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SE CONOCE EN LOS CUARTELES EL BOMBARDEO DE ALMERÍA

Ahí llegan ya los soldados.

Están bien alimentados

Para que no tengan queja.

Deben seguir peleando

Y no ir por ahí preguntando

Por qué esta guerra no ceja.

Berlín, febrero de 1937. Pasillo de un cuartel. Dos jóvenes proletarios, mirando a su alrededor temerosos, llevan un paquete envuelto en papel.

EL PRIMER MUCHACHO: Hoy están excitados, ¿no?

EL SEGUNDO MUCHACHO: Dicen que es porque puede haber guerra. A causa de España.

EL PRIMER MUCHACHO: Algunos están blancos como el papel.

EL SEGUNDO MUCHACHO: Porque han bombardeado Almería. Ayer, noche.

EL PRIMER MUCHACHO: ¿Dónde está eso?

EL SEGUNDO MUCHACHO: En España, claro. Hitler telegrafió que un barco de guerra alemán bombardearía inmediatamente Almería. Porque allí son rojos y los rojos deben tener miedo del Tercer Reich. Ahora puede haber guerra.

EL PRIMER MUCHACHO: Ahora son ellos los que tienen miedo.

EL SEGUNDO MUCHACHO: Sí, tienen miedo.

EL PRIMER MUCHACHO: ¿Y por qué gritan entonces, si están blancos como el papel y tienen miedo de que pueda haber guerra?

EL SEGUNDO MUCHACHO: Sólo han gritado porque Hitler lo quiere.

EL PRIMER MUCHACHO: Pero lo que quiere Hitler lo quieren ellos también. Todos están a favor de Hitler. Porque fue él quien creó la joven Wehrmacht.

EL SEGUNDO MUCHACHO: Eso es verdad.

Pausa.

EL PRIMER MUCHACHO: ¿Crees que podemos salir ya?

EL SEGUNDO MUCHACHO: Espera un poco, porque si no, nos encontraremos con algún teniente. Entonces nos lo quitará todo y los otros se dejarán engañar.

EL PRIMER MUCHACHO: Es una consideración por su parte que nos dejen venir todos los días.

EL SEGUNDO MUCHACHO: Tampoco ellos son millonarios por casa. ¡Se dan cuenta! Mi vieja sólo recibe diez marcos a la semana, y somos tres. No hay más que patatas.

EL PRIMER MUCHACHO: Pero los de aquí comen bien. Hoy había albóndigas.

EL SEGUNDO MUCHACHO: ¿Cuántas te han dado hoy?

EL PRIMER MUCHACHO: Una porción, como siempre. ¿Por qué?

EL SEGUNDO MUCHACHO: A mí me han dado dos.

EL PRIMER MUCHACHO: Déjame ver. A mí sólo me han dado una.

El segundo muchacho le muestra.

¿Tú dijiste algo?

EL SEGUNDO MUCHACHO: No. Buenos días, como siempre.

EL PRIMER MUCHACHO: Eso no lo entiendo. Yo les dije lo de siempre. Heil Hitler.

EL SEGUNDO MUCHACHO: Es extraño. A mí me han dado dos porciones.

EL PRIMER MUCHACHO: ¿Por qué de repente? No lo entiendo.

EL SEGUNDO MUCHACHO: Yo tampoco… Ahora está despejado.

Se marchan corriendo.