A la entrada de la mina había una estatua de Malacosa. Los mineros le rezaban antes de comenzar la jornada y al terminarla. Algunos le traían ofrendas: koft, kütt, jün. Orlewen escuchó historias de pactos con Xlött. Tratos marcados por la codicia, hechos por irisinos tentados por la riqueza en las minas. Pensó que ése podía ser un camino. Pedirle a Xlött que lo convirtiera en capataz, a cambio de entregarse por completo al Dios.
En torno a la estatua había pedazos de jün y kütt y botellas de alcohol. A Orlewen le sorprendía que SaintRei no hubiera prohibido esa práctica. Quizás los pieloscuras estaban seguros de sí mismos, o de la incapacidad de los irisinos para la rebeldía, o de su aceptación del sojuzgamiento. Un brodi le dijo:
No son tontos, saben que con Xlött de noso lado trabajamos mejor.
Orlewen le rezaba a Xlött a la entrada de la mina y luego, mientras trabajaba barrenando, horadando la roca, meditaba. Percibía un cambio en la forma en que sus brodis se referían al Dios. Malacosa existía en las creencias irisinas antes de la llegada de los pieloscuras. Se convirtió en enemigo de los pieloscuras. Un ser poderoso que los atacaba y quería su muerte. Cuando le rezaban a Malacosa los irisinos en realidad se dirigían a Xlött, el Dios supremo y omnipotente del panteón. Al ser colocada una estatua en el ingreso a la mina, se asociaba a Malacosa, y con él a Xlött, con las tinieblas, el inframundo. Entre los mineros circulaba la leyenda de que Xlött vivía en la galería más profunda de la mina.
Xlött era eso, pero no sólo eso. Xlött también era la luz y el mundo de arriba.
Orlewen no sabía quién había iniciado la práctica de colocar una estatua de Malacosa a la entrada de las minas. Los pieloscuras la habían incentivado. Contaban con que todos los irisinos pasarían varios años de su vida en las minas y rezarían en la oscuridad a su Dios.
No era tan ingenuo como para ponerse a luchar contra una tradición popular. Ayudaría a que se difundiera la versión más completa de Xlött. La fe no debía ser sólo para rumiar la venganza. También era para la liberación iluminadora.