La efectividad de la antropología aplicada se ve soportada por tres atributos distintivos de la antropología general (véase Cap. 1): 1) libertad relativa respecto a los sesgos de etnocentrismo y occidentalización; 2) preocupación por los sistemas socioculturales holísticos; 3) preocupación por los acontecimientos conductuales de tipo etic ordinarios, así como por los de tipo emic de la vida mental.
1. Delineación del etnocentrismo. El antropólogo aplicado puede ser de ayuda para las organizaciones patrocinadoras al desenmascarar suposiciones etnocéntricas, ligadas a la cultura, que a menudo caracterizan los contactos entre culturas y evitan que los programas orientados a los cambios consigan sus objetivos. Por ejemplo, los científicos agrícolas formados en Occidente tienden a menospreciar las formas campesinas de agricultura como atrasadas e ineficaces subestimando, por consiguiente, la sabiduría acumulativa incorporada en las prácticas antiguas que han pasado de generación en generación. La actitud de los expertos occidentales hacia la utilización de las vacas en la India es un caso típico (véase Cap. 12. La vaca sagrada). Los antropólogos son más dados a reservar sus juicios sobre una práctica tradicional como utilizar las vacas para arar campos, que un especialista poco entrenado podría desear automáticamente sustituir por tractores. De nuevo, los antropólogos aplicados tienden a ver que intentar modelar un sistema de suministro de atención sanitaria con el que los médicos formados en Occidente están familiarizados puede representar nada más que un intento de sustituir lo no conocido culturalmente por lo conocido culturalmente. Personal caro, hospitales costosos y lo último en electrónica, por ejemplo, no es necesariamente la forma de mejorar la calidad de los servicios sanitarios (Cattle, 1977:38). La noción norteamericana de que la leche es el «alimento perfecto» ha sido causa de gran aflicción y consternación en todo el mundo, puesto que muchas poblaciones de los países menos desarrollados a los que se suministran excedentes de leche en polvo como suplemento nutritivo no tenían las enzimas necesarias para digerir la lactosa, la forma predominante de azúcar en la leche (Harris, 1985). Las nociones occidentales de higiene sugieren automáticamente que debe persuadirse a las madres a que no mastiquen los alimentos para ponerlos a continuación en las bocas de sus bebés. Sin embargo, se descubrió que en el caso de los indios pijoan del suroeste de los Estados Unidos esa premasticación del alimento infantil era una forma eficaz de combatir la anemia por deficiencia de hierro, a la que están expuestos los niños que se alimentan exclusivamente con leche de su madre (Freedman, 1977:8).
2. Una visión holística. A medida que una sociedad industrial se hace cada vez más especializada y tecnocrática (esto es, se ve dominada por expertos con una formación precisa que tienen técnicas perfeccionadas y utilizan máquinas que otros no comprenden), la necesidad de una visión holística de la vida social se hace más urgente. En diversos campos (por ejemplo: educación, salud, desarrollo económico), ha existido una convergencia hacia la utilización de conjuntos estrechos de variables fácilmente cuantificables para verificar objetivamente la consecución o falta de consecución de los objetivos de una organización. Con demasiada frecuencia, sin embargo, el aumento de la verificabilidad viene acompañado de una pérdida en la «validez» (o «significatividad»). Las variables fácilmente cuantificables pueden representar sólo una pequeña parte de un sistema mucho mayor cuyo conjunto más amplio de variables difíciles de medir tiene la capacidad de eliminar los efectos observados de un pequeño conjunto de variables (Bernard, 1981:5). Por ejemplo, después dé la Segunda Guerra Mundial, la industria automovilística de Estados Unidos descubrió que podía ganar más dinero fabricando coches más potentes y pesados sin prestar demasiada atención a la cuestión de cuánto tiempo funcionarían los coches sin necesidad de reparaciones. Otros conjuntos de variables, concretamente las consecuencias ecológicas de la contaminación por emisiones de los automóviles, las condiciones políticas y militares que hicieron posible a los Estados Unidos gozar de precios bajos del petróleo y la percepción por parte de productores de automóviles extranjeros de que existía un mercado para vehículos pequeños, eficientes con respecto al combustible, fiables y de larga duración, se consideraron improcedentes para la tarea de maximizar los beneficios de la industria del automóvil en los Estados Unidos. De ahí que lo que, en un contexto estrecho, aparecía como una medida altamente objetiva de éxito (elevados beneficios y dominación del mercado automovilístico de los Estados Unidos) se convirtiera, a más largo plazo, en un modelo desprovisto de validez.
