Emborracharse en Truk: «guerreros de fin de semana»

Una implicación de los estudios sobre la marihuana es que la conducta que parece desviada al observador extraño puede, de hecho, representar una pauta perfectamente normal y culturalmente sancionada para afrontar las presiones y tensiones de la vida para los miembros de esa cultura.

Este punto de vista ha sido defendido por el antropólogo Mac Marshall (1978) en su estudio sobre la bebida y las reyertas entre los jóvenes de Truk, una isla de las Carolinas orientales de Micronesia. Prácticamente todos los jóvenes sanos entre dieciocho y treinta y cinco años participan en reuniones diarias o semanales para beber, en las que se producen frecuentes brotes de conducta violenta, normalmente dirigida contra jóvenes de otras aldeas. Especialmente animados son los fines de semana. Al emborracharse, los jóvenes se sientan en los matorrales, ríen, cantan, intercambian historias y planean aventuras con muchachas. Una vez borrachos, fanfarronean, maldicen, profieren gritos de guerra capaces de taladrar el oído, derriban puertas, corren detrás de las mujeres, intimidan por igual a amigos y enemigos, y se amenazan unos a otros blandiendo el nanchaku (dos palos unidos por un trozo de cadena). A los borrachos se les llama «sardinas» porque, como las sardinas en lata, han perdido la cabeza.

A los borrachos se les considera locos, como animales, sin capacidad de raciocinio. Sin embargo, rara vez se les censura por lo que hacen cuando están así. Todo esto, afirma Marshall, no es una conducta desviada, sino que se ajusta a lo que la cultura espera de los jóvenes. Lo desviado es no emborracharse. Los jóvenes deben comportarse agresivamente, preocuparse por demostrar su virilidad, correr riesgos y tener aventuras amorosas:

Se espera que los jóvenes beban y se comporten de modo extravagante cuando están borrachos; en Truk, el joven abstemio es «anormal», no al revés (Marshall, 1978:67).

La embriaguez da expresión a las frustraciones que provoca el que las propias opiniones no sean tomadas en serio y tener que mostrar respeto a los mayores. Es una manera de desahogar la agresividad reprimida, que antaño se expresaba en el combate armado durante expediciones militares.

Tradicionalmente, se ha visto en los jóvenes a personas muy fogosas e irresponsables, preocupadas únicamente de tener aventuras amorosas y dejar volar la imaginación. Se espera literalmente que los jóvenes se dediquen al «vino, las mujeres y las canciones», aproximadamente en este orden. No se consulta su opinión en las decisiones importantes del linaje o la comunidad… En los tiempos aborígenes, la principal salida a través de la cual los jóvenes podían desahogarse… era la guerra… Cuando se cerró esta salida [después del contacto colonial], la embriaguez proporcionó una nueva válvula de escape (Marshall, 1978:125).

El análisis de Mac Marshall nos indica que la conducta ebria, camorrista y perturbadora no implica necesariamente que la cultura se esté desintegrando. De hecho, considera la embriaguez en Truk como una afirmación de la continuidad cultural, no como una desintegración. Las implicaciones prácticas de este análisis pueden formularse así: los extraños no deben suponer que está justificado intentar suprimir la pauta de los guerreros de fin de semana como un mal absoluto. Es mejor dejar a las propias gentes de Truk que resuelvan este problema cuando lo crean conveniente.