Pautas y temas

Se han formulado muchas proposiciones diferentes respecto a cómo abordar la relación entre personalidad y cultura. Una opción popular reconoce el hecho de que la cultura y la personalidad son dos maneras diferentes de considerar la propensión a pensar, sentir y comportarse característica de una población determinada, y emplea términos psicológicos para caracterizar tanto la personalidad como el sistema cultural. Por ejemplo, Ruth Benedict, en su famoso libro Patterns of Culture (1934b), caracterizó la institución del potlatch kwakiutl (ver Cap. 6. Reciprocidad frente a redistribución) como una actuación «megalomaníaca», es decir, un comportamiento dominado por fantasías de riqueza y poder. Consideró el potlatch como parte de una pauta dionisíaca que era característica de todas las instituciones de la cultura kwakiutl. Por dionisíaco entendía el deseo de alcanzar un exceso emocional, como en la embriaguez o el frenesí. Consideró a otras culturas —la de los indios pueblo, por ejemplo— como apolíneas: entregadas a la moderación y al «término medio» en todas las cosas. Las pautas de Benedict eran elementos psicológicos que, presuntamente, estaban presentes en todos los aspectos de la cultura, «comparables a los cromosomas hallados en la mayoría de las células de un cuerpo». (Wallace, 1970:149). La mayor parte de los antropólogos han rechazado estos intentos de emplear uno o dos términos psicológicos para describir culturas enteras. Incluso las más simples culturas de cazadores-recolectores tienen demasiados tipos de personalidades como para resumirlas así.

Algunos antropólogos tratan de identificar los temas o valores dominantes que expresan el pensamiento y sentimientos esenciales o principales de una cultura concreta. La «imagen de la limitación de lo bueno», ya analizada (Cap. 11), es uno de estos temas. Temas y valores son fácilmente traducibles a rasgos de la personalidad. Por ejemplo, la imagen de la limitación de lo bueno se supone que produce personalidades envidiosas, desconfiadas, reservadas y temerosas. También la cultura de la pobreza (véase Cap. 11) tiene sus componentes psicológicos: propensión al consumo, falta de orientación hacia el futuro, promiscuidad sexual. Un tema importante en la India es «el carácter sagrado de la vida» y otro, en Estados Unidos, es el de «no ser menos que los vecinos». El problema que plantean los intentos de describir las culturas en términos de unos cuantos valores y actitudes dominantes estriba en que, normalmente, se pueden identificar valores y actitudes contradictorios en las mismas culturas e incluso en los mismos individuos. Así, aunque los campesinos hindúes creen en el carácter sagrado de la vida (Opler, 1968), también creen en la necesidad de tener más bueyes que vacas (véase Cap. 12. La vaca sagrada); y aunque mucha gente en Estados Unidos trata de «no ser menos que los vecinos», hay millones que creen al mismo tiempo que el consumo desmesurado es estúpido y antieconómico.