlo fatalmente. «En medio de su terror [la víctima] se rehúsa a comer y a beber, un hecho que muchos observadores no han advertido y que, como veremos más adelante, es sumamente significativo para una posible comprensión del lento arranque de la debilidad. La víctima «se echa a morir»; su fortaleza —parafraseando las palabras ya citadas en un reporte gráfico— se agota como si fuera agua, y en el curso de uno o dos días [ella] sucumbe». <<
* El famoso lema de AA reza, en el original inglés, «Fake it until you make it». [N. del T.] <<
** William James, Las variedades…, op. cit., p. 69. [N. del E.] <<
[10] En Dennett (1978) propuse una distinción entre creencias y «opiniones», que son (a grandes rasgos) oraciones que uno apostaría que son ciertas (incluso si uno no las entiende enteramente). Sperber (1975) trazó una división similar entre creencias intuitivas y reflectivas, y en Sperber (1996), se ha expandido y revisado este análisis. <<
[11] Véase también Palmer y Steadman (2004) sobre la táctica adaptativa de literalización de las metáforas. <<
[12] Escuché esta idea, bastante deprimente, en 1982, cuando la compradora de derechos de una importante editorial de libros de bolsillo me dijo que la compañía no iba a subastar los derechos de la edición en rústica de The mind's I, la antología de filosofía y ciencia que Douglas Hofstadter y yo habíamos editado, pues era «demasiado claro como para convertirse en un libro de culto». Advertí lo que ella quería decir: en realidad nosotros explicamos las cosas tan cuidadosamente como pudimos. John Searle me contó alguna vez sobre una conversación que había tenido con el difunto Michel Foucault: «Michel, si eres tan claro conversando, ¿por qué tu trabajo escrito es tan oscuro?». A lo que Foucault replicó: «Eso es porque, para poder ser tomado con seriedad por los filósofos franceses, el veinticinco por ciento de lo que uno escribe tiene que ser un sinsentido impenetrable». He acuñado un término para esta táctica, en honor al candor de Foucault: eumerdificación (Dennett, 2001a). <<
[13] El Profesor Fe es el sucesor de Otto en Consciousness explained (1991a), y de Conrad en Freedom evolves (2003c), y no debe ser identificado con ningún interlocutor real que yo haya tenido, sino más bien con la mejor expresión que puedo inventar a partir de las objeciones que, con frecuencia, he escuchado. <<
* La OSS, u Oficina de Servicios Estratégicos, fue una organización de inteligencia norteamericana que antecedió a la CIA. [N. del T.] <<
* La cita pertenece a la edición española: Ludwig Wittgenstein, Investigaciones filosóficas, México, Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM/Crítica, 1988, p. 245 [N.del E.]. <<
[14] Los filósofos han empleado décadas inventando experimentos mentales diseñados para probar o para refutar el principio de indeterminación de la traducción radical de W. V. O. Quine (1960): la sorprendente aseveración de que en principio podría haber dos modos diferentes de traducir un lenguaje natural a otro lenguaje natural, sin que hubiera ninguna evidencia en absoluto que pudiera decir cuál era el modo correcto de traducir el lenguaje. (Quine insistió en que, llegado el caso, no habría un modo correcto; cualquier modo sería tan bueno como otro, y no habría nada más que decir). El caso de Philby puede ayudarnos a ver que su aseveración no es tan increíble como podría parecer al principio. El apéndice D presenta una breve discusión acerca de este punto (probablemente, sólo para filósofos). <<
[15] Los filósofos reconocerán que ésta es una aplicación de la teoría del significado de Quine (1960), y una extensión de su observación de que en la gran «red de creencias», los enunciados teóricos que se encuentran lejos de la periferia de la confirmación y la refutación empírica deben exhibir más inmediatamente la inescrutabilidad en su referencia. <<
