Nuestro hijo ha nacido hoy. Es precioso. Es más que perfecto. La perfección no sería tan especial. Se llama Christopher. Tiene tus ojos. El médico ha dicho que el color del iris acostumbra a cambiarles. Espero que no. Espero que siempre tenga tus ojos.
El médico asistió al parto en casa. Al parecer no es algo tan raro aquí. Mucha gente, como nosotros, no tiene ningún seguro. Dijo que estaba encantado de ayudar, que era la parte favorita de su trabajo. Has sido muy fuerte. Nunca había visto tanta fortaleza en toda mi vida. Estabas en silencio y mostrabas una gran determinación, como si el dolor fuera solo un inconveniente para el que no tenías tiempo. Espero que Christopher sepa la suerte que tiene de tenerte por madre. Espero que sepa que nada de este mundo estará jamás a la altura del amor y los sacrificios que has hecho por él. No olvidaré nunca la expresión de tu cara cuando el doctor te lo entregó por primera vez. Esa expresión hizo que valiera la pena todo lo que hemos pasado. Por fin he podido aportar algo importante al mundo.
Me alegré de que pudiéramos tenerlo en casa. Tenía miedo de volver al hospital después de lo sucedido en Charleston. Además, ahora Christopher había nacido fuera del sistema. No hay ningún registro de que exista siquiera. No hay forma de que nadie sepa de dónde procede. Oficialmente, nació para ser un fantasma. Con un poco de suerte le servirá para mantenerse a salvo.
Ni siquiera tengo palabras para describir cómo me siento. Quizá estoy demasiado cansado. Quizá simplemente no existen palabras para expresarlo. Nuestro hijo ha nacido hoy. Me siento como si hubiera renacido con él. Gracias, Maria. Me has hecho un gran regalo. Me has dado más de lo que merezco.