Investigación, teoría y acción

Aunque el sello distintivo de la antropología aplicada consiste en implicarse en una investigación destinada a conseguir un resultado práctico específico, la medida en que los antropólogos aplicados participan de hecho en conseguir el resultado deseado varía según los proyectos. En un extremo, el antropólogo aplicado puede haber sido encargado simplemente de desarrollar información que la organización patrocinadora necesita tener para tomar decisiones. En otros casos, se le puede pedir al antropólogo aplicado que evalúe la factibilidad de un programa planeado o incluso que esboce un conjunto más o menos detallado de planes para conseguir un objetivo deseado (Husain, 1976). Más raramente, el antropólogo, solo o como miembro de un equipo, puede recibir el encargo de planificar, implantar y evaluar todo un programa desde el principio hasta el fin. Cuando los antropólogos ayudan a implantar un programa, se dice que practican una antropología de acción (véase Cap. 15. El proyecto Vicos).

Obsérvese que la separación entre antropología aplicada y no aplicada se va difuminando imperceptiblemente a medida que los intereses teóricos y abstractos llegan a dominar objetivos específicos y concretos. A menudo es difícil trazar una línea entre investigación aplicada y no aplicada. Algunos antropólogos mantienen que la teorización abstracta puede interpretarse, en sí misma, como antropología aplicada si proporciona un conjunto general de principios a los que debe adecuarse cualquier programa de acción si se quiere que tenga éxito. Por ejemplo, las teorías generales sobre las causas del atraso campesino y de la pobreza urbana (véanse Cap. 11. La cultura de la pobreza y Cap. 16. La conexión con el crimen) pueden tener consecuencias prácticas de gran importancia aunque la investigación que subyace tras estas teorías puede no haber sido patrocinada por organizaciones con el objetivo expreso de eliminar (o perpetuar) el subdesarrollo y la pobreza urbana. La antropología aplicada que basa sus premisas en una teoría débil o totalmente incorrecta es una antropología mal aplicada (R. Cohén, 1985).

Además, debemos tener en cuenta que los antropólogos que se abstienen de implicarse en investigaciones patrocinadas, prácticas, orientadas a objetivos concretos, pueden tener fines prácticos atendiendo a sus descripciones y teorías, pero son incapaces de obtener apoyo de organizaciones adecuadas para poner sus hallazgos al servicio de un uso práctico. Por ejemplo, el autor de este libro fue patrocinado por la Fundación Ford para llevar a cabo investigaciones sobre la naturaleza del cambio cultural y las relaciones de razas en la que entonces era la colonia portuguesa (1956-1957) de Mozambique. Aunque ni yo ni la fundación patrocinadora estábamos explícitamente interesados en un conjunto definido de objetivos prácticos, yo tenía por lo menos la esperanza de que los hallazgos serían de aplicación práctica para ayudar al pueblo de Mozambique a conseguir su independencia de Portugal. Intenté prestar esta ayuda publicando materiales que documentaban la naturaleza gravemente represiva y explotadora del sistema colonial portugués, con la esperanza de que el Departamento de Estado de los Estados Unidos se persuadiera, de forma que llegara a cambiar su política de respaldo y suscripción de la perpetuación del gobierno portugués en África (Harris, 1958). Si el Departamento de Estado de los Estados Unidos hubiera deseado implantar una política más comprensiva respecto al África portuguesa, yo hubiera tenido más interés por participar en programas de acción destinados a descolonizar Mozambique. Irónicamente, el fundador del movimiento de liberación de Mozambique, doctor Eduardo Mondlane, era un antropólogo-sociólogo que recibió su nombramiento de doctor en Filosofía de la Universidad Northwestern. Por consiguiente, se puede decir que Mondlane ha estado implicado en una forma de antropología de acción que ha influido mucho en el curso de los acontecimientos en África del Sur. Se consideraba tanto un científico social como un líder político (Mondlane, 1969).