El arte como categoría cultural

Aunque es posible identificar el arte como categoría etic de conducta y pensamiento en todas las culturas humanas, la distinción emic entre lo que es arte y lo que no lo es (lo mismo que la distinción entre lo natural y lo sobrenatural) carece de rango universal. Lo que la mayor parte de los occidentales entienden por arte es una peculiar categoría emic de la moderna civilización euroamericana. A los niños se les inculca en la escuela la idea de que el arte es una categoría de actividades y productos que se contrapone a la categoría de lo no artístico. Aprenden a creer, en otras palabras, que ciertas pinturas, esculturas, canciones, danzas y cuentos no son arte. En la civilización occidental, una realización concreta, para ser considerada artística, debe ser valorada como tal por un grupo de autoridades que hacen o juzgan el arte y que controlan los museos, conservatorios, revistas y otras organizaciones e instituciones consagradas al arte como medio y estilo de vida. La mayoría de las culturas no tienen nada parecido a este establishment del arte, lo que no significa que carezcan de cánones estéticos. Un dibujo pintado sobre una vasija o una roca, un palo o una máscara con grabados, una canción o canto en una ordalía de pubertad están sujetos a la evaluación crítica de artistas y espectadores. Todas las culturas distinguen las experiencias estéticas más satisfactorias —en el campo de la pintura, la decoración, la expresión— de las que lo son menos.

Una idea básica en la moderna concepción occidental del arte y de lo que no es arte la constituye la exclusión de dibujos, relatos y artefactos con un uso definido en las actividades de subsistencia cotidianas y que se producen principalmente para fines prácticos o la venta comercial. Los carpinteros se distinguen de los escultores que emplean la madera, los albañiles de los arquitectos, los pintores de brocha gorda de los que pintan en lienzos, etc. Rara vez encontramos en otras culturas una oposición similar entre arte y sentido práctico. Muchas obras de arte se crean y representan en clara armonía con objetivos utilitarios. En todas partes los seres humanos, sean o no especialistas, disfrutan embelleciendo y perfeccionando los contornos y superficies de vasijas, tejidos, maderas y productos de metal. Sin embargo, todas las culturas reconocen que algunos individuos son más habilidosos que otros para hacer objetos utilitarios y para embellecerlos con dibujos agradables. La mayor parte de los antropólogos considera como artistas al tallista en madera, al cestero, al alfarero, al tejedor o al fabricante de sandalias que demuestren tener gran destreza en su oficio.