[16] El teorema de Gödel sostiene que si uno trata de axiomatizar la aritmética (del modo en que la geometría plana es axiomatizada por Euclides —¿recuerda la geometría de la secundaria?—) entonces su sistema de axiomas será o bien inconsistente (lo que uno, ciertamente, no desea, pues si es así, entonces cualquier cosa, tanto verdades como falsedades, pueden ser demostradas a partir de axiomas inconsistentes) o incompleto —habrá al menos una verdad de la aritmética, la oración Gödel del sistema, que nunca podrá ser demostrada a partir de sus axiomas—. El teorema de Gödel puede ser demostrado a priori, pero para lograr que tenga alguna aplicación en el mundo real (por ejemplo, para describir limitaciones en máquinas de Turing reales implementadas), hay que agregar una o dos premisas empíricas, y aquí es donde aparecen los problemas de interpretación para confundir al supuesto dualista, por ejemplo. Véase «The abilities of men and machines», en Dennett (1978), y el capítulo sobre Roger Penrose en Dennett (1995b). <<
[17] Por supuesto, puedo estar equivocado. Hay varios religiosos de gran valía que han criticado mi libro (y muchos desesperados que lo han malinterpretado). La reseña negativa del metafísico cristiano Alvin Plantinga (1996), disponible (junto con otros ensayos sobre estos temas) en su sitio de Internet en http://id-www.ucsb.edu/fscf/library/plantinga/dennett.html, es un buen lugar para empezar, ya que, si bien no puede resistirse a malinterpretar algunos de mis argumentos, explica sin embargo muy claramente el poder del desafío darwiniano a su cristiandad. Por ejemplo, no se hace la más mínima ilusión respecto de los dos «magisteria» de Stephen Jay Gould discutidos en el capítulo 2. Si el darwinismo está en lo cierto, muchas de las más apreciadas doctrinas cristianas estarán en problemas, razón por la cual él —un metafísico, no un filósofo de la ciencia— toma la responsabilidad de respaldar algunos de los malos argumentos de la comunidad del Diseño Inteligente. Plantinga, en sus muchos libros y artículos, ha sido también un infatigable e ingenioso defensor de los argumentos a priori de la teología, entre ellos algunos intentos por rebatir el argumento favorito de los ateos, el Argumento del Mal, que se ha vuelto a oír bastante a raíz del tsunami en el Océano Indico. Para contrarrestar a Plantinga, recomiendo un viejo libro de John Mackie, The miracle of theism: Arguments for and against the existence of God, el tratamiento más paciente y favorable, si bien riguroso e implacable, que haya encontrado jamás. <<
[18] Descartes planteó la cuestión de si Dios había creado las verdades matemáticas. Su seguidor Nicolas Malebranche (1638-1715) expresó con solidez que estas verdades no necesitan principio, pues eran tan eternas como otras cosas podrían serlo. <<
* Percíbase el juego de palabras. El original dice «the future looks bright», que literalmente significa «el futuro se ve brillante»; figurativamente: «el futuro parece bright» (véase al respecto la N. del T. del capítulo 1, p. 40). [N. del T.] <<
* William James, Las variedades…, op. cit.,p. 61. [N. del E.] <<
* David Hume, Historia natural de la religión, op. cit, p. 95. [N. del E.]<<
* La cita pertenece a la edición española: Clifford Geertz, La interpretación de las culturas, Barcelona, Gedisa, 1987, p. 20. [N. del E.] <<
[1] Para un ejemplo reciente, véase Dupré (2001). Habría preferido ignorarlo, como recomiendo hacerlo, pero dado que se me pidió reseñarlo, decidí aprovechar la ocasión para realizar una amonestación (Dennett, 2004). Acerca de los lamentables excesos del posmodernismo, véase también Dennett (1997). <<
* William James, Las variedades…, op. cit. p. 365. [N. del E.] <<
* William James, Las variedades…, op. cit. p. 141. [N. del E.] <<
[2] De acuerdo con Burkert (1996:141), Diágoras expresó el mismo punto varios milenios antes: «Mira todos estos regalos votivos, le dijeron a Diágoras, el ateo, en el santuario de Samotracia, donde habitan los grandes dioses, famosos por salvar a la gente de los peligros del mar. Habría muchos más votivos —respondió impávidamente el ateo— si todos aquellos que se han ahogado en el mar tuvieran la posibilidad de construir monumentos». <<
[3] Como lo discutí en el capítulo 7, Stark y Fine (2000) argumentan que el sacrificio costoso es de hecho uno de los atractivos importantes de la religión; pero esto es así sólo porque «uno obtiene aquello por lo que paga» y la salud y la prosperidad pueden ser una parte de lo que se obtenga. <<
