Dialoguillo de otoño

¡OH QUÉ TARDE

para irse en avión,

en volandas,

por el aire!

Anda,

amor.

—¿Pero qué sabes tú

de volar, corazón?

—Nada,

amor.

E viento fue

quien movió los faralaes

de tu traje,

silbándome la canción:

¡Oh qué tarde

para irse en avión,

en volandas,

por el aire!