Pautas de las creencias y rituales individualistas

Los del «hágaselo usted mismo» en el campo religioso individualista nunca inventan la mayor parte de sus religiones. Esto es verdad aun estando bajo la influencia de las drogas, durante estados de trance y en sueños y visiones. Por ejemplo, una forma de religión individualista frecuente en América del Norte y del Sur implica la adquisición de un espíritu guardián personal o un protector sobrenatural. Normalmente este espíritu protector se adquiere mediante una experiencia visionaria provocada por ayuno, tortura autoinfligida o drogas alucinógenas. La búsqueda de un alma arutam por parte de los jóvenes jíbaros, descrita antes, es una variante de este complejo tan difundido. Aunque cada visión arutam es ligeramente diferente, todas siguen una pauta similar.

Para muchos nativos de América del Norte, la experiencia central de la vida era también una visión alucinatoria. Los jóvenes necesitaban esta experiencia alucinatoria para tener éxito en el amor, la guerra, el robo de caballos, el comercio y otras actividades importantes. De acuerdo con su código de valentía y resistencia personales, buscaban estas visiones principalmente mediante la tortura autoinfligida.

Por ejemplo, los jóvenes crow que anhelaban tener la misma experiencia visionaria que sus mayores, iban solos a las montañas, se despojaban de sus ropas y se abstenían de comer y beber. Si esto no bastaba, se cortaban una falange del dedo anular de la mano izquierda. Adiestrados desde la infancia en la espera de tal visión, la mayoría de los buscadores de visiones crow tenían éxito. Aparecía un búfalo, una serpiente, un halcón gallinero, un Thunderbird, un enano o un extraño misterioso; se revelaban acontecimientos milagrosos; y entonces estos seres extraños «adoptaban» al buscador de visiones y desaparecían.

Aunque la visión de cada crow contenía algunos elementos únicos, normalmente eran similares en los siguientes aspectos: 1) había alguna revelación de éxito futuro en la guerra, incursiones a caballo u otros actos de valentía; 2) las visiones normalmente tenían lugar al final del cuarto día (el cuatro era el número sagrado de los nativos norteamericanos); 3) prácticamente a todas las visiones acompañaba la adquisición de una canción sagrada; 4) los espíritus amistosos adoptaban al joven; 5) los árboles o rocas a menudo se convertían en enemigos que en vano disparaban contra los espíritus invulnerables. Lowie concluye:

Él ve y oye no simplemente lo que cualquier ayunador, pongamos por caso en la Columbia británica o en Sudáfrica, vería y oiría bajo condiciones similares de agotamiento fisiológico y bajo el impulso de deseos comunes a todos los humanos, sino lo que la tradición social de la tribu crow sugiere imperiosamente (1948:14).