[4] Ha habido mucha investigación alrededor de este tema. Algunos de los mejores estudios son: Elison y Levin (1998); Chatters (2000); Sloan y Bagiella (2002) y Daaleman et al. (2004). <<
[5] En 1996 el Papa Juan Pablo II (1996) declaró que «el nuevo conocimiento nos lleva a reconocer en la teoría de la evolución algo más que una hipótesis», y aunque muchos biólogos se alegraron ante este reconocimiento de la teoría fundamental que unifica toda la biología, advirtieron consternados que él seguía insistiendo en que la transición del mono al hombre involucró una «transición hacia lo espiritual» que no podría ser explicada por la biología: «Consecuentemente, las teorías evolucionistas, que de acuerdo con la filosofía que las inspira consideran que el espíritu emerge de las fuerzas de la materia viva o que es un mero epifenómeno de dicha materia, son incompatibles con la verdad acerca del hombre. Tampoco son capaces de fundamentar la dignidad de la persona […]. Las ciencias de la observación describen y miden las múltiples manifestaciones de la vida, cada vez con más precisión, y las correlacionan con la línea del tiempo. El momento de transición hacia lo espiritual no puede ser el objeto de este tipo de observación, la cual puede sin embargo descubrir en el nivel experimental una serie de signos valiosos que indican lo que es específico del ser humano». Más recientemente, Christoph Schönborn, el cardenal Católico Romano de la arquidiócesis de Viena, publicó un ensayo en las editoriales públicas del New York Times (7 de julio de 2005) deplorando las tergiversaciones de esta carta como si estuviera apoyando a la evolución, y enfatizando que la posición oficial de la Iglesia Católica Romana, en realidad, es la de oponerse a la teoría neodarwinista de la evolución por selección natural. El espectáculo de los obispos y de los cardenales católicos romanos inculcándoles a los fieles la falsedad de la biología neodarwinista sería cómico si no fuera un claro recordatorio de aquella triste historia de persecución a los científicos cuyas teorías eran doctrinalmente inconvenientes.
De acuerdo con el arzobispo Schönborn, los católicos pueden utilizar «la luz de la razón» para llegar a la conclusión de que «la evolución en el sentido neodarwiniano —un proceso sin guía ni plan de variación aleatoria y selección natural»— no es posible; una conclusión firmemente refutada por las miles de observaciones, experimentos y cálculos de los expertos en biología que utilizan su propia luz de la razón. De modo que, a pesar de algunas concesiones importantes a lo largo de los años —y una apología oficial a Galileo varios siglos después de lo ocurrido— la Iglesia Católica Romana todavía se encuentra en la incómoda e indefendible posición de tratar de apoyarse en la autoridad científica cuando a los católicos les gusta lo que ésta concluye, al tiempo que llanamente la rechaza cuando contradice sus tradiciones. <<
* «El Cinturón de la Biblia» (The Bible belt) es un término acuñado por el periodista H. L. Mencken a principios del siglo XX para referirse a un área de los Estados Unidos en la que el protestantismo evangélico cristiano era un elemento predominante de la cultura. [N. del T.] <<
* Lung, el apellido del investigador principal, significa «pulmón». De ahí el chiste. [N. del T.] <<
[1] Algunos han citado el trabajo de encuestas realizado por McCleary (2003) y McClaery y Barro (2003) como si demostraran un vínculo entre la creencia en el cielo y el infierno y la posesión de una firme ética de trabajo; sin embargo, no se han descartado otras interpretaciones de su trabajo. La econometría es un campo en el que las posibles reorganizaciones de los datos suelen arrojar «resultados» notablemente diferentes, así que no es sorprendente que teóricos con otras convicciones hagan lecturas distintas. <<
[2] Los eruditos musulmanes difieren en la interpretación de los pasajes relevantes del Corán (y hadiz 2,562 en el Sunan al-Tirmidhi), pero éstos se encuentran en las escrituras sagradas y no han sido mal traducidos. <<
