AGRADECIMIENTOS

Escribir una novela suele ser un trabajo largo y solitario, pero en ocasiones un comentario oportuno o una sugerencia de un amigo pueden abrirte todo un mundo de posibilidades, y por ello es justo que agradezca a León Arsenal y a Hipólito Sanchiz una interesante conversación sobre conversos y brujos. A Marisa Cuesta, que me habló de los estados alterados de conciencia y de la privación sensorial. A Rodolfo Martínez, que se leyó el primer borrador. Y a mi esposa Alejandra, que siempre está ahí, ayudándome al principio y al final del proceso, y en cada una de sus etapas.

Gracias a todos.