Triduo de alba

A mi madre

1. Día De Coronación

SOBRE el mar que le da su brazo al río

de mi país, te nombran capitana

de los mares, la voz de la mañana

y la sirena azul de mi navío.

Los faros verdes pasan su diana

por el quieto arenal del playerío.

Del fondo de la mar, el vocerío

sube, en tu honor —¡tin, tan!—, de una campana.

¡Campanita de iglesia submarina,

quién te tañera y bajo ti ayudara

una misa a la Virgen del Carmelo,

ya generala y sol de la marina!

La cúpula del mar, como tiara,

y como nimbo la ilusión del cielo.

2. Día de amor y bonanza

Que eres loba de mar y remadora,

Virgen del Carmen, y patrona mía,

escrito está en la frente de la aurora,

cuyo manto es el mar de mi bahía.

Que eres mi timonel, que eres la guía

de mi oculta sirena cantadora,

escrito está en la frente de la proa

de mi navío, al sol del mediodía.

Que tú me salvarás, ¡oh marinera

Virgen del Carmen!, cuando la escollera

parta la frente en dos de mi navío,

loba de espuma azul en los altares,

con agua amarga y dulce de los mares

escrito está en el fiero pecho mío.

3. Día de tribulación

¡OH VIRGEN remadora, ya clarea

la alba luz sobre el llanto de los mares!

Contra mis casi hundidos tajamares,

arremete el mastín de la marea.

Mi barca, sin timón, caracolea

sobre el tumulto gris de los azares.

Deje tu pie, descalzo, sus altares,

y la mar negra verde pronto sea.

Toquen mis manos el cuadrado anzuelo

—tu escapulario—, Virgen del Carmelo,

y hazme delfín, Señora, tú que puedes…

Sobre mis hombros te llevaré a nado

a las más hondas grutas del pescado,

donde nunca jamás llegan las redes.