[3] Parlamentos anteriores se realizaron en Chicago: en 1893 en la Exposición de Columbia, en 1993 en Chicago, y en 1999 en Ciudad del Cabo. <<
[4] Éste era el título, en italiano, de una entrevista que me hizo Giulio Giorelli, publicada en Corriere della Sera, en Milán, en 1997. Desde entonces lo he adoptado como mi eslogan, y con él comencé mi libro de 2003, La libertad evoluciona. <<
[5] Un intento reciente para explotarla está en Jhonson (1996) («Daniel Dennett's dangerous idea». <<
[1] En La peligrosa idea de Darwin me uní a Ronald de Sousa en el menosprecio a la teología filosófica considerándola «tenis intelectual sin red» (1995b: 154), y mostré por qué apelar a la fe está literalmente por fuera de los límites del juego serio que es la investigación científica. Aunque ese pasaje ha atraído la furia de Plantinga (1996) y de otros, aún lo defiendo. Juguemos un verdadero tenis intelectual: con este libro estoy sirviendo, y apreciaría retornos serios, siempre con la red de la razón en alto. <<
[2] Estoy proponiendo esto con antelación, con la remota esperanza de prevenir la reacción usual: la burla defensiva. Considérense algunas de las respuestas al nuevo libro de Jared Diamond, Colapso (2005), según fueron descritas en el Boston Globe por Christopher Shea (2005): «Él es una de esas personas que —y no quiero sonar malicioso, ya que se trata de un escritor elegante— la mayor parte de los historiadores no toma seriamente, dice Anthony Grafton, profesor de historia europea en la Universidad de Princeton, quien considera que el trabajo de Diamond es «superficial». Libros como Guns, germs, and steel, nos dice, son menos importantes por sus argumentos que «por mostrar aquello a lo que los historiadores han renunciado»: una historia arrebatadora y grandilocuente que conecte todos los puntos creados por miles de monografías».
A mi juicio, el profesor Grafton no suena malicioso: suena complaciente. Quizás él y sus compañeros historiadores estén subestimando la fuerza de los argumentos «superficiales» de Diamond. No lo sabremos hasta que los tomen con suficiente seriedad como para deshacerse de ellos apropiadamente. Como dice el dicho: es un trabajo sucio pero alguien tiene que hacerlo. No todos nosotros, los evolucionistas, tenemos que tomar a los creacionistas seriamente, pues algunos de nuestros compañeros ya han hecho muy bien el trabajo, y nosotros lo hemos revisado y aprobado (véase la nota 3 del capítulo 3). Una vez que los historiadores hayan rebatido debidamente las tesis de Diamond con el mismo cuidado, entonces podrán volver a ignorar sus argumentos, si es que no han sido persuadidos. Para ver otra respuesta a la respuesta de Diamond, véase la reseña de Gregg Easterbrook (2005) y mi réplica (Dennett, 2005c). <<
[3] Los investigadores que han alcanzado los titulares son Michael Persinger (1987), Vilayanur Ramachandran et al. (1997; para la popular explicación de Ramachandran, véase Ramachandran y Blakeslee, 1998), y Andrew Newberg y Eugene D'Aquili (Newberg et al., 2001). Las posibilidades y las desventajas conectadas con este trabajo son discutidas con justicia por Atran (2002: cap. 7, «Ondas de pasión: la neuropsicología de la religión»). Véase también Churchland (2002), y Shermer (2003) para buenas reseñas sobre la religión y el cerebro. El libro más reciente de Dean Hamer (2004) se discutió en el capítulo 5. Hay otras personas trabajando en estos temas, pero lo mejor del trabajo reciente ha sido examinado por Atran. <<
[4] El nuevo campo de la neuroeconomía (por ejemplo, Montague y Berns, 2002; Glimcher, 2003) está progresando gracias a los avances en el pensamiento económico y a la nueva tecnología de neuroimágenes. Para una discusión, véase Ross (2005: cap. 8). <<
[5] Un vistazo inicial a esta investigación políticamente delicada, aunque biológicamente segura, puede encontrarse en Ewing et al. (1974); Shriver (1997); Gilí et al. (1999); Wall et al. (2003). Para una cuidadosa evaluación de los peligros que hay que evitar al estudiar los factores genéticos en las enfermedades humanas, véase Duster (2005). <<
