La leyenda del verdugo

6. Las llanuras del rebelde

Y aconteció que el Verdugo abandonó el amparo protector del bosque.

Se escabulló entre las sombras de los árboles cuando el sol despuntaba en el cielo, y los soldados le persiguieron.

Recorrió las llanuras con los aullidos de los perros en sus oídos y el sonido de los cuernos de caza cercándole. Se adentró en las aldeas, habló con hombres y mujeres asustados, y observó a los niños silentes, escondidos tras las faldas de sus madres, temerosos de jugar en las plazas.

Descubrió que las hordas de los Ancianos asolaban con sus leyes de terror la vida de cada habitante del antiguo reino. Que el río se tornaba rojo por la sangre de inocentes vertida en él. Que nadie estaba a salvo de la represión y la tiranía.

Y en cada una de las aldeas que visitó encontró hombres y mujeres dispuestos a luchar. Hombres y mujeres que le convirtieron en líder de una hueste de labriegos y pastores decididos a derrocar el antiguo reino.

Y el Verdugo se convirtió en rebelde. Y las llanuras que recorrió tomaron de él su nombre.

Morag Dair (An finscéal)