Es importante estar prevenido frente al empleo de formas de jerarquía política estratificadas de nivel estatal avanzado como modelo de todas las políticas sexuales. Además, no se puede pasar de la proposición de que «las mujeres están subordinadas en cuanto a la autoridad política en la mayor parte de las sociedades» a «las mujeres están subordinadas en todos los aspectos en todas las sociedades». Como señala Eleanor Leacock (1978:247), la misma idea de «igualdad» y «desigualdad» puede representar una errónea comprensión etnocéntrica del tipo de roles sexuales que existen en muchas sociedades. Leacock (1978:225) no discute el hecho de que «cuando se desarrolla un control desigual de los recursos y una subyugación por la clase y por el sexo», son las mujeres quienes, en general, quedan sometidas a los hombres (reconociendo, evidentemente, que el grado de subyugación vanará dependiendo de las condiciones ecológicas, económicas y políticas). Pero en ausencia de clases y del Estado, Leacock sostiene que los roles sexuales son simplemente diferentes, no desiguales. Ciertamente, hay una gran evidencia que indica que el poder de cualquier tipo, ya sea de los hombres sobre los hombres o de los hombres sobre las mujeres, fue trivial o inexistente en muchas (pero no en todas) sociedades organizadas en bandas y aldeas, por las razones discutidas en el Capítulo 9. Ley, orden y guerra en las sociedades igualitarias. Y hay también una gran evidencia, aportada principalmente por mujeres etnógrafas (Kaberry, 1970; Sacks, 1971; Sanday, 1981), de que el poder de las mujeres ha sido sustancialmente subestimado, mal comprendido por los hombres antropólogos que, hasta hace poco, eran las fuentes principales de datos transculturales sobre roles sexuales (Cuadro 14.2).
Cuadro 14.2
El punto de vista de una mujer
Las mujeres son fuertes, las mujeres son importantes. Los hombres zhun/twa* dicen que las mujeres son los jefes, las ricas y las prudentes. Ello es debido a que las mujeres poseen algo muy importante, algo que permite a los hombres vivir: sus genitales. Una mujer puede hacer que un hombre viva incluso si está casi muerto. Ella le puede dar sexo y hacer que viva de nuevo. Si ella se negara a hacerlo, él moriría. Si no hubiera mujeres disponibles, el semen mataría a los propios hombres. ¿Lo sabías? Si sólo hubiera hombres, todos morirían. Las mujeres hacen que ellos vivan.
*Zhun/twa es uno de los nombres por los que se conoce a los !kung san.
Fuente: Palabras de Nisa, mujer !kung san, según grabación de Marjorie Shostak (1981:288).