[6] Véase, por ejemplo, el volumen enciclopédico de Hill y Hood (1999), Measures of religiosity, que reseña cientos de diferentes sondeos e instrumentos. <<
[7] Es posible que estas preguntas parezcan demasiado descabelladas como para ser tratadas seriamente, pero no lo son. Los estudios han mostrado los sorprendentes efectos de diferencias aparentemente triviales. En algunas condiciones, las noticias del día sí importan (Iyengar, 1987). En una encuesta acerca de la felicidad personal (o bienestar subjetivo), si el que llamaba por teléfono les preguntaba a los sujetos «¿qué tal está el clima donde usted se encuentra?», entonces el clima no importaba, pero si el que llamaba por teléfono no formulaba esta pregunta tan inocua y el día estaba soleado, ¡las personas decían que eran significativamente más felices! Llamar la atención sobre el clima local hace que quienes contesten sean menos susceptibles de ser influidos imperceptiblemente por éste cuando responden a preguntas sobre otros temas (Schwarz y Clore, 1983). Para otros ejemplos, véase Kahnemann et al. (eds.) (2000). <<
[8] Shermer diseñó el estudio en colaboración con Frank Sulloway, un antiguo estadístico del MIT, estudioso de Darwin y autor de Born to rebel: Birth order, family dynamics, and creative lives (1996). Después de extensos estudios de prueba y luego de refinar los cuestionarios, los enviaron primero a los cinco mil miembros de la Sociedad Escéptica y recibieron más de mil setecientas respuestas. Luego enviaron la misma encuesta a una muestra aleatoria de diez mil personas a lo largo del país y recibieron cerca de mil respuestas. Las estadísticas mencionadas corresponden a la muestra aleatoria, no a los escépticos. Para algunos detalles, véase Shermer (2003). Shermer y Sulloway (en prensa) es la presentación formal de los resultados. <<
[9] Mi propia incursión en el diseño de cuestionarios me ha llevado a explorar otras posibles fuentes de distorsión, como el modo en el que las mismas preguntas reciben respuestas distintas en contextos diferentes (uno desafiante y otro amistoso). Definitivamente, hay diferencias significativas, pero éstas no sólo no son las que inicialmente esperamos, sino que también presentan ambigüedades entre varias interpretaciones diferentes, de modo que estamos diseñando estudios de seguimiento y aún no hemos enviado ninguno de nuestros resultados a revistas en las que sean evaluados por pares. A propósito, hemos intentado obtener una respuesta a la pregunta formulada en el capítulo 8, y que revisamos hace un momento, acerca de si supone alguna diferencia que la pregunta diga «Dios existe» y no «Creo que Dios existe» (totalmente de acuerdo, parcialmente de acuerdo…). Nuestros resultados preliminares sugieren que esta mínima diferencia en la formulación no genera ninguna diferencia cuando, por ejemplo, los enunciados son «Jesús caminó sobre el agua» versus «Yo creo que Jesús caminó sobre el agua». Pero estudios posteriores podrían descubrir un contexto que produjera resultados distintos. <<
[10] Citado en Stern (2003: XIII). <<
[11] Citado en Manji (2003: 90). <<
[12] Este párrafo y los anteriores fueron extraídos, con algunas revisiones, de Dennett (1999b). <<
[13] Scott Atran ha comenzado a estudiar a futuros líderes de Hamas en Palestina y en Gaza. Recomiendo la lectura de su importante editorial, «Hamas podría darle una oportunidad a la paz», New York Times, 18 de diciembre de 2004. <<
[14] Aunque ningún editor en lengua árabe se atrevería a publicar una traducción del libro de Manji, en Internet hay disponible una traducción en esta lengua, gratuita. Jóvenes musulmanes de todo el mundo pueden descargarla en discretos archivos en PDF para que sea leída, compartida y discutida, dando así origen a lo que Manji llama Operación Ijtihad. Ijtihad significa «pensamiento independiente», y éste floreció como una tradición durante el período más grandioso del islamismo, los quinientos años que comenzaron alrededor del 750 d. C. (Manji, 2003: 51). <<