Así, en lenguaje del sentido común, el holismo antropológico hace caer en la cuenta tanto de la visión a largo plazo como a corto plazo, de lo distante como de lo próximo, de partes distintas a la que se estudia, y del conjunto así como de las partes. Sin estas perspectivas, incluso el proyecto más directo y simple en apariencia puede finalizar en un desastre (Cuadro 15.1).
Cuadro 15.1
Sin holismo: un fiasco andino
Bajo los auspicios de un programa internacional de desarrollo, expertos australianos intentaron que los campesinos indios de la provincia de Chimborazo, en Ecuador, sustituyeran sus tradicionales y escuálidas razas de ovejas por la raza merina australiana, de alto rendimiento. A pesar de que la oferta era regalárselas si las usaban para criar, nadie quería las ovejas. Por fin, un indio «progresista» aceptó la oferta y consiguió criar un rebaño de merinas híbridas que tenían mucha más lana y peso que los rebaños tradicionales indios. Desgraciadamente, los indios de Chimborazo viven en una sociedad estructurada en castas. Los granjeros no indios, que viven en los valles más bajos, se molestaron por la atención prestada a los indios; empezaron a temer que estos se envalentonaran y presionaran pidiendo beneficios sociales y económicos, lo cual iría en perjuicio de sus propios intereses. Alguien se fijó en las ovejas merinas, las metieron todas en un camión y las robaron. Los ladrones estaban protegidos por la opinión pública, que, en cualquier caso, consideraba a dichos animales «demasiado buenos para los indios». El innovador «progresista» fue el único del pueblo que se quedó sin ovejas. Factores tales como el antagonismo étnico y de clase social, las oportunidades para robar y la subordinación política de los campesinos no tienen nada que ver con la pericia para criar ovejas; sin embargo, tener en cuenta estos factores demostró ser esencial para conseguir sus objetivos.
3. Una visión etic de las organizaciones. La tecnificación y especialización van normalmente acompañadas del crecimiento de la burocracia. Un componente esencial de la burocracia es un plan emic mediante el cual las unidades dentro de una organización están relacionadas entre sí y de acuerdo al cual se espera que los individuos realicen sus tareas. Como en la mayoría de los sistemas socioculturales, existe una tendencia considerable a que la esencia conductual de tipo etic de las organizaciones y situaciones difiera de las de tipo emic mentales del plan burocrático. Los antropólogos que están educados para enfocar la vida social desde las «bases» de su ciencia y que se preocupan de los acontecimientos diarios tal y como se desenvuelven realmente pueden proporcionar a menudo una visión de las organizaciones y situaciones que le falta a la burocracia. Los hospitales, tal y como son estudiados por los antropólogos aplicados, por ejemplo, constituyen una rica fuente de irreconciliables discrepancias entre las conductas de tipo emic de diversos especialistas del staff y las de tipo etic relativas a la atención al paciente. Desde el punto de vista de la burocracia del hospital, sus diversas normas y regulaciones están destinadas a promover la salud y el bienestar de los pacientes. De hecho, numerosos estudios han demostrado que el efecto principal de la existencia de muchas reglas y normas es conmocionar y despersonalizar a los pacientes y crear en ellos un nivel de aprensión comparable al que puede observarse en un muchacho ndembu que espera el rito de la circuncisión en el «lugar de la muerte» (véase Cap. 12. Ritos comunitarios: los ritos de paso). Al entrar en el hospital, los pacientes son despojados de sus ropas y de su dinero. Se convierten en un caso, en una habitación numerada, llevan una pulsera numerada para su identificación (de la misma forma que se numeran los recién nacidos). Grupos de personal uniformado (algunos incluso llevan máscaras) les hablan en un nuevo dialecto extraño: «¿Ha evacuado esta mañana?». «¿Cuándo tuvo su última evacuación intestinal?». «Le vamos a hacer un E. E. G.» (electroencefalograma). A los pacientes se les despierta, se les alimenta y se les pone a dormir de acuerdo con un horario rígido y se les mantiene desinformados acerca de su situación y de lo que les está sucediendo. Nos vemos forzados a concluir que muchas normas de hospitales se inspiran fundamentalmente en la conveniencia del personal que trabaja en el mismo y tienen un efecto adverso sobre la salud y el bienestar de los pacientes (Foster y Anderson, 1978:170-171).
El tipo de trabajo que efectúan los antropólogos aplicados cubre una gama de casos demasiado amplia para que pueda ser examinada en un solo capítulo. Los ejemplos siguientes han sido seleccionados para ilustrar la gran diversidad de problemas que pueden beneficiarse de un enfoque antropológico.