[15] Irshad Manji afirma haber visto un cartel en una nueva escuela para niñas en Afganistán: «Educa a un niño y educarás sólo a ese niño; educa a una niña y educarás a toda su familia» (discurso pronunciado en la Universidad de Tufts, 30 de marzo de 2005). <<
* En yiddish, significa «audacia», «osadía» o —más exactamente— «tener agallas». [N. del T.] <<
[16] Un sondeo reciente de la revista Newsweek (24 de mayo de 2004) sostiene que el 55 por ciento de los americanos piensa que los fieles serán llevados al cielo el Día del Rapto, y el 17 por ciento cree que el mundo se va a terminar mientras estén vivos. Si este dato está siquiera cerca de ser exacto, sugiere que los creyentes en el fin de los días de la primera década del siglo XXI superan en número, y por un amplio margen, a los marxistas de entre las décadas de 1930 y 1950. Ahora bien, ¿qué porcentaje de estos adherentes esté preparado para dar algún paso, manifiesto u oculto, con el fin de acelerar el supuesto Armagedón, dado que nadie lo sabe? <<
* La «R» indica si el senador es republicano; la «D» si es demócrata. A la afiliación política sigue el nombre del estado al que representa. [N. del T.] <<
[17] Sharlet (2003: 55) proporciona una fascinante e inquietante introducción a esta organización poco conocida, que incluye la lista de estos congresistas (entre ellos unos cuantos que ya no están en el Congreso), y también describe algunos datos importantes de la historia de sus actividades a lo largo del mundo, que incluyen desde el Desayuno Nacional de la Oración hasta el apoyo secreto a movimientos y líderes políticos. Su actual líder, Douglas Coe, es descrito por la revista Time (7 de febrero de 2005, p. 41) como «el Persuasor Sigiloso». Sharlet comenta: «En el Desayuno Nacional de la Oración, George H. W. Bush alabó a Doug Coe por lo que describió como una «diplomacia silenciosa, no diría una diplomacia secreta», como «embajador de la fe». Coe ha visitado casi todas las capitales del mundo, con frecuencia acompañado por congresistas, «haciendo amigos» e invitándolos a los cuarteles generales no oficiales de la Familia, una mansión (justo al otro lado de la calle de Ivanwald) que la Familia adquirió en 1978 con $1.5 millones, donados, entre otros, por Tom Phillips, en ese entonces CEO de la fábrica de armas Raytheon, y Ken Olsen, el fundador y presidente de Digital Equipment Corporation». Pienso que debemos saber más acerca de las actividades de esta diplomacia silenciosa y no gubernamental, pues es posible que estén persiguiendo políticas antitéticas con aquellas de la democracia, gracias a la cual estos congresistas fueron elegidos como representantes. <<
[18] También necesitamos mantenernos informados nosotros mismos y, por extraño que parezca, esto se está volviendo cada vez más difícil. Solíamos pensar que el secreto era quizás el mayor enemigo de la democracia, y que en tanto que no hubiera supresión o censura se podía confiar en que la gente estaría tomando decisiones informadas que preservarían nuestra sociedad libre. Sin embargo, en años recientes hemos aprendido que las técnicas de desinformación y de mala orientación se han vuelto tan refinadas que, incluso en una sociedad abierta, un flujo astutamente dirigido de mala información puede aplastar la verdad, aun cuando la verdad esté a la luz, sin censura, silenciosamente disponible para cualquiera que pueda encontrarla. Por ejemplo, no temo que este libro sea censurado o suprimido, pero sí anticipo que estará (y que yo estaré) sujeto a despiadadas tergiversaciones cuando aquellos que sean incapaces de enfrentar honestamente sus contenidos busquen envenenar las mentes de quienes lo lean, o tal vez apartar su atención de él. En mi experiencia reciente, incluso algunos respetables académicos han sido incapaces de resistir la tentación de hacerlo (Dennett, 2003e). Tras esa experiencia, he hecho una lista con los pasajes de este libro que es más probable que resulten destrozados, fuera de contexto, y deliberadamente utilizados para tergiversar mi posición. No es ésta la primera vez que lo he hecho. En La conciencia explicada proporcioné una premonitoria nota al pie a un pasaje sobre los zombis (ni pregunten; no querrán saber), afirmando que «sería un acto de desesperada deshonestidad intelectual citar esta afirmación fuera de contexto» (1991a: 407, II), y, evidentemente, varios autores no pudieron resistirse a citarla fuera de contexto —aunque, por el hecho de que no estaban tan desesperados ni eran tan deshonestos, al menos tuvieron que citar también la nota al pie— En este caso, se necesitan medidas más fuertes, pues es más lo que está en juego. De modo que he mantenido mi listado sellado y listo para ser revelado con mi predicción de deliberadas tergiversaciones. Por ejemplo, ¿cuáles de mis pequeñas bromas, bastante inocuas en su contexto, serán blandidas para demostrar mi «intolerancia», mi «falta de respeto», mi «sesgo» anticristiano, antisemita y antimusulmán? (Como ustedes, cuidadosos lectores, sabrán muy bien, no discrimino a la hora de bromear, ni me rehúso a andar de puntillas por miedo a ofender a la gente —pues pretendo sacar fuera de juego la carta de «me siento mortalmente ofendido»—). Será interesante ver quién cae en mi trampa, si es que alguien lo hace. No serán aquellos lectores que tomen notas asiduamente. ¿O sí? <<
* La Quinta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos sostiene que, salvo en algunas excepciones, nadie estará obligado a responder por un delito que puede ser castigado con la pena capital, o por otro delito infame, a menos que haya sido antes acusado o denunciado por un jurado. [N. del T.] <<
[1] William Dembski, autor de numerosos libros y artículos que atacan la teoría de la evolución, con frecuencia se queja enérgicamente de que su trabajo «científico» no es tratado con respeto por los biólogos que trabajan en el área. Como coeditor de Unapologetic apologetics: Meeting the challenges of theological studies (2001), podrá encontrar razones para ello en sus propias prácticas. Para una crítica detallada del método de Dembski, recomiendo el sitio Web de Thomas Schneider, http://www.lecb.ncifcrf.gov/~toms/paper/ev/. <<
* En el original se lee: «Can you «pull yourself up by your own bootstraps»?». La expresión entrecomillada significa, literalmente, «levantarse a sí mismo con las arandelas de sus propias botas». De ahí el juego de palabras respecto de desafiar la ley de la gravedad. No obstante, su significado metafórico, con el que la he traducido, es el que juega el papel preponderante en lo que sigue. [N. del T.] <<
[2] Este párrafo ha sido extraído de Dennett (2003c: 303). <<
[3] La mayor parte de este inmenso incremento en masa con respecto a la naturaleza «salvaje» se debe a nuestros ganados y mascotas, que ahora superan nuestro peso total en una proporción de casi tres a uno. Es difícil calcular la proporción entre las plantas domésticas y las plantas salvajes, pero es evidente que también ella ha cambiado espectacularmente. <<
* Para que el juego de palabras no pase desapercibido: en inglés «cutting edge» significa, en sentido literal, «filo» o, más precisamente, «borde afilado». Y en sentido figurado significa «lo que está a la vanguardia», como en «la tecnología de vanguardia» o «la medicina de vanguardia». De ahí la metáfora. [N. del T.] <<
* «Rock of ages» —literalmente, «La roca de las edades»— es el título de un popular himno cristiano. [N. del T.] <<
* «Joshua», «Judges» y «Ruth» son, en inglés, los nombres de los libros sexto, séptimo y octavo del Antiguo Testamento: Josué, Jueces y Rut. Pero en inglés, «judges» es tanto el plural de «juez» como la conjugación del verbo «juzgar» en tercera persona del singular, de manera que el título del álbum de Lovett admite la lectura «Josué juzga a Rut». «First and second Samuel» —«Samuel 1 y 2»— son, como era de esperarse, los libros noveno y décimo del Antiguo Testamento. [N. del T] <<
* Los limericks, originarios de Irlanda, son construcciones poéticas, usualmente humorísticas, de cinco versos, en las que los dos primeros riman con el quinto, y el tercero rima con el cuarto. Había una joven llamada Tuck / Que tenía la peor de las suertes: / Salió en una canoíta / Y se cayó de frente / Y le mordió la pierna un pato. [N. del T.] <<